sábado, 29 de octubre de 2016

#4 Las aventuras de Huckleberry Finn


Jim ve un hombre muerto (1885)
Por Mark Twain (1835-1910) [Dominio público]
via Wikimedia Commons


Adventures of Huckleberry Finn
Autor: Mark Twain
Año: 1885
Género: Novela
Edad: juvenil





Las aventuras de Huckleberry Finn, como sus predecesoras hasta la fecha en esta particular lista infanto-juvenil podría haberla incluido, con igual derecho, entre las cien mejores novelas y entre las cien obras maestras de la literatura universal.

Pero la presento como cuarta en esta lista de clásicos de la literatura infantil y juvenil, en la que he empezado por poner los grandes clásicos que, además son aptos para niños o adolescentes.

La última vez en esta categoría, hablé de las oníricas aventuras de una niña inglesa, Alicia. Veinte años de publicarse aquel libro, vio la luz éste sobre las peripecias (nada surrealistas, sino crudamente realistas) de un niño sureño maltratado por la vida. Lo puedes leer como las simples aventuras de un jovencito a lo largo del Misisipí, en compañía de Jim, que busca la libertad en un estado no esclavista.

Pero es bastante más que la peripecia. La verdad es que para mí acaba siendo un auténtico descenso en las tinieblas. Alrededor de ellos crece la mentira, la crueldad, el racismo, el engaño y la violencia.

Huck puede hablar de ello con desparpajo y naturalidad, pero es un niño maltratado por su padre alcohólico. Tiene que huir para salvar la vida, y su camino se cruza con el de Jim, un esclavo fugitivo.

Pero si sigues desenrollando la madeja y te vas al estilo, el vocabulario, el lenguaje y su uso, te das cuenta de que también es un clásico por ese saber hacer, poder reflejar todo un mundo simbólico, su habla, sus imágenes, conservados por siempre entre las gloriosas palabras de un libro. He leído que es la primera gran novela americana y aunque estas cosas siempre son discutibles, lo que no cabe duda es que es una de las grandes novelas que ha dado ese país, sacando lo mejor (y lo peor) de sí mismo. Todo en ella es estadounidense, no hay en ella nada de los resabios europeizantes de otros novelistas de esa procedencia. En Twain todo es extraño, grande, salvaje, potente, vitalmente americano: el fondo, la forma, los personajes, el tema y la lengua, ¡ah, sí, esa forma tan hábil de reflejar el habla particular de cada personaje! Que no todos los novelistas saben hacerlo tan bien.

Lo que siempre digo, que el arte no es sólo expresar algo sino sobre todo cómo lo expresas, hasta el punto de que lo expresado sea una inanidad. Cuando, como es el caso, no es algo intrascendente, sino todo un mundo, entonces te salen obras maravillosas como esta.

Es un libro, pues, que como es habitual en la ficción literaria, puedes leer a diferentes niveles. De cualquier manera, no creo que sea para niños, sino más bien adolescentes a partir de 12 años.

sábado, 22 de octubre de 2016

#99 La novia del zar


La muerte de Marfa, interpretada
por Nadezhda Zabela-Vrubel,
que cantó este personaje en el estreno.

Царская невеста, Tsárskaya nevesta

Estreno: Moscú, 22 de octubre de 1899

Compositor: Nikolái Rimski-Kórsakov

Libreto en ruso: Iliá Fiódorovich Tiuménev, basado en el drama del mismo nombre de Liev Aleksándrovich Mei.


Esta ópera se estrenó tal día como hoy, un 22 de octubre de 1899, en el Teatro Solodóvnikov.


Fuera de Rusia, no es frecuente que se represente esta ópera. Y también es verdad que al pensar en Rimski-Kórsakov se recuerdan más sus piezas orquestales como el Capricho español que sus óperas; pero de representarse alguna, suele ser más bien El gallo de oro, de 1907.

El argumento es uno de esos que me resultan antipáticos. Aunque se represente en plan historicista, no refleja acontecimientos que ocurrieran en la realidad histórica, sino que es, más bien, una especie de cuento de hadas. De esos terribles, como siempre han sido, antes de que Disney nos los llenara de azúcares y aceite de palma.

Aleksándrov, 1572. La joven Liubasha ha sido raptada (=secuestrada y violada) por el aristócrata Griaznói. Ahora este noble (por llamarlo de alguna manera) se ha enamorado de Marfa, quien no le corresponde y está prometida a otro, Lykov. Para seducirla, decide recurrir a un filtro de amor al médico/mago del zar. Pero Liubasha se acuesta con este físico para que no le entregue el filtro, sino un veneno con el que matar a Marfa. Se da la circunstancia de que el zar Iván ha decidido casarse con Marfa. O sea, que Marfa se encuentra prometida a Lykov, objeto de deseo de Griaznói y con un pretendiente de sangre real, sin que ella pueda decidir nada y amenazada de muerte por otra; no me extraña que la pobre acabe loquita. Total, para hacer corta la historia: aquí en plan Hamlet tutti li mondi acaba muerto: Lykov (el prometido de Marfa), Marfa, Liubasha y Griaznói.

Supongo que para representar una historia tan violenta y exótica, haya que recurrir a un tono algo onírico, de pesadilla fantástica, algo en plan Tim Burton. Pero es de esas óperas que personalmente no tengo gran interés en ver representadas, bastándome escuchar la música occidentalizada, con sus toques folclóricos, de Rimski-Kórsakov. Estas historias que ponen de malas a las mujeres y rivales por las atenciones de un hombre, me disgustan bastante, sobre todo porque en realidad, no dejan de ser las víctimas de un sistema patriarcal.

En fin, para saber más, la Wikipedia. Kareol no tiene aún esta ópera en su base. Sí que he encontrado por ejemplo una crítica a una representación dirigida por Barenboim en Berlín 2013 con puesta en escena de Tcherniakov, que es uno de esos que actualiza las historias operísticas, algo que a mí personalmente me parece bien, aunque reconozco que es un riesgo: Codalario.com. Es interesante porque habla no sólo de esa representación, sino de la ópera en sí. Fue grabada y aquí tenemos otra crítica, de este mismo año, en El Nuevo Heraldo.

La grabación que puede considerarse de referencia es la de Fuat Mansurov en el año 1973 para Le Chant du Monde, con Vishnevskaya, Atlantov, Arkhipova y Nesterenko; solistas, coro y orquesta del Teatro Bolshoi. En 2015 al parecer la reeditaron (ref.: mel 1001876) y de entonces he encontrado esta crítica en La Quinta de Mahler.

jueves, 20 de octubre de 2016

#9 Sonata “Claro de Luna”




Sonata para piano n.º 14, op. 27, n.º 2 “Claro de Luna”
Retrato de Beethoven en 1801
Por Carl Traugott Riedel
via Wikimedia Commons



Compositor: Ludwig van Beethoven
Fecha de la composición: 1801


Una pieza evocadora empapada de romanticismo.


Todo el mundo conoce, creo yo incluso si no es aficionado a la música clásica, esta sonata “Claro de Luna” de Beethoven.

Su tonalidad es do sostenido menor, propia de la melancolía, y originariamente se llamó "Quasi una fantasia", aunque al final todo el mundo la conoce como Claro de luna o Luz de Luna (en alemán, Mondscheinsonate).

Compuesta en 1801, fue publicada al año siguiente, con una dedicatoria para una alumna suya, señorita Guicciardi, de la que al parecer se enamoró, lo cual da un poco de grima, ya que él andaba por los treinta y ella tenía diecisiete años.

Para saber más, la wikipedia. En You Tube encontramos muchos ejemplos de esta pieza, ¡hasta con sonidos atmosféricos para que la uses como relajante! En fin,… lo que he encontrado es esta joyita, una interpretación del maestro Claudio Arrau.

Hay grabaciones por pianistas estupendos, de las que destaco dos: Wilhelm Kempf para Deutsche Grammophon y Vladimir Ashkenazy para Decca.

martes, 18 de octubre de 2016

#8 Fresco del Buen Pastor


El Buen Pastor, en la catacumba de Domitila
[Dominio público] via Wikimedia Commons



Ubicación: Catacumbas de Priscila, Roma
Fecha: 250-300
Estilo: Arte paleocristiano






Estéticamente, no es gran cosa. Su valor es sobre todo histórico, como un enlace o punto de unión entre el arte de la Antigüedad y el cristianismo medieval

            El arte paleocristiano es aquel que utilizaron los primeros cristianos dentro del Imperio Romano. Dentro de las artes figurativas, prevalece más el simbolismo de las imágenes que la calidad estética de estas ya que, la verdad, muy dotados no parecía que estuvieran. Es lo que tiene la clandestinidad.

            Una de las representaciones simbólicas más frecuentes era la de Jesucristo como el Buen Pastor. Es curioso ver que se le pinta en plan mozalbete, lampiño (como es propio de los romanos clásicos) a diferencia de las representaciones posteriores, más medievales, con todas sus barbas.

            El tema del Buen Pastor estaba relacionada con el tema funerario de la Pastoral Celeste, inspirado en el oficio de difuntos. Leo en la wikipedia que “La exégesis interpreta que la función de Dios o Jesucristo como Buen Pastor es la salvación de la «oveja descarriada» (el hombre como pecador)”. Bueno, pues eso.

Aquí se habla un poquito más de esta pintura en concreto. Y en ArteHistoria, “Catacumbas de Domitila (Roma). Basílica de Santi Nero e Achilleo”. Sólo se puede hacer visita guiada. Para saber horarios y demás, esta es la página web  de este monumento italiano.