domingo, 24 de febrero de 2019

#29 Portada de la catedral de Jaca

Por Zarateman (2014)
[CC 0], vía Wikimedia Cimmons



Ubicación: Jaca
Fecha: h. 1080
Época: Arte románico





En el tímpano, el Crismón trinitario jacense

Ya he hablado aquí de la escultura románica. Cómo este arte se ponía al servicio de la arquitectura, y la encuentras en los tímpanos de las portadas, en los canecillos, en los capiteles de las columnas…

El otro día dediqué una entrada a la catedral de Jaca, una de las más antiguas de España, aunque actualmente tenga unos cuantos añadidos de épocas posteriores que te impide ver clara la arquitectura original.

Eso no ocurre, sin embargo, respecto a la escultura, pues aún se ve en la portada y en esos otros lugares que he citado, con representaciones estupendas.

La portada principal de la catedral se encuentra orientada al oeste. En el tímpano, se ve el Crismón trinitario, término que precisamente tiene su origen aquí, en Jaca.

Un crismón es habitualmente una representación de Cristo a partir de las letras griegas de su nombre. Suele haber dos letras griegas: X y P, que no son una «equis» y una «pe», sino ji y rho, o sea, lo equivalente a nuestras jota y erre. Son las dos primeras letras del nombre de Cristo en griego: Χριστός (Jristós), o sea, «el ungido». A veces aparece también una ese, o sea, sigma, que es la última letra del nombre de Jristós.

Lo que ocurre en particular con este crismón es que, en la Edad Media, bastante perdido el alfabeto griego, se le dio una interpretación diferente. En vez de leer los signos como griegos, lo hacían con alfabeto latino, y entonces pasaba a representar la Trinidad, con la P de pater y la S de spiritus. Así, de ser la representación de Cristo, se interpretó (interesadamente, para poner de manifiesto que no eran ningunos herejes) como una representación de la Trinidad, las tres personas del Dios católico (Padre, hijo y Espíritu Santo). Más, al respecto, se puede leer aquí

Siguiendo este modelo de la portada principal de Jaca, se llama crismón trinitario a aquel que incluye la S en el círculo de la eternidad. Este modelo se repitió en otros ejemplos del arte aragonés y navarro del siglo XII.
   
Aparte de eso, como todo crismón, tiene a los otras dos letras griegas: α (alfa) y ω (omega), o sea, el principio y el fin, pues se supone que la deidad es principio y fin de todas las cosas.

A los lados de este círculo, se representan dos leones, que a mi me recuerdan a esos animales enfrentados tan propios del arte de Oriente Próximo. Aunque en el arte islámico sobre todo lo que aparece son los animales en lucha

El león que se ve a la izquierda está tranquilo, y en una actitud protectora del hombre que está debajo de él. Es, por lo tanto, una alegoría de Cristo defensor del cristiano, según se indica en la correspondiente inscripción. El que queda a la derecha es más agresivo, enseña los dientes, y parece estar aplastando a los animales de debajo. Son representación, también, de Cristo, pero como vencedor del mal o de la muerte.

Esto del crismón, con sus leones, es un motivo muy frecuente en la escultura románica. Si os acordáis, también estaba presente en la Puerta de Platerías de la catedral de Compostela

Este tímpano de Jaca se incluye dentro de toda una serie de tímpanos propios de la escultura románica española del camino de Santiago, cuyo ejemplo más excepcional será el conjunto de tímpano y arquivoltas de Santo Domingo de Silos. No es fácil datarlos, porque habría maestros con sus talleres, que recorrerían el camino, trabajando aquí o allí, según la disponibilidad monetaria de las ciudades y los monasterios. Se estaba trabajando al mismo tiempo, prácticamente, en diversas localidades del camino: Jaca, Frómista, Sahagún, León o Santiago.

Las influencias en las que hunden sus raíces estas esculturas son, por un lado, la tradición romana, o incluso los antecedentes prerrománicos y, por otro, la propia imaginación, creatividad o arte, del taller en concreto, a partir de lo que va viendo en España y Francia a lo largo del camino.

Aunque lo que más se recuerda de la escultura de Jaca es la portada occidental, no me resisto a poner un par de ejemplos de sus espléndidos capiteles. El que más se menciona para ilustrar el arte del «Maestro de Jaca» suele ser este del rey David músico, un tema que siempre es muy vistoso (por ejemplo, lo vimos en la Catedral de Compostela):



O esta otra con el sacrificio de Isaac


Recuerdo, de nuevo, el enlace a la página de la Wikipedia que habla de la catedral. Hay un apartado «Decoración» que te habla de toda esta escultura que puedes encontrar allí. Entre otras cosas, y como curiosidad, que en la puerta lateral está tallado el patrón de una unidad de medida denominada vara jaquesa. La unidad de longitud usada en Aragón en la Edad Media.

En You Tube os pongo este clip de minuto y medio describiendo esta portada occidental de la catedral de Jaca.


 De nuevo, recomiendo la visita a esta estupenda localidad aragonesa, vital, donde se puede ver arte y comer de fábula. Para apreciar verdaderamente este tipo de obras artísticas, de las que nos separan mil años, recomiendo la compañía de alguien que te lo sepa explicar bien. No siempre sabemos qué se representa, y con eso te pierdes parte de la historia. Por eso, visitar estas obras medievales con un experto, que te sepa explicar el contenido y también la forma, es absolutamente una delicia.

viernes, 22 de febrero de 2019

#27 Catedral de Jaca

Nave central
Por ERGOGAR (2014)
[CC BY-SA 4.0], vía Wikimedia Commons

                      
Ubicación: Jaca (Aragón, España)
Fecha: 1077–1130
Estilo: Arte románico
Tipo de edificación: templo





Volvemos al románico español con esta catedral dedicada a San Pedro


Cuando tienes un reino joven, tienes que darle cierto empaque, pero solo te lo puede proporcionar el que tiene poder para ello. Por eso Sancho Ramírez, rey del joven reino de Aragón, se fue a principios de 1068 a Roma, para que el papa le diera cierto lustre al pequeño territorio que gobernaba, pegadito a los Pirineos. A cambio, convirtió a su reino en vasallo de los papas.

Aragón entonces estaba circunscrito a la zona montañosa y un poquito de la llanura, con centro en Jaca. Esta localidad era una parada dentro del Camino de Santiago. De ahí para el sur, incluido Zaragoza, todo era musulmán.

Se dice que a resultas de ese viaje a Roma se convirtió Jaca en ciudad, capital del reino y sede episcopal. El Fuero de Jaca se data, actualmente, en 1077, y se entiende que más o menos por entonces empezó a construirse la catedral, que se convertiría en una de las edificaciones fundamentales del último tercio del siglo XI, una de las más antiguas del románico español.

Esa ley atraería a gente para vivir allí, en particular del otro lado de los Pirineos. Entre las estructuras administrativas propias de toda capital, y los comerciantes que llegaban a hacer negocios, queda claro que aquella aldea rústica se convirtió ya en una ciudad con todas las de la ley.

Eso incluye, obviamente, que el obispo tenga una catedral en condiciones. Y como lo que entonces se llevaba era el arte románico, pues en ese estilo se construyó. Hay que advertir, no obstante, que en la actualidad tiene muchos elementos de épocas posteriores.

Es una de las construcciones propias del Camino de Santiago, cuya importancia en la creación y difusión del estilo románico nunca podrá enfatizarse demasiado. Tiene tres naves, más alta la central que las laterales.

La catedral sigue el modelo italiano, destacando el elemento estilístico de combinar distintos soportes: se van alternando los pilares cruciformes y las columnas.

De influencia mozárabe es la bóveda con arcos cruzados del crucero. Se cree que pudo seguir el modelo de San Millán de la Cogolla. Las fotos que puedes encontrar de esta iglesia no te lo dejan ver claro, porque en el resto, la primitiva bóveda románica se sustituyó por crucería gótica en el siglo XVI. Es uno de esos añadidos de otras épocas que impiden hasta cierto punto ver los rasgos estilísticos propios del románico.

Destaca igualmente la decoración escultórica, de donde nace un elemento estilístico al que da nombre: una línea de ajedrezado a la que se llama taqueado jaqués.

Aquí, una imagen del ábside de la epístola, donde se ven elementos escultóricos, canecillos, un capitel, y demás, pero también un ejemplo del taqueado jaqués:

Por Zarateman (2014)
[CC BY-SA 4.0], vía Wikimedia Commons



Otro día profundizaré más en la decoración escultórica de esta catedral, obra del «Maestro de Jaca».

La Wikipedia dedica una página bastante amplia a esta catedral

Si quieres pasar diez minutos por la catedral y su entorno, aquí un vídeo de Lagarto Rojo para You Tube, en la que vas viendo elementos románicos pero también cosas posteriores, especialmente del renacimiento y del barroco.




Jaca es actualmente un lugar muy agradable que bien merece una visita, aunque sea de fin de semana. Hay que recordar que esto estaba habitado ya antes de los romanos, o sea que es una de esas ciudades con solera. Da gusto ver esas calles llenas de gente en verano sobre todo, claro.

sábado, 16 de febrero de 2019

#16 Libro de los Testamentos de la catedral de Oviedo

Miniatura de Alfonso II
Pelagius (Dominio público)
Via wikicommons



Liber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis

Ubicación: España
Fecha: h. 1118
Estilo: Arte románico




¿Qué puedes hacer si ves que tu diócesis anda de capa caída?

Dejar claros tus derechos en documentos legales y

Echarle un poco de arte.


Eso, ¿qué pasa cuando has sido la ciudad más importante del reino y ves que el centro de poder se desplaza hacia el Sur, como las cigüeñas en invierno?

El reino de Asturias tuvo capital, a partir del reinado de Alfonso II el Casto (antes de 812) en Oviedo. Pero, claro, la Reconquista fue avanzando hacia el sur, y Oviedo perdió la capitalidad en favor de León en el año 910.

Eso ya no debió hacerles ninguna gracia a los ovetenses, porque dejaban de ser el centro de poder político. Pero podrías decir que bueno, el valor espiritual y todo eso, la religión, esa seguía haciendo de Oviedo una sede importante.

Pero hete aquí que los cristianos siguieron hacia el mediodía, y, en el año 1086, reconquistaron Toledo, la que había sido capital visigoda y, además, sede primada de Hispania, o sea, que ahora había, en territorio cristiano, otra ciudad que también podía superar a Oviedo en lo espiritual, en el ámbito religioso.

De ahí que Pelayo, el obispo de Oviedo, con riesgo de perder su preeminencia, pusiera manos a la obra para dar relumbrón a su sede y que no se la hiciera desaparecer en beneficio de Toledo.

Como lo que más lustre daba era el arte y la cultura, y que hubiera documentos legales que enfatizaran su importancia, una de las cosas que hizo fue ordenar la composición de este Libro de los Testamentos de la catedral de Oviedo.

No es más que una colección de documentos importantes, o diplomas, en escritura visigótica redonda. Más tarde, en el siglo XVI, le pusieron una encuadernación con madera recubierta de cuero repujado. El tamaño es 36,4 cm de largo por 24 cm de ancho. Este códice diplomático se convirtió en uno de los manuscritos románicos iluminados más antiguos.

Y por eso lo traigo aquí, precisamente, por esas ricas miniaturas, las más destacadas, las ocho (o siete, que he visto las dos cifras) a plena página. Aparte de ello, hay otras que ocupan la mitad, algunas viñetas y, por supuesto, letras capitulares historiadas. Todo, con profusión de oro y plata, para demostrar que el obispo Pelayo se lo podía permitir.

Son un ejemplo de pintura románica, la que se puede ver en los códices. Ya hubo códices medievales en épocas anteriores; sin ir más lejos, los mozárabes con maravillosas miniaturas (los Beatos, destacadamente), o los carolingios y otonianos. Las miniaturas románicas beben de esta tradición.

¿Quién hizo estas pinturas? Pues según Sanz Fuentes, dos copistas, entre ellos un tal Pelagius, o sea, Pelayo. Fue realizado entre 1101 y 1129, y actualmente se da como fecha más aproximada hacia 1118.

De todas las ilustraciones del Libro, la más famosa es la que encabeza este artículo, miniatura de Alfonso II. Se divide en dos partes: la superior que representa el mundo celestial, y la inferior, el terrenal. Es un modelo de iconografía que veremos repetido muchísimas veces en el arte occidental.

Arriba está Jesucristo en majestad, encerrado en una mandorla, como se le ve también en pinturas murales, los famosos pantocrátores de los que ya he hablado por aquí. A cada lado de la cabeza, se distingue el alfa y el omega; y en la mano lleva el Libro de la Vida, cerrado. A su alrededor, ángeles; en algunos de ellos se ven rostros animales, por lo que deduzco que es el tetramorfos, again. Y, a uno y otro lado, cierran la parte superior los apóstoles, cada uno bajo un arco. Se les puede identificar por los nombres que tienen escritos y por elementos iconográficos que los distingue, como San Pedro con las llaves.

Abajo se representa a ese rey, Alfonso II el Casto, que es por así decirlo el más querido por Oviedo. Se le reconoce fácil: lleva corona y encima se lee Adefons Rex Castus. Está arrodillado, en actitud de oración. Viste de oro y plata. A su lado, un escudero porta el escudo y la espada. En los extremos, dos figuras sagradas: la Virgen María, madre de Jesús y el arcángel San Miguel, clavándole la lanza al Dragón, «la serpiente antigua, que se llama “Diablo” y “Satanás”, el seductor del mundo entero, y sus ángeles fueron precipitados con él», que doce el Libro del Apocalipsis (12, 9).

Estilísticamente, ya he dicho que es pintura románica. Dentro de ella, la miniatura hispana. Refleja sus relaciones con las obras europeas, pues se nota la influencia de los modelos carolingios. Y, dentro de los códices que se conserva, es de aquellos que tiene un contenido histórico y jurídico, a diferencia de otros que son de contenido religioso (Biblias).

Si queréis saber más, esta obra tiene página propia en la Wikipedia

Noticia de cuando Moleiro Editor sacó un facsímil en 1994 (RTV viejuna):