Objeto:
corona
Material:
oro y piedras preciosas
Fecha:
h. 500
Lugar
actual: Catedral de Monza
Época:
Arte bizantino
Una corona con mucha historia
y bastante mito
Bolonia, febrero de 1530. Los imperiales han montado una
fiestuqui de impresión, como no se vio otra en la Europa renacentista. Y eso es
decir mucho, considerando que en aquella época tenían como organizadores de ceremonias
a gente como Leonardo da Vinci.
¡Bolonia en febrero de 1530! La ciudad está toda engalanada, bulle de extranjeros, se oyen todas las lenguas; nobles de media Europa, príncipes y cardenales se reúnen para asistir al acto, unos buscando algún favor del todopoderoso emperador, otros por lealtad, algunos por mero afán de curiosidad.
(Manuel Fernández Álvarez: Carlos V. Un hombre para Europa)
Se trata de coronar a Carlos V como emperador del Sacro
Imperio. Esto de hacerse emperador exigía tres coronaciones: una en Aquisgrán como
rey de romanos –cosa que Carlos ya había hecho diez años antes– y luego otras
dos en Italia a manos del papa, como rey de lombardos y como emperador del Sacro Imperio.
Como solo habían pasado dos años del Saco de Roma, sería echar sal en la herida marchar los imperiales hasta Roma, así que el emperador y el papa quedaron en Bolonia.
Allí, el 22 de febrero de 1530, el humillado papa
Clemente VII colocó sobre Carlos la «corona de hierro» de los lombardos.
Se le llama corona de hierro, aunque no tiene ni un gramo
de esta substancia. Está realizada con una aleación de oro con un poquito de
plata, concretamente un 85 % de oro, 6 % de plata y 9 % de cobre (dicen en la wiki), y ornamentada con piedras preciosas: siete granates, siete zafiros,
cuatro amatistas y cuatro piedras de cuarzo.
La forman seis placas, unidas por bisagras. Se especula con que pudo haber otras dos placas, pues es realmente pequeña y no
cabe en la cabeza de un hombre, la puedes posar pero no encajar. También es posible que fuera una corona votiva, no elaborada para usar como diadema por nadie.
Se realizó en la época de las
invasiones germánicas y tiene todo el aspecto de ser bizantina. Hay coronas parecidas, medievales, recuperadas en la zona de Kazán. Parece que fue
elaborada en torno al año 500. Hubo una remodelación allá por el año 800 y
luego, en 1345, debiéndose su apariencia actual a esta segunda restauración.
Se cuenta, pero es algo legendario de lo que no hay prueba, que con ella se coronó Carlomagno, que lo habría
recibido de los lombardos quienes a su vez lo obtuvieron de los ostrogodos y
estos, en último término, de los bizantinos. San Ambrosio describe, en la
oración fúnebre por el rey ostrogodo Teodorico el Grande, una corona parecida.
Su
existencia solo se acredita con certeza a partir del siglo XIV, cuando fue usada en
la coronación de Enrique VII en 1312, y la primera mención documental es un
inventario del año 1352.
¿Y por qué se le llama «de hierro» si es de oro? Pues
porque en el interior tiene un círculo de plata que en el pasado creían que era
de hierro. Supongo que estuviera oscurecido, como ocurre con la plata con el
tiempo. Y a partir del siglo XVI se lanzó el cuento de que era hierro
procedente de un clavo de la cruz de Cristo. Por eso los católicos lo veneran
como una reliquia. Pero vamos, que de hierro, ná de ná, que para eso está la ciencia y la técnica.
«Nuestro amigo» Napoleón Bonaparte también recuperó esta joya
para coronarse como rey de Italia el 26 de mayo de 1805 en la catedral de Milán.
Ojo, no hay que confundir con la famosa coronación en Notre-Dame de París, de
la que hay un magnífico cuadro de Jacques-Louis David, que había ocurrido el
año anterior, en 1804.
Una cosa buena de la coronación de Carlos V en Bolonia es
que con aquella ocasión le presentaron a Tiziano y, en su segundo viaje a
Bolonia, Carlos V lo escogió para que lo pintara. Por ello debemos a su magnifico pincel varios retratos del emperador de este artista italiano y el precioso retrato de su esposa, la emperatriz Isabel de Portugal, que hizo en 1548 a partir
de otro, pues para entonces, ella ya estaba muerta. Pero eso es otra
historia, quizá la cuente algún día. Puede, no lo sé.
Como
siempre, salvo otra indicación, las imágenes proceden de Wikimedia Commons.