東京物語 Tōkyō Monogatari
Año: 1953
País: Japón
Director: Yasujiro Ozu
Música: Takinori Saito
Creo que a todos nos gusta ver
películas, ahora lo que no tengo tan claro es que gustemos del Cine de la misma
manera.
Y cuando digo Cine quiero decir no
tanto la historia que te cuenta sino, sobre todo, cómo te la cuenta.
Aquí tenemos una narración sin estridencias,
en un blanco y negro sobrio que sólo tienes que sentarte a ver y esperar, como
quien ve la vida pasar sentado frente al mar, o un río, el río de las
existencias que están, y pasan y se olvidan.
Salvo para aquellos que nos quisieron de verdad, que muchas veces no es, contra lo que se piensa, nuestra familia de sangre. Que nos ignora, o nos desprecia, o a la que sobramos.
Un matrimonio anciano visita a sus hijos en Tokio. Pero éstos, un médico y una peluquera, no
les prestan demasiada atención, ni tienen interés en compartir sus vidas con
los visitantes. Acaban mandándoles a un balneario en el que los pobres viejos no pueden
ni dormir a gusto. De vuelta a Tokio antes de tiempo, ella encuentra refugio en el
muy humilde apartamento de su nuera, que estuvo casada con un tercer hijo que
murió en la guerra. La ternura con la que esta mujer trata a su suegra es lo
mejor de la película, para mí. Dos mujeres que se hacen compañía, que se
hablan, ¡que se escuchan! Y él, por su parte, se va de juerga con sus amigotes, divertido y patético a partes iguales.
La vi hace años y la recordaba como
algo mágico, diferente, profundamente humano. La he vuelto a ver hace poco, en V.O.; siempre
hay que preferir la versión original, pero hay idiomas que es un crimen
ignorar, me pasa en particular con las películas francesas y las japonesas. Doblada, no es la misma película. Las
dos horas y pico se me pasaron en un suspiro, y acabé llorando por la
tristeza de la vida, la mezquindad de los familiares, la desconsideración y la
crueldad innecesaria.
Si la obra maestra de Yasujiro Ozu está
tan abajo en esta lista mía es simplemente porque, por no fiarme de mi gusto, la
elaboré mezclando a partes iguales lo que cineastas y críticos dicen, por un
lado, y lo que al público gusta, por otro. Y claro, el público así en general, no
la ha visto salvo que la busque expresamente. Esta es una de las mejores
películas de la Historia del Cine, entendido como arte, no como mero
entretenimiento con palomitas. Veo en la wikipedia en inglés
que en 2012, los cineastas la votaron como la mejor película de todos los
tiempos, reemplazando a Ciudadano Kane en el primer puesto de la encuesta de
directores Sight & Sound. No me extraña. Se dice que Bach es el músico favorito
de los músicos y Velázquez el pintor de pintores. Yasujiro Ozu resulta –me parece a
mí-, el director de los directores. Esto se ve en Sensacine, que tiene una
crítica de 5 (obra maestra) mientras que el público lo deja en 3.4 (entre
entretenida y buena).
Por destacar a algún intérprete, señalaría
a Setsuko Hara como Noriko Hirayama, la nuera cariñosa y musa de aquel inolvidable cine japonés de posguerra.
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