Triforio de la catedral User:Soloist (2005) [CC BY-SA 3.0] vía Wikimedia Commons |
Ubicación:
Durham (Inglaterra, Reino Unido)
Fecha:
1093–1133
Estilo: Arte románico
Tipo de edificación: templo
El
románico llega a Inglaterra de la mano de los invasores.
Aunque hasta la fecha llevo 20 entradas
dedicadas al Reino Unido, ha sido para comentar libros, películas y óperas. De
las artes plásticas, solo Stonehenge lo que da una idea de lo escasamente civilizadas que estaban las islas, lo
bastante primitivos que eran, en materia constructiva, aquellos reinos sajones,…
mientras –como hemos visto– que la cultura y arte siguió floreciendo durante
los siglos oscuros en el Mediterráneo y, a trancas y barrancas, iba apareciendo
al norte de los Alpes.
Las cosas cambiaron cuando la isla de
Gran Bretaña fue, en su mayor parte, conquistada para el duque de Normandía,
Guillermo el Conquistador, en el año 1066. Entonces llegó a Inglaterra el arte,
en el estilo propio de la época, que era, como hemos visto por las últimas
entradas, el románico.
De las catedrales románicas erigidas en
suelo inglés, la más destacada es la de Durham, que es de la que vengo a hablar
hoy. Erigida en lo de una colina, en una curva muy cerrada del río Wear por
debajo, recia, se notaba en ella ese elemento de la iglesia no solo como lugar
de oración, sino también de refugio tras gruesos muros.
No es de extrañar que a las iglesias
románicas se las llamara «castillos de Dios». Hay que tener en cuenta que era
una época de inseguridad, el famoso «terror del año mil» del que habló
Focillon. La cristiandad se sentía asediada por todos los lados, y llevaba así
un tiempo, atacada a lo largo de los últimos dos siglos por vikingos,
sarracenos y húngaros.
Justo al lado tiene el castillo,
fácilmente defendible por esa posición. Hay que tener en cuenta que Durham está
muy cerca de la frontera escocesa, tierra extranjera de la que podían venir
hostilidades.
Foto aérea de la catedral de Durham, con el castillo al fondo Vik Walter de Durham (2008) [CC BY 2.0] vía Wikimedia Commons |
En el año 1080 el rey Guillermo nombró
obispo de Durham a Guillermo de San Calais, y este emprendió la construcción en
el año 1093. Ya sabéis que las catedrales medievales llevaban su tiempo, así
que se se fue acabando primero el coro (1096), luego los muros de la nave
central (1128) y la bóveda (1133)
Aquí encontramos, por primera vez, un
elemento arquitectónico original que luego tendría gran predicamento en el
gótico y estilos posteriores: la bóveda
de crucería o bóveda de ogivas, una
innovación genial para aquella época, finales del siglo X, único no solo en Inglaterra sino realmente en toda Europa. No me estoy refiriendo a añadidos de siglos posteriores, sino algo realizado en aquella época, fines del X, principios del XI. Es extraordinario.
Lo propio del románico es la bóveda de
cañón, que no es sino prolongación en el espacio de un arco de medio punto. En
la crucería, en lugar de estar uno detrás de otro, los arcos, bien de medio
punto bien ligeramente apuntados, se cruzan, creando así, en vez de una
continuidad, una bóveda por tramos. Y, además, en cada tramo, cuatro espacios
diferentes.
Nave central de la catedral Oliver-Bonjoch (2010) [CC BY-SA 3.0] vía Wikimedia Commons |
Hay una nave central más ancha y dos
laterales. Encima de las arcadas que dan paso a las naves laterales está el triforio, esa galería que da luz a tribuna.
Se ve que a las naves laterales se pasa por grandes arcos, mientras que en
triforio son arcos geminados con una columnilla entre elos. Las columnas y los
pilares alternan: unos son lisos, otros tienen elementos geométricos a modo de
adorno.
El castillo y la catedral de Durham fueron
designados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1986. En su página web, la Unesco la describe así:
Construida entre finales del siglo XI y comienzos del XII para conservar las reliquias de San Cutberto, evangelizador de Nortumbria, y las de San Beda el Venerable, la catedral de Durham es el monumento más grande y espléndido de la arquitectura normanda en Inglaterra, así como un testimonio de la importancia de las primeras comunidades monásticas benedictinas en este país. La audacia innovadora de sus bóvedas prefigura el arte gótico. Detrás de la catedral se yergue el castillo, una antigua fortaleza normanda que sirvió de residencia a los obispos-príncipes de Durham.
Aquí, un documental de unos ocho minutos,
obra de The Guardian sobre esta catedral. Está en inglés, sorry. Por lo visto, lo eligieron como el mejor edificio del Reino
Unido. Hombre, se les va un poquito la olla nacionalista al decir que quizá sea
«el mejor edificio románico de Europa». Como si, llegados a este punto, no hubiéramos
visto ya suficientes ejemplos de grandiosos edificios románicos, en Francia y
en España.
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