Citizen Kane
País: Estados Unidos
Director: Orson
Welles
Música: Bernard
Herrmann
La película
estadounidense de culto por excelencia.
Una de las obras maestras de la
Historia del Cine, de las mejores contribuciones de Hollywood al arte
cinematográfico.
El millonario Kane muere murmurando la
palabra “Rosebud”. Un periodista habla con la gente que lo conoció, en busca del
significado de esa expresión.
En sucesivos flashbacks, nos cuenta cómo fue un niño pobre que llegó de repente
a la riqueza, fue criado por un banco, se metió en el negocio de los
periódicos, tuvo un primer matrimonio con una chica de buena familia y,
después, con una cantante a la que intentó (infructuosamente) dar una carrera
como cantante de ópera. Compró compulsivamente todo el arte del mundo,
amontonándolo en un sótano, pero al final de su vida, lo que recuerda es… Rosebud.
A la crítica le asombró esta opera prima de un veinteañero sobrado,
el wunderkind estadounidense de la
época. Toda una lección de cómo se narra en este medio, siempre te fijas en la
planificación, el encuadre, en el uso de picados y contrapicados que desafiaban
la convencional frontalidad del cine de la época,…
Es de esas pelis que puedes ver una y
otra vez y siempre le descubres algo nuevo.
Boicotearon su distribución, ya que era
un retrato bastante incómodo. Se dice que eso le impidió tener éxito en taquilla.
No sé, creo que se apartaba tanto del cine de la época, que difícilmente el
público común y corriente lo habría escogido como su “película favorita”.
Orson Welles tuvo toda la libertad
posible para hacer esta película. Pero fue una oportunidad única en su vida. No
se lo perdonaron. Y el resto de su filmografía son películas excesivas e
imperfectas, que padecen escasez de medios y censuras variadas.
Una lección para la vida: demuestra lo que vales en cuanto puedas, ya que puede que no tengas más
oportunidades.
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