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viernes, 26 de julio de 2019

#12 Las abejas de Childerico






Objeto: joya
Material: oro y granate
Fecha: 400–482
Lugar actual: Biblioteca Nacional de Francia
Época: Arte franco


Cuando te inventas un imperio, te lo tienes que inventar todo…

Napoleón Bonaparte, cansado de aquello de ser general, cónsul y tal, decidió un buen día convertirse en emperador. Claro que si te vas a montar el Primer Imperio Francés (1804–1814), tienes que inventarte todas las insignias y emblemas, los símbolos del poder imperial.

¿Cómo superar la omnipresente flor de lis borbónica, antes de los capetos?

Pues recurriendo a algo todavía mucho más antiguo. En la Biblioteca Nacional de Francia se guardaba el tesoro de Childerico, rey de los francos, que vivió en el siglo V, o sea, mucho antes de los borbones, en el origen de la dinastía merovingia.

Es un tesoro que se descubrió en una bodega o cripta, en Tournai, cuando aquello eran los Países Bajos Españoles. Es el 27 de mayo de 1653 y un obrero, trabajando en una casa cercana a la iglesia de Saint-Brice, se encontró con esta tumba.

Había objetos preciosos como una espada ceremonial y un anillo con la inscripción CHILDIRICI REGIS («del rey Childerico»), gracias a lo cual se pudo identificar de quién era la tumba: de Childerico I, rey de los francos salios entre 457 y 481; fue padre de Clodoveo, quien convirtió a los francos al cristianismo.

Prendidas de su capa, unos trescientos insectos alados. Estaban elaborados en oro, con granates incrustados. La típica joya cloisoné que se ve en tantas elaboraciones de joyería de los pueblos germánicos.

Por aquel entonces, los francos aún eran paganos, así que habrá que preguntarse qué podrían simbolizar estos insectos, dentro de su mitología. Podrían ser cícadas (cigarras) que al parecer simbolizarían la vida eterna. Pero como se trata de un insecto más bien mediterráneo, hoy se cree que son más bien abejas, que encarnarían la longevidad y sí, también la inmortalidad.

A Napoleón le parecieron una opción perfecta para convertirse en su emblema personal. No solo simboliza la inmortalidad, sino también el trabajo de grupo con una sola abeja reina «gobernando» a todos. Mil quinientas abejas de oro adornaron el manto que llevaba en la ceremonia de coronación. Se empeñó en que aparecieran abejas en sus muebles, su ropa del hogar y hasta en los libros.

El tesoro de Childerico es una de los restos más valiosos de las artes aplicadas en tiempos de las invasiones germánicas, en la primera fase del prerrománico europeo. Los francos eran coetáneos de los ostrogodos y los visigodos, de los cuales ya he comentado aquí algunas otras realizaciones artísticas, como el mausoleo de Teodorico, o la fíbula de Alovera.

Era una mezcla de influencias paganas y romanas. Como buen jefe franco, apareció con sus armas: el seax y la spatha. Las numerosas monedas del tesoro había sido acuñadas en Bizancio, pago indudable de sus servicios como foederati del Imperio.
Dibujo de Jean Jacques Chifflet (1655) para el libro Anastasis Childerici...

Aquel tesoro que durante siglos permaneció enterrado. El gobernador de los Países Bajos españoles, Leopoldo Guillermo de Habsburgo, documentó el hallazgo en un libro escrito en latín y con detalladas ilustraciones: Anastasis Childerici I Francorum regis, siue thesaurus sepulchralis tornaci neruiorum effossus, & commentario illustratus, ex Officina Plantiniana Balthasaris Moreti (1655). El tesoro pasó a Viena, y los Habsburgo –con el tiempo– acabaron regalándose a Luis XIV de Francia; este lo mandó a la Biblioteca Real. En tiempos de la Revolución pasó a ser Biblioteca Nacional. Más tarde, en 1831, se produjo un robo y, entre los más de 80 kilos de oro del botín, estuvieron la inmensa mayoría de las abejas.

Solo quedan un par de ellas, y bastantes réplicas, además del documentado libro promovido por el gobernador español.

Como siempre, salvo otra indicación, las imágenes proceden de Wikimedia Commons.

domingo, 7 de abril de 2019

#28 Iglesia de madera de Urnes




Iglesia de Urnes
Por Hessel1309 (2008)
[CC BY-SA 3.0] vía Wikimedia Commons

                      
Ubicación: Luster (Sogn og Fjordane, Noruega)
Fecha: h. 1130
Estilo: Arte vikingo
Tipo de edificación: templo




Y mientras en el sur de Europa se levantaban impresionantes templos en piedra,… en el norte hacían lo que podían con lo que les quedaba más a mano

Es todo un contraste pensar en las catedrales románicas que he comentado aquí, las magníficas y grandiosas catedrales de Santiago, o Jaca, Pisa o Santa Fe de Conques y luego ver lo que hacían en los bárbaros pueblos del norte: pequeñas iglesias de madera que se han conservado hasta nuestros días.

Vamos, por no hablar del impresionante arte islámico, que llevaba ya dos siglos produciendo mezquitas asombrosas.

A estas iglesias construidas en madera se las conoce también en los libros de arte con su denominación en noruego: stavkirke. Al parecer se levantaron este tipo de iglesias por toda Escandinavia, pero hasta nuestros días solo han llegado, prácticamente, las de Noruega. Al estar levantadas en un material perecedero como la madera, tiene su lógica que solo se conserven unas pocas. Por otro lado, conforme los países se iban enriqueciendo, se sustituirían, digo yo, por otras más sólidas y en piedra. Parece mentira pero hasta hace cuatro días, la península escandinava era bastante pobretona, no hay más que ver aquella deprimente película, Pelle el conquistador, sobre un emigrante sueco.

He puesto que se construyó hacia el año 1130, aunque en otros lugares ponen 1150 o una década más allá. Pongamos mediados del siglo XII y nos damos por contentos, ¿verdad?

Como se ve, esta iglesia es tirando a pequeñita. Se encuentra en la orilla oriental de un fiordo, que tampoco debía ser una zona muy poblada por entonces.

El arte vikingo se incluye en ese cajón de sastre llamado prerrománico, donde caben realmente cosas muy diversas. A mí me resulta curioso ver elementos como arcos de medio punto o capiteles, pero tallados en madera y no en piedra.

Su forma piramidal evoca a aquellas salas de reunión propias de los nórdicos. A mí esta forma de construir me recuerda un poco al arte japonés o chino, por esas diferentes alturas, los aleros tan sobresalientes y los remates animales en algunos puntos del tejado.

La stavkirke de Urnes fue designada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1979. En su página web,  la Unesco la describe así:

Emplazada en el paisaje natural de Sogn og Fjordane, la iglesia de tablas (stavkirke) de Urnes es una obra maestra de la arquitectura en madera tradicional escandinava. Fue construida entre los siglos XII y XIII y pueden observarse en ella reminiscencias del arte celta, de las tradiciones vikingas y de la estructuración del espacio característica del románico.

En la ornamentación, sobre todo, es donde se aprecia cierta mezcla de lo pagano con lo cristiano. Abundan los entrelazos que eran propios de la zona celta, como el arte hiberno-sajón que se hizo en las islas británicas, así como las figuras animales, aunque estilizadas. 

Es bien conocida esta representación de la pared norte, que si lo miras te parece un galgo mordiendo a una serpiente que a su vez el muerde a él. Se puede interpretar como un león (Cristo) luchando con la serpiente (Satanás), esa sería la versión cristiana de esta imagen. Sin embargo, también puedes entender que es el dragón Nidhogg enganchando las raíces del Yggdrasil, con lo que sería la representación del Ragnarok, o sea, el fin del mundo. De esta dualidad iconográfica hablan en el artículo en la Wikipediasobre esta iglesia que, dicho sea de paso, está bastante potable. 

Talla en la pared norte,
fotografiada por Andreas Tille (2003)
[CC BY-SA 4.0] vía Wikimedia Commons

Este tipo de decoración representa la fase final del arte vikingo que recibe su nombre, precisamente, de esta iglesia. El estilo Urnes se caracteriza, según la Wikipedia, por:

Tener figuras de animales, generalmente serpientes y dragones, esbeltos y estilizados que se entrelazan en diseños apretados. Las cabezas de los animales están de perfil, tienen ojos delgados y en forma almendrada y suelen tener protuberancias rizadas sobre las narices y los cuellos.

Hoy voy a poner unos dibujos animados que he encontrado en You Tube, creados por la Unesco de cara al público infantil:

jueves, 17 de agosto de 2017

#14 Mausoleo de Teodorico

Por Sansa55 (2012)
[CC BY-SA 3.0]
via Wikimedia Commons

Ubicación: Rávena, Italia
Fecha: 520
Estilo: Arte prerrománico
Tipo de edificación: sepulcro


                       
Posiblemente, el edificio más destacado en el período de las invasiones germánicas.

Tradicionalmente se habla, después de 476, de la Alta Edad Media. Aunque teniendo en cuenta que lo de las invasiones germánicas presenta ciertas continuidades con el mundo clásico, podríamos seguir pensando que estamos en la Antigüedad tardía y que el verdadero corte se produjo más bien en el siglo VIII con los musulmanes. Ahí sí que dejó el Mediterráneo de ser un Mare Nostrum que unió y pasó a ser uno que separaba culturas antagónicas.

Dentro de la arquitectura de esta época germánica, en Italia, tienen particular importancia las construcciones ostrogodas de Rávena, la que fuera última capital del Imperio romano de Occidente.

Destaca sobre todo este magnífico mausoleo, que sigue el modelo de los sepulcros del Bajo Imperio, en un ejemplo más de la continuidad que supusieron los pueblos germánicos en algunos aspectos. Tiene planta circular. Se alza en dos pisos, en el inferior se ven una serie de arcos de medio punto, con dovelas de las que se llaman “engatilladas”. El piso superior es la parte que desarrolla funciones de cripta. Lo cubre una pieza monolítica, labrada como bóveda. O sea, no es una bóveda de verdad, sino que está tallado en mármol de una sola pieza.

¿Y quién era este Teodorico que se hizo una tumba tan vistosa? Teodorico, apodado “el Grande” era un godo, en concreto ostrogodo, que de niño fue educado en la corte bizantina. Luego volvió con los suyos y pasó al Imperio con todo su pueblo en busca de tierras. Eso sí que eran migraciones, decenas de miles de hombres, mujeres y niños buscándose la vida. Ni el emperador podía echarlos, ni los ostrogodos superar las impresionantes murallas de Constantinopla, así que optaron por un acuerdo en beneficio de los dos.

El emperador lo mandó a Italia, a ver qué parte de Occidente podía reconquistar para el Imperio. Allá que se marcharon los ostrogodos. Teodorico mató por su propia mano a Odoacro, el rey de los hérulos que había depuesto a Rómulo Augústulo, el último emperador de Occidente. Se asentó en Rávena, y desde allí gobernó la península itálica, si bien formalmente lo hacía en nombre del emperador. Con el tiempo, acabó también administrando la península ibérica en nombre de su nieto, el visigodo Amalarico.

En su momento de máximo esplendor, también rigió la Galia mediterránea y las provincias del Danubio. Como dice la Wikipedia, llegó a ser considerado “heredero de los emperadores romanos, si bien él mismo nunca adoptó dicho título”.

El Mausoleo de Teodorico es uno de los elementos del sitio patrimonio de la Humanidad “Monumentos paleocristianos de Rávena”, declarado así por la Unesco en el año 1996 y que en su página web describe así

Capital del imperio romano en el siglo V y de la Italia bizantina entre los siglos VI y VIII, Rávena posee una excepcional colección de mosaicos y un conjunto de ocho monumentos paleocristianos de los siglos V y VI sin parangón en el mundo. Estos monumentos –mausoleo de Gala Placidia, baptisterio neoniano, basílica de San Apolinar Nuovo, baptisterio arriano, capilla arzobispal, mausoleo de Teodorico, iglesia de San Vital y basílica de San Apolinar in Classe– muestran la gran maestría artística de sus creadores, que supieron fusionar maravillosamente la tradición arquitectónica grecorromana, la iconografía cristiana y diferentes estilos orientales y occidentales.

Si quieres saber algo más de este monumento, siempre puedes empezar por la Wikipedia.

 Y en YouTube, un brevísimo documental, de menos de un minuto, para verlo. 



sábado, 12 de agosto de 2017

#14 Fíbula de Alovera

Fíbula de Alovera
Luis García (2006)
[GFDL o CC-BY-SA-3.0]
Via Wikimedia Commons

Ubicación: Museo Arqueológico Nacional, Madrid
Fecha: siglo VI
Época: Visigoda



Inauguramos la Edad Media con esta pieza de joyería realizada por los visigodos y que se encontró en Alovera (provincia de Guadalajara). 

Actualmente se conserva en uno de mis museos favoritos, el Arqueológico Nacional.

Excede de mi blog explicar en qué consistieron exactamente las “invasiones bárbaras” o quiénes eran esos “germánicos” o qué fue realmente la “caída del Imperio romano” (de Occidente, que no se nos olvide, porque el imperio romano siguió en la mitad oriental hasta 1453).

Resumiendo: dentro del Imperio romano fueron asentándose pueblos germánicos ya desde el siglo III, unas veces de manera pactada, a través de instrumentos llamados foedus, y otras, de manera violenta. Y pasaba, por ejemplo, que para echar a unos bárbaros, los emperadores contrataban a otros bárbaros que, claro a cambio de sus servicios, querían su parcelita. Y cachito a cachito, el territorio sobre el que los emperadores de Occidente ejercían su poder fue cada vez menor. Así que cuando Odoacro, rey de los hérulos, envió las insignias imperiales a Constantinopla en 476, reconociendo que el único emperador era el de Oriente, la verdad es que ya en Occidente no había más poder que el de los reyezuelos que se habían ido ubicando un poco por todas partes.

De entre esos pueblos germánicos, destacaron los visigodos, por su mayor desarrollo cultural. Anduvieron por el Imperio de Oriente, por Occidente, dedicándose a lo suyo, a guerrear por cuenta ajena, y que les dieran tierras, por las buenas o por las malas. Estuvieron en Italia, luego en la Galia, donde instalaron un reino del que acabaron siendo expulsados hacia el sur y el último reino visigodo acabó siendo el de Toledo, que se desmoronó cuando llegaron, ya en el siglo VIII los señores musulmanes (si eran árabes o bereberes, en realidad no está muy claro).

A lo que voy, a los visigodos que iban de acá para allá. Los pueblos nómadas suelen destacar por la orfebrería por aquello de que son riquezas que te puedes llevar fácil de un un lugar a otro. De ahí que lo más original y valioso que dejaron los visigodos en España, artísticamente hablando, sean objetos de orfebrería. Las fíbulas (piezas para unir vestimenta, no tenían cremalleras ni botones, hay que entenderlo), con distintas formas, unas rectangulares, otras de puente, pero son muy características estas aquiliformes (forma de águila). Junto con las coronas, son de lo más recordado de este pueblo y se pueden ver en el Museo Arqueológico Nacional.

La técnica que se usaba para elaborar este tipo de objeto era la del cloisonné, esmalte alveolado o esmalte en frío. Sobre una pieza metálica se forman celdillas que luego se rellenan con pasta vítrea.

Si quieres saber más de esta pieza, puedes leer el artículo en la Wikipedia.

En YouTube se puede ver este brevísimo documental sobre el arte visigodo:


Y, por si no puedes ir a Madrid (o quieres preparar la visita) siempre está bien trastear un poco por la página web del M.A.N.