martes, 26 de septiembre de 2017

#11 Lucía de Lammermoor

Eteri Lamoris en la escena de la locura (2014)
Por Ester888 [CC BY-SA 4.0]
Via Wikimedia Commons

Lucia di Lammermoor

Estreno: Nápoles, 26 de septiembre de 1835

Compositor: Gaetano Donizetti

Libreto en italiano: Salvatore Cammarano, basado en La novia de Lammermoor de Walter Scott.


Tal día como hoy se estrenó, en el Teatro San Carlos de Nápoles, esta ópera, la que posiblemente sea la obra maestra de Donizetti.

Dentro de la ópera italiana, Gaetano Donizetti es uno de los que representan el llamado bel canto, música preciosa y muy cantable. Esta es una de las obras cumbres de este género.

Se basa en una historia de Walter Scott, La novia de Lammermoor. El escocés vio varias de sus obras convertidas en ópera, porque son muy entretenidas y tienen personajes memorables. En la época romántica se puso de moda todo lo escocés, como algo exótico, brutal, arrebatado y bello.

La historia que cuentan tiene un planteamiento Romeo y Julieta. Lucía y Edgardo están enamorados, pero sus familias están enemistadas. Cuando él tiene que marchar a Francia por temas políticos, se comprometen en secreto. Hacen creer a Lucía que él le ha sido infiel, y accede a casarse con el novio que le ha buscado su hermano. Justo cuando acaba de firmar el contrato matrimonial reaparece su enamorado Edgardo. Lucía enloquece, en la noche de bodas mata a su marido, y, después de cantar espléndidamente ensangrentada ante los invitados, muere. Cuando Edgardo lo sabe, se suicida para unirse a ella más allá de la muerte.

Como veis todo muy arrebatado y romántico, con el exotismo de ambientarse en Escocia, y con una música maravillosa. Es una de esas óperas que sirve para que las sopranos de coloratura se luzcan, ya sabéis, esas que sobre todo hacen muchas escalas y gorgoritos, para entendernos.

Creo que es de las que puede gustar a cualquiera que se acerque por primera vez al género operístico.

¿Números a destacar? ¡Puf, hay unos cuantos! Del acto I, citaría la despedida de los amantes (Ah! Verrano a te sull’aure). Luego, en el acto II, la escena de los esponsales entre Lucía y Arturo, con Edgardo irrumpiendo al final; es el sexteto Chi mi frena, del que se dice que es el concertante más famoso de toda la historia de la ópera. El tercer y último acto nos presenta dos momentos sublimes: primero, la escena de la locura de Lucía (Il dolce suono) y luego la de Edgardo entre las tumbas de sus antepasados (Tombe degli avi miei – Fra poco a me ricovero).

Aquí os dejo a Renata Scotto en la escena de la locura



Como grabación, recomiendo una de las clásicas, la que a principios de los años 1970 dirigió Richard Bonynge para la Decca, con Joan Sutherland como Lucía y Pavarotti haciendo de Edgardo. Otros cantantes: Sherrill Milnes, Nicolai Ghiaurov, Ryland Davies y Tourangeau. El coro y la orquesta son los del Covent Garden de Londres. Es de justicia, porque después de Maria Callas, la Sutherland es posiblemente la que más hizo para que esta ópera se recuperase para el repertorio.


Para saber más, la wikipedia. El libreto, en español e italiano, breve resumen de la trama y grabaciones destacadas, en Kareol

jueves, 21 de septiembre de 2017

#24 Joya de Cerén

Estructura 12 en el área 1 (2012).
Por Mariordo (Mario Roberto Duran Ortiz)
[CC BY-SA 3.0]
Via Wikimedia Commons



Tipo de construcción: yacimiento
Época: precolombina (400-600)
Lugar: La Libertad (El Salvador)

La Pompeya de América.

Y mientras en Europa andábamos con los pueblos germánicos y los bizantinos, en Centroamérica se desarrollaba la cultura maya que aún se puede ver, casi por milagro, en lugares como este yacimiento arqueológico llamado la Joya de Cerén.

La historia de los reyes y las guerras tiene su punto de novelita de aventuras, pero cada vez me convenzo más de que el relato interesante de verdad es el de las formas de vida de la mayoría de la gente: qué comían, cómo vivían, sus casas, sus vestidos, sus relaciones normales. Suena más auténtico igual, simplemente, porque afectó a más personas.

La erupción del Loma Caldera alrededor del año 600 cubrió de cenizas esta aldea. No se han encontrado cadáveres, lo que significa que afortunadamente, la gente pudo huir. Pero atrás dejaron estructuras, utensilios y alimentos, protegidos por cinco metros de ceniza volcánica, hasta que el sitio se descubrió en 1976.

Aquí encontramos ese relato histórico que -digo yo- nos interesa más: la vida real de la gente normal.

Vivían en casas con tres partes diferenciadas: dormitorio, cocina y bodega. Dice la wiki que podrían tener una cuarta estructura, como taller o temazcal (una sauna comunal).

Entre los utensilios que podemos ver hay vasijas, platos, lanzas, cuchillas o piedras de moler.

Pero quizá lo más informativo es la vegetación que se conservó, gracias a que huyeron por pies sin llevarse la comida. Son lo que se llaman restos paleoetnobotánicos. Se han identificado frijoles, cacao y chiles y, lo que es de gran importancia, la primera evidencia de cultivo de mandioca en el Nuevo Mundo.

El «Sitio arqueológico de Joya de Cerén» fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1993, y en su página web lo describen así

Al igual que las ciudades romanas de Pompeya y Herculano, la comunidad agrícola prehispánica de Joya de Cerén fue repentinamente sepultada por una erupción del volcán Laguna Caldera hacia el año 600. Gracias a su perfecto estado de conservación, los vestigios de este sitio aportan un testimonio excepcional sobre la vida cotidiana de los agricultores mesoamericanos de esa época.

Para los europeos que no sepáis muy bien por dónde anda El Salvador (que me perdonen los americanos, que seguro que lo saben de sobra): más o menos a la mitad de Centroamérica, de cara al Pacífico. El resto (Panamá, Guatemala o Costa Rica, por ejemplo) tienen costas a las dos orillas, y Belice sólo al Caribe.

Como siempre, para saber más, podéis empezar por la wikipedia.

En ArquetuR hay información sobre el sitio y su museo.

La Secretaría de Cultura del gobierno salvadoreño, dedica esta página al Parque arqueológico Joya de Cerén

En YouTube, documental sobre el sitio arqueológico Joya de Cerén:

martes, 19 de septiembre de 2017

#8 Fausto

Faust I (1808, Goethe)
J. G. Cotta'sche Buschhandlung
[Dominio público], via Wikimedia Commons

Faust

Autor: Johann Wolfgang von Goethe
Año: 1808-1832.
Género: Teatro




Después de dedicarle meses a esta obra,... ¡qué pena que me dan los bachilleres alemanes!


Fausto son dos obras de teatro, conocidas como Fausto I y Fausto II. En la primera, conocemos a Fausto, un profesor que vende su alma a Mefistófeles a cambio de recuperar la juventud y conquistar el amor. Va por la calle, se siente atraído por la joven Margarita a la que acaba seduciendo con la mediación de una vecina un poco alcahueta. Él mata al hermano de la chica. Ella mata a su hijo, la encarcelan y al final ella muere. Fin del Fausto I. Argumento, para mi gusto, que no supera el folletín.

La cosa no mejora en el Fausto II. Mefistófeles y Fausto visitan lugares míticos, con personajes simbólicos, todo muy serio y estirado. Aquí, Fausto se enamora (es un decir, claro, sólo le atrae físicamente, no la conoce en absoluto) de la mítica Helena de Troya. Acaba teniendo un hijo con ella, hijo que muere y ella desaparece. Genial, ¿no? Él es quien peca y ellas las que resultan castigadas.

Al final, cuando parece que Mefistófeles por fin va a cobrarse el alma prometida, Margarita intercede y salva a Fausto, en medio de un delirio religioso.

Ese es básicamente el argumento.

Los personajes son tan arquetípicos que nunca tienes la impresión de ser de carne y hueso. Las mujeres son meras muñequitas recortables. Cualquier parecido con una mujer de verdad, es pura coincidencia.

La ambientación, supuestamente medieval primero y luego en un mundo mítico, tampoco da para mucho. Estilizado y nada realista. Posiblemente, en una representación teatral, gane mucho.

En cuanto al estilo, es bastante pesado. Goethe era de los de no digas en cuatro palabras lo que puedas decir en cuarenta. Un ejemplo al azar. Un personaje dice:

«Eterno fuego de delicias, férvido lazo de amor, hirviente dolor del pecho, espumante placer divino. Flechas, traspasadme; lanzas, sometedme; mazas, magulladme; rayos, heridme, para que se volatilice todo lo vano, para que luzca la estrella perenne, foco de eterno amor»

Vamos, si no te has echado una cabezadita al segundo renglón, eres mi heroína.

En la contraportada de mi edición Cátedra dicen que «El Fausto II es una obra de lectura difícil, casi para minorías selectas, y de representación aún más complicada por los problemas de escenificación que supone».

Si esto es así, reconozco que me ha derrotado. No pertenezco a la minoría selecta. Quizá sea demasiado difícil para mí.

He leído otros libros difíciles. No obstante, aunque no los haya disfrutado, al menos entendía por qué eran considerados obras maestras de la literatura. Con este pestiño, no lo entiendo.

Para mí, el problema de Goethe es que buscaba tener conocimiento del mundo, de la naturaleza humana, pero no era científico sino artista. Consecuencia: como artista aporta muy poco a las siguientes generaciones, y como «sabio», pues no aporta nada ya que el pobre vivió en una época en que el método científico estaba sólo en sus primeros pasos. No sé si soñó con ser el Newton alemán, pero no tenía la cabeza ni el método para ello.

Así que vuelvo a lo que dije al principio, ¡pobres adolescentes alemanes si les hacen leer esto en el instituto...! Comparad con lo que, quizá, pongan a leer a los chavales de otros países. Para no salir del género teatral, veamos,... a los chavales británicos les harán leer a Shakespeare, a los franceses a Molière, y a los de aquí, La Celestina, o Lope de Vega o Calderón. En mi modesta opinión, no hay color.

            Por no mencionar los grandes clásicos de la literatura grecorromana. Esquilo, Sófocles, Eurípides,... Grandes temas, impresionantes en su simbolismo y trascendencia, sin que la solemnidad se «coma» al drama. La fuerza de Antígona no está sólo en lo que ejemplifica, sino en lo que dice, hace y piensa esta mujer,... en su desgarro interior, en que ves (y no puedes dejar de ver y sentir) que es una mujer dividida entre su deber y sus emociones.

Las obras de todos esos dramaturgos de Europa occidental me siguen pareciendo entretenidas en sus argumentos, con personajes creíbles, vivaces, y un estilazo que es un placer leer o escuchar declamados. Primero te entretienen; luego te conmueven como ser humano; al final, estimulan tu intelecto, haciéndote pensar en cosas más trascendentes sobre el hombre, la sociedad, el mundo.

Al lado de estos grandes, lo siento, el Fausto de Goethe palidece y acaba siendo un entretenimiento rococó.

Lamentablemente, pues, no conecté con este libro. Fui incapaz de encontrarle el mérito. Me pareció aburrido hasta decir basta. Y pretencioso. Quizá quería hacerlo tan trascendente, tan simbólico, que se olvidó de que el drama, al fin y al cabo, exige un mínimo de historia y unos personajes potentes.

Tampoco descarto la posibilidad de que se me escapasen muchas referencias, y no pudiera apreciar la estructura,... O sea, que igual es mi cerebro, que no da más de sí. Aunque tengo mi culturilla, no lo sé todo. Puede ser, simplemente, demasiado hermético para mí.

O igual es sólo que, a estas alturas, las mujeres tópicas en la Literatura me cansan bastante. Puedes decir que «el eterno femenino», la mujer como un ideal redentor es algo propio de la época pero,.... Lo siento. Antígona, y Clitemnestra, y Andrómaca nos ofrecen sus corazones palpitantes... Melibea es real, más lúcida que su Calixto,... las mujeres del Quijote, cada una a su manera, piensan, razonan y sienten como seres humanos completos y no como meras referencias de otros hombres. Por no hablar de las estupendas mujeres de Pérez Galdós, en las que encontrarás a muchas conocidas.

No, estoy cansada de la excusa de que «aquella época era así» porque, ¿sabéis? Otros escritores de siglos pasados sí que eran capaces de crear personajes femeninos auténticos. Así que ya no estoy dispuesta a considerar obra maestra este tipo de historias. No pueden estar diciendo nada verdaderamente trascendente sobre la condición humana cuando reduce a la mitad de la Humanidad a un mero cliché.

martes, 12 de septiembre de 2017

#16 San Vital

Por Fabio Poggi (2011)
[CC BY-SA 3.0]
via Wikimedia Commons





Ubicación: Rávena, Italia
Fecha: 547
Estilo: Arte bizantino
Tipo de edificación: iglesia


                       
Una de las obras emblemáticas del arte bizantino en Italia.

Seguimos en el siglo VI, cuando solo había un imperio romano, el de Oriente, que en época de Justiniano (ya sabéis, el que hizo construir Santa Sofía) quiso recuperar territorios en la parte occidental.

Rávena había sido la última capital del Imperio Romano de Occidente. Los bizantinos se hicieron con ella en 540. La convirtieron en sede del gobernador romano oriental de Italia, el Exarca, y fue conocido como el Exarcado de Rávena.

Para meternos imaginariamente en este mundo fascinante, recomiendo (de nuevo) la novela Belisario, de Robert Graves, dedicada a aquel magnífico general con el que el emperador fue tan ingrato.

Los bizantinos, ortodoxos, frente a los arrianos godos, se dedicaron a esto tan suyo de construir iglesias de la "fe correcta" allá donde fueren. Así vieron la luz unos cuantos edificios notables, incluidos en el conjunto “Monumentos paleocristianos de Rávena”, que es patrimonio de la humanidad desde 1996. Ya os lo conté al hablar del mausoleo de Teodorico, que no es bizantino sino arte de las invasiones germánicas, en concreto ostrogodo.

La Unesco los describe así:

Capital del imperio romano en el siglo V y de la Italia bizantina entre los siglos VI y VIII, Rávena posee una excepcional colección de mosaicos y un conjunto de ocho monumentos paleocristianos de los siglos V y VI sin parangón en el mundo. Estos monumentos –mausoleo de Gala Placidia, baptisterio neoniano, basílica de San Apolinar Nuovo, baptisterio arriano, capilla arzobispal, mausoleo de Teodorico, iglesia de San Vital y basílica de San Apolinar in Classe– muestran la gran maestría artística de sus creadores, que supieron fusionar maravillosamente la tradición arquitectónica grecorromana, la iconografía cristiana y diferentes estilos orientales y occidentales. 
El origen de esta edificación se encuentra en el mismo emperador Justiniano que hizo erigir Santa Sofía. Aquí cogió construcciones anteriores y las reformó. El arzobispo de la ciudad, Maximiano, la consagró en el año 547.

Seguimos en la Primera Edad de Oro del arte bizantino. La iglesia de San Vital sigue el modelo de la de los santos Sergio y Baco de Constantinopla: edificio de planta cuadrada con octógono en el centro cubierto con cúpula gallonada y nave en torno. San Vital lo copió de los SS. Sergio y Baco y, a su vez, los carolingios lo tomaron como modelo para sus propias edificaciones. Así que por esta vía la planta octogonal bizantina acaba difundiéndose por el Occidente europeo.

Es lo que tiene el arte, que nada es totalmente nuevo ni nada por completo copiado.

Lo más apreciado de esta iglesia son los fantásticos mosaicos. Se realizaron entre los años 546 y 548. Veréis a menudo en muchos libros de arte, a Justiniano y Teodora, cada uno con sus acompañantes. Aquí pongo a Teodora con su séquito.
 
Por Petar Milošević, 
[CC BY-SA 4.0]
Via Wikimedia Commons



En la Wikipedia te identifican a los diferentes personajes: “la emperatriz Teodora lleva un cáliz de oro, va precedida por dos dignatarios de la corte y seguida por Antonia, esposa del general Belisario y su hija Juana. Cierran el cortejo las doncellas de la emperatriz”.

Si quieres saber algo más de este monumento, siempre puedes empezar por la Wikipedia, seguir por este artículo de la Universidad de Valencia, y la ficha en ArteHistoria


En YouTube, aquí tenéis cinco minutos de imágenes recreándose en el monumento


Y diez minutos en inglés (Smarthistory. art, history, conversation), con explicaciones más técnicas.


jueves, 7 de septiembre de 2017

#23 Palacio de Ctesifonte

American Colony Photo Department
[Dominio público]
Via Wikimedia Commons


Tipo de construcción: palacio
Época: Sasánida (S. III)
Lugar: Taq-i Kisra, Irak


Mira que queda poco del palacio y aun así, qué impresionante.

Dentro del arte de Asia Occidental, hay que recordar que está todo el arte persa. Ya he hablado aquí de los persas, los partos y los sasánidas.

Este palacio pertenece al siglo III, en la época sasánida, ya sabéis, de 226 a 651. Para entendernos: lo que hubo en Irán-Irak justo antes del período islámico.

Este sitio de Ctesifonte fue una de las mayores ciudades de la antigua Mesopotamia. Pervivió durante siglos, y ocupaba un territorio bastante grande, 30 km², a orillas del Tigris; por cierto que justo enfrente, en el otro lado del río, estaba la colonia griega de Seleucia. De ahí que a veces se le acabe llamando Seleucia-Ctesifonte. Se cree que Ctesifonte fue la ciudad más grande del mundo entre 570 y 637, año en el que fue evacuada.

Lo más representativo de la arquitectura sasánida fueron los palacios, entre ellos este de Ctesifón o Ctesifonte (en persa: تيسفون). Lo que queda es esa bóveda de ladrillo y parte de la fachada, con arquerías; se alza hasta 28,40 metros de altura. Y aun así, sigue resultando impresionante. Sólo cabe imaginar qué aspecto tendría plenamente construido.

El arco y las bóvedas, en particular las cúpulas sobre trompas, son elementos que influyen luego en el arte árabe, y también en el cristiano. Claro, al usar ladrillo la verdad es que es un material que no se perpetúa igual de bien que la piedra. Y aparece un elemento que luego se desarrollará en el arte islámico: el iwán, un pórtico con gran arco abierto.

Como siempre, para saber más, podéis empezar por la wikipedia, siguiendo por el palacio de Ctesifonte, en ArteHistoria

En un blog que hablan de la antigüedad, te aparece el Palacio de Cosroes en Ctesifonte, y aquí, un estudio más en profundidad de esta construcción, desde el punto de vista arquitectónico.

sábado, 2 de septiembre de 2017

#16 El cascanueces

Fotografía de la producción de 1892 en San Petersburgo
(Archivos del Teatro Mariinski)
[Dominio público], via Wikimedia Commons
Щелкунчик / Schelkúnchik, op. 71




Compositor: Piotr Ilich Chaikovski
Estreno: Teatro Mariinski (San Petersburgo), 18 de diciembre de 1892


Uno de los más hermosos ballets del repertorio, pura fantasía infantil.


Chaikovski hizo una música de ballet maravillosa, y uno de sus famosos tres ballets es este, un cuento típicamente navideño.

El cascanueces es un ballet en dos actos. El libreto era una adaptación de un cuento de E. T. A. Hoffmann, El cascanueces y el rey de los ratones, a través de la versión que hizo Alejandro Dumas.

De este ballet hay una suite de veinte minutos, que tiene un gran éxito. Así que cuando hablamos de El cascanueces, es tanto un ballet como una suite. Cualquiera de los dos se encontrarán a gustito en tu discoteca.

La partitura de Chaikovski se ha convertido en una de sus composiciones más famosas. Una de las curiosidades de esta obra hace uso de la celesta, instrumento que sonaba ciertamente exótico en aquel tiempo.

La coreografía original es de Marius Petipa y Lev Ivanov. Pero ha habido otras posteriores, y por destacar una, señalaré que hizo en 1976 Mijaíl Barýshnikov para el American Ballet Theatre, un auténtico clásico navideño.

Hay unas cuantas versiones muy buenas. Por poner una bastante citada, recomiendo la versión de Michael Tilson-Thomas con la orquesta Philharmonia para la CBS. Fue grabada el 25 de mayo de 1985 en los estudios de Abbey Road (Londres).

Para saber más, la Wikipedia y luego tenemos un breve artículo titulado "12 cosas que quizás no sabía sobre el ballet El cascanueces" (2016).