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sábado, 21 de marzo de 2020

#36 Iglesia de San Lorenzo (Sahagún)

Triple ábside y torre de San Lorenzo,
Lourdes Cardneal (2008)
[CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons




                       
Ubicación: Sahagún (Castilla y León, España)
Fecha: primera mitad del siglo XIII
Estilo: Arte románico-mudéjar
Tipo de edificación: religioso




Aires morunos en pleno Camino de Santiago


Sahagún es una localidad en el Camino de Santiago. Ya he hablado aquí otras veces de ese excepcional Patrimonio de la Humanidad que tenemos acá en España. Sería una buena idea hacerlo cuando pase todo esto, y podamos disfrutar de nuevo de los espacios abiertos, del cielo alto y la tierra bajo nuestros pies.

Tiene iglesias que forman parte de nuestro patrimonio religioso. Hoy voy a comentar una de ellas en particular, porque llama la atención que tan al norte haya llegado la influencia del arte islámico.

Ya he comentado que el estilo mudéjar es algo típico de España, pues mezcla elementos del arte islámico en edificaciones de otras culturas. Ya lo mencioné con la Sinagoga de Santa María la Blanca. Aquí es una iglesia cristiana.

Dije entonces que se trata de elementos morunos dentro de lo que es un estilo cristiano, y por eso hay románico-mudéjar y gótico-mudéjar. Luego, a lo largo de los siglos, estos elementos se han incluido en estilos posteriores y entonces se habla, en general, de neomudéjar.

En Castilla y León, el centro más importante, y más antiguo, de arte mudéjar, es la llamada Tierra de Campos, precisamente con Sahagún como centro, con las iglesias de San Tirso y San Lorenzo. Se supone que las realizaron los alarifes moros que vivían en aquella villa cristiana. Porque cuando la Reconquista avanzó hasta Toledo y más allá, hubo comunidades islámicas que quedaron insertas en lugares ahora bajo dominio de los reyes cristianos.

Destacaría que se construye enteramente en ladrillo, algo muy morisco, no en piedra. Y lo más señalado es esa parte posterior, con los tres ábsides y la maciza torre. El ladrillo y las arquerías ciegas de herradura son elementos muy característicos del mudéjar.

La cabecera tripartita está decorada con arcos de herradura, tan típicos del arte islámico. Los arcos de herradura son ciegos y doblados; también vemos arcos de herradura ciegos inscritos en recuadros. Otros elementos constructivos que se pueden apreciar aquí son las bandas de ladrillos en sardinel y frisos de esquinilla. Así, la misma forma de colocar los ladrillos sirve de adorno.
 
Davidh820 [CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons
En esta imagen de detalle del ábside central se distingue el ladrillo en sardinel: colocados de canto, tocándose las caras más extensas del ladrillo.

El friso de esquinilla es un tipo de decoración en la que se disponen los ladrillos con sus esquinas salientes, de manera que se forma una especie de sierra. Como no he encontrado una foto concreta de esto en Sahagún, os pongo un ejemplo toledano: la fachada sudoeste de la mezquita del Cristo de la Luz: 
Mezquita del Cristo de la Luz (Toledo)
Foto de José Luis Filipo Cabana (2016)
[CC BY-SA 4.0], vía Wikimedia Commons
Sí, lo sé, cómo va a ser una mezquita y al tiempo llevar el nombre de Cristo, son cosas de España, si queréis saber más, aquí os dejo el enlace a su artículo en la Wikipedia.

Si os fijáis, alrededor de la celosía calada que queda sobre los arcos de herradura entrelazados, se distingue una fila de ladrillos colocados con la esquina saliendo: eso es el friso de esquinilla.

Volvamos a San Lorenzo de Sahagún y su torre troncopiramidal. 
Foto de Carmen Cerezo (2012) [CC BY-SA 3.0], Wikimedia Commons

Se alza sobre el ábside y es un poco posterior, ya del siglo XIV. Se divide en cuatro cuerpos, cada uno más pequeño que el anterior; de abajo arriba, nos encontramos: 1) arcos ciegos; 2) y 3) cuatro vanos con arcos doblados; 4) cinco vanos.

La iglesia en sí se alza sobre una planta típicamente románica: basilical –ya sabéis, más o menos rectangular– y con tres naves.

Como curiosidad, se puede señalar que está orientada NW-SE, en lugar del habitual W-E, o sea, que quedaría como un poco girado hacia el norte, con la torre y los tres ábsides de la cabecera hacia el sudeste.

Lamentablemente, estuvo en la lista roja de Patrimonio de la Humanidad en peligro debido al mal estado de conservación. Se realizaron obras y parece que ahora está de nuevo «en verde».

Para saber más de esta edificación, como siempre, tenemos la Wikipedia, aunque tampoco es que sea un artículo de los largos. 

Ficha de San Lorenzo en la página web Lista Roja

Con algo más de detalle hablan en Arte Guías, solo que de Sahagún en general. 

Por poner una página turística, os dejo la de la Villa de Sahagún, con ideas por si alguno os dejáis caer por aquí.

Y una noticia del Diario de León sobre la restauración. 

Para una visita turística a Sahagún, estos siete minutejos en You Tube.

sábado, 15 de febrero de 2020

#35 Claustro de San Juan de Duero

Claustro de San Juan de Duero, por Diego Delso (2017)
[CC BY-SA 4.0] vía Wikimedia Commons


                       
Ubicación: Soria (Castilla y León, España)
Fecha: Ss. XII y XIII
Estilo: Arte románico
Tipo de edificación: religioso


En Soria, la ciudad de los poetas, encontramos estas ruinas de lo más romántico


Soria es una de esas capitales que quedan un poco a trasmano, en una provincia que es pura naturaleza, monte bajo y alto, la Laguna Negra, leyendas y poemas… Machado y Bécquer.

Bien merece una visita. Para los que no tengan claro dónde queda, está por el centro de la península, tirando hacia arriba a la derecha según miras el mapa.

Tierra fronteriza entre las dos grandes Coronas que forjaron España: la de Castilla y la de Aragón, que se disputaron este territorio. Al final, cayó para la parte castellana.

La gente asocia el término «órdenes militares» con las cruzadas y solo piensa en los templarios. Pero hubo varias, unas internacionales y otras nacionales. Este monasterio, al parecer, fue de los hospitalarios, u orden de San Juan de Jerusalén, actualmente orden de Malta.

Del monasterio solo queda una iglesia bastante sobria (aunque con muy interesantes capiteles y dos edículos en el interior parecidos al de las iglesias orientales), un recinto amurallado en cuyo interior están… los Arcos.

Ya he comentado que las ruinas son inquietantes, y estas sorianas no son una excepción. La ciudad está en un codo del río, pero esto queda al otro del Duero, a las afueras, hacia el Este, en el Monte de las Ánimas de la leyenda becqueriana. Muy cerca queda la ermita de San Saturio. Así que acaba siendo prototípicamente romántica: algo tenebroso, nocturno, con insinuación de lo sobrenatural…

Resulta muy raro pasearse entre estos arcos. Es un cuadrado con tres esquinas achaflanadas, así que acaba más o menos un octógono; una de las esquinas sí que tiene un machón.

Sin una base alta, sin techo, sin edificio adosado, sin pasillos por los que pasear... Sólo los Arcos. Causa una sensación extraña, diferente a cualquier otra visita que hagas a monasterios románicos.

En los chaflanes hay entradas; los estilos varían, pero en vez de haber uno por cada lado del cuadrado, llegan hasta la mitad y cambian. Así que hay como eles de arcos que van variando.
.
En estas arquerías hay un repertorio de modelos donde elegir.

La parte más antigua está en el ángulo noroccidental. Encuentras los típicos arcos románicos de medio punto sobre pares de columnas y basamento corrido.



Luego está el arco túmido, que es de herradura apuntado, sobre cuatro columnas.



Y empiezan a cruzarse….



… Y cruzarse, dejando un pequeño hueco, …



… Y cruzarse hasta el punto de que, llega un momento en que el arco arranca, se cruza y acaba... al aire, en la nada…



Si eso no es chulería, que venga Dios y lo vea.

Ya hablé el otro día de la sinagoga de Santa María la Blanca de Toledo, y cómo fusiona elementos del arte islámico con el cristiano. Bueno, pues un mucho de eso se da también aquí, con unas arquerías lobuladas y entrecruzadas que a veces se consideran románico y otras mudéjar.

El arco túmido en particular, puede verse en la última fase constructiva de la mezquita-catedral de Córdoba. La decoración de algunos fustes y capiteles, muy minuciosos, también evocan los modelos andalusíes.

Aparte de la influencia islámica, se ha hablado de la huella dejada por el arte sículo-normando. 

Monumento nacional desde 1882, actualmente no tiene culto y forma parte indispensable de la visita turística a Soria.

Para saber más de esta edificación, como siempre, tenemos la Wikipedia, aunque en esta ocasión no puede decirse que sea un artículo muy extenso

Con algo más de detalle hablan en Arte Guías

Pero vamos, que casi cualquier página que te hable de Soria y sus atractivos te mencionará estas ruinas. Por ejemplo en La frontera del Duero o en la página autonómica de turismo por Castilla y León.  

Para una visita turística virtual, estos seis minutejos en You Tube.

jueves, 7 de noviembre de 2019

#37 Sepulcro de los santos Vicente, Sabina y Cristeta

Sepulcro de los SS. Mártires Vicente, Sabina y Cristeta
Por Pizicato [dominio público] 2008
Via Wikimedia Commons



Ubicación: iglesia de San Vicente, Ávila (Castilla y León)
Fecha: segunda mitad del siglo XII
Época: Arte románico / gótico






Una escultura de transición coloreada


Este sepulcro o cenotafio (monumento funerario que no tiene dentro al muerto, para entendernos) nos enseña cómo era la escultura medieval: coloreada.

Para ver exactamente lo que es de esta época, segunda mitad del siglo XII, hay que fijarse en el cenotafio en sí, y no en el baldaquino gótico que tiene por encima. Este sepulcro es como una maqueta de una iglesia. Si os fijáis, tiene como tres alturas, simulando los tejados de tres naves, más alta la del centro.

En el extremo de acá se ve el viejo conocido, Cristo en majestad, en una mandorla con, en teoría, el Tetramorfos. ¿Seguro? ¡No! Porque solo están los símbolos de dos de los evangelistas: el águila de san Juan y el toro de san Lucas. Además, es un Cristo tirando a viejito, nada de jovencito lozano.
 
Aquí, el Tetramorfos demediado, con un Jesucristo canoso.
Debajo, en el centro, la rosa juradera dorada. A los lados, dos parejas de
apóstoles.

Está el detalle de lo que se llama «rosa juradera», dorada, entre dos arcos. En Rutas del Patrimonio explican el sentir de estas rosas:

Cuando aquí se celebraban los juicios, los juzgados introducían sus dedos dentro de la roseta y juraban inocencia. Si mentían al jurar inocencia, cuenta la leyenda que se les paralizaba el brazo. Unos juicios que finalmente fueron abolidos por los Reyes Católicos.

Al parecer, había otras dos rosas juraderas en Castilla y León: San Isidoro de León y Santa Gadea de Burgos.

Al lado contrario se representa una Epifanía, con el Viaje de los Magos a un lado (la izquierda en la foto de abajo) y el Sueño con la aparición del ángel al otro (o sea, la izquierda):


O sea, la Adoración de los Reyes de toda la vida, con el sueño místico de José. 

En los laterales, tenemos una fila de arquillos sobre columnas. Se ven representaciones de monjes, ora et labora en los huequecitos entre arco y arco. Representa de una manera estupenda las distintas actividades que se podrían desarrollar en un monasterio medieval.


Por ejemplo, este joven monje está rezando.

En las esquinas, están los doce apóstoles, en parejas, ya lo hemos visto arriba al hablar del Pantócrator.

Pero lo más impresionante es la historia de los mártires cuyas cenizas supuestamente se guardaron en este sepulcro. La historia cuenta que en tiempos de Diocleciano se negaron a prestar el juramento de lealtad al emperador y por eso los martirizaron. 
El martirio aparece aquí: los ponen en unas aspas que luego se van abriendo y así quedan descoyuntados. Es bulto redondo, casi exento y, si os fijáis en el detalle, las dos chicas, Sabina y Cristeta, están en bolas, pero al varón, Vicente, no, a ese le ponen un paño de pudor en las dos escenas.

Luego, el judío que los delató se arrepiente, se convierte al cristianismo y construye el sepulcro en su memoria, como se ve en la imagen superior.

Te cuentan la historia con viñetas, como si fuera un cómic. A mí, la verdad, son las escenas que más me gustan, con un rico sabor medieval, porque representa a las personas de aquella época, sin intentar rememorar cómo debieron ser los tiempos romanos.

A ver, la historia de estos santos mártires se cuenta en la Passio sanctorum martyrum Vicentii, Sabinae et Christatae, escrita entre fines del siglo VI y comienzos del VIII, o sea, que la historicidad del relato me parece a mí, ciertamente, dudosa. Son de esas cosas que si eres católico y quieres creerlo, pues lo crees. Y si no, tampoco cambia nada, y puedes apreciar esta obra de arte, pero sabiendo la historia que se supone que representa creo yo que lo disfrutas más. Eso sí, si vas a Ávila tampoco les metas el dedo en el ojo a los católicos, pues tienen a estos santos mártires como sus patrones.

Está labrado en piedra, y estuvo recubierto de blanco durante mucho tiempo, hasta que en 2007 recuperaron sus colores originales. Así que puedes verlo en todo su esplendor cromático. De esta manera te haces mejor a la idea de cómo era la escultura medieval, con sus colorines.

Se atribuye esta obra al maestro Fruchel, probablemente borgoñón; también se cree que labró las esculturas del pórtico occidental de la iglesia.

En cuanto al estilo, es de esa época intermedia entre el románico y el gótico, de manera que unos libros lo encontrarás en el capítulo de la escultura románica, epígrafe «transición al gótico» y en otros, como mi libro de Historia del Arte de COU, dentro del capítulo de escultura gótica española, como la «fase inicial o protogótico». Se ven aquí las características góticas de, como dice aquel libro mío de COU, «sentido naturalista, popular e ingenuo en la interpretación de las historias de los santos».

Para saber más de esta obra, y explicaciones más detalladas de las imágenes, tenemos dos estupendas entradas, una en Viajar con el arte y otra en Más que murallas; porque sí, Ávila tiene más joyas aparte de sus murallas.

domingo, 3 de noviembre de 2019

#36 Claustro de Santillana

Vista del claustro
Por Fjdrevorio [CC BY-SA 3.0]
Vía Wikimedia Commons



Ubicación: Santillana del Mar (Cantabria)
Fecha: siglo XII
Época: Arte románico






Una de esas joyitas que tengo al lado de casa


Aquí voy a presumir un poco. A unos quince kilómetros de casa tengo esta preciosidad románica, una de las grandes joyas arquitectónicas de Cantabria. Por si quieres visitarlo, aquí hay una sugerencia de Arte Guías: «Ruta de dos días completos "Colegiatas Románicas de Cantabria" (2ª edición)».

Santillana del Mar es una de las atracciones turísticas de Cantabria, de manera que siempre que vas, hay gente, aunque hay momentos más apacibles y otros en los que aquello parece una romería.

A mí, que me lo puedo permitir, cuando más me gusta es en una tarde fría de invierno, cuando las calles están desiertas, con los faroles iluminando tenuemente los rincones de estas piedras medievales, y ya si de algún sitio te llega el aroma a madera quemada, porque alguien cocine en horno de leña, o hayan encendido una chimenea, entonces puedes abstraerte totalmente y figurarte que vives en otra época.

… Y necesitas entrar en alguna cafetería para entrar en calor con un rico chocolate con picatostes.

De la colegiata, voy a hablar del claustro, centrándome en sus capiteles, ejemplo de escultura románica en España. Para enmarcarlo cronológicamente, estaríamos dentro de las escuelas regionales del siglo XII. 

La escultura románica española se divide en tres fases: al siglo XI pertenecen cosas como el crucifijo de don Fernando y doña Sancha, el claustro bajo de Silos o la Puerta de las Platerías; de las escuelas regionales del siglo XII puedo citar los capiteles de San Juan de la Peña o este claustro, y finalmente en el último tercio del siglo XII, obras ya de transición al gótico.

Entras en el claustro. Tiene cuatro lados. En seguida te das cuenta de que no son del mismo estilo todos los capiteles. Románicos serían los del norte, el sur y el oeste. Los que aparecen al este ya son más bien góticos.

En el lado norte vemos más bien capiteles con temas vegetales estilizados, como hojas o palmeras.


 Aquí, un ejemplo de decoración vegetal con palmas y moras o racimos de uva, fotografiado por David Gómez Fontanills [CC BY-SA 3.0] para WikiCommons.

Si seguimos por el lado occidental, encontramos con temas vegetales, y lacerías, las cuales son obvia influencia silense (o sea, de Santo Domingo de Silos).



En segundo plano vemos decoración vegetal, pero los primeros capiteles de esta foto son entrelazos, capiteles fotografiados en el lado occidental del claustro por José Luis Filpo Cabana [CC BY 3.0] para WikiCommons.

En la parte sur encontramos capiteles historiados, más complicados, ya con escenas muy icónicas.

Aquí tenemos una foto de Zarateman. En su lucha contra un dragón, a un caballero le echan una mano los ángeles. Sería una metáfora de la Fe, avasallada por el Mal, o tentada por el pecado, pero vencerá con la ayuda angélica, o sea la Divinidad. 


O este otro, en que un caballero atraviesa con su espada a un animal al que he visto identificado como un felino, incluso en particular un león. En cambio, David Gómez Fontanills, que hizo la foto que sale en Wikimedia Commons, dice que es un oso. Como lo veáis. Detrás se ve a un ángel también a modo de apoyo.

A mí me llama particularmente la atención este capitel del lado Oeste, que reproduzco en la foto de Zarateman para WikiCommons:

¿Por qué?

Pues porque es un centauro, con gorro frigio, atacando a un monstruo en forma de serpiente. Exacto, un tema clásico, grecorromano, que aparece en un rinconcito de la Europa meridional en plena Edad Media.

¿Quién talló estas piedras en la costa cantábrica? Se considera que el estilo de los talleres palentinos influye en el románico cántabro. Los ejemplos más destacados serían los capiteles y canecillos no sólo de Santillana, sino también los de Cervatos o CastañedaLos de Santillana influirían luego en toda la costa cántabra.

Para ver en más detalle cada uno de los capiteles y su iconografía, esta página dedicada a los claustros es muy ilustrativa, y me ha ayudado mucho a identificar los ejemplos que aquí os he puesto. 

Y con esto termino esta entrada, ya sabéis, como siempre hago sugerencia para viajecitos en puentes o fines de semana. Cantabria queda bien merece la pena, y dentro de ella, Santillana es una de sus joyas. 

Juan Eslava Galán incluye Santillana del Mar entre los 1000 sitios que ver en España, recuerda que en el siglo XIII se designó capital de la merindad de las Asturias de Santillana, y sigue:

Prácticamente eran tres calles que formaban una y griega, lo mismo que hoy, aunque los edificios que vamos a ver abarcan desde el siglo XII al XVII, todos profusos en escudos nobiliarios. Hubo un tiempo, cuando los Austrias, en que todos los habitantes de la corte se buscaban ancestros en la Montaña santanderina porque se suponía que siendo así eras hijodalgo, o sea, noble, y entonces estabas exento de pagar impuestos.

Puedes ver en la villa muchas casas señoriales, con sus frondosos escudos. Os voy a poner solo un ejemplo, el escudo de los Quevedo, sí, esta casa perteneció a un pariente del poeta, que ostentaba su mismo apellido y descendía de su misma rama, según leo en la pág. 24 de Santillana, vía sentimental, de José Martínez Juliá:


Si te fijas bien, puedes ver lo que describe Martínez Juliá:

Junto a esta casa [se refiere a la de los Cossío, que sería la pared de la izquierda de esta imagen], se halla la de Quevedo, con el blasón de sus dos leones, el brazo con el pendón y el caldero, no distinguiéndose bien las tres lises, que con las restantes figuras formaban el escudo del ilustre poeta don Francisco de Quevedo y Villegas...

Os dejo, por último, una foto de la colegiata, declarada Monumento Nacional en 1889:
Foto de Turol Jones, «un artista de cojones», según él mismo dice en Wikimedia Commons 😏

lunes, 14 de octubre de 2019

#32 Colegiata de Santa Cruz de Castañeda

Fachada occidental de Sta. Cruz
Zarateman (2011)
[CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons




                       
Ubicación: Castañeda (Cantabria, España)
Fecha: siglo XII
Estilo: Arte románico
Tipo de edificación: iglesia




En un rinconcito cántabro, una espléndida portalada románica


La Colegiata de Santa Cruz de Castañeda fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1930. 

El monasterio, benedictino, de la orden de Cluny, se cree que surgió en el siglo X. Un abad llamado Juan (Iohannes de Chastanieta) es mencionado en dos documentos medievales, por negocios que tuvo con el abad de Santoña (en 1092, y que se contiene en el cartulario de Santa María del Puerto) y con el de Santillana (en 1103, en el cartulario de Santillana). Los incendios en siglos posteriores hicieron desaparecer la documentación de este lugar.

Sí que se sabe que, en el siglo XII se convirtió en colegiata a cargo de un grupo de canónigos de la orden de San Agustín.

Queda solo la iglesia, y esta con alguna modificación. Pero aún se ve que es románica. En principio, tenía planta de cruz latina (una nave y crucero) y tres ábsides al exterior, uno rematando la nace y otros a modo de capillas sobre el transepto. Adosada al muro sur se alza una torre.


Lo que más destacaría yo es esa espléndida portada occidental, por su sencillez y contundencia. Nada menos que ocho arquivoltas apoyadas sobre un cimacio decorado con palmetas. Los capiteles están deteriorados, pero aún se pueden distinguir animales como, por ejemplo, serpientes.

La torre que queda a la parte sur tiene dos cuerpos. El superior es un poco más estrecho, y muestra ventanas geminadas, una a cada lado. El parteluz es un machón, con su columna adosada debidamente adornada en su capitel. Una cornisa recorre toda la parte superior de la torre, con canecillos.



La torre, el cimborrio, el ábside central…

También destaca el cimborrio, más bajo y ancho que la torre. Tiene dos cuerpos: el inferior cuadrado, y el superior octogonal; los vanos son de diferentes estilos, incluso mozárabes.

A principios del siglo XIII le añadieron una nave al norte. Entre 1703 y 1706, o sea, ya en época barroca, se suprimió uno de los ábsides, y erigieron una capilla dedicada al Rosario y una sacristía; todo por encargo de un tan Juan de Fromesta (¿Frómista?) Ceballos y Villegas, indiano que envió desde América el dinero para su construcción. Y en el XVII le añadieron otra nave transversal, con su portada y soportal, que quedan, según miras de frente, a la parte izquierda de la entrada románica.



Como otras obras del románico cántabro (las otras dos joyas de la corona son Cervatos y Santillana del Mar) es una delicia ver los canecillos, y los capiteles, a pesar de su desgaste por el tiempo, y escudriñar qué simbolizan, qué criatura fantástica salida de la imaginación medieval nos está mirando desde la piedra. Animales y plantas eran la decoración favorita.

Por dentro también es preciosa. Una de esas iglesias muy cucas, sencillas, pero armoniosas. A la cabecera, el ábside con arcos de medio punto. Las columnas sostienen capiteles tallados donde se distinguen personas y animales.

Tiene esculturas góticas, como un Cristo del siglo XIV y dos Vírgenes con Niño, del XIII. Del siglo XIV es el sepulcro del abad Munio González. 

A uno de los lados se encuentra un retablo de 1641, «una de las mejores piezas prechurriguerescas salomónicas conservadas en Cantabria» (así se dice en el libro Arte barroco en Cantabria: retablos e imaginería (1660-1790), de Julio J. Polo Sánchez), retablo mayor, realizado por Hernando de Malla.

Este territorio de realengo pasó a don Tello de Castilla, hijo de Alfonso XI y hermano de Enrique IV. Le sucedió su hijo don Juan Téllez de Castilla, que fue II señor de Aguilar de Campoo y Castañeda. Este Juan Téllez casó con doña Leonor de la Vega, señora de la villa de Carrión, de Santillana del Mar y de Torrelavega. Tuvieron una hija, Aldonza, quien heredó esta zona de Castañeda. En 1420 aparece como de su propiedad; se casó con García Fernández Manrique, siendo los dos condes de Castañeda desde el año 1430.

Como cotilleo diré (¡Viva el Sálvame de luxe histórico!) que doña Leonor de la Vega, señora –entre otros lugares– de mi natal Torrelavega, se casó en segundas nupcias con Diego Hurtado de Mendoza, y de ahí nació don Íñigo López de Mendoza y de la Vega, marqués de Santillana y famoso literato.

Y como este es mi blog, y pongo lo que me apetece, allá va la Serranilla IV, dedicada a una mozuela de Bores, copiada de la página web Cervantes Virtual:

Mozuela de Bores              

allá do la Lama                
púsom'en amores.             
   Cuidé qu'olvidado          
Amor me tenía,         5     
como quien s'había           
grand tiempo dejado         
de tales dolores,                
que más que la llama                 
queman amadores.   10   
    Mas vi la fermosa          
de buen continente,           
la cara placiente,              
fresca como rosa,              
de tales colores         15   
cual nunca vi dama           
nin otra, señores.              
    Por lo cual: «Señora              
-le dije-, en verdad            
la vuestra beldad      20   
saldrá desd'agora             
dentr'estos alcores,            
pues meresce fama            
de grandes loores».           
    Dijo: «Caballero, 25   
tiradvos afuera;                 
dejad la vaquera               
pasar al otero;         
ca dos labradores             
me piden de Frama,  30   
entrambos pastores».                  
    «Señora, pastor            
seré si queredes;                
mandarme podedes,          
como a servidor;       35   
mayores dulzores               
será a mí la brama            
que oír ruiseñores».          
    Así concluimos              
el nuestro proceso     40   
sin facer exceso,                
e nos avenimos.                 
E fueron las flores             
de cabe Espinama             
los encubridores.

           Bores, Frama y Espinama son lugares que siguen existiendo, en Liébana; a poco montañero que seas, lo has visitado más de una vez.