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domingo, 20 de noviembre de 2016

#14 Apocalypse Now



Apocalypse Now




Año: 1979
País: Estados Unidos
Director: Francis Ford Coppola
Música: Carmine Coppola, Francis Ford Coppola

Viaje alucinante al horror de la guerra,… o de nosotros mismos.

Apocalypse Now es una de esas pelis que aunque no te apetezca verla, pillas una escena y no puedes dejar de verla. Es visualmente fascinante. La caída en el infierno de la guerra del capitán Willard (personaje interpretado por Martin Sheen), cómo va remontando el río hacia Camboya en busca del coronel Kurtz, al que se le ha ido la pinza (Brando haciendo de Brando pero, ¡joder, qué magnífico era!).

Y mientras, se le iba contagiando un poco toda la locura que había a su alrededor. No sé si Vietnam fue o no así. En realidad, lo importante es más bien descubrir cómo dentro de uno mismo las cosas no son como pensaba. Cuando el personaje de Martin Sheen llega a enfrentarse con el de Brando, en realidad lo entiende, puede identificarse con él. Pero eso no quita que haga lo que tenga que hacer.

Se basa en la novelita El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, y aunque superficialmente las historias tienen ambientaciones distintas, en realidad las dos parten de la misma peste imperialista y cómo los explotadores acaban siendo también víctimas del sistema al que sirven.

Es un poco la tesis de que son las circunstancias las que hacen que te portes de una u otra manera. Un cierto determinismo pesimista en cuanto al comportamiento humano. Al menos, en la guerra; en ese contexto, conservar algún rastro de virtud resulta heroico y prácticamente imposible.

Aparte de eso, me encanta descubrir a algunos actores por los que siento debilidad. Harrison Ford, por supuesto, en papel chiquitito. Pero también  Frederic Forrest, que siempre me pareció atractivo y con un enorme talento, a su modo discreto. Y cómo no, Robert Duvall, con su wagneriana cabalgata de las valquirias y su mítico “I love the smell of napalm in the morning”  (“Amo el olor del napalm por la mañana”). La música de The Doors, y toda la mitología del propio rodaje en Filipinas, un auténtico infierno que a punto estuvo de acabar con el propio Martin Sheen.

Ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes, ex aequo con "El tambor de hojalata", y en varios certámenes destacaron la interpretación de Robert Duvall: le dieron el globo de oro al mejor secundario y también el BAFTA. ¿En los Óscar? Mejor fotografía (el inmenso Vittorio Storaro) y menor sonido. Fue el año de la perfectamente anodina Kramer contra Kramer.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity, Internet Movie Data Base y Sensacine.



sábado, 26 de marzo de 2016

#9 El padrino: Parte II



The Godfather: Part II
Film Affinity

Año: 1974
País: Estados Unidos
Director: Francis Ford Coppola
Música: Nino Rota, Carmine Coppola

Ya que el otro día hablé de El padrino (1972), cierro el tema con El padrino: Parte II.

(No creeréis de verdad que en una lista de 100 películas va a aparecer el Padrino III, ¿verdad?).

Michael Corleone, convertido en el capo de su familia mafiosa, se dedica a sus business, lo que implica: a) que intenten matarlo, b) una visita a la Cuba justo antes de la Revolución, c) una investigación del Senado y d) que su matrimonio se vaya al garete. Acaba vengándose de todo y de todos a la manera corleonesca, o sea, con mucha con sangre.

En pequeños flashbacks, cuentan la historia de cómo Vito Andolini de Corleone (Sicilia) se convirtió en Vito Corleone, el mafioso estadounidense. Lo encarna Robert de Niro, y es la parte, para mi gusto, mejor de la película. Pero nunca le he visto relación a las dos historias, no me parece que confluyan en ningún momento.

Por lo visto, la idea de una secuela se les ocurrió ya antes de lanzar la primera y tener el inmenso éxito que tuvo, por eso hay una gran continuidad estilística entre una y otra.

Por razones que nunca he comprendido bien, esta película suelen considerarla un poco mejor que la primera (le he calculado un 9.02 de media cuando El Padrino se queda en un 9.00). Personalmente, así como la primera la he visto varias veces, sin cansarme nunca, esta la habré visto dos o tres nada más y ya vale. El descenso a los infiernos de Al Pacino no me mola nada, casi es para pasar deprisa sus escenas y detenerse cuando aparece Robert de Niro.

Todos nos acordamos de frases célebres de la primera parte, ¿alguien recuerda alguna de esta segunda? (Y no digamos ya de la tercera, ¿alguien recuerda “algo” de la III? Yo sólo que sale Cavalleria rusticana en algún momento).

Tengo la impresión de que Al Pacino se debió creer el mejor actor de su generación, cuando a mí me parece… impostado, bien en su frialdad, bien en sus excesos. Grandilocuente, esa es la palabra con la que yo lo definiría. Los setenta dieron actores muy naturales y no demasiado divos que me convencen bastante más: Robert de Niro es uno, claro. Pero, sin ir más lejos, Harvey Keitel o Gene Hackman actúan con una total competencia y con sencillez (algo totalmente estudiado, fruto del esfuerzo para que no se noten las costuras). En esta película, John Cazale y Robert Duvall demuestran lo bueno que se puede ser sin necesidad de poner cara de besugo-hideputa-mestoycagandoentusmuertosyveráslaquelíocuandosalgamosdaquí. También me llamó la atención Michael V. Gazzo, que interpreta a Frankie Pentangeli, ¡ah, ese final a lo Séneca o Petronio! Talia Shire sigue estupenda y Diane Keaton continúa, en fin, con ganas de ponerse cómoda vestida de Annie Hall.

Consiguió seis Oscars, incluyendo Película, Director y Actor de reparto (De Niro, of course).

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity, Internet Movie Data Base y Sensacine.

jueves, 24 de marzo de 2016

#3 El padrino




The Godfather

Año: 1972
País: Estados Unidos
Director: Francis Ford Coppola
Música: Nino Rota

Si te gusta el cine, obviamente esta es una película que tienes que ver. Una de las mejores de todos los tiempos y la mejor de Francis Ford Coppola, etc. etc.

El argumento es sencillo: cuando el patriarca de una familia mafiosa se niega a entrar en el negocio de las drogas, se desencadena una guerra con muertos por todos los lados, y sus efectos alcanzan hasta a Michael, el hijo pequeño de la familia, que hasta la fecha estaba al margen de la delincuencia.

Básicamente, cómo Michael Corleone se deja seducir por el lado oscuro de la fuerza.

Todo en esta película encaja: el argumento y los personajes, la ambientación porque no deja de ser una película de época que se desarrolla en los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo, las escenas memorables con frases que ya se han hecho míticas (“le voy a hacer una oferta que no va a poder rechazar”, ¿quién no conoce esto?), la música magnífica de Nino Rota…

Desde la escena inicial, de una bulliciosa boda italiana en un jardín, contrastando con la intimidad de una sala umbría en la que se pide un favor al don, mientras este acaricia un gato (uno callejero que se encontró Marlon Brando y lo añadió porque sí, los del método tenían estas cosas)… Como Marlon Brando llevaba mucho maquillaje porque, al fin y al cabo, no había cumplido aún los cincuenta, la iluminación tuvo que ser prioritariamente cenital o indirecta por necesidad. Pero acabó expresando muy bien que estamos ante un submundo de violencia y corrupción.

¿Los actores? Estupendos. Personalmente, me quedo con Marlon Brando y Robert Duvall, pero vamos, que son todos increíbles: Talia Shire, John Cazale, James Caan... Quizá los que menos me convenzan sean el cargante de Al Pacino, que parece un pez boqueando angustiado la mayor parte de la película, y Diane Keaton, que sí, que la adoro, que era nuestra chica progre de los setenta, pero que tiene cara de preguntarse “¿Qué hago yo en una peli así? ¡Socorro, Woody, ven a rescatarme!”.

Y sí, glorifica a la mafia y hace que los delincuentes resulten atractivos. Pero a estas alturas, todos deberíamos tener la brújula moral suficientemente afinada como para que el cine no nos haga perder la perspectiva.

Tuvo tantos premios que mejor os remito a la página de la wikipedia para que los veáis todos. Destacaría el óscar a la mejor película y el de Marlon Brando como mejor actor, lo que sirvió para que Al Pacino se mosquease, porque a él le pusieron de actor de reparto y protestó que él tenía más minutos en pantalla que Brando. También dio lugar a una de las más famosas anécdotas de los Óscar: Brando pasó de ir, en su lugar envió a una actriz de origen indio para quejarse del tratamiento que se daba en Hollywood a los nativos americanos.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity, Internet Movie Data Base y Sensacine.