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jueves, 20 de febrero de 2025

#52 Julio César en Egipto

 File:Salzburger Festspiele 2012 - Giulio Cesare in Egitto.jpg


 

Giulio Cesare in Egitto, HWV 17

 

 

Estreno: Londres, 20 de febrero de 1724

 

Compositor: Georg Friedrich Händel

 

Libretista: Nicola Francesco Haym sobre libreto anterior de Giacomo Francesco Bussani.

 

A la derecha, Cecilia Bartoli como Cleopatra en una representación del Festival de Salzburgo. Fuente: Wikicommons.

 

Tal día como hoy, del año 1724, o sea, hace exactamente 301 años, se estrenó en el Teatro de la Reina (hoy His Majesty’s Theatre) de Londres esta ópera, la más representada de Händel

 

 

Se clasifica dentro del llamado dramma per musica, el paradigma de la ópera seria, con gradiosos temas históricos. Tuvo muchísimo éxito al estrenarse y actualmente, es la más representada de Händel. No obstante, en los siglos intermedios se representó poco o nada, ya que la ópera, en el siglo XIX vivía sobre todo de novedades, de lo que se estaba componiendo entonces y no solía echar la mirada atrás. Todo lo anterior a Mozart era ignorado.

 Es un poco como pasa hoy con el cine, que el grueso del público ve lo que se estrena este año, o el pasado, y son una minoría quienes ven cosas del pasado.

 Se trata de una ópera que versa sobre acontecimientos históricos. En la guerra civil que enfrentó a César y Pompeyo, este se refugió en Egipto después de ser derrotado en Farsalia. Para congraciarse con César, que perseguía a su rival, los egipcios, encabezados por su faraón Ptolomeo, mataron a Pompeyo y le entregaron la cabeza a César que, se dice, lloró ante los restos de quien había sido su aliado y su suegro. En el enfrentamiento entre Ptolomeo y su hermana Cleopatra por el poder, esta logra el apoyo de César. Ese es el marco histórico de esta historia, que no gira exclusivamente sobre César y Clepatra, o Ptolomeo, sino que también incluye a el hijo y la viuda de Pompeyo (Sesto y Cornelia) y otros personajes más que contribuyen a las intrigas palaciegas y a amoríos diversos.

Es una ópera barroca, construida a base principalmente de arias, intervenciones de los solistas para lucir sus cualidades vocales. A través de cada una de ellas expresan un sentimiento, una reflexión. Uno canta a la venganza, otro piensa sobre el sentido de la vida y de la muerte, hay un lamento por el amado muerto,…

Se confeccionaban, además, para las cualidades vocales de los cantantes concretos con los que se contaba. El personaje de César se compuso para el castrado Senesino, una de las estrellas de la ópera italiana en Londres. Este tipo de cantante conservaban el tono agudo, pero como seguían siendo hombres (obvio) su caja torácica y su musculatura les otorgaban una fortaleza de la que carecían las cantantes femeninas.

Cuando se han recuperado las óperas barrocas, este tipo de voz ya no existe, así que las soluciones son diversas. Por ejemplo, se cambia la tonalidad para que puedan cantarlo bajos o barítonos. Últimamente, se hacen cargo de estas partes contratenores, voz masculina con un timbre agudo pero con la fortaleza y firmeza de un varón; en la actualidad, destacaría a un Philippe Jaroussky, por ejemplo. Si le añades que muchos papeles masculinos los siguen interpretando sopranos, mezzos o contraltos, te darás cuenta que en estas óperas el sexo biológico del cantante no coincide con el del personaje. Si el personaje es mujer, sí, lo cantará una chica, pero no ocurre lo mismo si es masculino.

Este tipo de óperas nos pueden resultar algo extáticas, por ser esa sucesión de arias y recitativos, principalmente. Ahora, tiene de admirable las dificultades vocales, aunque sean totalmente artificiosas. Por otro lado, si la puesta en escena es opulenta, lujosa, pueden ser unos auténticos espectáculos de luz, color y trajes suntuosos, más la increíble música de Händel, ¿qué más quieres?

Esta forma de trabajar, a base de arias de lucimiento, da lugar a que muchas de ellas las interpreten cantantes en recitales o discos, apartadas de la ópera en sí. Por eso resultan conocidas. Por ejemplo, varias de Julio César las conozco por interpretaciones de Kiri Te Kanawa. En ese sentido es una de esas óperas que yo llamo «donantes de arias».

Piezas que escucharás aquí, o sueltas en álbumes y recitales: «Alma del gran Pompeo», «Piangerò la sorte mia», «Ah, sempre piangerò», «V’adoro, pupille» o «Se pietà di me non senti».

La grabación que recomiendo es una del año 1991 con René Jacobs dirigiendo, pero vamos, que las hay muy buenas y como toda la música barroca, depende un poco del gusto de cada uno sobre si quiere una interpretación historicista, o una más moderna. En la que os cuento, cantan la soprano Barbara Schlick, las mezzos Jennifer Larmore, Bernada Fink y Marianne Rørholm, así como el contratenor Derek Lee Ragin y el barítono Furio Zanasi. El coro y la orquesta son Concerto Köln, con instrumentos originales.

Para saber más, la Wikipedia. El libreto, en español e italiano, así como discografía de referencia, en Kareol.

Esta vez no os envío a You Tube, sino a Gran repertorio (de Radio Clásica), que le dedicó un programa en el año 2019. Creo que, a diferencia de la BBC, se puede escuchar desde cualquier parte del mundo.

sábado, 7 de abril de 2018

#22 Música acuática, HWV 348-350

Händel (a la izquierda) con el rey Jorge I,
en barcaza sobre el Támesis escuchando la Música acuática
Por Edouard Jean Conrad Hamman (1819-1888)
[Dominio público] via Wikimedia Commons

Water music / Wassermusik


           


Compositor: Georg Friedrich Händel
Estreno: Londres, 17 de julio de 1717



Música cortesana y festiva, para no complicarse la vida.


17 de julio de 1717, el rey Jorge I de Gran Bretaña, de cincuenta y siete años, se sube en una barcaza en el palacio de Whitehall.

El viejo monarca está cansado de que su hijo le robe la atención de los londinenses. Este príncipe alemán llegó al trono británico gracias a las carambolas de la historia y el ansia inglesa de anteponer la religión a los derechos dinásticos o la conveniencia de un monarca nacional. Sus muchos años (para entonces) impacientaban al príncipe Jorge, por entonces de treinta y tantos, que entretenía la espera al trono con francachelas.

Quiso el rey demostrar quién mandaba aún, y para ello se le ocurrió dar un espectáculo inolvidable. Aquella tarde de verano, siendo las ocho, se subió en la barcaza y, aprovechando que subía la marea, dejó que la barcaza real fuera deslizándose corriente arriba hasta Chelsea.

Con él iban unos cuantos aristócratas, para disfrutar del paseo.

Y en otra barcaza, al lado suyo, una orquesta relativamente grande para lo que eran las de aquella época, interpretó una pieza compuesta por el maestro Händel para la ocasión: una serie de movimientos orquestales muy alegres, en tono mayor, esta Música acuática que ahora la conocemos agrupada en suites.

Händel, alemán de origen como el propio rey, había viajado por el continente, incluida Italia, y fue maestro de capilla de Jorge cuando este era sólo el príncipe elector de Hanóver. Marchó a Inglaterra en tiempos de la reina Ana. Se suponía que iba a enriquecerse gracias a la ópera, que era lo que en aquella época podía llenar los bolsillos de los músicos. Como poco después su antiguo señor se convirtió en rey de Gran Bretaña, hay mucha leyenda y película montada con si fue en realidad una avanzadilla, o un espía. Muy teatrero pero realmente no hay pruebas.

El rey quedó tan complacido con esta Música acuática que Händel le compuso que la escuchó más de tres veces durante su viaje, de ida y vuelta, por el Támesis. También debió gustar al montón de londinenses que se lanzaron al Támesis en sus embarcaciones, y todos aquellos que se acercaron a la orilla para escuchar, en aquella noche mágica de verano, esta música maravillosa que se deslizaba ante ellos por el río.

En La discoteca ideal de música clásica, de Kenneth y Valerie McLeish, Enciclopedias Planeta, 1996, dicen de esta pieza:

Tiene la adecuada sonoridad propia del «aire libre», realzada por los oboes y las trompas de la orquesta y por la sencillez nada esforzada de sus melodías y su armonía. Es música ligera, con la única pretensión de entretener, y sus brillantes pasajes rápidos y adornados y sus airosos contrapuntos nos muestran al Händel más festivo.

Esta obra maestra de Händel ha sido objeto de muchas grabaciones, emparejada normalmente con la Música para los reales fuegos artificiales, que data de tres décadas después. Además, hay varias versiones, organizando cada uno a su manera los distintos fragmentos. Hoy en día se prefiere la más cercana al original.

Recomiendo la de Trevor Pinnock con The English Concert que usa instrumentos originales.

En You Tube podemos encontrar una grabación de estas dos conocidas piezas de Händel que se interpretaron en los PROMS de 2012:


sábado, 15 de abril de 2017

#86 Jerjes



Katarina Karnéus como Xerxes
Real Ópera Sueca (2009)
Por Carl Thorborg [CC BY 3.0]
Via Wikimedia Commons


Serse / Xerxes, HWV 40

Estreno: Londres, 15 de abril de 1738

Compositor: Georg Friedrich Händel

Libreto en italiano: autor desconocido, se basa en otro anterior de Nicolò Minato.


Tal día como hoy se estrenó, en el King's Theatre, esta ópera de la que todos recordamos sólo un aria.

De esta ópera todo el mundo conoce el primer número de su protagonista, “Ombra mai fù”, aria dedicada a un plátano. Literal, a ese tipo de árbol. Creo que viene en las Historias de Herodoto, que antes o después de pasar el Helesponto, al rey Jerjes de Persia le dio por enamorarse de un árbol.

Raro, ¿verdad?

Como tantas óperas barrocas, ha estado perfectamente olvidada durante siglos. Y es que suele ocurrirles que aunque la música es preciosa y contienen arias inolvidables pero luego la parte dramática no vale una porra. Son aburridas. Y eso es un problema. Porque la ópera no deja de ser un género teatral. 

Esta de Serse, por ejemplo, poco tiene que ver con el Jerjes histórico, y es una historia bastante tonta de amores contrariados y cartitas. Cinco representaciones y fuera. Más de dos siglos después, en los años ochenta, la repusieron. Se hacen grabaciones y se representan alguna vez, pero tampoco demasiado a menudo, porque de donde no hay, no se puede sacar.

Lo que sí está muy grabado es el aria "Ombra mai fù", bastante lucida en el repertorio de cualquiera. No sólo sopranos o mezzos, también la he visto con contraltos y barítonos. Va en serio, mirad “Ombra mai fù” en YouTube y encontraréis esta aria cantadas con todo tipo de voz.

Aquí os dejo a Cecilia Bartoli abrazando árboles:



En esta ópera tampoco es que haya una grabación claramente destacada para decir “esta es la recomendada”. La que he visto más veces mencionada es la de año 1990, dirigida por Agnieszka Duczmal para KOCH-SC, con la orquesta Amadeus, siendo sus intérpretes Anita Terzian, Deborah Cole, Darah Schumann-Halley, Norman Andersson, Phoebe Atkinson, Ryan Allen y Anna Teal. Fue grabado en un concierto público.

Por si no la encuentras, también está bien la de Kubelik en el año 1962 con Fritz Wunderlich y Nan Pöld, cantada en alemán, eso sí. Entonces se hacía estas cosas.

Para saber más, la wikipedia. En Kareol tenemos como de costumbre sinopsis, lista de grabaciones escogidas y el libreto en italiano  y español.

domingo, 15 de mayo de 2016

#3 El Mesías


Escultura de Händel (1738),
encargada para los
Jardines de Vauxhall
Obra de Roubiliac
Atribución: art_traveller, via Wikimedia Commons,
quien lo fotografió en 2010 en el V&AM

Compositor: Georg Friedrich Händel
Fecha de la composición: 1741
Estrenada el 13 de abril de 1742


Más de dos horas de música exultante.

La número 3 en la lista de obras de música clásica es el oratorio El Mesías (The Messiah), de Georg Friedrich Händel. Este alemán de Halle siguió a los hanoverianos a la corte inglesa y acabó naturalizándose británico; por eso, muchas veces veremos su apellido escrito como Haendel.

Pero poco hay musicalmente inglés en sus composiciones. Este archiconocido oratorio combina elementos del protestantismo alemán, y cantatas italianas recicladas. Porque sí, los compositores de la época se plagiaban a sí mismos. Coges la música de varias cantatas profanas italianas, les pones la letra de la Biblia del rey Jacobo y voilà, ya tienes medio oratorio hecho.

Como tanta música barroca, esta auténtica obra maestra resulta una pieza alegre que te hace sentirte bien contigo mismo, con independencia de tus creencias religiosas, o ausencia de ellas.

Lo más famoso es el coro “Aleluya”, pero a mí lo que siempre me hace ponerme a cantar como una loca es “For Unto Us a Child Is Born”. Se nota que viene de una cantata italiana reciclada. “Non, di voi non vo fidarmin”, por si alguien siente curiosidad.

Al parecer, Händel dirigía esta pieza todos los años, en la época de Pascua. Con el paso de los siglos, se ha convertido en una pieza que se interpreta sobre todo en Navidad.

Para saber más, la wikipedia. En YouTube puedes encontrar montones de representaciones de esta obra. Por poner algo, aquí tenemos una con el coro del King’s College de Cambridge y la Academy of Ancient Music.

La grabación que recomiendo es la de John Eliot Gardiner para Philips, con el Coro Monteverdi y los Solistas Barrocos Ingleses, usando instrumentos originales. Los solistas son Marshall, Robbin, Brett, Rolfe Johnson y Hale.