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lunes, 18 de mayo de 2020

#38 Aguamanil Yuan

Aguamanil, MA 5657, M.º Guimet






Objeto: aguamanil
Material: porcelana
Fecha: h. 1335-1340
Lugar actual: Museo Guimet, París (Francia)
Época: dinastía YUan


Ejemplo temprano de la cerámica «azul y blanco»


Si hay un ejemplo de porcelana china típica que se extendió por todo el mundo es la «azul y blanco». Se asocia a la dinastía Ming, pero lo cierto es que su origen está en un momento anterior: la dinastía Yuan.

Y aunque nos parezca como muy chino, lo cierto es que no se les ocurrió a ellos, sino que basta mirar este aguamanil, uno de los ejemplos más antiguos de cerámica de este tipo, para darse cuenta de la influencia persa.

Esta pieza se realizó a principios del siglo XIV (h. 1335-1340) en la localidad de Jingdezhen, en la provincia de Jiangxi, en la China meridional. Al principio, allá por la década de 1320, realizaban cerámica azul y blanca cuyo color viraba al azul plateado, pero unos años después adquiría este precioso tono zafiro.

En Jingdezhen, proliferaron cientos de hornos, hasta el punto de convertirse en un gran centro industrial durante siglos. Era un lugar estratégico: cerca de las fuentes de materias primas y también de los ríos del sur, que permitieron su transporte a otros puntos del globo. 

Este aguamanil entró en la colección del museo Guimet de París en el año 1989. Es el museo nacional de Francia dedicado a las Artes asiáticas. Cuenta con una de las mejores colecciones de arte chino en Occidente. Así que, de nuevo, os menciono un museo parisino que merece la pena visitar. No todo va a ser el Louvre, creedme. 

Este tipo de recipiente, el aguamanil (aiguière en francés, ewer en inglés) se define en el DRAE como un «jarro con pico para echar agua en la palangana o pila donde se lavan las manos, y para dar aguamanos». Es decir, tú tienes un jarro básico al que añades un asa y una boquilla y, voilà: un aguamanil, una forma ajena a la tradición china. Al parecer, los aguamaniles más antiguos son persas, pero en Europa se acogieron con entusiasmo. A China llegaría a través del mundo musulmán, es evidente.

Se le conoce por el número de catálogo del museo, MA 5657.

Tiene una altura de unos 28 cm, con diámetro de 15 cm. Es una jarra con ocho lados; estas formas octogonales no se habían visto en las dinastías anteriores. Está decorado con motivos florales pintados en azul.

Está realizado en porcelana dura, con caolín y decorada con azul de cobalto, con un pincel flexible. El azul parece flotar bajo la veladura. Lo habrían cocido a una temperatura de unos 1280º, pues la porcelana es un tipo especial de cerámica cocida a temperaturas altas, entre los 1200 y los 1400 grados Celsius. El calor vitrifica la arcilla, de manera que facilita que sea un recipiente estanco; la porcelana de este tipo, blanda, dura y transparente, fue apreciada por todo el mundo.

En aquella época, regía China la dinastía Yuan (1279-1368), mongola, unos gobernantes abiertos a la influencia de todas las partes de su imperio. Extendían su dominio desde el océano Pacífico hasta, casi, el mar Mediterráneo. Y dentro de tan amplio territorio, ¿cómo no iban a fijarse en Persia, auténtico centro de creatividad artística durante siglos?

Es uno de los primeros aguamaniles realizados en China, a partir de modelos musulmanes, solo que en el arte islámico solían ser de metal. El azul cobalto que empleaban para elaborar estos jarrones «azul y blanco» procedía de Oriente Medio.

Vasos de este tipo de porcelana azul y blanco anterior a la dinastía Ming se encuentran también en el Museo Británico. Son los jarrones David, porcelana de Yushan (también en la provincia de Jiangxi), que datan del año 1351. Fueron seleccionados para el programa A history of the world in 100 objects. En el libro de Neil MacGregor  te cuentan, al hablar de estos jarrones, lo siguiente:
Jarrones David, M.º Británico

El salvajismo de la invasión mongola desestabilizó y destruyó las industrias cerámicas locales por todo Oriente Medio, especialmente en Irán. De manera que, cuando volvió la paz, se convirtieron en nuevos mercados para las exportaciones chinas. La cerámica azul y blanca había sido popular durante mucho tiempo en estos mercados, de manera que la cerámica fabricada en China imitó el estilo local, y los ceramistas chinos usaron el pigmento de cobalto azul iraní para ajustarse al gusto local iraní. El cobalto de Irán era conocido en China como huihui qing –azul musulmán– lo que es una evidencia clara de que la tradición azul y blanca procede de Oriente Medio y no de China.
Para que se vea, de nuevo, para los preservadores de esencias, que en el arte las influencias van de un lado a otro sin problemas. Un modelo de recipiente y de color originario de Persia (hoy Irán) pasa a China que lo vende por todo su imperio mongol y luego llega a Europa ya en la Edad Moderna, donde lo imitan en sitios como Delft, como veremos algún día, si me da el tiempo y la salud para hablar de los siglos XVII y XVIII. Tengo la duda de si ahora no acusarían a los chinos de apropiación cultural.

Como siempre, salvo otra indicación, las imágenes proceden de Wikimedia Commons.

sábado, 21 de septiembre de 2019

#31 Maceta de narcisos ru







Objeto: maceta 
Material: cerámica
Fecha: 960-1127
Lugar actual: Museo Nacional del Palacio, Taipéi, Taiwán
Época: dinastía Song

«Tan raro como las estrellas del alba…»


El 3 de octubre de 2017, una cerámica china subastada por Sotheby’s en Hong Kong alcanzó una cifra récord de casi los 28 millones de dólares.

Se trataba de un plato o cuenco para lavar pinceles, de cerámica ru, y posiblemente no tenga nada que ver con la imagen estereotipada que tenemos en Occidente de la cerámica y porcelana china, que se basa más bien en lo que se elaboró en la Edad Moderna, con vistas a la exportación, ya en la época de decadencia bajo la dinastía Ts’ing (Qing o Ch’ing, 1644-1912).

A mí no me cabe duda de que, aunque la cerámica se realizó en diversos lugares y tiempos, las más destacadas cerámicas de la Historia del Arte hemos de atribuírselas a China. Pero no pensaría en esas elaboraciones modernas, sino en la época medieval.

La cerámica era más simple, refinada y elegante, con unos tonos preciosos verdosos y azulados. Bajo las dinastías Han y Tang empezaron a aparecer los primeros celadones (verdecladones) en lo que a veces se llama protoporcelana. La mayor evolución del vidriado se produjo con los Tang (618-907), que es cuando empezó la expansión de la cerámica china.

Pero la pieza que he escogido es posterior, ya de la dinastía Song (o Sung, según el libro que leas) que reinó entre el año 960 y 1279. En esta época hubo un arte «clásico» de formas sobrias y decoración sencilla, tanto en la pintura como en la cerámica.

Se apreció tanto en siglos posteriores se escribió sobre Los cinco grandes (o famosos) hornos. Cada uno de estos centros cerámicos se especializó en un tipo de pieza; parece que dos de ellos, Ru y Guan, recibieron encargos directos de la corte imperial.

El primero y «rey» de estos hornos fue el de Ru. La cerámica ru se produjo durante un breve período de tiempo, entre 1086 y 1106 según un catálogo de Sotheby’s del año 2012. Otras fuentes dan otras fechas, pero más o menos es esa época, fines del siglo XI, principios del XII. Acabó cuando los invasores del norte ocuparon ese territorio y la dinastía Song abandonó Kaifeng después de las guerras Jin- Song de la década de los años 1120. Atrás quedaron los hornos Ru, en territorio enemigo. Hubo luego en el sur cierto intento de imitación, con cerámica guan más verde que azul, pero ya no fue lo mismo. 

La escasa cerámica ru se convirtió en objeto de deseo de los coleccionistas de siglos posteriores. Puede citarse entre sus aficionados al emperador Qianlong, que reinó entre 1736 y 1795, que fue propietario de la mayoría de las piezas de cerámica ru que hoy se conservan. Su entusiasmo le llevó a escribir un poema en el que describe este tipo de cerámica como algo «tan raro como las estrellas del alba». Una de las piezas favoritas de este emperador fue, precisamente, la maceta para narcisos con la que ilustro esta entrada y que, con las colecciones imperiales, acabaron en la isla de Taiwán.

Con escasa o ninguna decoración, son piezas monocolores. ¿Y qué color es ese? Pues algo muy peculiar, un azul muy claro, aunque en una primera etapa sí que hubo piezas de verde celadón. Se le llama «huevo de pato» y en algún sitio he leído que puede deberse al contenido de óxido fosfórico. Los autores chinos clasifican los colores de la cerámica ru en tres tipos de qing, palabra que lo mismo significa azul que verde: azul celeste, pálido y huevo.

Según se ha podido saber después de excavar el yacimiento de los hornos, el cuerpo es arcilla cocida de color gris claro. Para los occidentales, es más gres que porcelana, pero esa no es terminología que se use en China.

La veladura se aplicaba en varias capas. Luego colocaban la pieza en el horno sobre tres o cinco pinchos, de manera que quedaban, en la parte inferior, pequeños óvalos sin esmaltar a los que llamaban «semillas de sésamo». Se cocían a una temperatura relativamente baja. El esmalte, a veces, presenta un fino craquelado, pero no parece que fuera un efecto buscado de propósito.

Se conservan menos de cien ejemplares de cerámica ru. Suelen ser de pequeño tamaño y adoptan formas diferentes. Lo que más abunda son los cuencos para lavar pinceles; hay platos, botellas o jarros, incensarios y se han contabilizado hasta 6 cuencos para narcisos, como la pieza con la que ilustro esta entrada. La mayor colección de cerámica ru se encuentra en el Museo Nacional del Palacio, en Taipéi. En Europa, se puedes ver cerámica ru en el Museo Británico.

Durante mucho tiempo se buscó dónde estaban exactamente los hornos Ruyao. Al final, el principal horno de esta «cerámica oficial» se encontró en el año 2000, en el pueblo de Qingliangsi, distrito de Baofeng, región de Ruzhou, provincia de Henan. En el yacimiento encontraron 15 hornos, materiales y herramientas, así como fragmentos de porcelana.

Por si alguien tiene curiosidad, menciono los nombres de los otros cuatro grandes hornos cerámicos de la dinastía Song: Jun (o Chün), Guan (o Kuan), Ding (o Ting) y Ge. Cada uno de ellos produjo una cerámica característica. Y os pongo un ejemplo de cada:

 
Cerámica ding, 1115-1234 (M.º Real de Ontario)
 
Bol de cerámica jun, 1127-1234 (M.º de Arte de Los Ángeles)


Cerámica guan, siglos XII-XIII (Galería de Arte Freer, Washington D. C.)
Jarro de cerámica ge, 1279-1368 (M.º Británico, col. Percival David)

Acabo con una reflexión de la página web del Museo Nacional del Palacio de Taipéi: 

La cerámica es un signo de civilización. Desde el procesamiento de la arcilla, el moldeado de las formas, aplicar las veladuras y cocer los productos en hornos, los materiales crudos pasan por muchos cambios conforme la blanda arcilla se convierte en cerámica duradera. Las formas, los barnices y las pautas decorativas sobre la cerámica son diversos y variados debido a que se crean bajo diferentes condiciones culturales y sociales.

Como siempre, salvo otra indicación, las imágenes proceden de Wikimedia Commons.

martes, 2 de julio de 2019

#4 Campana china de bronce






Objeto: instrumento musical
Material: bronce
Fecha: siglo V a. C.
Lugar actual: Museo Británico (Londres)
Época: Edad de bronce


Parece el campanu de una vaca, pero no…

Conocí esta pieza gracias al programa de la BBC (y libro incluido) A history of the world in a hundred objects. Eran unos podcasts en los que Neil MacGregor, director del Museo Británico, escogía cien objetos expuestos y construía, a partir de ellos, una historia del mundo.

Tú lo miras y te dices, «vaya, es como el campano de una vaca. Una campana china, ¿y…?».

Pues esa es la maravilla del programa, que hace que mires de verdad las cosas, te fijes en lo que son, cómo pudieron producirse, qué significaban, qué implicación tiene cada cosa...

Este instrumento musical se remonta al siglo V a. C., en una época que se llamaba dinastía Zhou oriental. Posiblemente fue un producto de las destacadas fundiciones Houma del estado Jin

Moldeada en bronce, la foto no permite hacernos a la idea de sus dimensiones, pero para eso ya os lo digo yo: 55 centímetros de alto. O sea, bien grande. No tiene forma redondeada como las de nuestras iglesias, sino más bien elíptica.

En la parte inferior hay una serie de monstruos. Luego hay unas franjas en el cuerpo de las campanas, con unas protuberancias que parecen pequeñas criaturas enroscadas que parecen unos pájaros. Y en la parte superior, un asa formada por dos dragones enfrentados.

Estas campanas chinas forman parte de un conjunto, cada una afinada distinta, y se tocan juntas, en armonía. No se tocan con badajo sino golpeándolas con martillos.

Algo tan sofisticado era todo un signo de estatus. No sólo demostrabas que te podías permitir comprar objetos de metalistería fina, sino también mantener a los músicos que las tocaran. Conservar instrumentos musicales tan antiguos nos permite saber, más o menos, cómo sonaba aquella música tan antigua, con más certeza que lo que nos ocurre –por ejemplo– en la música occidental.

Este tipo de campanas cumplían otra finalidad secundaria. Como su tamaño y su peso estaban estandarizados, podían usarse también como unidades de medida.

En el episodio de A history of the world in a hundred objects relacionan este instrumento musical con las ideas confucianas de unidad y concordia. En una época insegura, dominada por los reinos combatientes, defendía una sociedad no enfrentada, sino en paz, en que cada uno trabajara complementándose con otros. Implicaba la idea, más bien conservadora, de que cada uno aceptara su lugar en el mundo y colaborara con otros. De ahí que un conjunto de campanas, cada una de su tamaño y afinación, pero sonando armoniosamente con las otras, pareciera una metáfora muy apropiada.

Como siempre, salvo otra indicación, las imágenes proceden de Wikimedia Commons.

martes, 31 de enero de 2017

#13 Guerreros de terracota



Un soldado y su caballo (2014)
[Dominio público]  vía Wikimedia Commons



Ubicación: Mausoleo de Qin Shi Huang,
Provincia de Shaanxi, China
Fecha: 210-209 a. C.
Época: Antigüedad




Hoy volvemos a China, a ver estos fabulosos guerreros de terracota que se encuentran en el Mausoleo del Primer Emperador Qin. La Unesco declaró al Mausoleo Patrimonio de la Humanidad en 1987, y en su página web lo describe así:


En este sitio arqueológico, descubierto solamente en 1974, quedan sin duda miles de estatuas por desenterrar. Aquí­ yacen los despojos mortales de Qin –primer unificador de China, muerto el año 210 a.C.– en el centro de un conjunto monumental que reproduce el trazado urbanístico de su capital, Xianyan. El emperador está¡ rodeado por un ejército de guerreros de terracota que se han hecho célebres en mundo entero. Estos personajes, todos ellos diferentes, y sus caballos, carros de combate y armas, son obras maestras del realismo y constituyen un testimonio histórico de valor incalculable.


Son más de siete mil figuras de guerreros y caballos a tamaño real. Muchas llevan armas reales y otros accesorios. Están realizados en terracota.

Lo sorprendente es, en primer lugar, su cantidad impresionante, más de siete mil figuras. Pero es que, además, cada una de las figuras es diferente. Varía su altura, su uniforme, el estilo de pelo. Los estudiosos han identificado diez formas faciales básicas, aunque luego los rasgos de la cara son diferentes.

En origen estaban pintadas de colores vivos: rosa, rojo, verde, azul, etc. El problema es que en cuanto se les desentierra, se descompone rápidamente y esas pinturas que llevaban más de dos mil años enterradas pierden el color.

Y, ¿cuál era la finalidad de este arte funerario, realizado expresamente para ser enterrado con el emperador? Se supone que su propósito era proteger al monarca en el más allá. Puede que sea una evolución de rituales antiguos en los que de verdad se enterraba junto al jefe, personas sacrificadas. Los sacrificios humanos eran relativamente frecuentes en la Antigüedad (tanto en Grecia como en Roma quedan rastros de ello, creo que también en Cartago y no nos olvidemos de los druidas o los aztecas, a ver, era normal dentro de esas culturas).

Parece una evolución lógica que ese sacrificio se estilizara y en lugar de cargarte a medio ejército para enterrarlo con el emperador, pusieras solo los simulacros de las figuras. En Ancient Origins en español hablan, por ejemplo, de sacrificios humanos de hace cuatro mil años, propios de la cultura Qija en el noroeste de China. Y en la tumba Yanglin (que es un poco posterior a esta) alrededor de la tumba imperial se encontraron un cementerio de criminales y otro de sacrificios humanos. 

No obstante, no soy experta en el tema y esa es sólo una hipótesis.

Para saber más, tenemos el artículo de la wikipedia dedicado específicamente a los Guerreros de terracota. “El monumental mausoleo de los guerreros de Xian” es uno de los “grandes reportajes” que ha publicado National Geographic en español.

Oiga, y hasta el 19 de febrero de 2017 hay una exposición en Vigo con réplicas homologadas que merece la pena ver. Aquí, enlace a la página del Faro de Vigo sobre la exposición. Así que si anda por Galicia o se le ocurre una escapadita de finde, váyase para Vigo y disfrute de la exposición. Y de los demás atractivos de la zona, gastronómicos, vitivinícolas, las Cíes, etc.

martes, 24 de enero de 2017

#15 La Gran Muralla china



La Gran Muralla china en Jinshanling
Por Severin.stalder (2013) [CC BY-SA 3.0]
Via Wikimedia Commons






Tipo de construcción: militar (muralla defensiva)
Época: 220 a. C.-1644
Lugar: China


Un inmenso esfuerzo de siglos.

No, la Gran Muralla china no se ve desde el espacio. Eso es una leyenda urbana. Pero esta circunstancia no le resta mérito.

Se trata de una fortificación, con tramos de muralla y otros de edificaciones o pasos fronterizos que, a lo largo de los siglos, defendió China de los invasores norteños, grupos nómadas de las estepas. Obviamente, se usaba también con otros propósitos como el control de las fronteras o el cobro de impuestos en aduanas.

Aunque ya hubo muros defensivos en el siglo VII a. C., la principal muralla comenzó a construirse en 220-206 a. C. por Qin Shi Huang, el primer emperador de China, aunque queda poco de su muralla.

Se prolonga a lo largo de muchos kilómetros, se calcula que 21.296, desde la frontera con Corea en el este hasta el desierto del Gobi en el oeste. En cada zona se construyó con los materiales del lugar, así que no es una construcción homogénea. Los materiales principales fueron la piedra y el ladrillo, la tierra compactada y madera.

Desde el siglo III a. C. en adelante, la muralla fue construida ampliada, reconstruida, y mantenida hasta la dinastía Ming, que terminó en el año 1644.

La Gran Muralla (en chino tradicional, 長城) es Patrimonio de la Humanidad desde 1987, y en su página web, la Unesco lo describe así:


Hacia el año 220 a.C., el primer emperador Qin Shin Huang ordenó reunir los tramos de fortificaciones construidas anteriormente, a fin de crear un sistema de defensa coherente contra las invasiones de los pueblos del Norte. Los trabajos de edificación de la Gran Muralla prosiguieron hasta la dinastía de los Ming (1368-1644), dando por resultado la obra de ingeniería militar más gigantesca de todos los tiempos. Su gran valor arquitectónico es comparable a su importancia histórica y estratégica.

Como siempre, para saber más, podéis empezar por la wikipedia, con el artículo dedicado a este lugar. En National Geographic España tenemos un artículo dedicado a “La Gran Muralla china: la mayor obra de ingeniería del mundo” y, finalmente,  visitamos el blog de un viajero: en la página "21 Wonders" (Las 21 Maravillas, una vuelta al Mundo y mil destinos) el viajero Alejo Tomás nos cuenta la historia de la muralla.