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domingo, 16 de abril de 2017

#91 La vida de Brian



FilmAffinity


Monty Python's Life of Brian

Año: 1979
País: Reino Unido
Director: Terry Jones
Música: Geoffrey Burgon

Una sátira descacharrante, muchos de cuyos golpes se han hecho legendarios.

         Los cinéfilos nos dividimos en dos clases: los que nos reímos con esta película y los que no la pillan y hasta se enfadan con ella, ofendidos.

Ellos se lo pierden.

La vida de Brian es una de esas películas que vi en mi juventud y luego la he vuelto a ella varias veces a lo largo de los años, y no pierde nada de su humor. Es que los chistes siguen haciendo gracia…

Te cuenta la vida de Brian, un chaval nacido en Galilea en la Navidad del año 1 de nuestra era, un tipo de lo más normal, que se encuentra convertido en mesías sin querer. De repente la gente le sigue, se pelea por su sandalia, y le agobia un montón. Se mete en un grupo de luchadores contra la ocupación romana (el Frente Popular de Judea,… o quizá no), pero sin demasiado éxito, salvo que al menos tiene novia.

Al final acaba de mala manera, crucificado, pero mientras Eric Idle canta una de mis canciones favoritas de todos los tiempos, junto con los demás ejecutados.



Es un humor que se pilla mejor si la ves en original. Tiene golpes legendarios como el Pilatos gangoso de Michael Palin (¡adoro a este hombre!) y su Biggus Dickuss, o esos rebeldes palestinos que son cuatro gatos y todos peleados (¡ay, qué perfecto retrato de la izquierda en todo tiempo y lugar), o la lapidación a la que no pueden asistir mujeres pero resulta que todos los lapidadores son mujeres disfrazadas, o el romano que se empeña en que el rebelde que hace una pintada la escriba en correcto latín,… Un gag tras otro se te queda en la retina y lo sigues repitiendo a lo largo de los años.

De verdad, es escena tras escena divertida, muchas veces absurda, como la vida misma. Es una ironía, una parodia, irreverente, humorística, pero mucho más profunda que una mera colección de chistes. El mensaje de Brian sigue (para mí) hoy tan vigente como en 1979: alejaos de todo mesianismo, de salvapatrias, de “personas imprescindibles” que tienen todas las respuestas a tus inquietudes. El fanatismo es un camino fácil, pero no el verdadero. Los problemas complejos rara vez tienen soluciones sencillas. Tienes que buscar las respuestas por ti mismo.


Look, you've got it all wrong! You don't NEED to follow ME, You don't NEED to follow ANYBODY! You've got to think for your selves! You're ALL individuals!


Gracias, George Harrison, porque te apeteció ver una película así y pusiste el dinero para que se hiciera.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity o la Internet Movie Data Base.

domingo, 19 de febrero de 2017

#70 Alien, el octavo pasajero



Alien



Año: 1979
País: Estados Unidos
Director: Ridley Scott
Música: Jerry Goldsmith

Homenajeamos a John Hurt, que se nos fue el 25 de enero pasado, con una de sus películas más recordadas. Un clásico de ciencia ficción / terror.

Vale, la gente ya lo ha visto todo y a día de hoy, Alien, el octavo pasajero puede que no impresione a nadie. Pero en su momento fue tan inquietante, tan gore algunas imágenes, que causó una fuerte impresión.

En una nave espacial, sus ocupantes crionizados despiertan por una señal de ayuda. Bajan a una luna a ver qué ha ocurrido, solo para descubrir una nave alienígena con muerto dentro y que en realidad no era ayuda lo que se pedía, sino una señal de advertencia. Un miembro de la tripulación es atacado. Vuelven a la nave y parece que aquí no ha pasado nada pero,… llevan ya el bicho dentro, el octavo pasajero que les irá destruyendo uno a uno, en plan Diez negritos.

Por cierto que una de las anécdotas es precisamente que a Harry dean Stanton, un actor “serio” impropio de este tipo de cine, Ridley Scott parece que le convenció para que aceptara el papel diciéndole que era más bien un thriller tipo –precisamente- Diez negritos.

Es una de esas historias que en principio se pensó como algo simplemente comercial, que Ridley Scott aceptó sin pensarlo mucho y que, sin embargo, gracias a la impecable factura técnica, lo competente de los actores (todos de altura, y ya de cierta edad salvo las chicas, como el propio Hurt, Ian Holm o Dean Stanton), y la forma de contar una historia que en otras manos habría sido anodina, logró todo un clásico que se sigue viendo y admirando casi cuarenta años después.

Como buen arte, la forma es lo que marca la diferencia. Y, además, tiene capacidad para evocar otras cosas, desde el nombre de la nave, Nostromo; y de hacerte pensar: sobre nosotros y lo que podemos hacer si estamos en situación límite, sobre cómo tratar con el otro, el extraño, sea alienígena o robot. Algunas escenas de esta película resultan imborrables (literalmente, una vez que la has visto no hay forma de quitárselas de la cabeza).

Mención aparte merece Sigourney Weaver en el papel de Ripley. En principio estaba pensado para un hombre, pero le cambiaron el género y descubrieron que una mujer también podía ser creíble como luchadora implacable contra el monstruo. Nuestra heroína kickass por excelencia. Una de las primeras.


Leo en la wikipedia que Recibió un Óscar en la categoría de «Mejores efectos visuales» y tres premios Saturn —uno a la «Mejor película de ciencia ficción», otro a la «Mejor dirección» para Scott y uno más para la «Mejor actriz de reparto» para Cartwright—, entre otras nominaciones. La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la incluyó en el Registro Nacional de Cine en 2002 para su preservación histórica, al considerar «su importancia cultural, histórica o estéticamente, significativa». Por su parte el American Film Institute la eligió como la séptima mejor película en el género de la ciencia ficción y la revista británica Empire la consideró como la trigésimo tercera mejor película de todos los tiempos, ambos en 2008.


Otros premios que tuvo fueron dos BAFTA (Mejor Diseño de producción y Banda Sonora), y también en el Festival de San Sebastián (Mejor fotografía y efectos especiales).

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity o la Internet Movie Data Base.


domingo, 20 de noviembre de 2016

#14 Apocalypse Now



Apocalypse Now




Año: 1979
País: Estados Unidos
Director: Francis Ford Coppola
Música: Carmine Coppola, Francis Ford Coppola

Viaje alucinante al horror de la guerra,… o de nosotros mismos.

Apocalypse Now es una de esas pelis que aunque no te apetezca verla, pillas una escena y no puedes dejar de verla. Es visualmente fascinante. La caída en el infierno de la guerra del capitán Willard (personaje interpretado por Martin Sheen), cómo va remontando el río hacia Camboya en busca del coronel Kurtz, al que se le ha ido la pinza (Brando haciendo de Brando pero, ¡joder, qué magnífico era!).

Y mientras, se le iba contagiando un poco toda la locura que había a su alrededor. No sé si Vietnam fue o no así. En realidad, lo importante es más bien descubrir cómo dentro de uno mismo las cosas no son como pensaba. Cuando el personaje de Martin Sheen llega a enfrentarse con el de Brando, en realidad lo entiende, puede identificarse con él. Pero eso no quita que haga lo que tenga que hacer.

Se basa en la novelita El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, y aunque superficialmente las historias tienen ambientaciones distintas, en realidad las dos parten de la misma peste imperialista y cómo los explotadores acaban siendo también víctimas del sistema al que sirven.

Es un poco la tesis de que son las circunstancias las que hacen que te portes de una u otra manera. Un cierto determinismo pesimista en cuanto al comportamiento humano. Al menos, en la guerra; en ese contexto, conservar algún rastro de virtud resulta heroico y prácticamente imposible.

Aparte de eso, me encanta descubrir a algunos actores por los que siento debilidad. Harrison Ford, por supuesto, en papel chiquitito. Pero también  Frederic Forrest, que siempre me pareció atractivo y con un enorme talento, a su modo discreto. Y cómo no, Robert Duvall, con su wagneriana cabalgata de las valquirias y su mítico “I love the smell of napalm in the morning”  (“Amo el olor del napalm por la mañana”). La música de The Doors, y toda la mitología del propio rodaje en Filipinas, un auténtico infierno que a punto estuvo de acabar con el propio Martin Sheen.

Ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes, ex aequo con "El tambor de hojalata", y en varios certámenes destacaron la interpretación de Robert Duvall: le dieron el globo de oro al mejor secundario y también el BAFTA. ¿En los Óscar? Mejor fotografía (el inmenso Vittorio Storaro) y menor sonido. Fue el año de la perfectamente anodina Kramer contra Kramer.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity, Internet Movie Data Base y Sensacine.