Fotografiado por icelight from Boston (2007) [CC BY 2.0] vía Wikimedia Commons
Tipo de construcción: templo/palacio
Época: h. 1450
Lugar: provincia de Urabamba (Perú)
Una de las siete
maravillas del mundo
En el año 2007 se escogieron las nuevas
siete maravillas del mundo moderno, y Machu Picchu fue una de ellas. Por cierto
una votación con resultados, en mi opinión, bastante discutibles, aunque no por
este santuario inca que verdaderamente, sí que merece estar en esa lista.
Es un lugar patrimonio de la humanidad
de carácter mixto, es decir tanto cultural como natural. Esa es una de las
cosas que lo hacen tan especial.
Se encuentra en un lugar geológico muy
particular, en los Andes, dentro de lo que es la cuenca alta del Amazonas. Se
alza sobre un elemento geológico que se llama batolito, que yo me lo imagino como una peña granítica enorme.
Tiene dos picos muy distintivos, el
Machu Picchu y el Huayna Picchu. Picchu (al parecer, pronunciado pik-chu) quiere decir «montaña». Estos cerros están abrazados por las curvas del río Vilcanota-Urubamba describe una curva. Ha trazado un
cañón por la cordillera. Se encuentra a 2.430 metros sobre el nivel del mar y
el clima es tropical de montaña.
No es una fortaleza o castillo, sino más
bien un palacio, con extensas zonas de cultivo agrícola en la que trabajaban
como esclavos los derrotados por los incas (mitmas). Y también es un santuario, de veneración a los dioses de
aquella época.
La teoría más aceptada es que se
construyó como residencia para el emperador inca Pachacuti (1438-1472), en
torno al año 1450. Floreció en el siglo XV, pero tras la muerte de este emperador
cobraron más importancia otras zonas y residencias incaicas.
La arquitectura es propia del estilo
inca, con muros de piedra seca. Hay tantas construcciones, que no voy a entrar en detalle. Básicamente, se diferencia una zona agrícola y otra
urbana.
De todo lo construido, destacaría tres
estructuras principales:
La pirámide Intihuatana, fotografía de Alesegura [CC BY-SA 4.0]
El templo del Sol, fotografía de ogwen [CC BY-SA 3.0]
El templo de las Tres Ventanas [PA, CC BY-SA 4.0]
Aunque gran parte de lo que ven los
turistas es reconstrucción posterior, al parecer sí que da una idea bastante
clara de cómo debió ser en su momento álgido.
Como he comentado, que forma parte desde
el año 1989 de un lugar Patrimonio de la Humanidad, llamado «Santuario
histórico de Machu Picchu» y que, en su página web, la Unesco describe así:
Ubicado a 2.430 metros de altura
en un paraje de gran belleza, en medio de un bosque tropical de montaña, el
santuario de Machu Picchu fue probablemente la realización arquitectónica más
asombrosa del Imperio Inca en su apogeo. Sus murallas, terrazas y rampas
gigantescas dan la impresión de haber sido esculpidas en las escarpaduras de la
roca, como si formaran parte de ésta. El marco natural, situado en la vertiente
oriental de los Andes, forma parte de la cuenca superior del Amazonas, que
posee una flora y fauna muy variadas.
¿Iré algún día a este sitio? No estoy
segura. Nunca he viajado al continente americano, hay otras muchas cosas que tengo que ver antes, en Europa, sí, soy muy eurocéntrica en mis gustos. Pero esto tiene pinta de ser un sitio muy especial. Lo que me atrae es, sobre todo, que esté en un lugar remoto al que se pueda acceder
a través de caminos incaicos. Eso sí que me gustaría, una marcha de varias
horas en plena naturaleza para llegar a un lugar de valor cultural tan maravilloso
como este.
Este sitio tiene página en la Wikipedia, con alguna divergencia entre lo que se cuenta en la wiki en inglés y en la española, curioso.
Fotografía de Urek Meniashvili [CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons
Şirvanşahlar
sarayı
Tipo de construcción: fortaleza
Época: S. XV
Lugar: Bakú (Azerbaiyán)
Una de las perlas
de la arquitectura azerí
Azerbaiyán, diréis, ¿por dónde anda? El mar
Caspio, ya sabéis, ese mar interior en el corazón del continente euroasático.
En la costa suroeste, está Bakú, la capital. Conocida por el viento y los pozos
de petróleo.
Ahí se alza este palacio del siglo XV,
que forma parte desde el año 2000 de un lugar Patrimonio de la Humanidad,
llamado “Ciudad fortificada de Bakú con el Palacio de los Shirvanshah y la
Torre de la Doncella” y que, en su página web, la Unesco describe así:
Construida en un territorio
habitado desde el Paleolítico, la ciudad amurallada de Bakú muestra las huellas
de la presencia sucesiva de las culturas zoroástrica, sasánida, árabe, persa, shirvani, otomana y rusa. La parte
intramuros (Icheri Shesher) ha
conservado intacta una gran parte de sus murallas del siglo XII. La Torre de la
Doncella (Giz Galasy) se erigió en
ese mismo siglo sobre construcciones antiguas que datan de los siglos VII a VI
a.C. El Palacio de los sahs de Shirvan (siglo XV) está considerado como una de
las joyas de la arquitectura azerbaiyana.
Los sahs de Shirván (Shirvanshah, en
persa شروانشاه) eran una dinastía que dominaba una región de Azerbaiyán.
Tenían la capital en Shemaja, pero un terremoto la devastó y, en el siglo XV,
movieron la capital a Bakú.
Es ahí donde erigieron este conjunto de
construcciones, se cree que en torno a un lugar sagrado de peregrinación sufí.
La fecha de construcción se conoce por inscripciones que hay en el minarete y
el mausoleo: 1435/36 y 1441/42. Reinaba entonces Shirván Jalil I.
Como todo edificio tan antiguo, es un
complejo con un montón de edificaciones acumuladas: el palacio, una cripta con
enterramientos, así como una mezquita con su minarete...
Estas edificaciones en piedra formaban
la parte más protegida en el corazón de la fortaleza de Bakú. Aunque se alzaron en distintos momentos, hay una unidad de estilo que nos recuerda a otros monumentos islámicos del centro de Asia: los edificios cúbicos, las cúpulas...
Fotografiado por Francisco Anzola [CC BY-SA 2.0], vía Wikimedia Commons
قلعة بهلاء
Qal'at Bahla'
Tipo de construcción: fortaleza
Época: Ss. XIII-XV
Lugar: Bahla (Omán)
Una fortaleza
medieval en una ruta del incienso
Omán, dices tú, ¿y eso por dónde anda?
En la península arábiga, esa extensión
de tierra de forma más o menos rectangular entre el grueso de Asia y África. ´
Entonces, ¿está en el golfo Pérsico?
No, salvo un exclave que no viene a cuento. Dentro de la península arábiga, Omán es el
país que queda abajo a la derecha, o por decirlo en términos geográficos, en el
sudeste, con la costa a lo que se llama mar arábigo, un pedacito del océano
Índico.
Este territorio formó parte del imperio
selyúcida hasta que en el año 1154 los expulsó la dinastía nebaníes (nabhanitas o nebhanitas, como lo he visto escrito). Estos
reyes eligieron Bahla. Estaban en una ruta secundaria del comercio del
incienso, la que iba por el interior hacia Baréin, Bagdad y, en último término,
llegaba a Damasco. Los nebaníes gobernaron
hasta el siglo XV, y durante su dominio, se construyó esta fortaleza.
El fuerte de Bahla es un lugar Patrimonio
de la Humanidad desde el año 1987; estuvo en peligro entre 1988 y 2004, pero
pasó por una restauración y actualmente se considera a salvo. En su página web,
la Unesco describe así este lugar:
El oasis de Bahla
debió su prosperidad a la tribu de los Banu Nebhan, que impuso su dominación
sobre el conjunto de los clanes de la región desde el siglo XII hasta finales
del siglo XV. Son testigos de su poderío los vestigios del inmenso fuerte de
murallas y torres de ladrillo crudo con cimientos de piedra que erigieron. Esta
fortificación constituye un ejemplo notable de las edificaciones de este tipo.
Se erigió en un lugar estratégico: un
oasis a los pies de las tierras altas de Yébel Ajdar, paso de las caravanas que
llevaban incienso.
Sobre cimientos de piedra, se alzó esta
construcción en ladrillo, adobe más bien, hecho con lodo y paja. Es
precisamente la pobreza de estos materiales la que determinó que quedara dañada
la estructura y por eso fuese tan necesaria la rehabilitación que se hizo a
principios del siglo XXI.
La parte más antigua es la alcazaba (Al-Qasabah). Luego hay otras dos partes,
ya de la Edad Moderna (ss. XVII-XVIII): Bait
al-Hadith y Bait Al-Jabal.
Este sitio tiene página en la Wikipedia, pero muy poquita cosa, me he basado más en la wiki en inglés.
Dada mi edad, y considerando por dónde anda este país, creo poco probable que llegue a visitarlo.
Pero puedo disfrutarlo en la distancia, con vídeos como este:
No sabéis cuánto agradezco a toda la gente que va por el mundo grabando estas cosas y compartiéndolo por internet.
Donde
hay poderío, ya sabéis, que se vea, y los Mendoza no fueron excepción.
Venga, vamos a por el Sábado Deluxe histórico.
Domingo, 31 de enero de 1560: en
la capilla de este palacio de Guadalajara, el cardenal Mendoza oficia una boda.
Una pizpireta princesa
francesa, Isabel de Valois, se casaba con el rey de España, un madurito
interesante, arrubiado y culto, Felipe II.
Era el tercer matrimonio del
rey, que a la muerte de su segunda esposa, María Tudor, sopesó la posibilidad
de casarse con su heredera, la reina Isabel. Aquello no fructificó, primero
porque la inglesa se negaba a convertirse al catolicismo (se ve que Madrid no
valía una misa) y, en segundo lugar, porque no podía procrear y claro, una
reina infértil en aquella época no valía para nada, ya que el proyecto
hispano-inglés era más bien para que el fruto de esa unión heredase un reino
nórdico uniendo las islas británicas a los Países Bajos Habsburgo.
No era el primer compromiso de
la jovencita Isabel. Se iba a casar con el rey inglés Eduardo VI, ya sabéis, el
breve sucesor de Enrique VIII, pero este murió; y luego con el español príncipe
Carlos, cuando Felipe II aún estaba casado.
Como la alianza
hispano-francesa era necesaria, y el hijo del rey no daba para mucho, con sus escasas
luces y mal carácter, jorobado y cabezón, siendo dudoso que pudiera consumar el
matrimonio en un plazo razonable, se decidió que lo más sensato es que se
volviera a casar el rey, ahora viudo.
Luego os cuento cómo fue lo de
consumar el matrimonio entre Isabel y Felipe.
El matrimonio en sí ya se
había celebrado en Notre Dame de París, el 22 de junio de 1559, por poderes. Al
novio lo representaba el duque de Alba, rodeado de súbditos del rey de España como
Gómez de Silva, Egmont u Orange. Entre quienes sostenían el manto de terciopelo
azul de la princesa francesa estaba toda una reina, María Estuardo de Escocia.
Clouet: Isabel de Valois, h. 1560
Fijaos que la novia no vino a
España hasta el año siguiente. Entre las cosas que la retrasaron fue que, durante
la celebración de esas bodas, resultó muerto su padre, el rey de Francia. Una lanza le
entró por el ojo, los torneos es lo que tienen. Muy gore todo.
Que la bendición nupcial entre
Isabel y Felipe se celebrara en este rico palacio de Guadalajara no hacía sino
indicar la importancia de los Mendoza.
Fachada occidental del Palacio, fotografiada por Pavlemadrid (2007) [CC BY-SA 2.5], via Wikimedia Commons
Fue el II duque del Infantado,
III marqués de Santillana, quien construyó este palacio en época de los Reyes
Católicos, ochenta años antes de la celebración de esas nupcias reales de su
descendiente.
Se llamaba Íñigo López de Mendoza y Luna
(1438-1500), que no hay que confundir con su abuelo, el célebre político y escritor
marqués de Santillana. El II duque
del Infantado empezó las obras en 1480 y la fachada, quizá lo más llamativo, se
terminó en 1483. Luego fue el patio y el interior, de manera que para finales
del siglo XV ya estaba terminada esta obra.
Cuando en Italia ya empezaban
las arquitecturas renacentistas, aquí como en el resto de la Europa atlántica,
se seguía con gótico.
Como ya comenté al hablar de la Lonja de Palma de Mallorca, dentro de la arquitectura gótica española, se
diferencian varias fases: protogótico, clásica, manierista y luego está la fase
barroca. Este Palacio del Infantado de Guadalajara es también de esta última.
Recordemos que a esta fase
barroca del gótico que a veces se llama flamígero,
por aquello de que emplea calados con adornos inspirados en las ondulaciones de
las llamas.
Este rasgo procede de Flandes,
y cuando se introduce en España, y se une a características autóctonas,
mudéjares, crea este estilo hispano-flamenco.
Las formas flamencas llegaron a Castilla por la construcción de la catedral
de Sevilla, que empezó en 1401. Como coincide con el reinado de Isabel I de
Castilla, también se le llama gótico
isabelino.
En esta fachada, orientada al
Oeste, se funden elementos góticos, flamencos y mudéjares. Gótico flamenco es
parte de la decoración y la estructura de balcones o portadas. Mudéjar es el
adorno con cabezas de clavos o puntas de diamante.
Podría entrar en detalles de
esta construcción, pero yo me fijo en su elemento más característico, esa galería
que remata la fachada.
Juan
Guas, el arquitecto a
quien se deben las trazas de este palacio, supo fundir muy bien lo flamígero de
raigambre flamenca con el mudéjar toledano.
Es el arquitecto más
importante del gótico isabelino. Trabajó para la Casa de Mendoza no solo aquí,
sino también en el castillo del Real de Manzanares. Pero también lo hizo para
la casa real, y de esa manera se le debe a él el edificio que quizá sea el más representativo
del estilo hispano-flamenco: el convento de San Juan de los Reyes, en Toledo.
Es una iglesia con una sola nave, y con una decoración de grandes escudos, figuras
y con una curiosa epigrafía gótica, en la que se usan las letras como adorno,
como se hacía en el arte musulmán.
Aquí os pongo una imagen del
claustro de San Juan de los Reyes, la que se considera obra maestra de Juan
Guas, fotografiada por Querubin Saldaña Sánchez en 2011 (CC BY-SA 3.0).
El Palacio del Infantado está
catalogado como Bien de Interés Cultural desde el 20 de abril de 1914.
Acabo el cotilleo histórico. ¿Se
consumó el matrimonio de Isabel y Felipe? Pues sí, claro, es obvio, ya que como es sabido, fue la madre de las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela. No menstruó
hasta finales de aquel año 1560, y entonces se pusieron al tema.
La cosa fue un poquito
difícil, para que todos hablemos del cotilleo actual y cómo se sabe todo. En
aquella época, la que ocurría en el lecho del rey se comentaba en las cartas.
En este caso, el embajador
francés escribió a la mamá de Isabel:
«La fuerte constitución del
Rey causa grandes dolores a la reina, que necesita de mucho valor para evitarlo».
Entristece un poquito leer
esas cosas, la verdad.
No sé cómo lo recibiría Catalina de Médicis.
En fin, para cuando podáis
viajar con cierta comodidad, ya sabéis, otra propuesta para un turisteo de fin de semana: Guadalajara. Admirad esa fachada, imaginad al nieto del marqués de Santillana
mirando orgulloso cómo enriquecía su herencia con esta obra en tiempos de los Reyes Católicos, y luego, ochenta años después,
esa boda del rey de España.
Panorámica de la Alhambra, por Jebulon (2012), vía Wikimedia Commons
Ubicación:
Granada (Andalucía, España)
Fecha:
siglo XIV (palacios nazaríes)
Estilo: Arte islámico
Tipo de edificación: Palacio
fortaleza
Joya, joyita, joya, si no la conoces aún, ¿a qué esperas?
Hoy voy a hablar de una de las
joyas de la arquitectura española, sobre el que se ha escrito tanto, que no
sabía por dónde hincarle el diente.
Ha sido de siempre el monumento más
visitado de España. Al parecer, hace un par de años la superó la Sagrada Familia de Barcelona en visitantes pero, francamente (en mi humilde opinión), no hay
color.
¿En qué capítulo de la
historia del arte enmarcamos la Alhambra? En la segunda etapa del arte islámico
medieval, que iría desde finales del siglo XI hasta el siglo XVI. En esos
siglos, en el Mediterráneo occidental, se sucedieron los estilos, según quien
estuviera en el poder. De ellos he hablado aquí, tanto del arte almorávide (mezquita Kutubía de Marrakech)
como del posterior
arte almohade (la Giralda de Sevilla).
Ante todo, ha de decirse que la
Alhambra no es una sola construcción, sino que hablamos de edificios y
jardines, canalizaciones y defensas, en las alturas de la ciudad. No siguió
ningún plan preconcebido, sino que el que llegaba al poder, iba construyendo,
sin más… ¡Hasta un pegote renacentista, el Palacio de Carlos V! De esta obra de
Machuca espero poder hablar otro día. Ahora me voy a centrar en la Alhambra y
el Generalife dentro del arte islámico.
Vista de la Alhambra desde el
mirador de San Nicolás
Por Zackds (2007), CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons
Para que esto no se convierta
en monótona descripción de cada dependencia, he preferido hacer un pequeño
recorrido virtual por ciertos puntos que me parecen los más relevantes.
La primera impresión que
tienes de la Alhambra es que está arriba, en lo alto. Se le llama así, Alhambra,
«la roja» (al-Qalat al-Hamrá
significa «el castillo rojo») por el color del ladrillo que se usó para construirla.
Con lo que ya descubrimos una de las características del arte nazarí: construcción con materiales más bien pobres, como el ladrillo; la arcilla como
materia prima, en lugar de la más perdurable piedra. Es habitual la mampostería y el tapial. Los edificios nazaríes no son nada llamativos
por el exterior, lo que compensan con un interior muy (pero que muy)
ornamentado.
Las diferentes edificaciones de
la Alhambra se despliegan en una especie de cresta que yo tiendo a leer de oeste a este, o sea de izquierda a derecha, pero que en muchos mapas que encontraréis por ahí estará al revés, con el sur en la parte superior y el
norte en la inferior.
Lo primero que se percibe son
las torres y las murallas. Y es que la Alhambra es un palacio-fortaleza, es
decir, no solo residencia del poder sino también defensa militar del mismo.
Torre de la Vela, fotografiada por Sharon Mollerus en 2011 (CC BY 2.0)
En el extremo o punta occidental
estaría la Torre de la Vela, desde
la cual puedes ver toda Granada.
Inmediatamente detrás queda la
Alcazaba, donde residía la
guarnición que protegía a los reyes nazaríes. La Alcazaba, las torres y las
murallas serían las edificaciones de función defensiva que tiene la Alhambra.
Pasada la Alcazaba se alzan, a
la derecha, el palacio de Carlos V, del que ya digo que hablaré en otra
ocasión, si puedo. A la izquierda, o sea la parte norte, quedaría lo más representativo del conjunto,
dos palacios nazaríes del siglo XIV.
Quizá sea, además, lo que más
conocemos todos, las imágenes más prototípicas. Es importante tener presente que los palacios musulmanes tenían tres zonas: el mexuar (que es la parte
pública), el diwan (la oficial) y, finalmente, el harén (la privada). Y es
importante porque aquí sí que podemos verlo.
Empecemos con la parte pública.
El mexuar
es la zona administrativa, y se transformó bastante después de la conquista
cristiana a finales del siglo XV.
Seguimos con la oficial o diwan
que sería el palacio llamado Cuarto de Comares. Se corresponde con el reinado de
Yusuf I (1333-1354). Comares viene de qamariyya, que es como se llamaba a los vidrios de colores de las ventanas. Aquí tenemos, sobre las escarpaduras septentrionales, la Torre de Comares, en cuyo interior
destaca el salón del Trono. En el centro del palacio está el patio
de los Arrayanes, el más grande de toda la Alhambra.
Patio de los Arrayanes, por Tuxyso (2014) vía Wikimedia Commons
Y pasamos entonces al harén o residencia
privada, que sería lo siguiente que encontraríamos, yendo hacia el este. Es el Cuarto de los Leones, palacio que servía como residencia de invierno del soberano y toda su familia. Este
edificio se lo debemos al hijo de Yusuf I, Mohamed (o Muhammed) V (1354-1391).
Lo mismo que el de Comares, se
organiza en torno a un patio, en este caso el archiconocido Patio de los Leones, con una fuente en
medio, Más que en los torpes leones (la escultura animal no era algo en lo que destacaran precisamente) fijémonos en su simbolismo. Son doce leones, uno por cada signo
del Zodiaco. Y con la fuente conectan cuatro canales, representando cada uno
los cuatro ríos del paraíso coránico. Sería entonces una representación del Paraíso.
Patio de los Leones, por Oscarmu90 (2014), vía Wikicommons.
Pero sobretodo dejemos vagar la mirada por todo el entorno de este patio. Simplemente, espléndido.
Todo alrededor vemos la típica
columna nazarita. En el fuste,
delgadito y cilíndrico, hay anillos; en lugar de ponerle un capitel corintio,
ya demasiado visto, recurren a uno algo más creativo y novedoso: el capitel de dos cuerpos. El inferior
está decorado con una cinta, y el superior, cúbico, suele tener atauriques. Las columnas sostienen los arcos con yeserías.
Columnas del patio de los Leones, con sus fustes con anillos y sus capiteles con dos cuerpos.
Techo de la Sala de los Abencerrajes, por jvwpc (2004)
A este patio de los Leones se abren dos salas
impresionantes: la de los Abencerrajes y la de las Dos Hermanas. Ambas cuentan
con una bóveda de mocárabes, que son
de lo más hermoso del arte islámico, produciendo un efecto tan intenso que yo hasta
lo consideraría abrumador.
Bóveda de mocárabes en la Sala de las Dos Hermanas, por Jebulon (2012)
[CC
0] vía Wikimedia Commons
La Sala de los Abencerrajes tiene una impresionante bóveda de mocárabes. Ya he mencionado que los nazaríes ocultaban la humildad de los materiales de construcción con la abundancia de decoración.
Y uno de los recursos son estos mocárabes o prismas colgantes. Estas cúpulas de
mocábares se supone que simbolizan el cosmos, con la luz divina reflejada y ampliada
en cada uno de sus prismas. La diferencia entre los mocárabes occidentales y las muqarnas
del arte islámico la mencioné de pasada al comentar la Gran mezquita de Ispahán,del siglo XI, así que
tampoco me voy a repetir.
El detalle técnico de cómo se formaban estas decoraciones en yeso, aparentemente desorganizadas pero que en realidad tenían mucho cálculo detrás es bastante impresionante. Si queréis profundizar en el tema, aquí un análisis de un fragmento de una bóveda de mocárabes, en la página del patronato de la Alhambra.
Sala de las Dos Hermanas, por Javi Guerra Hernando (2009)
Enfrente a la Sala de los
Abencerrajes está la Sala de las Dos
Hermanas. Era una sala más de la residencia privada de los reyes nazaríes y
todo un ejemplo de los diversos recursos decorativos, algunos que procedían ya de otras épocas, como la sebka (red de rombos, procedente de los almohades), o la lacería (rosas geométricas que se entrelazan y se forman círculos, triángulos, etc. repitiendose indefinidamente).
Destacaría el uso decorativo del azulejo. Fijáos en esos zócalos que cubren la parte inferior del muro. De
esta técnica decorativa hablé en la entrada «Alicatado de la Alhambra».
Y claro, no puede faltar la típica decoración con escritura cúfica. Al parecer, el poema escrito en las paredes de la Sala de las Dos Hermanas empieza Jardín yo soy que la belleza adorna…
Mirador
de Lindaraja, por Leronich (2009)
Al fondo de la Sala de las Dos
Hermanas encontramos el Mirador de
Lindaraja o Daraxa, con un bello ventanal geminado que se abre a otro patio
interior, más pequeño, llamado Patio de
Lindaraja. Este jardín tan recoleto demuestra lo bien que supieron
aprovechar los desniveles de esta colina.
Junto a este patio se
encuentran unos baños que algunos consideran como de los mejores
del arte islámico.
Si la arquitectura no te dice nada (aunque me parece difícil), siempre tienes algo que recuerda todo
el que ha visitado la Alhambra: sus jardines.
No me voy a meter en el amor de la civilización islámica por el agua y los
jardines, o su relevante papel a la hora de traer y llevar
especies de un lado a otro. Gracias a los árabes llegaron a lo que hoy es España desde los cítricos y el arroz hasta la caña de azúcar
o las berenjenas.
Patio de la Alberca, en el Generalife, por Juandev (2008)
Aquí hay unos jardines
pegaditos a un palacio en ruinas, el Partal. Pero los más llamativos son los
que quedan al otro lado del cerro del Sol, en una colina vecina a la Alhambra: el palacio de verano de los
reyes nazaríes que es el Generalife.
Huertos, estanques, jardines… espléndidos y evocadores, con sus rumores, su
frescos, sus olores…
No me extraña que la Alhambra haya inspirado a tantos artistas. Es lugar común mencionar al estadounidense
Washington Irving y sus (bastante románticos) Cuentos de la
Alhambra (1832). Personalmente, prefiero una evocación musical, los Recuerdos de la Alhambra del maestro
Tárrega, pieza destacada del repertorio para guitarra clásica. Aquí, en You
Tube, una interpretación de Narciso Yepes en el Palau de la música de Barcelona.
Ya he explicado el contexto artístico de
este conjunto, pero me quedaría hacer una breve referencia al contexto
histórico, quiénes son estos nazaríes de los que estoy hablando todo el rato, que
vivieron el último esplendor del arte hispanomusulman.
Seré breve. Tras la victoria cristiana en las Navas de Tolosa (1212), se disolvió el imperio almohade. El territorio musulmán en la península se
dividió en pequeños reinos, llamados taifas. La taifa de Granada fue conquistada
en 1238 por los Banu Nasr y cayó en manos cristianas a principios de 1492.
Personalmente, considero que la Alhambra es un
monumento imprescindible si quieres conocer el arte islámico. Este lo encuentras en Europa, África y Asia, en multitud de países, no siempre acogedores para la turista mujer. Habrá muchos
lugares y ocasiones en los que no te sientas cómoda. Por eso, ver arte islámico
auténtico en España es una apuesta bastante segura.
La «Alhambra, el Generalife y el Albaicín de Granada» es un
lugar inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde
1984, y en su página web lo describede la siguiente manera:
Situados en dos colinas
adyacentes, el Albaicín y la Alhambra forman el núcleo medieval de Granada que
domina la ciudad moderna. En la parte este de la fortaleza y residencia real de
la Alhambra se hallan los maravillosos jardines del Generalife, casa de campo
de los emires que dominaron esta parte de España en los siglos XIII y XV. El
barrio del Albaicín conserva un rico conjunto de construcciones
hispanomusulmanas armoniosamente fusionadas con la arquitectura tradicional
andaluza.
El conjunto tiene un artículo bastante amplio en la Wikipedia; y además muchos de los elementos que lo componen tiene artículo propio, como se puede ver en la
Categoría: Alhambra: Generalife, Palacios nazaríes, Patio de
los Arrayanes, Patio de los Leones, Sala de los Reyes (Alhambra), Torres
Bermejas… y así hasta 54 artículos relacionados.
Por si queréis echarle una ojeada un
poco más en profundidad, aquí os dejo un documental de casi una hora sobre la
Alhambra.
Pero vamos, que en You Tube puedes
encontrar vídeos sobre la Alhambra hasta hartarte. Uno de los más recientes es
el de un yutubero al que sigo, El auriga del Arte, de este mismo verano de 2020, que hizo con motivo de la reapertura de estas instalaciones. Es bastante breve, un cuartito de hora.
Y por si quieres visitarlo,
este es el enlace a la página web de la Alhambra y el Generalife.
Palacio Ducal desde el Molo
Por Martin Furtschegger (2013)
[CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons
Ubicación:
Venecia (Véneto, Italia)
Fecha:
1340
Estilo: Arte gótico
Tipo de edificación: Edificios
civiles, Castillos y palacios
Un
ejemplo del gótico mediterráneo
Cuando llegaron los bárbaros
allá por el siglo V, un puñado de habitantes de tierra firme se refugiaron en
las lagunas vénetas. Ese es el origen
de la ciudad de Venecia: unos que huyeron de los hunos (452) y los lombardos (568).
En época medieval y la Edad
Moderna, Venecia se convirtió en una rica república mercantil. Allí quien mandaba era la aristocracia mercantil. El dux o
dogo era una figura con poderes limitados, más representativo que otra cosa,
nada comparable a los duques de otras ciudades-estado como Milán o Urbino.
Esta ciudad-estado construyó
un auténtico imperio que dominó el comercio mediterráneo durante
siglos. Se aprovechaba de su ubicación en un cruce de caminos, entre Oriente y
Occidente, con lazos comerciales por todo Occidente, y Bizancio, y el mundo
musulmán, árabe primero y turco después… hasta las mercancías que venían de la
China y la India, pasaban por allí
Ya sabemos que, donde hay comercio, se
produce riqueza y desarrollo. Y cuando hay poderío, que se vea... artísticamente.
En una ciudad tan llena de arte
maravilloso, voy a mencionar hoy una joya gótica: el Palacio Ducal (Palazzo Ducale), esto es, el del dogo. Es
un ejemplo del estilo gótico en el ámbito mediterráneo. A poco que nos fijemos,
vemos que es bien distinto al gótico que hemos visto hasta ahora en España o
Francia. Es un estilo más achaparrado, tira a lo horizontal, y no a lo
vertical; las paredes no son tan abiertas, pues en el brillante sol
mediterráneo no hacía falta. La ornamentación recurre más a los sillares de
mármol de color diferente según la hilada.
Otra diferencia es que estamos ante un
edificio civil, frente a las iglesias que hemos visto hasta ahora. Ahí se ve
dónde está el dinero para financiar obra pública.
Me voy a centrar en la parte más
antigua, que son estas dos fachadas que dan, una a la plaza de San
Marcos y la otra, al canal. Son prácticamente iguales, con tres cuerpos
que curiosamente reserva para la parte inferior lo más ligero, los vanos más
abiertos, mientras que la parte maciza se encuentra arriba.
El de abajo, un pórtico con 36 columnas
y arcos ojivales. Por encima, en el segundo cuerpo, una galería o logia con 71 columnas,
más esbeltas que las inferiores, y óculos con forma de trébol de cuatro hojas.
Por encima, el cuerpo más macizo, cubierto por losetas de mármol que utiliza el
diverso color para formar rombos, blanco y rosa. En el centro de cada fachada,
hay un balcón y, a cada lado, tres ventanales. Por encima de todo se aprecia
una crestería.
Hay decoración escultórica en los
capiteles de las columnas de la planta baja, y también en las esquinas o
cantones.
La ebriedad de Noe
I, User:Amazone7
[CC BY-SA 3.0]
Este palacio tiene un carácter urbano, y
una muestra de palacio abierto a la
plaza y al canal; es una muestra de confianza en sí mismo de la clase mercantil
veneciana, frente a los palacios cerrados como fortalezas militares, como
podrían ser las señorías toscanas. Ahí se ve que en Venecia no estaba pegándose
tanto con sus vecinos como Pisa, Siena o Florencia.
Se habla entonces de dos tipos de gótico
civil italiano; uno sería el toscano, donde los palacios municipales se configuran como auténticas fortalezas, con torres. El otro sería este estilo veneciano, más lujoso, con elementos
ornamentales, como los arcos entrecruzados o el uso de columnas en las
fachadas.
El Palacio Ducal siguió construyéndose y
reformándose a lo largo de los siglos siguientes. Es una auténtica joya que
contiene esculturas renacentistas, y pinturas de artistas del Manierismo.
Fachada que da al mar, hacia el bacino di San Marco (c)José Luiz Bernardes Ribeiro (2016)
Fachada hacia la Piazetta
(c) Tango7174 (2007)
Porta della Carta
Fotografía de Deror avi (2009)
[CC BY-SA 3.0]
A un lado se encuentra una puerta solemne,
la llamada Porta della Carta, de un
siglo posterior. Se construyó en aquel estilo gótico flamígero muy del siglo
XV. Es obra de Giovanni y Bartolomeo Bon y data de 1438-1442. Sobre la puerta
se ve al dogo Francesco Foscari arrodillado frente al león de San Marcos,
aunque esta es una escultura del siglo XIX, pues la original se destruyó con la
caída de la República Veneciana (1797). No queda claro del motivo por el cual tiene ese nombre tan curioso de «Puerta del Papel». Puede ser que allí se sentaran los escribas, o que por ahí se entraba a los archivos de documentos oficiales. Pues esa era la finalidad de este palacio, la sede del dogo, edificio de administración y también tribunal de justicia y cárcel.
Si quieres saber algo más sobre este palacio veneciano, puedes ver el artículo dedicado a esta edificación en Wikipedia.