Casablanca
Año: 1942
País: Estados Unidos
Director: Michael Curtiz
Música: Max Steiner
Drama
romántico a la estadounidense.
¿Quién no ha visto esta
peli de amor en tiempos de guerra? En Casablanca, se entrecruzan las vidas de
varias personas, un refugiado centroeuropeo y su esposa, el cínico dueño estadounidense,
el aún más cínico capitán Renault, al servicio de la Francia de Vichy, el tópico
alemán nazi, el comprensivo pianista que lo mira todo mientras desgrana melodías
inolvidables.
Durante la Segunda Guerra
Mundial, el estadounidense Rick tiene un café en Casablanca (Marruecos, para
quienes no acaben de situarlo). EE. UU. aún no ha entrado en guerra (en la
película, cuando se rodó, ya sí). Allí llegan Víctor e Ilsa, refugiados
centroeuropeos en busca de pasaje para huir de los nazis y seguir luchando con
la Resistencia. Elsa y Rick se enamoraron en París y después ella desapareció
sin dar explicaciones. Rick y Elsa se ven enfrentados con un dilema: que Elsa
se vaya con su marido o se quede. Y Rick, que tiene los salvoconductos para
poder huir de Casablanca, tiene que decidir si se los da o no.
Es una película en blanco
y negro, entretenidísima, con más de un momento de ambigüedad, y evolución de
los personajes que no son del todo buenos o del todo malos. Salvo el heroico Víctor
Laszlo, marido de Ilsa, of course. Yo
creo que les salió un clásico por pura chiripa, creían que estaban rodando una película
más de propaganda en tiempos de guerra. Se rumorea que los actores no sabían en
qué iba la historia y que esa incertidumbre enriqueció sobre todo la interpretación,
emocionalmente intensa, de Ingrid Bergman. En realidad, lo que Ingrid Bergman
dijo es que no sabía de quién tenía que enamorarse. El final de ella
abandonando a su marido por Rick sería impensable en aquella época, así que las
opciones eran distintas: o estaba enamorada de Rick (en cuyo caso sólo cabía o
que mataran a Víctor en Casablanca o que ella se sacrificara al final) o de su
marido (y entonces lo de Rick y ella en París sólo fue un lío sexual).
Es una película muy
entretenida de ver, considerada como una de las mejores de la historia del
cine, y que conserva todo su encanto y frescura para los espectadores actuales.
Todo funciona maravillosamente bien: la narración, los intérpretes, la música,
el guión (venía de una obra teatral nunca representada, y eso suele ser garantía
de calidad dramática) con frases inolvidables que han pasado a la cultura
popular (“Siempre nos quedará París”, “pienso que este es el comienzo de una
bella amistad”, “Tócala otra vez, Sam”, “Me desprecias, ¿verdad?--- Si llegara
a pensar en ti, probablemente”,… son sólo algunas de ellas).
Y además
tiene una idea más profunda que acaba impregnando toda la historia, la del
sacrificio particular cuando están en juego grandes cosas que afectan a
millones de personas, algo muy apropiado en tiempos de guerra.
Mi único “pero”
es que la resolución del conflicto se plantea en términos algo machistas porque
al final es Rick quien decide el futuro de los dos, cuando en realidad el
problema es más de Ilsa (decidir entre el deber y el amor) que de él.
Anécdotas
tontas que revelan la mentalidad de la época es por ejemplo, que como Ingrid
Bergman era casi cinco centímetros más alta que Bogart (y era –o es- anatema que los hombres sean más bajos que sus parejas)
se rodaron muchas escenas con el actor sobre ladrillos o sentado sobre cojines.
O que,
en España, haya llegado a haber hasta tres doblajes (el original, el de 1966 y
el de 1983) porque Rick había colaborado con los republicanos en la Guerra
Civil española, y en Abisinia contra la Italia fascista y un héroe así, como
comprenderán, resultaba inadmisible durante el franquismo.
Ganó el
Óscar a la mejor película, al mejor director y al mejor guion adaptado. Pero ha
sido el tiempo lo que ha mantenido en la memoria de los espectadores, mientras
que la mayoría de las películas de la época se han hundido en el olvido. En
1989, Casablanca fue seleccionada por
el National Film Registry para ser preservada en la Biblioteca del Congreso de
Estados Unidos, por ser «cultural, histórica o estéticamente significativa».
Para saber más: consúltese la
Wikipedia, Film Affinity,
Internet Movie Data Base
y Sensacine.
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