domingo, 9 de diciembre de 2018

#21 Salomé

Max Tilke: Póster de la ópera (1910)
[Dominio público], vía Wikimedia Commons



Salome



Estreno: Dresde, 9 de diciembre de 1905

Compositor: Richard Strauss

Libreto en alemán: Hedwig Lachmann (obra teatral) traducción de la Salomé de Oscar Wilde

Género: drama bíblico


Tal día como hoy se estrenó, en el Königliches Operhaus (Teatro Real de la Ópera), de Dresde, esta ópera que va de sexo y contiene la que llaman «el acorde más repugnante de toda la historia de la ópera»


A ver, no nos engañemos hablando de amor. Esto va de sexo, de una sofisticada y joven princesa helenística (Salomé) que se apasiona por el cuerpo de un hombre Jokanaan (Juan el Bautista), que está prisionero en el palacio del rey Herodes.

Cuando más liberal se hace la sociedad, más explícito aparece este elemento. Pero ya desde el principio se veía esto, y esa es la razón por que la ópera se vio prohibida o censurada en Viena, en Londres, en Nueva York, etc.

La historia que nos cuenta es la contenida en los Evangelios cristianos: la princesa Salomé baila para el rey Herodes, quien le ofrece lo que quiera a cambio, y ella le pide la cabeza del Bautista, porque este se había pronunciado una y otra vez contra el matrimonio de su madre, Herodías, con el rey Herodes, por ser ella divorciada. Parece más bien que ella es simple instrumento de su madre.

Lo que aparece en la obra de Wilde, y se transmite a esta ópera, es que Jokanaan despierta el deseo sexual de Salomé, quien acaba la ópera besando la cabeza cortada del profeta. 

Bueno, acabar, acaba muerta, vamos, como se consideraba adecuado para una mujer pecadora y mala. Pero el plato fuerte es ella cantando y besando esa cabeza.

La ópera es de las cortas, no llega a dos horas. Un solo acto. Podéis verlo en internet, pues hay varias versiones disponibles, entre ellas la muy hot de Catherine Malfitano y Bryn Terfel. Una mujer joven pero compleja, frente a un tipo brutal, primitivo, vestido (más bien, desvestido) de cualquier manera.

Los momentos cumbres son, primero, cuando Salomé descubre a Jokanaan, ese prisionero secreto que Herodes mantiene escondido, pero respecto al cual no se decide, si matarlo o no. Usando sus «malas artes de mujer seductora» (que se diría en la época), la joven consigue acceder a él, siente deseo por él, pero él la rechaza.

Después, la danza de los siete velos, momento famosísimo que ralentiza la historia, pero que supone todo un desafío. Se supone que la cantante-bailarina acaba desnuda a los pies de Herodes, para pedirle la cabeza de Jokanaan. Esto se resuelve de diversas maneras:

1.º Contratar a una bailarina, que dance, al margen de la cantante, que es lo que hizo la que estrenó la obra pues al parecer, dijo que ella era una mujer decente y no bailaba;
2.º Que la cantante se desnude pero lleve un bodi color carne de manera que no está realmente desvestida, pero parece que sí o,
3.º Finalmente, las más osadas, que de hecho sí que se embolan en el escenario.

A mí, sinceramente, me incomoda que una mujer (o un hombre, pero suele ocurrir con las féminas) tenga que «desnudarse por exigencias del guion». Tengo la impresión de que realmente nunca hay guion que exija eso. A todos nos gusta ver cosas atractivas, y en eso se incluye el cuerpo humano, pero a mi me parece que es solo por escandalizar o usar la anatomía femenina para hacer caja

La intriga de estar preguntándose hasta dónde llegará la soprano me parece que distrae de lo que es importante: la música y la propia historia de la obsesión de una mujer por el cuerpo de un hombre.

(Sí, a mí me parece que a Salomé lo que Jokanaan piense o sienta, cómo sea él como persona, se la trae al pairo).

((En las representaciones más recientes, lo que hacen también es convertir el cuerpo masculino en objeto, y bien el profeta, bien los personajes secundarias, están mazáos. Bueno, es una forma de igualdad)).

El tercer momento de la ópera, intensísimo, es aquel en el que traen a Salomé la cabeza del Bautista en una bandeja, y acaba besándola. «Ah! Ich habe deinen Mund geküsst, Jochanaan». Ahí es donde suena el que veo que en la Wikipedia llaman «el acorde más repugnante de toda la historia de la ópera». 


Si se ponen esas palabras (Ah! Ich...) en You Tube se encuentran unas cuantas interpretaciones estremecedoras. Por poner una, aquí enlazo con la de María Ewing en el 1992:




La música es contemporánea, admito pues que quizá no sea para el gusto de todos. Pero es de Richard Strauss, el más clasicista de los compositores del siglo XX, muy influido por Wagner, así que puede perfectamente escuchar en disco, a pesar de las disonancias. En mi opinión, es una música que le va muy bien a una historia tan morbosa con personajes tan desequilibrados, y a la propia ambientación nocturna, oscura, de la obra.

Es una obra estéticamente simbolista, modernista, art noveau, como quieras llamarla. En aquella época, finales del XIX y principios del XX, hubo una auténtica obsesión por esta figura neotestamentaria en la literatura y en las artes plásticas. Les permitía expresar sensualidad, deseo reprimido, relacionado con la manipulación, la crueldad y la muerte, todo ello muy excitante para la época. Y también hoy en día, ¿para qué nos vamos a engañar? 

Sexo y muerte en un envoltorio esteticista son una combinación difícil de batir.

También expresa la idea misógina de siempre, de la mujer como tentación, que provoca la lujuria y también la perdición.

Dicen que es verdaderamente la primera ópera moderna. Estéticamente, anticipa elementos del expresionismo posterior como el Sprechgesang, las disonancias, bitonalidad y atonalidad.

Como es una obra dramática de calidad (proviene de uno de los mejores dramaturgos de la época, Wilde) resulta muy atractiva de ver en el escenario. No es fácil encontrar ese equilibrio en una ópera en que las palabras y la música estén tan bien armonizadas.

Tiene el problema esta ópera de encontrar a una buena protagonista. ¿Por qué? Bueno, porque la partitura es exigente, es muy de soprano dramática que, al tiempo, tiene que saber transmitir que es una jovencita, y eso es muy difícil. Es un problema parecido al de Madama Butterfly de Puccini. Si le añades que tiene que saber bailar, entonces es prácticamente imposible encontrar a alguien adecuado para el papel. Porque no todas las cantantes que tienen la voz, cuentan con el cuerpo de una Salomé

Como grabación recomendada de esta ópera propongo la dirigida por Solti en 1961 para Decca, con Birgit Nilsson (Salome), Eberhard Wächter (Jochanaan), Gerhard Stolze (Herodes) y Grace Hiffman (Herodias) y, con la Filarmónica de Viena.

Para saber más, la wikipedia. El libreto, en español y alemán, así como discografía de referencia, en Kareol

En You Tube he encontrado una representación clásica de esta ópera, la de Malfitano y Terfel en la Royal Opera House Covent Garden (1997)



Si tenéis la oportunidad de ver una Salomé en vivo y en directo, no os la perdáis, es de esas en las que merece la pena invertir. Creo que incluso para el supuesto de que no os guste la ópera, os dejará tocados (en el buen sentido).

miércoles, 5 de diciembre de 2018

#26 Catedral de Pisa

Fachada de la catedral
Por Luca Aless (2016)
[[CC BY-SA 4.0], vía Wikimedia Commons




                       
Ubicación: Pisa (Toscana, Italia)
Fecha: 1063-1092
Estilo: Arte románico
Tipo de edificación: templo





Y hoy, un ejemplo del románico italiano, más bajito, achaparradete, clásico


Las cosas de la historia a veces son raras. Hay una leyenda que dice que peregrinos normandos, de vuelta de Tierra Santa, se pasaron por el sur de Italia y lo que vieron les gustó. Ya digo que esto de las peregrinaciones eran el turismo de la época.

Solo que era una época en la que toda esa zona estaba sometida a ataques de los sarracenos y, en concreto Sicilia, era directamente territorio musulmán. Bonito pero peligroso.

Cuando se volvieron a Normandía, contaron aquellas maravillas y a más de uno se le abrieron los ojos del gusto y dijeron, «vamos p'allá». El papa dijo que bueno, que vale, que les daban todos esos reinos si se hacían vasallos suyos. Claro que conquistarlo, que lo hicieran ellos. Y a diferencia de Inglaterra (1066), que fue cosa rápida y fácil, el sur de Italia era otra cosa bastante más compleja, que les llevó décadas.

La República Pisana, que llevaba todo el siglo enfrentándose a los sarracenos, se ofrecieron como aliados a los normandos para atacar Palermo con una flota conjunta. Los normandos declinaron la oferta pero eso a los pisanos les dio bastante lo mismo y se lanzaron ellos solos al ataque.

No conquistaron nada, pero se llevaron un buen botín. Y con él empezaron las obras de la catedral en 1063 (1064 según el calendario pisano). Ese siglo y el siguiente fue el de esplendor de la República de Pisa, y lo aprovecharon para crear esas cuatro maravillas alzadas en la Plaza de los Milagros: la catedral, la conocidísima torre inclinada, el baptisterio (ya gótico) y el camposanto monumental.

Yo me voy a centrar en la catedral. Lo más destacado es la mezcla de diferentes tradiciones. 

Ante todo, el clasicismo de la arquitectura romana, que en Italia nunca precisó realmente un renacimiento, porque lo tuvieron siempre presente. También en la época en que los distintos pueblos germánicos estuvieron por allí, o los bizantinos (que no dejaban de ser lo que pervivía del imperio romano), seguían esos modelos, aunque fuera a su manera (véase la tumba de Teodorico en Rávena). Clásico es, por ejemplo, la tendencia a la planta inicialmente basilical, con tres o cinco naves. Esta catedral empezó con planta de cruz griega y acabó con cruz latina.

Frente al románico occidental, atlántico, de Francia y España, más elevado, y hasta luminoso, aquí las edificaciones son más bajas y anchas, se las ve más pegadas al terreno. Otro elemento que los diferencia es la ornamentación. Como hemos visto en Conques y Santiago de Compostela, aprovechaban cualquier hueco para poner esculturas: en los tímpanos, los capiteles, etc. En Italia no, eran más sutiles, diría que hasta más elegantes. Especialmente en este románico que se llama pisano o toscano, se busca la belleza con recursos cromáticos como el uso, a un tiempo, de mármol negro (o gris) y blanco, o la alternancia entre arcos vivos y ciegos. 

El empleo sistemático de la columna es otro de esos elementos que denotan una fuerte influencia clásica.

Las hileras de pequeños arcos ciegos se llaman arquillos lombardos, lo que conecta con el estilo lombardo-emiliano. Esto después se difundió en otros lugares de Europa.

Pero también hay elementos de arte islámico, como ciertos apuntamientos en algún arco, y, sobre todo, esa cúpula elíptica sobre el crucero. Hay que tener en cuenta que el Islam era la gran civilización de la época, por su desarrollo y su extensión en el espacio, junto con Bizancio, por su puesto, que ya digo que era lo que quedaba del imperio romano, el imperio romano de Oriente. Porque yo voy contando, ya veis que van pasando los siglos y aunque he hablado del arte carolingio, el otoniano, el asturiano,… haceos a la idea de que durante todos estos siglos, allá, en Europa oriental siguió existiendo el imperio romano y el Islam en toda la franja desde la península Ibérica hasta la India. Así que por supuesto también hay rasgos estilísticos bizantinos en esta iglesia, particularmente en los adornos internos como ese mosaico de Cimabue que es ya de la época gótica.

En la primera mitad del siglo XII se amplió con tres tramos más en la nave y se alzó la actual fachada, obra del maestro Buscheto. La catedral fue consagrada en 1118.

La catedral de Pisa forma parte del sitio Patrimonio de la Humanidad integrada dentro del sitio «Plaza del Duomo de Pisa», en 1987, con el núm. 395, y en su página web, la unesco lo describe de la siguiente manera:

En el vasto césped de la Piazza del Duomo de Pisa se alza un conjunto monumental, célebre en el mundo entero, formado por el Duomo (catedral), el Baptisterio, el Campanile (la famosa “Torre inclinada”) y el Camposanto. Estas cuatro obras maestras de la arquitectura medieval ejercieron una gran influencia en las artes monumentales de Italia entre los siglos XI y XIV.

Vista de la Piazza dei miracoli con el baptisterio, la catedral y la torre inclinada.
Alessio Facchin, 10/2007 [CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons

La Wikipedia dedica una página bastante amplia a esta catedral, y si quieres pasar cuatro minutos viendo los detalles de estas edificaciones, he aquí un vídeo en You Tube:


Así que si vais a Pisa, aunque os hagáis la foto en la torre, fijaos bien en esa preciosa portada románica, con sus galerías de arcos, sus mármoles de diferentes colores, y pensad lo distinto que es del románico que puede verse, por ejemplo, en el Camino de Santiago.

lunes, 3 de diciembre de 2018

#30 La Puerta de las Platerías

Puerta de las Platerías, por Luis Miguel Bugallo Sánchez (Lmbuga) 2011
[CC BY 3.0], vía Wikimedia Commons



Ubicación: Santiago de Compostela
Fecha: 1078-1103/1103–1117
Época: Arte románico


Una mujer semidesnuda con una calavera en el regazo, no puede ser nada bueno

Ya os comentaré quien es esta buena mujer, pero antes hay que decir dónde encontrar a esta escultura, que es una de esas chapucillas, o improvisaciones typical Spanish que al final salen medio bien.

La catedral de Santiago de Compostela es tan grande y ha sido tan rica que a lo largo de los siglos no han dejado de meterle mano reformando aquí y allá, y encuentras románico, gótico, barroco...

Hoy me voy a fijar en su única portada románica: la puerta meridional, que está en uno de los extremos del transepto.

Tiene dos puertas, algo inusual en la arquitectura románica. Con absoluto horror vacui, ponen esculturas por todos los lados: en los tímpanos sobre las puertas, en los arcos (arquivoltas) que quedan encima, las columnitas a los lados, donde hay un precioso rey David tocando un instrumento,…

Pero es que, además, hay en el centro, donde confluyen las dos arcadas, vemos hay un crismón sobre leones.

No para aquí la cosa, si os fijáis por arriba hay figuras de Jesucristo en el centro y los apóstoles a los lados. Pero aún hay más: los canecillos arriba y todavía más allá, en la fachada, ventanas.

Demasiada escultura para que yo entre en detalles. Cada elemento (las columnas, la confluencia de las dos arcadas, el friso superior, etc. etc.) requieren una larga y atenta mirada. Pero por no aburrir me voy a centrar un poco en esos tímpanos tipo Frankenstein, o sea, hecho con cosas diversas, en un tótum revolútum alucinante, aquí os lo enseño:

Tímpano de la izquierda. Las tentaciones de Cristo, con ángeles
monstruosos, como ejemplo de la naturaleza divina de Jesucristo.

Tímpano de la derecha. Dedicado a la naturaleza humana de Cristo, con
episodios que van desde su nacimiento (con la Virgen y los Reyes Magos)
hasta la Pasión (prendimiento, flagelación, coronación de espinas, juicio de Pilatos o
traición de Judas)
Con tanta mezcla, no es de extrañar que se distingan varias manos: el Maestro de los Signos de Tolosa, el de la Lujuria y dos maestros que trabajaron en Conques.

Como veis, es desordenado, caótico, se ve que hay partes que están pegoteadas ahí. Esto es porque primero pensaron hacerlo de una manera y luego al agrandarlo, tuvieron que buscar figuras de relleno. Además, la puerta inicial, que se labró entre 1078 y 1103, resultó dañada por las revueltas contra el obispo Gelmírez, con lo cual la tuvieron que reconstruir de aquella manera años después. Cogieron imágenes de otras puertas que se reformaron, como la Francígena, pero también otras de la portada oeste, que no se llegó a alzar nunca.

De todo este conjunto, me fijo en una de esas esculturas que no estaban pensadas para este tímpano. La recortaron para adaptarla al sitio donde la colocaron: en el extremo derecho del tímpano de la izquierda, o sea, el de las Tentaciones.
 
Alma (2007) [GFDL o CC-BY-SA-3.0]

Si miráis bien, es una mujer rotunda, de formas plenas, con el cabello rizado, suelto, sin cubrir. Su cara de ojos saltones, con mofletes y labios gruesos,… Viste una túnica de aquella manera, porque la pierna y un pecho están desnudos, o se supone que la ropa es transparente. Se sienta sobre una especie de silla de tijera con unos leoncitos que lo decoran por arriba, y garras por abajo haciendo de patas.

Todo ello da una imagen sensual, voluptuosa, erótica, para lo que era la Edad Media.

Y lo más llamativo es que tiene una calavera en su regazo.

¿Qué significado se le ha dado a esta imagen? Hay quien dice que lo que representa es a Eva, madre de la Humanidad pero también de su perdición, del pecado original, de la muerte, en suma, y así se explica que esté vestida de cualquier manera y tenga el cráneo como memento mori. También podría ser simplemente una mujer como fuente de la vida, o como inspiradora del pecado de la lujuria, que ya se sabe que estos medievales eran de lo más misóginos y a la mujer la ven como fuente de todos los males.

Pero lo que cree la mayor parte de la gente es que se trata de «la adúltera», y esto viene del Códice Calixtino, auténtica guía de viajes medieval para quien quisiera hacer el Camino de Santiago, Libro V, capítulo IX (h. 1137):

Y no se ha de echar en olvido que junto a la escena de las tentaciones del Señor, está representada una mujer que sostiene en sus manos la cabeza putrefacta de su amante, arrancada por el propio marido, quien la obliga a besarla dos veces por día. ¡Grande y admirable castigo para contárselo a todos el de esta mujer adúltera!

Pues eso, que se considera que es una mujer que ha cometido adulterio y su marido la ha castigado matando al amante, cortándole la cabeza y obligándole a su mujer a besar esa calavera dos veces al día. En un alarde de machismo, encima el autor dice que le parece fabuloso, y que ese es el ejemplo a seguir.

Curiosamente, en ese lado estaba el lugar donde el obispo administraba justicia.

En la Wikipedia hablan de esta Fachada de las Platerías

Para saber más, aquí en esta página llamada Arquivoltas, te hablan de todos los detalles de esta puerta.

En You Tube os pongo este clip de menos de un minuto sobre la Fachada de Platerías.

Y pongo algunas otras imágenes de esta abigarrada portada.
Creación de Adán (José Luis Cernadas Iglesias, vía WC)
 
El rey David, músico (José Luis Cernadas Iglesias) vía WC


Crismón sobre leones, donde se invierten el principio y el fin,
el alfa y omega. Sería un símbolo del renacer del peregrino.
P.D. (9/12/2018) Hoy que tengo que hablar de la ópera Salomé me hace pensar,... ¿y si la mujer con la calavera fuese Salomé? Al fin y al cabo está en un tímpano con episodios evangélicos, y esa sí que aparece en los Evangelios, y no una mujer adúltera con calavera? Sería la cabeza del Bautista y también explicaría por qué está medio desnuda. Yo ahí lo dejo. Igual es una tontería o igual le sirve a algún historiador del arte. Lo que no sé es si hay más representaciones de Salomé con la cabeza del Bautista en el arte medieval.