Mostrando entradas con la etiqueta 1994. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 1994. Mostrar todas las entradas

domingo, 27 de abril de 2025

#98 Cuatro bodas y un funeral

 Cuatro bodas y un funeral


Four weddings and a funeral

Año: 1994

País: Reino Unido

Dirección: Mike Newell

Música: Richard Rodney Bennett

 

Un modelo para un género menospreciado

 

 

No hará mucho estaba yo repasando la lista de películas favoritas de los Cowboys de Medianoche, y otras cosas que te cuentan en el libro Our Betters, de la editorial Notorious.

Me vio con el libro mi milenial de cabecera y me pregunto que cuáles eran las comedias románticas que destacaban. Y me quedé un poco tocada porque, a pesar de que se supone que es un género como los demás, y que gustan mucho a la gente, lo cierto es que el público no las recuerda cuando se trata de hacer una lista con las mejores películas, ni siquiera con sus favoritas.

Y es cierto que ni los críticos, ni tampoco los oyentes del programa, incluían muchas historias románticas de final feliz y tono ligero. Todo lo más aparecen algunas que son musicales, que serían otro género un poco diferente, aunque en parte coincide.

Es desolador, como si el romance y el humor fueran algo fácil. Hay un poco de desdén, como si no fueran películas tan meritorias como las de otros géneros (Western, gángsters, melodramas). Me pareció injusto. 

Entonces me di cuenta de que yo estaba viendo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Tampoco habia metido yo aquí muchos filmes de este tipo, o los había de refilón. Así que me dije que no podía consentir tamaño desafuero, y me decidí a meter al menos una que sea canónica, buena, con todas las características propias del género: Cuatro bodas y un funeral.

Es una película en la que un grupo de amigos británicos, que entiendo yo que están en torno a la treintena, van a diversas bodas, de parientes y conocidos... Pero ellos siguen solteros y sin compromiso… Bueno, no del todo, dos de ellos son pareja.

El protagonista, Charles (Hugh Grant) es un monógamo en serie. En una boda se siente atraído por la estadounidense Carrie (Andie McDowell). Como buen inglés, será ella la que tenga que tomar la iniciativa, porque si no... La cosa es que estos dos, aunque se gustan, van un poco con el paso cambiado. No coincide nunca el momento adecuado para que lo suyo pase a ser algo más. Antes de su final feliz habrá unas cuantas anécdotas, momentos hilarantes como esa boda que celebra Rowan Atkinson y que no da pie con bola. Hay también una escena tremendamente triste, el funeral al que se refiere el título. Es todo tan auténtico, ves a los otros amigos, al grupo del colectivo, hay que recordar que esta película es de principios de los noventa, cuando aun el SIDA era un tema muy reciente y doloroso, y veías a un grupo de gente que se habían acostumbrado a pérdidas en momentos de la vida que no toca.

Hablemos de algo más alegre: la banda sonora, muy poppy británica, destacando la canción de Wet Wet Wet, «Love is all around».

En toda película buena la base suele ser un guion competente, que es lo que ocurre aquí. Bien planteada, en episodios, con ritmo en los intercambios verbales, los personajes se definen a través de lo que dicen, y lo que hacen, es un perfecto ejemplo de show, don’t tell. Las interpretaciones son como tienen que ser en comedia: ellos serios y creyéndose el personaje, para que tú, espectador, te rías. Actores y actrices me parece que están estupendos todos, cumpliendo con su personaje, qué casting más bueno, por diorrr. 

Y todo dirigido por Mike Newell, un tipo que llevaba para entonces casi veinte años rodando películas. La película tiene un aire fresco, como si fuera algo nuevo, pero detrás de esto hay gente con solera. La he vuelto a ver hace poco por enésima vez. Se nota que es muy de los noventa pero, sí, pasa el juicio del tiempo, por supuesto.

En su momento, fue un auténtico pelotazo. Con un presupuesto de unos seis millones de dólares, recaudó (solo en EE. UU.), doscientos cuarenta y cuatro millones, o sea, cuatro veces más.

Tuvo unas cuantas nominaciones a distintos premios. Por ejemplo, en la 67.ª edición de los Oscar (1995) estuvo nominada como mejor película y mejor guion original (para Richard Curtis), aunque no ganó ninguno. Otras nominaciones las podéis ver, por ejemplo, en FilmAffinity. Os menciono solo los premios que sí ganó. Así, en los 52.ª Globos de Oro ganó Hugh Grant en la categoría de mejor actor principal - Comedia o musical. En los BAFTA (que son los premios británicos), la consideraron la mejor película, mejor dirección (Mike Newell), mejor actor (Hugh Grant), y mejor actriz secundaria (Kristin Scott Thomas). En los premios franceses, que son los César, fue elegido el mejor film extranjero. El Sindicato de Guionistas (WGA) premió a Richard Curtis por el mejor guion original. La Asociación de Críticos de Chicago reconoció a Hugh Grant como (sorprendentemente, para mi) mejor actor revelación; me llama la atención, digo, porque, para entonces, Hugh Grant estaba sobradamente descubierto, en mi opinión, pues había trabajado unas cuantas películas, entre ellas, Maurice (1987, James Ivory), fue el Byron de Gonzalo Suárez en Remando al viento (1988), aparece en Lunas de hiel (1992) de Polanski y, como secundario, en Lo que queda del día (1993), otra de James Ivory.

Podéis leer más sobre Cuatro bodas y un funeral, como de costumbre, en la Wikipedia, Film Affinity, o la Internet Movie Data Base.

Por si tenéis curiosidad por saber qué películas viejunas buenas que pueden considerarse más o menos comedias románticas, al menos las que destacaron los críticos y los oyentes de Cowboys de medianoche, os las pongo a continuación. Son muy poquitas. Más de una suena ahora políticamente incorrectas; sin embargo, siguen viéndose con gusto. Son solo seis:

El hombre tranquilo (1952, John Ford - 6.ª de los oyentes) John Wayne y Maureen O’Hara se enamoran en un pueblecito irlandés muy tópico.

Con faldas y a lo loco (1959, Billy Wilder - 8.ª de los críticos, 23.ª de los oyentes) Tony Curtis y Marilyn Monroe se enamoran fingiendo ser lo que no son, y también, en fin, hay otra sorprendente pareja.

Cantando bajo la lluvia (1952, Stanley Donen y Gene Kelly - 13.ª de los críticos, 18.ª de los oyentes) Gene Kelly y Debbie Reynolds tienen un principio muy enemies.

La fiera de mi niña (1938, Howard Hawks - 22.ª de los críticos, 55.ª de los oyentes) Screwball comedy con Katharine Hepburn como la manic pixie dream girl que trastorna la ordenada vida de un sabio despistado (Cary Grant).

Ninotchka (1939, Ernst Lubitsch - 37.ª de los críticos) Una severa comisaria política soviética (Greta Garbo) cae rendida a los encantos de un seductor occidental (Melvyn Douglas) en el decadente París de antes de la guerra. Se anunciaba como ¡Garbo ríe!

Historias de Filadelfia (1940, George Cukor - 79.ª de los críticos, 70.ª de los oyentes) Un second chance romance entre, de nuevo, Katharine y Cary, una de las parejas con más química y mejor timing de la historia del cine.

domingo, 29 de marzo de 2020

#80 Cadena perpetua

Póster en Film Affinity



The Shawshank Redemption

Año: 1994
País: Estados Unidos
Dirección: Frank Darabont
Música: Thomas Newman


Un clásico carcelario con final antológico

            Es posible que en pocas listas de «cien mejores» te incluyan esta y, sin embargo, me parece una película de género ideal, con una sólida base literaria.

El guion se basa en un relato de Stephen King, y tiene esa mezcla tan inquietante de lo cotidiano con lo extraordinario.
            
La dirección es impecable, manteniendo el ritmo en todo momento, contándote la historia central de una amistad entre dos personas muy diferentes, los personajes interpretados por Tim Robbins y Morgan Freeman, que en un entorno muy hostil y embrutecedor, como es una cárcel, logran conectar de una manera que les cambiará la vida.

Como toda película carcelaria, habrá sus violaciones, palizas, injusticias y corrupción. Aquí no hay ninguna redención mágica, los personajes sufren, y tienen momentos tremendos, pero yo diría que nunca dejan de soñar, y de pensar, y de sacar lo mejor de una situación realmente mala.

Hay momentos de suspense, pues no sabes si realmente el personaje de Tim Robbins es inocente, como él dice. Al fin y al cabo, en la cárcel, todos son inocentes.

Algunas escenas son tan puramente cinematográficas que se te quedan ancladas en la retina y las recuerdas muchos años después. La del personaje de Tim Robbins poniendo un disco de ópera, en concreto el dúo de Susana y la condesa en Las bodas de Fígaro y como, en mitad de un entorno despiadado, ese momento de belleza enmudece a todos. La música ayuda a Tim Robbins a soportar las peores experiencias, en una celda de aislamiento.

Creo que si acabas viendo esta película una y otra vez es por ese final positivo. La manera tan hábil en que se resuelve cómo estos dos hombres alcanzan la libertad es, simplemente, uno de esos momentos ¡sí! de triunfo, muy a la americana, pero que siguen gustando porque funcionan… o funcionan porque siguen gustando.

En manos de otros actores esto se habría desbarrado en interpretaciones histéricas. Con otro director, el ritmo sería o mucho más pausado o enloquecido, podría haber ido a cualquiera de los dos extremos.

Robbins y Freeman están, simplemente espectaculares, precisamente porque no pierden el tiempo en alharacas. Hay más sabiduría interpretativa en una mirada calmada de Morgan Freeman que en cientos de histrionismos mucho más aplaudidos.

El director, un novato por entonces, coloca y encuadra de manera que todo parece fluir, sencillo, como si simplemente la vida pasara ante la cámara. Lograr que lo importante sea la historia... eso también hay que saber hacerlo. Pocos directores de las últimas décadas consiguen ser potentes sin que se note que están ahí. A mí se me da un aire a lo Clint Eastwood, con ese toque clásico que parece que no hay esfuerzo a la hora de narrar y, sin embargo, hay mucho trabajo y pensamiento para lograr esa naturalidad.

Leo por ahí que esta película pasó en su momento sin pena ni gloria. Que, de hecho, tampoco recaudó mucho; hay que entenderlo, fue el año de Forrest Gump. Pero que, con los años, ha ido ganando en fans, y no me extraña. Yo soy una de ellas. Es una película redonda dentro de su género, creíble y en cierta forma, un canto apasionado a la integridad del ser humano, a su valor intrínseco incluso en los momentos más terribles.

Si no la has visto aún, no desaproveches la ocasión. Y aunque vayas viendo cosas que te parezcan fuertes, o desagradables, o te entristezcan, creedme, el final merece la pena.
Para saber más: consúlteme usted la Wikipedia, Film Affinity o la Internet Movie Data Base.

domingo, 4 de junio de 2017

#32 Forrest Gump

FilmAffinity


Forrest Gump
Año: 1994
País: Estados Unidos
Director: Robert Zemeckis
Música: Alan Silvestri


Repaso sentimental a la historia más reciente de Estados Unidos

       Esta es una de esas películas amables y sentimentales, tan bien hechas que si zapeando ves una escena, ya te quedas colgado.

Por si alguien no sabe de qué va la película, la resumo: Forrest Gump es un chico que tiene cierta pedrada, es algo cortuco, vaya. Pero consigue llevar una vida plena, sobrevive a la guerra de Vietnam, se enriquece casi sin querer, y acaba casándose con la chica de sus sueños y siendo padre feliz.

Tiene ese elemento de nostalgia de echarle una mirada al pasado, con música propia de otra época en que éramos niños o jóvenes, y por eso es tan fácil de ver.

La he visto varias veces y realmente lo pasas bien. Hombre, luego te pones a pensar y el mensaje tan anti-intelectualista es un poco peligroso. Y luego la imagen de la mujer, el ejemplo de virtud son las mujeres tradicionales pero si se sale del molde, va a acabar de mala manera. Así que, a pesar de que me gusta verla, y te echas a llorar y a reír, y todo es muy bonito, conviene mantener cierta distancia escéptica.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity o la Internet Movie Data Base.

domingo, 18 de septiembre de 2016

#12 Pulp Fiction


FilmAffinity



Pulp Fiction

Año: 1994
País: Estados Unidos
Director: Quentin Tarantino
Música: Varios

Otro ejercicio de estilo apabullante.

Ya hablé aquí de Reservoir Dogs, y hoy vuelvo con otra de Tarantino de la que se puede decir más o menos lo mismo: me importaba un cojón de pato lo que me estaba contando, pero, ¡santo Dios! Qué forma más estupenda de contarlo.

La historia sigue las vidas entrelazadas de varias personas que viven un tanto al margen de la ley, por decirlo finamente. De hilo conductor sirve la que se centra en dos asesinos a sueldo, Jules y Vincent. Sólo al final de la película reconstruyes cronológicamente en tu cabeza lo que les ha pasado, porque te la han ido contando a retazos, hacia delante y hacia atrás.

Tarantino es un auténtico generador de imágenes cinematográficas que se te quedan en el recuerdo. Sabe que el cine es eso, la imagen, con el sonido y la música, mezclando actores-actores con actores-estrellas, y que esa es la forma de quedarse absolutamente impresionado y noqueado.

Al menos, es lo que me ocurre a mí. Para hacer eso, tienes que tener mucho cine en tu cabeza, saber cómo contar una historia, tanto desde el punto de vista del guión como visualmente. En ese sentido de director-guionista, no se me ocurre a alguien tan completo como Tarantino.

El otro día estuve viendo Banda aparte (1964), de Godard, un pestiño machista en blanco y negro que también va de delincuentes, pero que -de nuevo-, tenía algunas escenas mágicas. Lo traigo a colación porque hay un momento en que los dos chicos y la chica que lo protagonizan se marcan un baile que me recordó muchísimo al de Uma Thurman y John Travolta en Pulp Fiction. Luego he leído que, en efecto, Tarantino se inspiró en aquél.

Frases y escenas de Pulp Fiction que han pasado ya a ser lugar común. ¿Y el maletín? Admite todo tipo de teorías. Por cierto, que al final me parece el macguffin más macguffin de la historia del cine, porque con él se demuestra que no es relevante lo que haya en su interior, sólo es un elemento más que mueve la trama.

Para mí, lo prodigioso de Tarantino es que, cuando me pongo a ver una de sus películas, o cuando simplemente zapeo por la tele y me encuentro una, me quedo atrapada y no puedo dejar de verla aunque la historia que me estén contando, tan llena de violencia y ensalzando a delincuentes, no sea de mi gusto personal.

            Entre otros galardones, obtuvo la Palma de Oro del Festival de Cannes. En los Óscar y los BAFTA, distinguieron el guión, que ya digo que me parece un auténtico mecanismo de relojería y precisión que pone en evidencia que la forma de contar una historia es, en el arte, más importante que la historia misma.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity, Internet Movie Data Base y Sensacine.