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domingo, 26 de diciembre de 2021

#46 Rashomon

 

Poster en FilmAffinity

 

Rashōmon (羅生門)

Año: 1950

País: Japón

Dirección: Akira Kurosawa

Música: Fumio Hayasaka

 

Sí, el origen del «efecto Rashomon»

 

Con esta película se dio a conocer Akira Kurosawa y el cine japonés de posguerra en Occidente.

Hay otros cineastas japoneses cuya poética, posiblemente, nos impresione más. A veces, sin embargo, nos resultan herméticos en su sutileza. Kurosawa, en cambio, es el favorito de Occidente por su claridad, nos resulta mucho más comprensible, sin perder del todo ese aire de cuento fantástico.

La historia que nos cuenta está basada en un relato de Akutagawa. Un día tengo que comentar por aquí sus historias cortas, por cierto. No obstante, enmarca esa historia en elementos de otros cuentos, principalmente el que le da el nombre, Rashomon, una puerta de acceso a la ciudad de Kioto en la que se dejaban muertos. Se alude a ello en la película, de pasada.

Japón, siglo XII. En el bosque ha aparecido, muerto violentamente, el cadáver de un samurái. Llueve, mucho. Un leñador, un sacerdote budista y un peregrino, comentan el juicio. Cómo ha muerto es algo que relatan varias personas ante el magistrado, con puntos de vista diferentes y contrapuestos. Ese es el famoso efecto Rashomon, que te cuenten la misma historia desde distintas perspectivas, incurriendo en contradicciones, y tú decides qué es lo que te parece más plausible.

No hay que olvidar que están hablando con un magistrado, o sea, esto es lo que se ve en los juzgados todos los días, que cada uno cuente la feria como se va, adornando la verdad, omitiendo cosas, inventándose detalles, todo para ponerse en una luz más favorable para autojustificarse.

Esa es la realidad, pero en la ficción no es algo que admitamos fácilmente. Ahí tiene que haber una verdad, que el lector/espectador conozca, comprenda, asuma. La incertidumbre nos causa ansiedad. La película, en ese sentido, es más confortadora que el libro, porque te pone un testigo más o menos objetivo al que si quieres puedes creer. El libro no te lo dejan así de mascado.

Uno miente, todos mienten, y al final te preguntas a ti mismo qué es lo que crees que pasó y, sobre todo, por qué miente cada uno de los personajes. Si pasó esto o aquello, ¿qué sentido tiene que mienta la esposa, o el ladrón? ¿Qué nos dice de la verdad, de la realidad, de lo que somos las personas, podemos tener fe, esperanza?

Las interpretaciones, en general, son de esas tan intensas y reconcentradas emocionalmente que si no te fijas bien, puedes perderte. Una mirada, el movimiento de la mano o la cabeza… transmiten la emoción del personaje con mucha más intensidad que mil palabras. Bueno, esto es cierto de todos salvo el personaje del ladrón, Toshiro Mifune, que es realmente irritante, con sus miradas feroces, sus movimientos violentos, esa risa tan irritante… tiene sentido, es coherente con un personaje que quiere amedrentar, parecer que es un gran delincuente.

Y la mujer, sí, un desafío curioso para la actriz Machiko Kyō, porque tiene que interpretar el personaje desde tres puntos de vista diferentes: cómo se ve ella, cómo la ve el ladrón y cómo la ve su marido.

Luego está la forma, oh, sí, la manera en que te cuenta las cosas. Cómo coloca la cámara, ese punto de vista tan bajo cuando están en el tribunal, mientras que en el bosque adopta una perspectiva del personaje, o una elevada... Los elementos de la naturaleza, como esa constante lluvia en el pórtico de entrada, el viento que revuelve y agita todo cuando están ante el tribunal o el sol entre los árboles. Muchas de estas cosas te las comentan en internet, porque sí, es una de esas películas que ves analizadas en muchísimos lugares de la red. Os dejo enlace a uno cualquiera, de You Tube.



Si te gusta el Cine, por supuesto que esta es una de esas películas imprescindibles que tienes que ver. Pero, como dijo Michael O'Sullivan, del The Washington Post (lo cojo de FilmAffinity), «también cualquiera al que le guste una buena historia o dos (o tres o cuatro)».

Doy por descontado que la veréis en versión original. Hay dos cinematografías en las que el V. O. me parece imprescindible, la japonesa es una. La francesa es otra. Sí, por mucho que haya gente que deteste las pelis subtituladas. Hay algunas como esta, que me resulta increíble que alguien pueda preferir doblada.

En 1951 le dieron un Oscar honorífico a la mejor película extranjera. Ganó el León de Oro del Festival de Venecia; en el National Board of Review, mejor director y película de habla no inglesa.

Podéis leer más en la Wikipedia, Film Affinity, o la Internet Movie Data Base.

domingo, 29 de agosto de 2021

#57 Con la muerte en los talones

 

Póster en FilmAffinity


 



North by Northwest

Año: 1959

País: Estados Unidos

Dirección: Alfred Hitchcock

Música: Bernard Herrmann

 

Suspense romántico del bueno, con su toque de humor

 

La de veces que habré visto esta película, ¡ya ni me acuerdo!

Para mí es un modelo de suspense romántico, pues hay una trama de intriga que está entrelazada con la relación de la pareja protagonista.

Tenemos a un ejecutivo de publicidad, Roger O. Thornhill, un tipo vivalavirgen que ya lleva un par de matrimonios a sus espaldas. Se lleva bien con su madre, lo que da lugar a graciosos diálogos entre ellos.

La intriga en sí nace de que los malos de la película creen que Thornhill es un espía del gobierno, llamado George Kaplan. Por eso lo secuestran y lo intentan matar, aunque se escapa. Cuando le cuenta a la policía (y a su madre) lo que le ha pasado, no le creen, y los intentos de demostrar la realidad de haber sido víctima de una delito acaban siendo contraproducentes.

Luego hay un asesinato de verdad, del que este Roger es sospechoso y emprenderá la huida. Ahí es donde se cruza su camino con una mujer atractiva, una de esas rubias supuestamente frías tan de Hitchcock con la que cruza diálogos de doble sentido. Acabarán enrollándose, con aparentes traiciones entre uno y otro, y cierta colaboración para perseguir a los malotes.

Pero no te preocupes si la estás viendo y no entiendes ni papa.

Cary Grant le dijo a Alfred Hitchcock en pleno rodaje de Con la muerte en los talones: «Creo que es un guion espantoso, pues hemos rodado el primer tercio del film, ocurren toda clase de cosas, y no comprendo en absoluto de qué se trata».

Pág. 601 de Alfred Hitchcock. Todas las películas. Ed. Paul Duncan, ensayos de Paul Duncan, Ed. Taschen

El argumento en sí es retorcido y se basa en una confusión de identidad. Los malos creen que Roger es un espía del gobierno, y él no es capaz de demostrar lo contrario. Al final se ve implicado en una trama para que los malos no se lleven un microfilm y de paso salvar a la muchacha, Eve Kendall, interpretada por Eva Marie Saint. Pero ya digo que el lío argumental es solo una excusa, lo importante es el estilo.

El atractivo de esta película sigue tan fresco como el primer día, con una serie de escenas que se te quedan en la retina. Obviamente, todos recordamos la de Cary Grant perseguido por una avioneta fumigadora. Pero a mí me encantan los momentos de humor. Especialmente uno que hay al principio, entran en el ascensor Roger, su madre y los asesinos. La madre, que no se cree una palabra de lo que le dice el libertino de su hijo, les pregunta a estos, irónicamente,

You gentlemen aren’t REALLY trying to kill my son, are you?

[Ustedes, caballeros, no estarán realmente tratando de matar a mi hijo, ¿verdad?]

O bien cuando Thornhill intenta comprar un billete de tren, y se pone gafas de sol para ocultar su identidad:

(Vendedor de billetes) ¿Le pasa algo en sus ojos?

(Roger Thornhill) Sí, son alérgicos a las preguntas.

Una película, o una novela, de suspense, son tan buenas (o tan malas) como el malo. Y el de aquí está bastante bien. Por un lado, el traficante de microfilms, Vandamm, interpretado por el excelente actor inglés James Mason, que tiene a Eve como acompañante. A su lado, Martin Landau interpreta a su sidekick, Leonard, un hombre joven y guapo que es obvio que está enamorado de su jefe Vandamm y odia a Eve, por ser la mujer con la que Vandamm está. ¿Evidente? Sí, pese a la censura de la época, de hecho hay una escena en que el propio Vandamm le pregunta si está celoso.

Los actores están estupendos. Es uno de esos casos en los que no puedes imaginarte el personaje con otra cara. Cary Grant está perfecto. Es curioso, pero él y el director no acababan de llevarse bien. Decía Grant: «A Hitchcock le gusto mucho, pero al mismo tiempo me detesta». Y es que Grant era todo lo que Hitch no era ni podía ser: galán, atractivo (al parecer para ambos sexos), sano y con una vida de lo más entretenida.

Desde luego, las películas que más me gustan de Hitchcock son dos con Cary Grant, esta y Notorious (Encadenados) otra de suspense romántico.

Y es que sí, el suspense romántico es un género que se da no solo en las novelas. Hay frases, diálogos, aquí, que son totalmente de escritora de romántica actual y, sin embargo, tienen ya más de medio siglo:

(Roger) Cuando encuentro a una mujer atractiva tengo que empezar a fingir que no abrigo deseos de pretenderla.

(Eve) ¿Y por qué cree usted que tiene que ocultarlo?

(Roger) A ella podría disgustarle la idea.

(Eve) O es posible que no.

Esta película pertenece a la época con más éxito de Hitchcock, entre Vértigo (de entre los muertos) y Psicosis, aunque me gusta mucho más que cualquiera de esas dos.

Una peli entretenidísima, con su punto de intriga, momentos de humor y otros de tensa persecución, más un romance en el que no faltan el deseo, la desconfianza, y renuente colaboración.

Con la muerte en los talones ganó el premio al mejor director (exaequo) en el Festival de San Sebastián, y el David de Donatello al mejor actor extranjero (Cary Grant). Hitchcock estuvo nominado en diversos premios como mejor director, pero no consiguió ninguno. Las películas amenas y con final feliz ya se sabe que no suelen premiarse, prefieren los dramones, como si entretener y hacer reír (o sonreír) fuera tan fácil…

Si tenéis la oportunidad, vedla, de verdad, pasareis un buen rato. Como suele ser habitual, en original le sacas más la gracia al timing y el tonillo en que hablan especialmente Roger y su madre. Por cierto que como curiosidad hay que decir que la actriz que hacía de madre de Cary Grant, Jessie Royce (n. 1896), solo era ocho años mayor que Cary (n. 1904). El cine tiene estas cosas. A suspender la incredulidad toca.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity, o la Internet Movie Data Base.

domingo, 10 de julio de 2016

#19 M, el vampiro de Düsseldorf





M

Año: 1931
País: Alemania
Director: Fritz Lang
Música: Edvard Grieg

Inquietante historia con asesino de niños incluido. Peter Lorre nunca estuvo mejor. Si quieres ver una peli del expresionismo alemán, esta es la que puedes disfrutar más.


Ver películas de los años veinte o treinta normalmente no es fácil. Pero en este caso no es así. Es una peli de suspense que se sigue muy bien, incluso en alemán y sin dominar el idioma.

En Düsseldorf se han producido varios asesinatos de niñas. La paranoia se generaliza. El mundo del hampa siente incómodamente a la policía respirándoles en el cuello, lo cual es muy contraproducente para sus bisnis. Esto da pie a una competición por ver quién caza antes al delincuente.

Esa es la trama, el argumento, pero la forma, ¡ah, la forma! Creo haber dicho aquí que lo importante en el arte es, más que el tema, la forma. Y aquí es puro expresionismo poético. Imágenes inolvidables. Fritz Lang ha sido uno de los grandes, es uno de los imprescindibles para quien quiera conocer la historia del cine. No se enseña la violencia, se la insinúa de forma insoportable con un globo que se escapa al cielo, con una madre que plancha preocupada, con la obsesiva musiquilla del rey de la montaña...

Fue la primera película hablada del director. Tuvo como guionista a la que entonces era su esposa, la escritora Thea von Harbou, que quedó en la Alemania nazi mientras él se iba al exilio. Prodigiosa interpretación de Peter Lorre como el criminal, a quien sería fácil retratar como un monstruo, pero no, es algo más inquietante, una persona como cualquier otra puede cometer esos actos monstruosos.

Se la considera precedente del cine negro, pero en la evolución posterior del género (al menos en USA) se perdió gran parte de la complejidad psicológica del villano, el tratamiento irónico del mundo del hampa, que pretenden ser caballeros cuando no son más que unos matones o del análisis de los efectos del crimen en una sociedad en su conjunto.

Peter Lorre y Fritz Lang tuvieron que exiliarse al poco tiempo, por temor a la persecución nazi. Fueron acogidos en Estados Unidos, con lo que probablemente ambos salvaron la vida. Qué queréis que os diga. Cuando alguien es perseguido y está en juego su propia existencia, es de básica humanidad acogerlo. Pero parece que eso, que tan elemental es desde al menos los tiempos de Fridtjof Nansen, ahora que somos infinitamente más ricos, resulta que es hasta revolucionario.

Por supuesto, el régimen nazi prohibió esta película. Sólo por eso, es nuestro deber verla, para que el tiempo no haga vencer al totalitarismo.

Como curiosidad la “M” del título se refiere a la palabra alemana “Mörder”, que significa asesino.


En Empire On Line la comentan diciendo que es la mejor película sobre la persecución de un asesino en serie de la historia, combinando el inquietante retrato del asesino en serie con el de la comunidad dominada por el miedo.