miércoles, 23 de septiembre de 2020

#24 Fra Angélico: Anunciación

 


Ubicación: Museo del Prado (Madrid, España)

Fecha: h. 1426

Estilo: Arte renacentista

Autor: Guido di Pietro, llamado Fra Angélico

 

 

Una de las obras maestras del Prado

El otro día hablé de Masaccio, contemporáneo de Fra Angélico. Estos dos son los más destacados pintores de la primera generación de pintores florentinos del Quattrocento.

Pero Fra Angélico (1395-1455) no puede ser más diferente de Masaccio, como se comprueba simplemente con mirar este retablo.

Empiezo con la descripción técnica: es una pintura realizada sobre tabla, soporte que se había ido extendiendo desde finales del gótico. Es bastante grande; mide 162,3 x 191,5 cm, y en la página web del Prado veo que se puede contemplar en la Sala 024.

Advierto que la obra tiene tres partes: la principal representa la Anunciación, una escena a la izquierda que describe la expulsión de Adán y Eva del Paraíso y abajo, en lo que se llama banco o predela, escenas de la Vida de la Virgen.

Empecemos con la parte principal, que es el momento en el que el arcángel le anuncia a María que va a quedar embarazada de Dios. Desde la izquierda, unificando las dos escenas, entra un rayo desde el cielo, como lanzado por Dios Padres (se ven unas manos arriba a la izquierda) y en el que va el Espíritu Santo (en forma de paloma).

La escena tiene un aire aún de tradición medieval, recuerda algo a obras del gótico como la Anunciación de Simone Martini, de un siglo anterior, de la que hablé aquí. 


Pero hay algunas diferencias. Hay mayor relación entre el arcángel y la Virgen. María no aparece ya tan recelosa, sino más bien modesta, con un libro en el regazo, dispuesta a ponerse al servicio de Dios con serenidad, como se puede ver en el detalle que pongo sobre estas líneas.

La diferencia entre esta Anunciación y las precedentes es sobre todo ese marco arquitectónico en el que se desarrolla la escena. Es un diáfano espacio que recuerda a las logias florentinas de la época. Arcos de medio punto, columnillas, y medallones entre ellos. En uno, aparece dibujado Dios Padre en grisalla. En el techo, las bóvedas de crucería, y al fondo, un habitáculo con un banco.


La perspectiva con la que está trabajado este entorno procura dotarla de cierta profundidad, y en eso recuerda a los frescos de la Capilla Brancacci. Para reforzar esa idea de profundidad, las alas del ángel se intercalan en las columnas. Por cierto que las alas, lo mismo que la corona del arcángel, están trabajadas con gran detalle, al modo medieval.

La otra escena del retablo, la de la izquierda, representa la expulsión de Adán y Eva del Paraíso. Sobre ellos, un ángel vestido de rojo vigila que abandonen el Edén. Frente a lo diáfano del espacio de la Anunciación, aquí vemos una minuciosa representación de la naturaleza, lo cual recuerda más al estilo gótico internacional de un Gentile da Fabriano. Hay arbustos, florecillas, hierbas e incluso, en el suelo, restos de la fruta prohibida.

En las escenas de Anunciación suelen abundar las flores, pues se utilizaba la alegoría de la Virgen como un huerto cerrado (hortus conclusus). Era otra forma de aludir a su virginidad.

Si comparamos esta imagen con el Adán y Eva de Masaccio, que comenté aquí y que es prácticamente contemporánea de esta otra, apreciamos también diferencias.

Lo que en Masaccio son cuerpos desnudos, muy musculado Adán, y expresiones trágicas, aquí tenemos a una pareja vestida, lamentándose, sí, pero nada tan dramático.


Al unirse en el retablo estas dos escenas, el mensaje que se transmite es el mensaje de la caída del hombre y luego su salvación gracias a la encarnación de Dios en María. El tema es más bien medieval que renacentista.

Otros elementos que recuerdan al estilo gótico es el uso del oro, así como los pliegues de los paños.

Como comenté arriba, en la parte inferior se presentan escenas de la Vida de la Virgen. Aquí os pongo un ejemplo, que es la Visitación, o sea, cuando María se fue a ver a su prima Isabel, entonces embarazada de quien luego sería Juan Bautista.


Como se ve, ponen otras edificaciones, y paisajes sencillos. Las otras escenas son habituales: Nacimiento y desposorios; la Adoración de los Magos; Presentación en el Templo y Dormición (o muerte) de la Virgen. Son temas habituales que vemos en otros cuadros de esta época y las siguientes. No siempre reflejan algo que se cuente en los evangelios, sino que más bien forma parte de la tradición, de leyendas, en torno a la figura de la Virgen, la gran figura femenina del Cristianismo, sobre todo del Catolicismo.

Vale, y os preguntaréis, ¿quién es este Fra Angélico que pintó esta Anunciación? Pues un señor que profesó como fraile dominico y vivió en su convento, dedicado a pintar, pues entendía su arte como una manera de demostrar su fe. Al final de su vida acudió a Roma y allí realizó alguna otra obra como los frescos de la capilla del papa Nicolás en el Vaticano, en un estilo más maduro y más plenamente renacentista.

De hecho, fue beatificado y su festividad es el 18 de febrero.

Y, ¿cómo llegó este cuadrito a nuestro Museo del Prado?

El retablo lo pintó Fra Angelico para la iglesia de santo Domingo de Fiesole. En 1611, se lo vendieron al duque de Lerma, que si os acordáis fue valido de Felipe III de España, y es que los monjes necesitaban construir el campanario, y para obtener fondos, pues se deshicieron de esta obra.

El duque de Lerma lo trajo a España. Estuvo en el convento de las Descalzas Reales y de allí es de donde pasó, en el año 1861, al Museo del Prado.

Esta es una de las primeras obras maestras de Fra Angélico. Como es uno de los grandes maestros de la historia, os pongo algunas otras obras que veréis más de una vez en libros de arte.

El tema de la Anunciación fue recurrente en su obra. Os pongo una que se llama de Cortona: 

Anunciación de Cortona (h. 1430). Temple sobre tabla, 175 x 180 cm. Museo Diocesano (Cortona)

 

Anunciación (h. 1437-46). Fresco, 230 x 312,5 cm. Museo Nacional de San Marcos (Florencia)

 

El descendimiento de la cruz (h. 1432-34). Temple sobre tabla, 176 x 185 cm. Museo Nacional de San Marcos (Florencia)



      Vida de san Nicolás de Bari: San Nicolás salva el barco (h. 1437). Temple sobre tabla, 34 x 60 cm. Pinacoteca Vaticana (El Vaticano) Llama la atención que un señor, el que está midiendo trigo, tiene anteojos, una de las más antiguas representaciones de unas gafas en el arte.

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