Mostrando entradas con la etiqueta Cine de acción. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cine de acción. Mostrar todas las entradas

domingo, 23 de enero de 2022

#53 El salario del miedo

 

Póster en FilmAffinity


 



 

Le salaire de la peur

Año: 1953

País: Francia

Dirección: Henri-Georges Clouzot

Música: Georges Auric

 

¡Es domingo, toca ir al cine! ¿Qué os traigo hoy? Pues de nuevo un clásico del cine francés, suspense angustioso bastante nihilista

Este clásico del cine francés es anterior a la nouvelle vogue, así que cuando salió, ni los antiguos ni los modernos lo acogieron como una obra de las suyas. El tiempo, que pone todo en su sitio, ha revalorizado esta historia, y actualmente podría considerarse película de esas que llaman «de culto».

Se la recuerda sobre todo por la parte de suspense, cómo consigue tenerte en vilo durante toda la segunda mitad de la película. Llega a ser casi insoportable esa tensión constante. Hay más suspense en el mundo cinematográfico que el del Hitchcock.

Es una de esas películas angustiosas, en las que sabes que va a pasar algo malo y estás todo el rato esperando que pase. Si fuera una americana te puede quedar la esperanza de un final feliz, pero es francesa, así que muchas cosas pueden ir mal. De hecho, todo puede ir mal. De ahí el punto cínico y nihilista de la historia. Hasta absurdo en su desgracia, sin sentido, sin más lógica que la vida es así.

Os cuento de qué va. En un país ficticio de Hispanoamérica hay una localidad, Las Piedras, bastante miserable. Allí han ido a parar, arrastrados por la resaca de la guerra, toda una serie de expatriados europeos, italianos, franceses, etc. Gente que malvive, a salto de mata.

Durante casi una hora, te describen cómo es aquella existencia entre los foráneos y los locales. La única fuente de riqueza que es el petróleo que explota una compañía estadounidense. Esta parte se te puede hacer un poco larga, lo reconozco.

Además, es una de las pocas veces en las que el doblaje mejora la película. Hay distintos idiomas, francés, italiano, inglés, según qué personaje habla. Pero lo insufrible es el supuesto español de los personajes que se supone que son nativos. De verdad.

Véra Clouzot, que interpreta al único personaje femenino de cierta relevancia, es una actriz brasileña guapísima y sexi (es memorable su primera escena, con una camiseta a rayas sin sujetador debajo), pero más mala que la quina. No me extraña que solo trabajara con su marido. Cuando habla en español te rechina todo. Ello no quita que su personaje resulte bastante tremendo, porque la chulean y maltratan cosa mala, a la pobre.

Pero no es solo ella, también los secundarios parecen muchas veces actores aficionados, casi todo suena falso.

Una vez que superas esa primera hora, más o menos, llegas al meollo de la película. Y ahí se vuelve inmensa. Resulta que cuatro de esos desesperados aceptan transportar nitroglicerina, a cambio de un buen dinero. Claro, porque es peligrosísimo: lo más probable es que estalle por el camino, y al final ninguno llegue.

Toda esta parte es lo mejor de la película, memorable. Esos cuatro actores magníficos que se suben a dos camiones y emprenden una carretera al infierno. Les pasará de todo. Especialmente destaca la pareja interpretada por Yves Montand y Charles Vanel. El primero, un tipo bueno para nada, se crece, y saca lo peor y lo mejor de sí en el camino. El otro, que parecía un matón, un tipo duro, se va descomponiendo conforme el miedo hace presa de él.

La forma, por supuesto, es magnífica. La fotografía en blanco y negro, los encuadres, la composición de cada escena, las luces y las sombras… Casi en cada momento hay una fotografía que podrías tener en tu casa, un embellecimiento de la miseria que recuerda a las imágenes de Sebastião Salgado.

Las imágenes de Montand y Vanel con los rostros sucios, en el camión, casi al final, son simplemente increíbles. Se te quedan grabadas.

Si te gusta el cine, me parece una película imprescindible. Si te van simplemente las pelis, la primera parte te resultará muy lenta; ahora, la segunda es totalmente aventurera y te tendrá con el corazón en un puño.

En el festival de Cannes de 1953, tuvo el Gran Premio y Charles Vanel obtuvo una mención especial al mejor actor. La película tuvo también el Oso de Oro en el Festival de Berlín y fue elegida mejor película en los Premios BAFTA de 1954.

Como curiosidad diré que en España se estrenó cortada, por lo que algunas escenas simplemente aquí no se vieron. Por tema sexual, sobre todo. Lo llamativo es que en EE. UU. también se cortaron otras cosas, más por el talante político. 

Podéis leer más en la Wikipedia, Film Affinity, o la Internet Movie Data Base.

Si la veis, luego podéis atender al coloquio que hicieron en «¡Qué grande es el cine!» en el año 2003, creo. Son varios cortes, pero va enlazando You Tube una parte con otra, sin problema.



domingo, 16 de enero de 2022

#41 Rififi

 

Póster en FilmAffinity


 


 


Du rififi chez les hommes

Año: 1955

País: Francia

Dirección: Jules Dassin

Música: Georges Auric

 

Un golpe de antología, la madre de todas las películas de robos

 

Por el macartismo, Jules Dassin se vio obligado a dejar los Estados Unidos y recalar en Europa, donde podía seguir trabajando de lo suyo.

Una de sus mejores películas, y de las más célebres, es esta que va en torno a un golpe, un robo a una joyería. Tiene escena de antología, que es la más mencionada, el transcurso del robo: una media hora de silencio, sin palabras, sin música, solo con los ocasionales ruidos de los perpetradores del atraco. No te han contado antes lo que piensan hacer, así que tú lo miras, intrigada a ver cómo van a conseguir su propósito. Es alucinante como te enseña el paso del tiempo, cómo van reaccionando los atracadores, el sudor, los nervios, la precisión... Solo por esa escena merece la pena ver esta peli.

Diría que es la madre de todas las escenas de robos. De hecho, toda la película sería como una de las pioneras en este tipo de pelis, las de robos (heist film en inglés), en la que destacan obras como Ocean’s eleven (la de 1960, con remake en 2001), mismamente.

Es una de esas películas brillantes basadas en libros cutres. Echas una ojada a la vida del hampa pero no se trata de que simpatices con ellos, no. Te presenta su vida descarnada. Tony Le Stephanois (Jean Servais) es el delincuente mayor, acaba de salir de la cárcel, al principio no quiere líos, pero fácilmente se implica en dar un golpe a una joyería. Como todas las historias de este tipo, se reúnen un grupo de delincuentes diversos, su amigo Jo le Suédois (Carl Möhner) guapetón y padre de familia, el franco-italiano Mario Farrati (Robert Manuel) y lo redondean con el experto de Milán, César/Cesare le Milanois (el propio Jules Dassin).

En cuanto al formato, nos encontramos con una de esas películas en un blanco y negro estupendo, con interpretaciones precisas, nada exageradas, miradas y gestos cortantes… Nos sirve además para echar una ojeada a ese París de la posguerra algo sórdido, tirando a pobretón, brutal, en el que la gente se busca la vida.

Lo que menos me entusiasma es la representación de la mujer, muy antipático y tópico. Muñecas bien vestidas, seductoras, o madres sufrientes, nada que se eleve mínimamente sobre el tópico. A mi modo de ver. 

Este film fue al festival de Cannes donde tuvo el premio al mejor director. Fue precisamente ahí donde conoció a la actriz griega Melina Mercouri, la cosa es que luego rodaron juntos y casi una década después, (aquí viene el momento Sálvame) se casaron. En 1956, Rififi fue incluido por National Board of Review entre las Top mejores películas extranjeras.

Podéis leer más en la Wikipedia, Film Affinity, o la Internet Movie Data Base.

domingo, 5 de septiembre de 2021

#84 En busca del arca perdida

 

Póster en FilmAffinity


 



Indiana Jones: Raiders of the lost ark

Año: 1981

País: Estados Unidos

Dirección: Steven Spielberg

Música: John Williams

 

Una de aventuras al estilo antiguo

 

Otra de esas películas que he visto tantas veces que he perdido la cuenta. Porque, bueno, Harry, you know.

La última vez, este mismo verano de 2021, en el avión. Mis nativos digitales me enseñaron que podía ponerme Prime en el móvil y así ver películas o documentales durante el viaje. Me amenizó el viaje hasta Canarias.

De nuevo, me quedé enganchada de esta historia sobre el arqueólogo sexi de los años treinta que intenta localizar el arca de la alianza antes de que la encuentren los nazis. Por el camino, retomará la relación con Marion, una antigua novia con la que rompió de mala manera.

La historia nos llevará de Estados Unidos al Himalaya y luego a Egipto, para rematar la faena en una isla del Mediterráneo, con una escena horrible cuando se desata la furia divina contra los que se han atrevido a abrir el arca.

Si no has visto la película, encontrarás puro entretenimiento, con todos los tópicos del mundo. El héroe valiente, la damisela en peligro, el sidekick nativo, el malote del parche en el ojo, los nazis remalos… Todo muy cliché, pero funciona a la perfección.

Lo importante es que te dejes llevar y no andes buscándole vueltas a lo fantasioso de la historia o al orientalismo de papel maché.

Siempre hay algo nuevo cada vez que veo la película. Esta vez me fijaba más en cómo trata el tópico de la second chance in love, lo poco científico que es Indiana (el antiarqueólogo), y en si tiene o no razón Amy (Big Bang Theory), cuando dice que la presencia de Indiana Jones es innecesaria para el desarrollo de los acontecimientos. Su teoría asegura que el mayor plot-hole del guión es muy obvio: de no existir el héroe los nazis habrían descubierto el Arca igualmente, se habrían fundido al abrirlo y el resultado final sería el mismo, convirtiendo la figura protagonista en prescindible.

Sobre objeciones a esta teoría de Amy y otras cosas ilógicas de Indiana Jones, podéis leer el resto del artículo en Jotdown. Te echas unas risas.

La cosa es que a mí me encanta. Indy es necesario porque, bueno, por Harrison Ford, ¿qué queréis que os diga? Ahora las cosas son de otra manera, vale, pero la escena entre Indy y Marion en el barco mercante fue, para mi yo de doce años, lo más sexi del mundo.

Obtuvo cinco premios Óscar (de los técnicos, montaje, dirección artística, esas cosas), el premio BAFTA al diseño de producción, y Spielberg fue elegido el mejor director por la Asociación de Críticos de Boston. Por lo visto, en 2008 la revista Empire la puso la segunda en su ránking de su lista de las «500 mejores películas de todos los tiempos».

Es uno de esos clásicos con muchas anécdotas e historias detrás de su creación. Cómo George Lucas ideó el personaje, y acabó decidiendo hacer esta película mientras hablaba con Spielberg en la playa; cómo Lucas rechazaba a Harrison Ford para protagonizarlo, y al final lo aceptó, a petición de Spielberg; o la curiosidad de que el U-Boot que aparece se lo alquilaron al equipo de producción de Das Boot (1981), una peli que a día de hoy no sé si meteré o no en mi lista de cien.

Si queréis saber estas y otras chuminadas, ya sabéis, para eso están la Wikipedia, Film Affinity, o la Internet Movie Data Base.

Os dejo aquí el tráiler en castellano, para echarle una ojeada a Indy.


 

domingo, 29 de agosto de 2021

#57 Con la muerte en los talones

 

Póster en FilmAffinity


 



North by Northwest

Año: 1959

País: Estados Unidos

Dirección: Alfred Hitchcock

Música: Bernard Herrmann

 

Suspense romántico del bueno, con su toque de humor

 

La de veces que habré visto esta película, ¡ya ni me acuerdo!

Para mí es un modelo de suspense romántico, pues hay una trama de intriga que está entrelazada con la relación de la pareja protagonista.

Tenemos a un ejecutivo de publicidad, Roger O. Thornhill, un tipo vivalavirgen que ya lleva un par de matrimonios a sus espaldas. Se lleva bien con su madre, lo que da lugar a graciosos diálogos entre ellos.

La intriga en sí nace de que los malos de la película creen que Thornhill es un espía del gobierno, llamado George Kaplan. Por eso lo secuestran y lo intentan matar, aunque se escapa. Cuando le cuenta a la policía (y a su madre) lo que le ha pasado, no le creen, y los intentos de demostrar la realidad de haber sido víctima de una delito acaban siendo contraproducentes.

Luego hay un asesinato de verdad, del que este Roger es sospechoso y emprenderá la huida. Ahí es donde se cruza su camino con una mujer atractiva, una de esas rubias supuestamente frías tan de Hitchcock con la que cruza diálogos de doble sentido. Acabarán enrollándose, con aparentes traiciones entre uno y otro, y cierta colaboración para perseguir a los malotes.

Pero no te preocupes si la estás viendo y no entiendes ni papa.

Cary Grant le dijo a Alfred Hitchcock en pleno rodaje de Con la muerte en los talones: «Creo que es un guion espantoso, pues hemos rodado el primer tercio del film, ocurren toda clase de cosas, y no comprendo en absoluto de qué se trata».

Pág. 601 de Alfred Hitchcock. Todas las películas. Ed. Paul Duncan, ensayos de Paul Duncan, Ed. Taschen

El argumento en sí es retorcido y se basa en una confusión de identidad. Los malos creen que Roger es un espía del gobierno, y él no es capaz de demostrar lo contrario. Al final se ve implicado en una trama para que los malos no se lleven un microfilm y de paso salvar a la muchacha, Eve Kendall, interpretada por Eva Marie Saint. Pero ya digo que el lío argumental es solo una excusa, lo importante es el estilo.

El atractivo de esta película sigue tan fresco como el primer día, con una serie de escenas que se te quedan en la retina. Obviamente, todos recordamos la de Cary Grant perseguido por una avioneta fumigadora. Pero a mí me encantan los momentos de humor. Especialmente uno que hay al principio, entran en el ascensor Roger, su madre y los asesinos. La madre, que no se cree una palabra de lo que le dice el libertino de su hijo, les pregunta a estos, irónicamente,

You gentlemen aren’t REALLY trying to kill my son, are you?

[Ustedes, caballeros, no estarán realmente tratando de matar a mi hijo, ¿verdad?]

O bien cuando Thornhill intenta comprar un billete de tren, y se pone gafas de sol para ocultar su identidad:

(Vendedor de billetes) ¿Le pasa algo en sus ojos?

(Roger Thornhill) Sí, son alérgicos a las preguntas.

Una película, o una novela, de suspense, son tan buenas (o tan malas) como el malo. Y el de aquí está bastante bien. Por un lado, el traficante de microfilms, Vandamm, interpretado por el excelente actor inglés James Mason, que tiene a Eve como acompañante. A su lado, Martin Landau interpreta a su sidekick, Leonard, un hombre joven y guapo que es obvio que está enamorado de su jefe Vandamm y odia a Eve, por ser la mujer con la que Vandamm está. ¿Evidente? Sí, pese a la censura de la época, de hecho hay una escena en que el propio Vandamm le pregunta si está celoso.

Los actores están estupendos. Es uno de esos casos en los que no puedes imaginarte el personaje con otra cara. Cary Grant está perfecto. Es curioso, pero él y el director no acababan de llevarse bien. Decía Grant: «A Hitchcock le gusto mucho, pero al mismo tiempo me detesta». Y es que Grant era todo lo que Hitch no era ni podía ser: galán, atractivo (al parecer para ambos sexos), sano y con una vida de lo más entretenida.

Desde luego, las películas que más me gustan de Hitchcock son dos con Cary Grant, esta y Notorious (Encadenados) otra de suspense romántico.

Y es que sí, el suspense romántico es un género que se da no solo en las novelas. Hay frases, diálogos, aquí, que son totalmente de escritora de romántica actual y, sin embargo, tienen ya más de medio siglo:

(Roger) Cuando encuentro a una mujer atractiva tengo que empezar a fingir que no abrigo deseos de pretenderla.

(Eve) ¿Y por qué cree usted que tiene que ocultarlo?

(Roger) A ella podría disgustarle la idea.

(Eve) O es posible que no.

Esta película pertenece a la época con más éxito de Hitchcock, entre Vértigo (de entre los muertos) y Psicosis, aunque me gusta mucho más que cualquiera de esas dos.

Una peli entretenidísima, con su punto de intriga, momentos de humor y otros de tensa persecución, más un romance en el que no faltan el deseo, la desconfianza, y renuente colaboración.

Con la muerte en los talones ganó el premio al mejor director (exaequo) en el Festival de San Sebastián, y el David de Donatello al mejor actor extranjero (Cary Grant). Hitchcock estuvo nominado en diversos premios como mejor director, pero no consiguió ninguno. Las películas amenas y con final feliz ya se sabe que no suelen premiarse, prefieren los dramones, como si entretener y hacer reír (o sonreír) fuera tan fácil…

Si tenéis la oportunidad, vedla, de verdad, pasareis un buen rato. Como suele ser habitual, en original le sacas más la gracia al timing y el tonillo en que hablan especialmente Roger y su madre. Por cierto que como curiosidad hay que decir que la actriz que hacía de madre de Cary Grant, Jessie Royce (n. 1896), solo era ocho años mayor que Cary (n. 1904). El cine tiene estas cosas. A suspender la incredulidad toca.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity, o la Internet Movie Data Base.

domingo, 16 de mayo de 2021

#50 El Señor de los anillos: La comunidad del anillo

 


The Lord of the Rings: The fellowship of the ring

Año: 2001

País: Nueva Zelanda

Dirección: Peter Jackson

Música: Howard Shore

 

Frikis del mundo, unámonos

 

Para elaborar este comentario, he aprovechado para ver La comunidad del anillo por enésima vez, esta vez aprovechando la versión extendida en MoviStar +.

El neozelandés Peter Jackson dirigió tres películas, una por cada una de las novelas de El señor de los anillos. Por lo tanto, no es esta primera película autoconclusiva, aunque tiene un cierre de primer acto muy bueno.

Ya sabéis, en este mundo de fantasía épica hay un anillo de poder que domina a todos los demás, y ha ido a parar a las manos de Frodo, un hobbit, criatura sencilla donde las haya, que gustan de los amigos y la buena vida. Les tengo mucho cariño yo a los hobbits, tal vez porque a mí me lo llaman, por ser la más bajita de la casa y además desayunar dos veces (es lo que tiene ser funcionario).

En este mundo de hombres, enanos, elfos y magos, los hobbits son gentes poco inclinadas a la épica, y sin embargo, les tocará arrimar el hombro frente a las fuerzas del mal, y lo asumen con naturalidad, poniendo lo mejor de ellos mismos.

Como de los libros ya hablé aquí, no me voy a extender en explicar de qué va la historia, solo comentaré algo de la adaptación cinematográfica.

Una historia de fantasía épica exige que mucho momento bigger than life, y el director Peter Jackson lo consiguió gracias a los espectaculares paisajes neozelandeses, un casting excelente, una partitura inspirada... O sea qué os voy a contar que no sepáis. 

Para estas cosas hay que saber buscar a actores buenos de verdad, que no le hagan ascos a una historia mítica e interpreten de manera muy creíble a estas criaturas imaginarias. Yo destacaría a Ian McKellen, por supuesto, como el formidable Gandalf, así como a mi admirado Sean Bean, pobrecico qué mala suerte tiene siempre, lo que me gusta a mí este actor y siempre le tienen que poner en plan trágico…

Como tengo debilidad por el personaje de Sam, leal, constante, un tipo fiel que en ningún momento duda de cuál es su papel en la historia y a quien el anillo no tienta lo más mínimo, he de mencionar a Sean Austin, que le pone la cara perfecta.

De las mujeres, me quedo con la superlativa Cate Blanchett y su breve aparición como Galadriel. No puedes dejar de mirarla: la cara, los ademanes, la forma de hablar y caminar,... todo te deja, simplemente, encandilada.

Con todo, yo me quedo con el paisaje montañoso de Nueva Zelanda, los personajes recorren incansables llanuras, pedregales y montañas nevadas.

En mi opinión, es uno de los mejores ejemplos de lo que es una novela adaptada al cine. He leído críticas de algún fan de Tolkien reprochando que se aparte de esto o aquello. Mi perspectiva es otra. Una película basada en una novela, o en una obra de teatro, o un cómic, no es una ilustración del libro.

No, en realidad es la misma historia contada de otra manera, cinematográfica, aprovechando movimientos de cámara, encuadres, personas que ponen sus rostros y sus emociones, la música, las diferentes voces,…. 

En fin, la maravilla que es el cine al servicio de la historia, no del libro.

Esto exige, muchas veces, quitar escenas o personajes y alargar otros o resumir determinadas conversaciones. Todo al servicio de que la película funcione como película. En mi opinión, Peter Jackson lo logró con creces, mostrándonos una historia épica, con personajes queridos, una música que se te queda en la cabeza y frases inolvidables, y no, no solo para hacer memes como Run you fools!

¿Mi favorita? Esta, por supuesto:

Frodo: “I wish it need not have happened in my time”.

Gandalf: “So do I. And so do all who live to see such times. But that is not for them to decide. All we have to decide is what to do with the time that is given us.”

La idea básica es que no podemos escoger el tiempo en el que vivir, todo lo que tenemos que decidir es qué hacer con el tiempo que se nos da.

Y como este es mi blog, os lo pongo



Como proyecto cinematográfico, resulta impresionante. Las tres películas se fueron grabando al mismo tiempo, en un rodaje exigente en el que más de un actor acabó lesionado. Llevó años… el rodaje en sí fue, según compruebo en la Wikipedia, desde octubre de 1999 hasta diciembre de 2000. Pero luego cada peli llevó una posproducción de un año.

Hubo muchos efectos especiales que hacen más real toda esta fantasía. No habría podido hacerse antes, o no de esta manera. En esto también me parece ejemplar, con los efectos al servicio de la historia, y no al revés. Pero también es bueno que se tiró de lo de toda la vida como un maquillaje soberbio, el recurso a dobles especialistas, y paisajes reales.

Una película tan excepcionalmente buena estuvo bastante nominada y premiada, así que solo mencionaré algunos. En los Óscar consiguió cuatro: fotografía, banda sonora, efectos visuales y maquillaje. Ganó cuatro premios BAFTA, incluyendo mejor película y director. Como secundario, McKellen tuvo el precio Saturn y también el del Sindicato de Actores (SAG).

No diría que es de mis pelis favoritas, pero sí de esas tan agradables de ver que nunca te cansas, y aunque empieces diciendo que solo vas a ver un poco,… al final acabas viéndola entera.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity, o la Internet Movie Data Base.

domingo, 8 de noviembre de 2020

#69 Blade Runner

 


Blade Runner

Año: 1982

País: Estados Unidos

Dirección: Ridley Scott

Música: Vangelis

 

Como es domingo, nos vamos al cine a ver… cosas que vosotros no creeríais

 

En cierta ocasión, hace unos cuantos años, calculé qué película era la que había visto más veces en mi vida. Creo que fue esta; ahora tengo mis dudas de si fue está o La guerra de las galaxias, pero una de esas dos seguro.

 Tienen en común que ambas son de ciencia ficción y el protagonista es Harrison Ford. Una la vi en mi infancia y otra en mi adolescencia. Tengo la impresión de que nuestros gustos se suelen conformar en esa época de la vida en que todo es nuevo, al menos en lo que se refiere al arte, a la música, al cine, la literatura… y la mía quedó formada de esa manera.

 Como la vi en el momento de su estreno, aún puedo recordar que no fue recibida con especial entusiasmo. Las críticas hablaban un poco con ese tonillo de superioridad, un poco como si cada uno fuera un Truffaut, cuando en realidad, verlo probablemente el director francés fuera más tolerante que la mayor parte de los letraheridos. Ahora que lo pienso, cuando hablamos de cine, letraheridos igual no es un término adecuado; tengo que buscar algo otro.

 Esta película es de ciencia ficción pero no es una space opera como era La guerra de las galaxias. Ésta es ciencia ficción futurista bueno lo era entonces se supone ambientada en noviembre de 2019 y fijaros eso ya pasó.  Es un mundo en el que gracias a la ingeniería genética se ha conseguido hacer unos robots prácticamente iguales a los humanos pero mejorados en algunas de sus capacidades. Son los replicantes, y el modelo más avanzado, el Nexus 6, usados para colonizar el espacio exterior,  y como representan un peligro para la especie humana tienen un límite no pueden vivir más de cuatro años.

 Tienen prohibido entrar en el planeta Tierra. En caso de que lo hagan, un grupo policial llamado blade runners los “retiran”, o sea, matan a estas máquinas biológicas. Cuando un grupo de cuatro infringen la prohibición, será tarea de Dekker (Harrison Ford) el retirarlos.

 Es un tipo desencantado, que al principio de la película dice que está retirado de estas cosas. Pero es consciente de que estos robots en un peligro. Y entonces se pone a ello, a averiguar dónde pueden estar estos robots.

 En mitad de su misión se le suma otro Nexus 6 al que retirar: Rachel, una replicante que, al principio, ni siquiera sabe que lo es. Su relación con Dekker es la parte “romántica” (de consentimiento dudoso en algún caso, ya sabéis, estamos en los ochenta) de la historia.

 ¿Por qué me gustó en su momento? La vi y se convirtió en mi película favorita automáticamente, a diferencia de lo que decían los críticos. A ver, yo leo las críticas porque suelen escribirlas personas que saben mucho del cine (mucho más que yo) y analizan las cosas de forma brillante. Sin embargo, yo los veo más como a los economistas o los historiadores: lo suyo es analizar lo ya ocurrido, no predecir el futuro. En ese mismo sentido, creo que los críticos de arte son arqueólogos. No veo que tengo una especial lucidez a la hora de señalar que qué películas van a sobrevivir a su temporada en taquilla. 

 A mí, adolescente criada a los pechos de Lucas, Spielberg… e Ingmar Bergman, esta película me fascinó. Aquella muchacha que yo era buscaba la aventura y la trascendencia, el romance y las reflexiones filosóficas, el desencanto y la belleza… Esta película tiene un poco de todo eso. 

La he vuelto a ver por enésima vez y me ha seguido encantando. Una mirada de Harrison Ford o Rutger Hauer merece la pena.

 La dirección artística es fabulosa a la hora de recrear un mundo futurista en tono sombrío, o sea, una distopía. Vale, sí, bueno, como todos, fueron incapaces de predecir algo como el iPhone, de acuerdo, eso fue una genialidad de Apple por mucho que el mindundi de Errejón crea lo contrario. 

A esa puesta en escena excepcionalmente evocadora, hay que incluir un guion que no da un momento de respiro, no sobra una escena. 

Las interpretaciones son muy correctas, nada exageradas, de actores profesionales que buscan más la naturalidad, de los que a mí me gustan, y palabras... las justas.

 Me doy cuenta de que la ciencia ficción me gusta, pero no la dura, sino cuando se mezcla con otro género, como el romántico o, en este caso, el suspense policial, de ahí que se la califique también como neo-noir. Aquí hay una parte de investigación puramente policíal, con Dekker siguiendo una serie de pistas.

 De esta película hay varias versiones, y a mí me da un poco lo mismo una que otra. La que más veces he visto creo que fue la primera, con voz en off. Luego Ridley Scott hizo un director’s cut, le quitó esa voz en off, metió por ahí una escena de un unicornio y quitó el final en el que se ve a los protagonistas fuera de Los Ángeles.

 Ahora que la he visto, me he fijado más en los personajes femeninos. Las replicantes están sexualizadas al estilo de los ochenta, más que los hombres. Pero, al mismo tiempo, son luchadoras y peleonas. Eso sí, las combatientes se mueren y la que tiene un rol más femenino es la que sobrevive. Usar el cuerpo como objeto tiene sentido para que veas la humanidad de los robots.  En ese sentido también hay un uso del físico impresionante de Rutger Hauer, a ver según los parámetros que a mí me gustan, tipo armario empotrado, no es un lánguido flacucho ni hipermusculado, no, lo que tiene es un físico varonil, de hombre maduro.

 El paso de los años ha determinado no que el cuerpo de las mujeres deja de estar sexualizado, sino que se sexualice el cuerpo de los hombres. Claro, pensando en la última de Tarantino y el momento en el que Brad Pitt se quitó la camiseta,… yo sería muy hipócrita si me quejara de esto.

 Ya sabéis como soy, no tengo remedio.

 Ridley Scott es uno de los directores que suele acertar con el tipo de actor y el tipo de historia que a mí me gusta que me cuenten y eso a pesar de que hace películas muy diferentes aparentemente o que pertenecen a géneros diversos. Va desde Los duelistas (1977) con Harvey Keitel al Gladiator (2000) protagonizado por Russell Crowe o American Gangster (2007), con Russell y ohmygod Denzel Washington.

Espero a poner hablar de alguna de estas películas aquí en otra ocasión. Tienen un formato perfecto, actorazos como protagonistas y un ritmo fabuloso a la hora de contar la historia.

Y cómo no recordar las frases finales de Rutger Hauer, el monólogo de las lágrimas en la lluvia, que hasta tiene entrada propia en la Wikipedia.

I’ve seen things you people wouldn’t believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched C-beams glitter in the dark near the Tannhäuser Gate. All those moments will be lost in time, like tears in rain. Time to die.

Por cierto que la versión final fue una mejora de Rutger Hauer, que le dio una intensidad dramática, quitando cosas y añadiéndole lo de que se perderá en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Hay que quitarse el sombrero ante este actorazo que, lamentablemente, nos dejó en julio de 2019.

Sobre este monólogo, y el diálogo previo con Dekker, y lo ocurrido en toda esta escena, ha sido analizada hasta la saciedad, y si quieres, puedes encontrar muchísimas reflexiones en internet y en libros. Impresiona por sus palabras y el contexto, la humanidad que transmite, la emoción de querer seguir viviendo, un día más, análogo al aria "E lucevan le stelle" de Cavaradossi en Tosca.

Yo, ¿qué queréis que os diga? Es una de esas escenas intensas que forman parte de la Historia del Cine, y que me conozco de memoria... en inglés.

Acabo con una referencia al doblaje. Me conocéis, yo veo las cosas VO hasta en idiomas que desconozco, sea iraní, japonés o francés. Esta película no es una excepción, también la prefiero en original.

Sin embargo, debo romper una lanza por los excepcionales actores de doblaje españoles. En particular por aquella maravilla que era Constantino Romero, que aquí sinceramente mejora el personaje de Rutger Hauer con su magnífica voz. Y eso que a la de Hauer no le puedes poner ningún pero. Es una de esas cosas en las que estoy más con Fernando Díaz Villanueva que con Mauricio Schwartz.

Romero nunca será lo suficientemente llorado. Era uno de los pocos actores que a veces mejoraba la interpretación original; desde luego, era así con Clint Eastwood, pues al personaje de Harry el Sucio le va mejor el vozarrón de Romero que la vocecilla de Eastwood. Y como no recordar el miedo que metía como Darth Vader, no desmerecía al original de James Earl Jones.

No conozco a nadie quien no le guste Blade Runner, salvo aquellos críticos de los años 80 que me parecen un poco cegatos. Si te gusta el suspense, o las distopías, las facturas sombrías pero bellas, y la música de Vangelis, sí, esta es tu peli.

 Tuvo varias nominaciones a distintos premios, pero ganar, solo ganó tres BAFTA (fotografía, vestuario y diseño de producción) y un premio de la Asociación de Críticos de Los Ángeles (mejor fotografía).

Esta es otra de esas películas que no sé en cuántas listas de cien mejores películas aparecerá. Tenía que aparecer en la mía, por ser una de mis favoritas.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity  o la Internet Movie Data Base.

Aquí os dejo el monólogo de las tears in the rain:

martes, 22 de marzo de 2016

#73 Reservoir Dogs


FilmAffinity


Reservoir Dogs

Año: 1992
País: Estados Unidos
Director: Quentin Tarantino
Música: Varios

Este fin de semana volví a ver Reservoir Dogs. Por eso hablo ahora de ella. Con este thriller (su primera película larga), Tarantino se presentó y deslumbró.

La historia es sencilla: un delincuente organiza una banda para ejecutar el atraco a una joyería. Pero las cosas salen mal, sospechándose una encerrona de la policía. Muchos tiros, mucha sangre y alguna escena de tortura.

Con pocos medios y una historia anodina, Tarantino (que ha visto más cine que nadie) deslumbra no por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta. Prácticamente, un solo escenario. Un puñado de intérpretes bien escogidos con Harvey Keitel (Mr. White), Tim Roth (Mr. Orange) y Steve Buscemi (Mr. Pink) como mis favoritos. Cada secuencia tiene una puesta en escena fotográfica, con su encuadre, su equilibrio de masas, la colocación de este actor aquí y el otro allí, el punto de vista más bajo o más alto, la música de los setenta, siempre muy pensada…

Tarantino es un artista. Al final, muchas veces el tema importa poco, como Van Gogh pintando un jarrón. Al volver a verlas, prescindo de las escenas de violencia trivializada, y me centro en cómo narra la historia. Hay un momento en que Buscemi está hablando, y en lugar de centrarse en él, como haría cualquier director sin imaginación, Tarantino lo deja fuera de plano y se centra en Keitel lavándose las manos, al fondo de un pasillo. En vez de avanzar cronológicamente, va poniendo fragmentos desordenados, para que vayas reconstruyendo el argumento en tu cabeza. Si le añades las referencias a la cultura popular, ya tienes todos los elementos propios de una peli de Tarantino.

Se estrenó en Sundance y tuvo una modesta acogida en EE. UU., pero en el exterior, la cosa fue distinta. Esta película logró premios en diversos festivales, sobre todo para Tarantino como mejor director: Aviñón, el círculo de críticos de cine de Londres, Sitges (donde, además, tuvo el mejor guión), el Caballo de oro del festival de Estocolmo y el Premio de la Crítica Internacional en el Festival de Cine de Toronto.

Tengo la impresión, aunque puedo estar equivocada, de que es uno de esos directores USA más apreciados fuera que dentro, como le pasa a Woody Allen.
 
Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity, Internet Movie DataBase y Sensacine.