jueves, 31 de marzo de 2016

#45 Rusalka


Renée Fleming como Rusalka
(Metropolitan, 2014)
Por Bengt Nyman (Flickr: DSC_4229) , via Wikimedia Commons

Rusalka

Estreno: Praga, 31 de marzo de 1901

Compositor: Antonín Dvorak (Dvořák)

Libreto en checo: S. J. Kvapil



Tal día como hoy se estrenó, en el Teatro Nacional de Praga esta que es la única ópera de Dvorak que ha pasado al repertorio y la más representada de las que se cantan en checo.

De esta ópera es popular, sobre todo la “Canción de la luna” que la protagonista canta en el primer acto. Muchas sopranos, de Lucia Popp a Anna Netrebko, la incluyen como piezas de concierto.

La historia es un cuento de hadas sobre una ninfa acuática (la Rusalka del título) que se enamora de un príncipe, y ya sabéis cómo va esto: renuncia a su naturaleza, se transforma en humana, pero no puede hablarle y si resulta que al final él no le es fiel, se condenarán los dos. Tenemos al padre que es otro genio de las aguas, la bruja y una princesa extranjera. Por abreviar: el príncipe sale un poco sapo y los dos se condenan. Sólo si mata al príncipe, se liberará Rusalka de la maldición. No lo hace. Al final, el Príncipe vuelve arrepentido con Rusalka pero es demasiado tarde. La besa, aun sabiendo que eso significa su muerte.

Creo que es una de esas óperas difícil de seguir en grabación para los que no hablamos checo y para disfrutar realmente la historia hay que verla con una puesta en escena imaginativa, vestuario colorido, de manera que la magia de la música y la fantasía de la historia te atrapen.

Para saber más: en este caso, hay un programa de la estupenda This is opera de Ramón Gener que se puede ver en Internet en Televisión Española a la carta. Los que no conozcáis este programa, que no os engañe su título en inglés: se emite en español, con un presentador amenísimo y políglota que merece la pena; incluso quienes no gusten de la ópera se entretendrán, seguro.

Aparte, tenemos siempre la Wikipedia, el libreto en checo-español y discografía de referencia, en Kareol y una curiosa versión de la Canción de la Luna cantada por Netrebko en un estilo de videoclip popero.

En el enlace de Kareol tenéis mencionada discografía de referencia. Por destacar una grabación, recomendaría la dirigida por Václav Neumann para Suprephon con la Filarmónica de Praga. Es del año 1982, y tiene como intérpretes a Gabriela Benacková, Wieslaw Ochman, Richard Novák, Vera Soukopová y Drahomira Drobklová. Pero con la advertencia de siempre: en esto cada uno tiene sus gustos.

martes, 29 de marzo de 2016

#10 Eugenio Oneguin


Duelo de Eugenio Oneguin y Vladímir Lenski, por Iliá Repin
(acuarela, 1899, Museo Pushkin)
[Dominio público], vía Wikimedia Commons



Евгений Онегин, Yevgueni Oneguin

Estreno: Moscú, 29 de marzo de 1879
Compositor: P. I. Chaikovski
Libreto en ruso: Konstantín Shilovski y Modest Chaikovski



Tal día como hoy se estrenó, en el Teatro Maliy, y con estudiantes del Conservatorio, ésta que es la ópera rusa más popular.

Aunque sabía que Chaikovski había compuesto óperas, no descubrí esta hasta que oí una grabación del aria de Lenski (Kuda, kuda…) por el tenor sueco Nicolai Gedda.

Terriblemente melancólica y romántica, el tenor la canta justo antes de batirse en duelo con su mejor amigo. Empieza con el clásico tema del Ubi sunt?, “¿dónde quedaron los dorados días de mi juventud?” Y luego se pregunta quién lo recordará cuando se muera.

Acto I: Lenski llega a casa de su novia, en el campo, acompañado por su amigo Oneguin. A éste no le llama la atención Olga, sino su hermana Tatiana, joven y romántica, que sueña con amores como los de los libros. Tatiana reconoce al instante en Oneguin el hombre soñado. En una noche febril, le escribe una carta apasionada a la que él responderá, al día siguiente, sobradete: sí, muy bien, si yo fuera de los que se casan, tú serías mi elección, pero yo soy un héroe romántico que busca la vida, la libertad, la aventura,… otra cosa. Y además, en cualquier caso, me olvidarás.

Tatiana queda avergonzada y chasqueada.

Acto II: Un baile en el curso del cual Oneguin tontea con Olga, la novia de su amigo, hasta llegar al punto de que este, celoso, lo desafía en duelo. Dado que la ópera se titula Eugenio Oneguin y no Lenski, comprenderéis quién muere y quién sobrevive.

Acto III: Fast foward varios años. Tatiana se ha casado con un príncipe ya madurito. Es una mujer espléndida que se mueve majestuosamente por los salones de la nobleza. Oneguin, que ha viajado por el mundo, no es más feliz ahora que cuando se fue. Al ver la impresionante dama en la que se ha convertido aquella muchachita del campo, decide que está enamorado de ella.

Tatiana, muy madura y digna, reconoce que le sigue amando, pero que cumplirá los votos que hizo al casarse.

Oneguin queda solo, dándose cuenta de que tuvo la felicidad en la mano y lo echó a perder.

Es una ópera de estilo totalmente occidental, relativamente breve (unas dos horas y media). De los diversos momentos, me quedo con la Kuda, kuda vi udalilis de Lenski, pero también con la escena de la carta de Tatiana en el primer acto: Puskai pogibnu ya, no pryezhde.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, el libreto en ruso-español en Kareol y un ejemplo, Kuda Kuda cantado por Gedda que encontré por You Tube.

En Kareol tenéis también tres grabaciones de referencia. Por destacar una, recomendaría la de Jaikin para Legato / Melodiya (1956), con Galina Vishenevskaia, Larisa Avdeieva, Evgeni Belov, Sergei Lemeshev, Ivan Petrov, así como el coro y orquesta del Teatro Bolshói. Pero ya sabemos que esto depende mucho del gusto de cada uno.

P. D. La historia de Eugenio Oneguin la podéis leer en el poema original de Pushkin (Cátedra tiene edición bilingüe asequible), en esta ópera, o la película que hizo en 1998  Martha Fiennes. Para mi, Oneguin y Tatiana tendrán por siempre los rostros de Ralph Fiennes y Liv Tyler.

domingo, 27 de marzo de 2016

#1 Venus de Willendorf



User:MatthiasKabel para wikicommons
2007
Ubicación: Museo de Historia Natural (Viena)
Fecha: aprox. 20 000 – 22 000 a. C. (en la página web del Museo la datan 29 500 a. C., pero bueno "en tratándose" de arte prehistórico qué son unos miles de años arriba o abajo)
Estilo: Arte prehistórico



Un homenaje a nuestra infinita capacidad de supervivencia como especie.

Empiezo esta lista con una de las "piezas artísticas" más antiguas, la llamada Venus de Willendorf. El que reciba ese nombre no significa que sea una diosa, ni un ideal de belleza prehistórico. Hay bastantes figuritas de este tipo que se encuentran por casi toda Europa (de Francia a Siberia), pero nadie sabe seguro lo que es: puede representar una diosa (la Diosa madre primigenia), sí, pero también ser un amuleto, un objeto votivo,…

Lo que queda claro es que era un objeto que llevaban consigo los hombres primitivos, nómadas, y que se relaciona con la fertilidad, bien de la tierra bien de la humanidad.

En la cabeza parece llevar un gorro, o un peinado de trenzas, o quizá sean rizos. Tiene exagerado el tamaño de los pechos, el vientre, el trasero, los muslos. En cambio, los bracicos son pequeños y se doblan por encima de los pechos, y las piernas, de rodilla para abajo, también son poca cosa.

Se le llama esteatopigia, por aquello de la grasa acumulada en las nalgas. Siempre que veo este tipo de imagen, pienso en que somos mutantes supervivientes. La Humanidad ha pasado hambre la mayor parte de nuestra historia. Se comía poco, lo que se recolectaba o piezas pequeñitas de caza o pesca. Sólo cuando se abatía o se encontraba una pieza grande, se daban el atracón, por eso lo importante era que se conservaran bien los nutrientes en nuestro cuerpo, para ir tirando poco a poco de reservas.

Los genes que pasaron a la siguiente generación fueron aquellos que consiguieron almacenar con mayor eficacia el alimento, en forma de grasa. Esta capacidad de acumular el exceso en forma de grasa es lo que nos salvó de la extinción en época de hambrunas. Por eso se puede hacer huelga de hambre durante semanas o meses sin irreparables daños corporales.

Sólo en el último medio siglo, y únicamente en parte de Occidente (recordemos, en España, en la posguerra, se pasó hambre, mucha, ¡qué olvidadizos somos!), se empezó a tener más comida que hambre. Lo que nos permitió sobrevivir como especie ahora contribuye a problemas cardiovasculares. Pero no le echemos la culpa a esta prodigiosa habilidad de nuestro cuerpo, sino más bien a nuestro sedentarismo.

Para saber un poco más de esta pieza, como siempre, tenemos la wikipedia y en la página ArteHistoria hay un artículo sobre las venus prehistóricas. Dejo también enlace al Museo de Historia Natural de Viena, en inglés.

sábado, 26 de marzo de 2016

#9 El padrino: Parte II



The Godfather: Part II
Film Affinity

Año: 1974
País: Estados Unidos
Director: Francis Ford Coppola
Música: Nino Rota, Carmine Coppola

Ya que el otro día hablé de El padrino (1972), cierro el tema con El padrino: Parte II.

(No creeréis de verdad que en una lista de 100 películas va a aparecer el Padrino III, ¿verdad?).

Michael Corleone, convertido en el capo de su familia mafiosa, se dedica a sus business, lo que implica: a) que intenten matarlo, b) una visita a la Cuba justo antes de la Revolución, c) una investigación del Senado y d) que su matrimonio se vaya al garete. Acaba vengándose de todo y de todos a la manera corleonesca, o sea, con mucha con sangre.

En pequeños flashbacks, cuentan la historia de cómo Vito Andolini de Corleone (Sicilia) se convirtió en Vito Corleone, el mafioso estadounidense. Lo encarna Robert de Niro, y es la parte, para mi gusto, mejor de la película. Pero nunca le he visto relación a las dos historias, no me parece que confluyan en ningún momento.

Por lo visto, la idea de una secuela se les ocurrió ya antes de lanzar la primera y tener el inmenso éxito que tuvo, por eso hay una gran continuidad estilística entre una y otra.

Por razones que nunca he comprendido bien, esta película suelen considerarla un poco mejor que la primera (le he calculado un 9.02 de media cuando El Padrino se queda en un 9.00). Personalmente, así como la primera la he visto varias veces, sin cansarme nunca, esta la habré visto dos o tres nada más y ya vale. El descenso a los infiernos de Al Pacino no me mola nada, casi es para pasar deprisa sus escenas y detenerse cuando aparece Robert de Niro.

Todos nos acordamos de frases célebres de la primera parte, ¿alguien recuerda alguna de esta segunda? (Y no digamos ya de la tercera, ¿alguien recuerda “algo” de la III? Yo sólo que sale Cavalleria rusticana en algún momento).

Tengo la impresión de que Al Pacino se debió creer el mejor actor de su generación, cuando a mí me parece… impostado, bien en su frialdad, bien en sus excesos. Grandilocuente, esa es la palabra con la que yo lo definiría. Los setenta dieron actores muy naturales y no demasiado divos que me convencen bastante más: Robert de Niro es uno, claro. Pero, sin ir más lejos, Harvey Keitel o Gene Hackman actúan con una total competencia y con sencillez (algo totalmente estudiado, fruto del esfuerzo para que no se noten las costuras). En esta película, John Cazale y Robert Duvall demuestran lo bueno que se puede ser sin necesidad de poner cara de besugo-hideputa-mestoycagandoentusmuertosyveráslaquelíocuandosalgamosdaquí. También me llamó la atención Michael V. Gazzo, que interpreta a Frankie Pentangeli, ¡ah, ese final a lo Séneca o Petronio! Talia Shire sigue estupenda y Diane Keaton continúa, en fin, con ganas de ponerse cómoda vestida de Annie Hall.

Consiguió seis Oscars, incluyendo Película, Director y Actor de reparto (De Niro, of course).

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity, Internet Movie Data Base y Sensacine.