lunes, 12 de marzo de 2018

#11 Evangeliario de Godescalco

Cristo en majestad



Ubicación: Biblioteca Nacional de París
Fecha: 781-783
Estilo: Arte carolingio


            Una de las obras emblemáticas del renacimiento carolingio


           Y mientras en Córdoba comenzaba su época de esplendor, emprendiendo la construcción de su magnífica mezquita,… 
       Y en Constantinopla los bizantinos perdiendo territorios en Italia y en Asia a manos de los musulmanes,… 
              En Europa occidental los francos, prácticamente el único pueblo que quedaba de los que invadieron el Imperio Romano, montaron su propio imperio, el carolingio a caballo entre Francia y Alemania, con extensiones en Italia y en España.

Para ello, Carlomagno (que reinó entre 786 y 814, y se hizo coronar emperador en Roma en el 800) combatió incansablemente, un poco por todos los lados, pero especialmente en una eterna guerra contra los sajones en el norte y los lombardos en el sur. Despiadado y hasta genocida (si lo miráramos con los ojos de hoy, algo que nunca debe hacerse porque entonces realmente no entenderíamos nada de las personas que nos precedieron) pero también emprendió una labor más pacífica, entablando relaciones diplomáticas que llegaban a Bizancio y a Bagdad (con el legendario Harún al-Rashid). Este hombre, una de las grandes figuras de la historia, organizó la administración de los territorios, y quiso construir un mundo nuevo en el que las letras también brillasen. Pero todo al amparo, a diferencia de lo que ocurrió en el Imperio Romano, del papa cristiano.

Es curioso, se hizo coronar emperador como una especie de heredero del imperio romano, a pesar de que el Imperio Romano seguía existiendo en Oriente, por un tema de machismo, porque en Oriente no reinaba un varón, sino la emperatriz Irene. En Constantinopla esto les sentó como un tiro.

            En lo que hoy se conoce como «renacimiento carolingio», alentó la labor de filósofos y eruditos, promovió los escritorios, e incluso patrocinó espléndidos manuscritos iluminados, o sea, libros con imágenes.

            Uno de los ejemplos es este Evangeliario de Godescalco, que fue encargado personalmente por Carlomagno y su esposa Hildegarda, para conmemorar el bautizo de su hijo Pipino. Está perfectamente fechado: se elaboró entre el 7 de octubre de 781 y el 30 de abril de 783.

Se escribió en una cosa que se llamaba pergamino purpúreo. A la piel de animal se la teñía con púrpura, producto lujoso propio sólo de emperadores. Por ejemplo se decía que los hijos que tenía el monarca cuando reinaba eran «nacidos en la púrpura». (Bueno, en realidad en el griego original se decía porfirogéneta, o nacido en el pórfido, piedra rojiza también que se relacionaba con el imperio y el poder real, porque las emperatrices bizantinas daban a luz en una habitación recubierta de este material).

Sobre ese lujoso pergamino purpúreo se escribía con plata y oro, metales nobles que por desgracia, no son totalmente indelebles. El oro sigue casi como el primer día, pero ya sabemos todos que la plata se ennegrece.

Un Evangeliario es un códice que recoge los textos de las lecturas evangélicas relativas a cada uno de los días del año dispuestas según el orden litúrgico. Lo que destaca, y por eso lo traigo aquí, son las imágenes que lo ilustran, ejemplo brillante de la pintura prerrománica.

Hay un Cristo en majestad, frente a él un San Juan Evangelista escribiendo, luego están representados los cuatro evangelistas y La fuente de la vida.

Escojo para ilustrar esta entrada la imagen de Cristo en majestad, donde se pueden apreciar algunas características de este tipo de pintura.

La imagen en sí te presenta a un Jesucristo joven, sin barba, como era propio de la época clásica. La figura recuerda a los iconos bizantinos, con su tronco alargado, la cara redondeada y los ojos grandes. Bendice con la mano derecha mientras que sostiene un libro en el brazo izquierdo.

Pero luego en la ornamentación, en los entrelazos, se ve la influencia celta, de la escuela que se llama hiberno-sajona, o sea, procedente de las islas Británicas para entendernos.

En la miniatura carolingia se distinguen varias escuelas. Este Evangeliario de Godescalco pertenece a la más sobresaliente, la escuela palatina de Aquisgrán, ligada a los escritorios del emperador. Y aun dentro de ella, al grupo Ada de manuscritos, del que es el más emblemático y el más antiguo que se conserva de los que se produjeron en ese escritorio. Se caracteriza por emplear oro y plata en abundancia, y porque las figuras son majestuosas.

Para situarnos un poco cronológicamente, al arte desarrollado en Europa occidental entre la caída del imperio romano y el románico se le suele llamar, con poca originalidad, prerrománico. Es la denominación más fácil, porque si te pones a hilar fino, tendrías que diferenciar entre el arte paleocristiano, luego el de las invasiones germánicas (ostrogodo, lombardo, visigodo, etc.) y luego, en una segunda fase, el arte carolingio, el otoniano, el desarrollado en las islas Británicas (hiberno-sajón) y el arte vikingo. Y en la península Ibérica veremos que hubo un arte asturiano, la versión catalana del carolingio y el mozárabe. Tela.

Para saber algo más, se puede ver el artículo en la Wikipedia.

Una imagen ampliada de este Cristo lo podemos ver en Arte Historia.

Y en el blog Pensar la historia del arte dedicaron hubo una entrada titulada «Renacimiento Carolingio: el arte del libro».

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