Vista de uno de los ábsides, por Slashme (12/2018) [CC BY-SA 4.0], vía Wikimedia Commons |
Ubicación:
Worms (Renania-Palatinado, Alemania)
Fecha:
1181
Estilo: Arte románico
Tipo de edificación: templo
El
peculiar tardo-románico de Alemania.
A Worms la fundaron los romanos, en la orilla occidental del Rin. Luego fue la capital de los burgundios;
gran parte del Cantar de los nibelungos
se ambienta aquí.
Siendo una de las más importantes ciudades imperiales
libres en la época del Sacro Imperio Romano Germánico, fue el escenario de célebres eventos imperiales: principalmente, el
Concordato de Worms (1122) que puso fin a la querella de las investiduras y la
dieta en la que a Martín Lutero lo declararon hereje (1521).
Este importante obispado erigió una
catedral a la altura de su importancia política. Como es habitual, se alzó sobre restos de edificaciones anteriores, que pueden
remontarse hasta el antiguo foro romano.
Lo que ahora queda es, sobre todo,
principalmente, de estilo románico, aunque tenga posteriores añadidos góticos.
Aquí, a la derecha, está el plano de la catedral de Worms, procedente de la Británica de 1911. La de la izquierda es la planta de la catedral de Maguncia
Se ve la planta casi basilical. Cada tramo cuadrado de la nave principal se corresponde con dos tramos cuadrados de
la nave lateral, de manera que cada cuadrado de la nave lateral es una cuarta parte del área de un cuadrado de la nave central.
La catedral de Worms representa muy bien
el románico renano, que se caracteriza por tres elementos que crean, a mi modo
de ver, un románico más esbelto que el meridional que puedas ver en Italia.
Sigue siendo una construcción maciza, a pesar de todo, pues la iglesia seguía
concibiéndose como una auténtica «fortaleza de Dios».
Vamos a nombrar los tres elementos tan
particulares del románico renano:
Primero, tiene doble ábside, uno a la cabecera y otro al pie, este último de
carácter, generalmente, funerario.
También he visto que el ábside doble
mantiene la tradición del culto o liturgia
estacional, que organizaba el año eclesiástico con procesiones a los
diferentes altares, a diferencia de la reforma cluniacense, que concentraba
coro y altar en un solo lugar. Esto persistió aún más en la época de los Hohenstaufen.
Tiene dos cruceros y dos cimborrios.
Segundo, cada ábside está flanqueado por dos esbeltas
torres cilíndricas.
Tercero, las arquerías pequeñas que rematan los
muros, y que se llama por ello «arquería
renana». Esas arquerías en lo alto de los muros se pueden ver en la foto
que ilustra esta entrada.
Otra particularidad de Renania, que se
ve aquí también, es el uso como cubierta de una serie de tramos de bóveda de
arista. Y se pueden apreciar en los muros arcos ciegos lombardos. Y al poner en
los dos extremos ábsides podrás preguntarte, entonces, ¿por dónde se entra?
Pues por el lateral.
A pesar de que, como todo estilo
internacional, denota influencias extranjeras, como la borgoñona o la lombarda,
no puede ignorarse la pervivencia de elementos otonianos. No hay que olvidar
que estas monumentales catedrales pudieron darse en la zona gracias a que la
dinastía otoniana se había hecho con el trono imperial.
Aquí un breve clip de ArteHistoria que explica un poquito esta catedral:
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