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domingo, 29 de octubre de 2017

#6 Don Juan





Ildebrando D'Arcangelo en el festival de Salzburgo de 2014
Por Francisco Peralta Torrejón [CC BY-SA 4.0]

Via Wikimedia Commons



Il Dissoluto punito ossia il Don Giovanni



Estreno: Praga, 29 de octubre de 1787

Compositor: Wolfgang Amadeus Mozart

Libreto en italiano: Lorenzo da Ponte, basado en el libreto de Giovanni Bertati para Gazzani.

Género: dramma giocoso


Tal día como hoy se estrenó, hace exactamente 230 años, en lo que hoy es el Teatro Estatal de Praga, esta que es una de las obras cumbres del género lírico.

Esta es una de mis óperas favoritas. Y de Mozart, mi compositor preferido, ya veis qué “original” es una, ya que hoy voy a hablar de una de las mejores óperas del repertorio.

Decía Flaubert que “En el mundo hay sólo tres cosas que sean objeto de mi veneración: el mar, Hamlet y Don Giovanni”.

Y lo entiendo perfectamente.

Sus dos actos se pasan en un suspiro, sin que te sobre o falte ni una sola escena. Lo tiene todo. Dramáticamente: argumento bien trabado y personajes muy definidos psicológicamente, a través de sus actos, sí, pero también musicalmente; estamos ante uno de los mejores libretos de Lorenzo da Ponte, que es como decir de la historia de la ópera. Y musicalmente, un momento brillante tras otro, con un primer acto en el que se va pasando de un número a otro de manera continuada, sin cortes marcados que los conviertan en algo claramente cerrado.

Empezando, por supuesto, por la potente obertura, en la que ya se anuncian los temas de la historia, unos jocosos y otros serios. Eso es uno de los rasgos que convierten a Don Giovanni en una obra maestra: estamos ante una tragicomedia, como la vida misma, con sus toques de humor y otros momentos hasta tenebrosos.

Momentos grandiosos y potentes, lo que en Pintura sería, por hallarle un paralelismo plástico, la terribilità de un Miguel Ángel. Por eso a la hora de representarse conviene que se conserve esa fuerza poderosa.

La historia es la del libertino don Juan, mito de origen español de hombre que seduce a cuanta mujer se le pone por delante. Su criado, Leporello, relata en un aria burlona el catálogo de mujeres a las que “amó” su patrón. Todo eso como comprenderéis poco o nada tiene que ver con el amor, sino puro afán de conquista física de cuanta mujer se le pone por en medio, de seducción o incluso, según parece en el caso de doña Ana, de intento de violación monda y lironda. También hay un aspecto, poco desarrollado, de Don Juan como hombre que quebrante las normas sociales, que canta ¡Viva la libertad! y que se burla hasta de las estatuas de los muertos.

Comienza de una manera muy poderosa, con don Giovanni saliendo por pies de un lugar donde ha intentado forzar a una dama, doña Ana. Mata en un duelo al padre de ésta, el Comendador. A partir de ahí se van enhebrando líos diversos: la búsqueda de venganza de doña Ana y su novio don Octavio, la aparición de doña Elvira (otra engañada), seguimos con una boda campesina de cuya novia Zerlina se encapricha, su intercambio de ropas con el criado Leporello, un baile de máscaras y finalmente, la burla definitiva, cuando se encuentra la tumba del Comendador, con estatua incluida, al que invita a cenar y se te hiela la sangre cuando la estatua dice que sí, que vale, que irá.

Y, efectivamente, allá que aparece la estatua en la cena. Le instará a que se arrepienta. Lo mismo hizo antes doña Elvira. Pero nada, don Giovanni, muy fiel a sí mismo, se niega una y otra vez, incluso cuando las llamas del infierno lo consumen.

Me parece a mí el don Juan más coherente de la historia, genio y figura hasta la sepultura, que se dice. En este caso, es literal.

Pero – a diferencia de lo que vemos en la película Amadeus, la cosa no termina de forma tan tremebunda. En un sexteto final te anticipan el futuro de los demás personajes. Es el justo equilibrio neoclásico, diferente al arrebato romántico de la condenación del libertino.

De la maravillosa música de esta ópera hay tantísimos momentos a destacar,… Es una de las que merecen la pena de cabo a rabo, y totalmente recomendable –por cierto- para quien quiera iniciarse en el género.

Por señalar algo, hablaré del aria que canta Leporello para desencantar a la airada doña Elvira, Madamina, il catálogo è questo.

Luego, don Giovanni en plan seductor: Là ci darem la mano (dúo con la campesina Zerlina) y la serenata Deh vieni alla finestra (que tiene como víctima a la criada de doña Elvira).

Y, cómo no, el inolvidable final cuando aparece el fantasma del Comendador y le dice aquello tan tremendo de Don Giovanni, a cenar teco… O sea, tú me invitaste a cenar, ahora te invito yo a que vengas conmigo. ¿A dónde? Pues como estoy muerto ya te imaginarás que no es a mi casita de campo.

Ya sabéis que esto de Don Juan es una historia muy de esta época de Todos los Santos.

Una de las cosas que más me gusta de la ópera es el dominio absoluto de las voces masculinas graves, que a mí me atraen más que los tenores. Tenemos a Don Giovanni, bajo o barítono, Leporello, bajo, y el Comendador, bajo tirando a profundo. El compositor juega con esta similitud vocal amo/criado, como cuando don Giovanni se hace pasar por Leporello.

Es verdad que tiene cositas algo incómodas para la sensibilidad feminista actual. Lo más bruto, el aria de Zerlina Batti, batti o bel Masetto en la que le pide a su esposo Masetto que la pegue. La única forma de disfrutar la obra es asumiendo que eso eran cosas propias de la época y felicitarnos de que ahora podamos verlo de otra manera.

Esta ópera fue un encargo de Praga, donde había presentado Las bodas de Fígaro con notable éxito. Hay incluso un guiño a aquella otra ópera: en la cena que da Don Giovanni, los músicos van tocando piezas conocidas (como el fragmento de una del padre Soler), y unos compases son del Fígaro; Leporello hace el comentario chistoso de que “esta la conozco demasiado bien”, bromeando así con el público que lo escucha y también haciendo ver que Leporello no es sino otra encarnación del personaje del criado Fígaro, sometido a su amo pero al que trata de engañar.

Copio de la Wikipedia en inglés:
Don Giovanni tenía que haberse estrenado el 14 de octubre de 1787 para una visita a Praga de la archiduquesa María Teresa de Austria, sobrina del emperador José II, y su nuevo marido, el príncipe Antonio de Sajonia; sin embargo, la producción no estuvo lista a tiempo y se sustituyó por Las bodas de Fígaro por orden del propio emperador. La partitura fue terminada el 28 o el 29 de octubre de 1787 después de que se volviera a llamar a Viena a Da Ponte para trabajar en otra ópera. Hay informaciones contradictorias sobre cambios de última hora de la obertura; algunos dicen que se terminó el día antes del estreno, y otros que ese mismo día. Lo más probable es que fuera el día antes, a la vista del hecho de que Mozart documenta la terminación de la ópera el 28 de octubre.

El protagonismo de un barítono o bajo hace que haya escuchado en esta ópera a algunos de mis cantantes favoritos. Desde luego, a mi ídolo Dietrich Fischer-Dieskau, pero más modernamente Dmitri Hvorostovsky o Carlos Álvarez. En You Tube hay unas cuantas grabaciones de la ópera íntegra. Pero yo voy a poner sólo un fragmento, el de la escena final de la cena de Don Giovanni, con el inmenso Bryn Terfel, que tiene la ventaja de tener subtítulos en español:





También se puede ver la muy convincente adaptación cinematográfica del año 1979, Don Giovanni, dirigida por Joseph Losey.

Hay unas cuantas grabaciones destacadas de esta ópera, así que no es fácil escoger una. Me inclino por una de las clásicas, la que grabó en estudio en 1959 Carlo Maria Giulini para His Master’s Voice (o sea, la EMI), con el coro y orquesta Philharmonia. Los intérpretes son: Eberhard Wächter (don Giovanni), Giuseppe Taddei (Leporello), Joan Sutherland (donna Anna), Elisabeth Schwarzkopf (donna Elvira), Graziella Sciutti (Zerlina), Luigi Alva (don Ottavio), Piero Cappuccilli (Masetto) y Gottlob Frick (Il Commendatore).

Para saber más, la wikipedia. El libreto, en español e italiano, así como discografía de referencia, en Kareol

Añado enlace a una representación completa de Don Giovanni que he encontrado en You Tube, dirigida por Abbado y donde Bryn Terfel hace el papel de Leporello.



sábado, 18 de febrero de 2017

#13 Pequeña serenata nocturna


Dora Stock: Retrato de Wolfgang Amadeus Mozart
Dibujo a Silberstiftzeichnung (1789)
Actualmente en el Mozarteum, Salzburgo
[Dominio público], via Wikimedia Commons



Eine kleine Nachtmusik, K.525




Compositor: Wolfgang Amadeus Mozart
Fecha de composición: 10 de agosto de 1787, Viena


En ninguna discoteca de música clásica puede faltar esta Serenata (n.º 13) para cuerda “Eine kleine Nactmusik” o “Pequeña serenata nocturna”.

31 años tenía Mozart cuando compuso esta deliciosa serenata. Todo el encanto del clasicismo, con sus ecos rococó, se despliega en esta música feliz y luminosa.
De esas que te ponen de buen humor, vaya.

¿Para qué componía Mozart esta música tan ligerita? Pues era una agradable música de fondo para los entretenimientos aristocráticos, la musiquilla que tocaban mientras ellos se dedicaban a bailar o a jugar a las cartas o estar en amable conversación. Vaya lujazo, diréis, tener a Mozart de banda sonora particular. Y yo os digo: “Sí, pero no”. Lo que antes sólo gozaban los privilegiados y con músicos que no siempre eran de los mejores ahora lo podemos disfrutar todos, y en interpretaciones de los mejores profesionales del mundo, y no como ellos, que se tenían que conformar con los que tuvieran asalariados.

Eso nos llevaría a preguntarnos por qué en pleno siglo XXI, cuando se ha democratizado el acceso al arte, la mayoría de la gente prefiere sin embargo seguir embruteciéndose con productos culturales basura. No te digo que estés siempre en plan sublime pero una vida en la que no se haya dedicado ni un minuto a lo mejor de la creación humana no deja de ser un desperdicio. Eso, me temo, es harina de otro costal.
 
Leo en Mozart. Repertorio completo de A. Poggi y E. Vallora (Cátedra / Clásica, 1994) que fue compuesta paralelamente al II acto de Don Giovanni, y que tiene un singular destino:


Por un lado, la inmensa popularidad que la ha acompañado en su vida adulta (hasta el punto de convertirse quizá en la composición más interpretada y conocida de toda la obra mozartiana) y, por el otro la oscuridad existente en torno a su destino y nacimiento.


Y más tarde:


Los cuatro tiempos de esta “Nachtmusik” se nos antojan, así, como la sublimación –a través de la forma más tersa y sucinta posible- de los momentos rituales de la serenata: así, la poética y acuñadora romanza, el robusto y vital minué, el delicadísimo trío y el final ahora sin peso, se elevan a símbolo histórico de una serenata situada más allá del tiempo y el espacio.


Vale, suena muy técnico y complejo. Olvidaos de eso, simplemente ponéosla y disfrutad de una música fácil y alegre, el mejor antídoto contra la tristeza.

Como curiosidad, la romanza sale en la película Alien, es tan agradable, tan tranquilo, que resulta perfecto como contraste dramático para una peli tan de sobresaltos.

Para saber más, como (casi) siempre, la wikipedia. En You Tube he encontrado esta interpretación del siempre competente Karl Bohm con la Filarmónica de Viena.





No tengo una opinión formada sobre cuál puede ser la mejor interpretación para recomendar. Hay tantísimas grabaciones, que no encuentro una clara favorita. Por ejemplo, mis libros de referencia sobre discografía clásica no coinciden en una sola de las grabaciones. Cuando tengo dudas sobre qué versión de una obra de Mozart escoger, me tiro a una de un director austríaco, que siempre es una opción sólida y saben conservar el encanto de la pieza, cosa que los alemanes o los ingleses, sin ir más lejos, no siempre consiguen.

Así que recomendaré la de Willi Boskovsky para la Decca, con el Conjunto Mozart de Viena (Vienna Mozart Ensemble), que además empareja esta obra con la Serenata K. 320.