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viernes, 17 de febrero de 2023

#4 Madame Butterfly

 

Póster de Leopoldo Metlicovitz



 


 

Madama Butterfly

 

 

Estreno: Milán, 17 de febrero de 1904

Compositor: Giacomo Puccini

Libretista: Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, inspirado en el obra de David Belasco de 1900 Madame Butterfly, de un relato de John Luther Long, y en una novela francesa, Madame Chrysanthème, de Pierre Loti.

Género: tragedia japonesa

 

Tal día como hoy, del año 1904, se estrenó en el Teatro La Scala una de las óperas más representadas del repertorio.

 

Una ópera de ambiente exótico. Solo que no estamos en la época del romanticismo, sino principios del siglo XX, así que el compositor se esforzó por darle algún toque local, incluir algunos momentos que sonaran más o menos japoneses.

La historia es trágica, como es habitual en Puccini y la ópera italiana de la época. Generalmente, claro, con mal destino para la mujer, la protagonista de turno.

Una historia de amor tremenda, la que siente ella por él, que pasa bastante de ella.

Cio-Cio-San, la Butterfly del título, es una chica de quince años cuando empieza la historia. Es una geisha, y se casa, totalmente enamorada, con un estadounidense, Pinkerton. Para ello incluso ha renunciado a su religión, lo que hace que su familia la repudie, pero ella encantada de la vida, enamoradísima. Pinkerton no la quiere ni más ni menos, le gusta, sí, pero es un picaflor de esos que tiene una novia en cada puerto.

Se casan, y luego él se larga. Pasan los años y a ella la pretende un ricacho, pero Cio-Cio-San lo rechaza, porque tiene un hijo y sigue convencida de que su amor volverá.

Y sí, vuelve, pero con una esposa americana. Ante lo cual ella hace el seppuku y el niño se queda con el padre y la nueva esposa de este.

Puccini es un compositor que siempre gusta. Es sentimental e intenso, con melodías pegadizas... Sus obras son de las que funcionan tanto en escena como cuando simplemente la escuchas en una grabación. Puede ser una de las mejores para empezar con este género, yendo al teatro, por lo entretenida que resulta.

Ahora es una de las obras más representadas del repertorio. Pero en su momento, cuando se estrenó, hasta abuchearon la ópera. He leído diversas razones para esto, que si todo fue muy apresurado, que el compositor acabó tarde la ópera y apenas hubo ensayos,… que si la protagonista no era adecuada,… que si el siempre exigente público de La Scala pensaba que Puccini se estaba repitiendo un poco, copiándose a sí mismo, repitiendo en cierto sentido La Boheme. Hubo machirulos que, al parecer, entendían que el chico de la película salía poco, y que todo lo dominaba ella, la mujer. Y que se les hacía largo el segundo acto (tenía entonces solo dos actos). Hasta hay quien dice que era una conspiración contra Puccini, y que buena parte del público ni siquiera se molestaron en escuchar la ópera.

Al final, es una ópera que ha llegado a tener hasta cinco versiones. Como metía mucho en un segundo acto eterno, luego ya se volvió a estrenar, dividido en el II y el III, en Teatro Grande Brescia, y allí gustó más, ¡y solo tres meses después, el 28 de mayo! En el Teatro Regio de Turín se estrenó una tercera versión el 2 de enero de 1906…

Otra curiosidad histórica: resultaba incómoda en tiempos de guerra, porque los estadounidenses no quedaban bien parados, Pinkerton es un tío superficial que desprecia en realidad a otra cultura y a esta niña que lo deja todo por casarse con él. Por eso, en EE. UU. estuvo suspendida durante la Segunda Guerra Mundial.

El principal desafío de esta ópera es dar con una intérprete adecuada para el papel central. Empieza como una jovencita, enamorada e ilusa, y acaba como una mujer despechada, una madre desencantada de la vida, cuyo honor le exige el suicidio. Es difícil dar con una cantante que pueda retransmitir toda esa evolución emocional, y que aguante los tres actos ahí, en primera fila.

Es una de esas óperas con un continuo en que hay momentos maravillosos que siempre se recuerdan, y fácilmente reconocibles. Voy a repasar algunas piezas memorables, pero tiene otros muchos momentos geniales, en realidad, es una gozada de cabo a rabo.

Así, en el acto I, el Solo y Coro «Ancora un passo», luego el coro de invitados a la boda, «O Kami!» y rematándolo con un preciosísimo dúo amoroso, «Viene la sera–Bimba dagli occhi–Dolce notte».

Luego, en el acto II, el aria de Cio-Cio-San, «Un bel dì vedremo», ella ilusionada confía en que algún día volverá su amado esposo y luego un dúo que yo encuentro algo melancólico, entre Cio-Cio-San y su sirvienta Suzuki, el llamado dúo de las flores, «Scuoti quella fronda».

Acaba con un intermedio orquestal y un coro a boca cerrada muy recordado.

Finalmente, en el acto III, lo que destaca es la última intervención de Cio-Cio-San, «Con onor muore–Tu? Tu? Piccolo Iddio», desesperada, amando a su hijo, a aquel hombre que la ha traicionado, cuando ve que se le cae ese castillo en el aire que ella se había creado y no le queda más que, honestamente, en su idea del honor, suicidarse ritualmente. Tremenda cosa.

La grabación recomendada de esta ópera es la de Tullio Serafin (1958) para la Decca, con la orquesta y coro de Santa Cecilia. Son intérpretes principales Renata Tebaldi (Cio Cio San) y Carlo Bergonzi (Pinkerton). Otros cantantes: Enzo Sordello (Sharples), Fiorenza Cossotto (Suzuki), Lidia Nerozzi (Kate Pinkerton), Angelo Mercuriali (Goro), Michele Cazzato (el príncipe Yamadori), Paolo Washington (el tío Bonzo), Virgilio Carbonari (el comisario imperial), Oscar Nanni (Yakuside) y Oscar Nanni (el oficial del registro).

Para saber más, la Wikipedia. El libreto, en español e italiano, así como discografía de referencia, en Kareol

Una representación relativamente reciente que encontramos en You Tube, dirigida por Rudolf Piehlmayer

 


sábado, 1 de febrero de 2020

#5 La bohemia

Mimì y Rodolfo en La Bohème
Metropolitan Opera (2014)
Bengt Nyman [CC BY-SA 2.0], vía Wikimedia Commons





La Bohème


Estreno: Turín, 1.º de febrero de 1896

Compositor: Giacomo Puccini

Libreto en italiano: G. Giacosa y L. Illica, basado en la novela Scènes de la vie de Bohème, de Henri Murger

Género: comedia lírica

Tal día como hoy se estrenó, en el Teatro Regio de Turín, esta que es una de las óperas más queridas del repertorio.


La llaman «comedia lírica», pero vamos, que tiene de gracioso lo que yo de monja. Es un dramón, muy sentimental, que juega de tal forma con tus emociones, puedes llorar a moco tendido con esta historia.

Es una de las óperas más representadas, de las favoritas del público y la crítica. La puedes escuchar, o ver en directo, o en una película,… y de cualquiera de estas formas, te meterá en la historia, y no puedes dejar de verla hasta el final.

Aunque se inspira en esa obra realista sobre bohemios franceses, lo cierto es que la adaptación es muy libre. Trata más o menos del amor de Rodolfo, un poeta y Mimì, una modistilla: se conocen, se enamoran, se separan y ella muere al final. Sí, es ya de esa época en la que la heroína tiene que morir, porque sí, es cosa de la época.

Alrededor de ellos, personajes secundarios inolvidables como los amigos del poeta, aunque yo me quedo con Musetta, una muchacha un poco coqueta que sabe ligar con tipos con parné.

Puccini conserva de la ópera clásica las arias, los dúos, los momentos de conjunto, pero se nota que estamos ya a finales del siglo XIX, y sabe enlazarlo todo de una manera continua, con una música maravillosa, de manera que te va narrando la historia entrelazando, con un desarrollo que no se detiene, sin que falten o sobren escenas.

Al parecer, el estreno no fue demasiado exitoso. Y eso que la dirigió Toscanini,... claro que entonces era un tipo jovencísimo... En un periódico de Turín profetizaban que


La bohème no dejará una gran huella en la historia de la ópera.


Eso sí que es tener ojo

Yo creo que había un poquito de clasismo, porque al fin y al cabo te representaban a personas muy corrientes, pobretonas, enfermos,… Un poquito la carne de cañón de las novelas dickensianas, solo que con un final trágico. Es lo que tiene el verismo, ese tipo de realismo o naturalismo musical. 

Pero pronto la gente le cogió gusto y ya digo que es una de las más representadas y queridas del repertorio. Cuando oigáis hablar del «ABC de la ópera», la «B» se refiere a La Bohème. Aunque no seas aficionado a la ópera, si la vas a ver, seguro que te entretiene. Sus cuatro actos se pasan en un suspiro, y no llega a las dos horas. Así que en ningún momento se te hace pesadota.

Al ser una de las favoritas del público, ha sido muy representada y hay un montón de anécdotas en torno a esta ópera. Ya desde su comienzo. Leoncavallo compuso una ópera con el mismo material, y acusó a Puccini de robarle la idea; la obra de Leoncavallo pasó sin pena ni gloria y, sin embargo, esta de Puccini es de las más destacadas del repertorio.

Hay otras que leo en la Guía visual de la ópera de Espasa © 2008. Por ejemplo, que cuando la terminó Puccini, se dijo «Voy a llorar como un niño»; y sí, es una de esas obras emotivas en las que todo el mundo acaba con un nudo en la garganta.
  
El papel de Rodolfo era uno de los papeles de Caruso. En una representación con la soprano Nelly Melba, cuando cantaba lo de «qué gélida manita», y se cogían de las manos, el «gracioso» de Caruso tenía una salchicha entre manos, así que imaginaos qué poca gracia le hizo a la Melba. Luego es solo una anécdota más.

Tiene muchos momentos inolvidables, empezando por las arias de los protagonistas del primer acto, en que cada uno de ellos se presenta al otro: él narrando que es un poeta pobre, pero rico en castillos en el aire (Che gelida manina), y ella le cuenta que es una modistilla a la que gustan las flores, aunque las que ella borda, esas no tienen aroma (Mi chiamano Mimì), para seguir con el dúo de amor que remata este Acto I: O soave fanciulla.

En el Acto II están algunas de mis melodías favoritas, como el vals de Musetta (Quando m’en vo), para mí un canto de alegría de vivir de esta mujer descarada y libre, por mucho que te la pongan en plan coqueta y mercenaria, como que solo quiere poner celoso a su ex, pero yo lo veo más como una afirmación de su fuerza femenina. No sé por qué, pero a mí me recuerda un poquito a Chi il bel sogno de Doretta, también de Puccini, de la menos conocida La rondine. Sale en la banda sonora de Una habitación con vistas, para los curiosos. Asocio estas dos arias en mi cabeza.

Aquí os la dejo, cantada por la soprano surcoreana Hei-Kyung Hong en el teatro de la Scala (2003):


¿Para qué seguir? También en los actos III y IV hay momentos sublimes de esos que te agarran por el cogote, y no importa tanto lo que cuentan sino cómo lo cuenta. Chicos, es que ya no sé cómo decir que la veáis, que merece la pena.

Hablando de grabaciones discográficas... Casi en cualquier ópera hay varias excelentes donde elegir. Aquí, la verdad es que es uno de esos pocos casos en que hay una indispensable en toda discoteca. Es la dirigida por Herbert von Karajan en 1972/3 para la Decca, con el coro de la Ópera de Berlín y la orquesta Filarmónica de Berlín. Los cantantes principales fueron: Mirella Freni (Mimí), Luciano Pavarotti (Rodolfo), Elizabeth Harwood (Musetta), Rolando Panerai (Marcello) y Nicolai Ghiaurov (Colline).

De esta grabación he leído cosas como que «Karajan satura el espacio de los colores orquestales más suntuosos y hace de esta Bohème una verdadera fiesta para los sentidos».


Para saber más, la wikipediaEl libreto, en español e italiano, así como discografía de referencia, en Kareol

En You Tube he encontrado esta grabación con Marcelo Álvarez como Rodolfo y Cristina Gallardo Domas como Mimì, en el Teatro de La Scala de Milán, y encima subtitulada en español. No, si el que no se cultiva es porque no quiere.



sábado, 14 de enero de 2017

#7 Tosca


Portada de la primera edición de la
Partitura para piano de la ópera
Autor: Adolfo Hohenstein (1899)
[Dominio público], via Wikimedia Commons


Tosca

Estreno: Roma, 14 de enero de 1900

Compositor: Giacomo Puccini

Libreto en italiano: Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, basado en la obra de Victorien Sardou de 1887 Tosca


Tal día como hoy se estrenó, en el Teatro Costanzi de Roma, la que yo llamo “ópera de suspense”: hay pasión, crimen, misterio, tortura, y nunca se sabe qué es lo que va a ir mal en la representación.


Suele decirse que una historia de suspense es tan buena como lo sea el villano de la historia. Si esto es así (y yo estoy convencida de que sí) esta ópera es una de las mejores intrigas que puedes ver en el escenario, porque Scarpia es fuerte, enorme, voluptuoso, cruel, retorcido, uno delante del cual "tiembla toda Roma", todo lo que piensas que debe ser un malo y más.

Más una voz de barítono de esas que abrigan más que una manta zamorana, quiero decir.

O sea, con el repulsivo atractivo de la serpiente.
 
Si no eres aficionado a la ópera y alguna vez quieres probar, esta es una excelente opción. Es entretenida, excesiva, apasionada, y si no sabes el argumento, hasta la puedes ver como una peli de suspense, sorprendiéndote con los giros de la historia.

La protagonista es Tosca, una actriz de teatro. No es muy virtuosa, pero siempre reza a la Virgen cuando hay que hacerlo, y ama celosamente a su amante Mario. Scarpia, el jefe de policía, la desea intensamente, tanto que hasta reniega de Dios por ello. Detiene a Mario, lo tortura, y acabará extorsionando a Tosca: tendrá que acostarse con él para salvar la vida de Mario. Por si alguien no conoce la historia, no les cuento como sigue.

Y todo ello, en el marco de las guerras napoleónicas. Aquí se ve lo que tantas veces falta en las novelas románticas, escritas desde el punto de vista de los intereses de Inglaterra. Napoleón, para muchos lugares del resto de Europa, fue más bien un liberador. Para los republicanos romanos, oprimidos por el papado y también para el resto de Italia, dominada por austríacos o borbones, Napoleón, en 1800, representaba un soplo de libertad. Eso se refleja en esta ópera.

Son dos horas que se ven en un suspiro. Con un montonazo de momentos absolutamente gloriosos. De ellos voy a destacar, lógico, uno por cada uno de los personajes.

Del malo malote, Tre sbirri, una carrozza,…, que canta al final del acto I, cuando se regodea, sueña con Tosca, mientras las campanas le engañan con una supuesta victoria frente a Napoleón. Su mundo está en peligro pero él sólo tiene ojos para esa mujer a la que desea más que nada.

De nuestra heroína, Visi d’arte, en el acto II, que expresa toda su tortura mental porque tiene que elegir: a su novio lo torturan, el malo le exige sexo, y ella sólo piensa “pero ¿qué he hecho yo para merecer esto?”. Pues nada, rica, ser mujer en una sociedad patriarcal, objeto de los juegos de los hombres, y rara vez sujeto de tu propio destino.

Y finalmente, cómo no, el adiós a la vida de Mario (E lucevan le stelle), un aria intensa, desesperada, en plan “no me quiero morir, la vida es bella, y nunca la había amado más”.

Son arias muy facilitas de encontrar si las pones en internet.

En You Tube podemos ver una joya auténtica, el acto II, con Scarpia de Tito Gobbi y Maria Callas de Tosca. Es el Covent Garden, 1964, puesta en escena de Franco Zefirelli. Uno de esos momentos históricos de la ópera en las que habría adorado estar. Irrepetible. Y al que no se le pongan los vellos de punta, es que no tiene sangre en las venas.



Así que como podéis sospechar, para mí no hay otra Tosca que Maria Callas. Cómo explicarlo. A ver. No tenía la voz más bonita del mundo, aunque su técnica era estupenda. Pero esto no es cosa de técnica o timbre, no, esto va de que era una actriz fantástica, que transmitía todas las emociones de los personajes de una manera gloriosa. Actriz a la manera operística, claro, para que te vean desde la última fila. Eso se ve en la película que hizo con Pasolini, una Medea en la que no cantaba, “sólo” era actriz, pero, ¡guau! O sea. Llegabas a entender los motivos de un mito tan odioso. Im-pre-sio-nan-te.

Así que no puedo recomendar otra grabación que la dirigida por De Sabata en 1953, con Callas de Tosca, Giuseppe Di Stefano como Mario Cavaradossi y Tito Gobbi (inmenso) como Scarpia, la orquesta y el coro son de La Scala de Milán. Para la EMI.

Para saber más, la wikipedia. En Kareol tenemos como de costumbre sinopsis, lista de grabaciones escogidas y el libreto en italiano y español.