Objeto:
cratera / urna funeraria
Material:
aleación de bronce y estaño
Fecha:
siglo IV a. C.
Lugar
actual: Museo Arqueológico de Tesalónica (Grecia)
Época:
Arte helenístico
Esto
de las obras públicas, en según qué países, tiene que ser una pesadilla
En cuanto le metes la pala en Grecia, o en Italia, o incluso en la misma España,
puedes dar con algún resto valioso. Toca parar la obra. Llama a que lo evalúen,... retrasos (algo que ningún contratista ni político quiere),... análisis a
contrarreloj de un yacimiento que tienes que documentar mientras presionan
otros intereses para que acabe destruido…
(«Aquí podéis leer sobre el «difícil equilibrio» entre el
patrimonio, las obras públicas y la política).
A todos los santos del cielo debió bajar
el palista que, allá por 1962, en el desfiladero de Derveni, mientras excavaba en
la obra de una carretera entre Tesalónica y Kavala, fue a dar con dos tumbas de
la época clásica.
Fue todo un hallazgo, con un rico ajuar.
Lo más valioso, el papiro de Derveni,
que como se data hacia 340-320 a. C., parece ser el «libro» (o, al menos, el
escrito) más antiguo de Europa. En 2006 se descifró y resultó ser un poema
órfico.
Pero no voy a hablar de ese papiro sino
de otra pieza, una cratera con volutas.
Una cratera (o crátera) es un tipo de vaso griego en el que se mezclaba el vino
con el agua para consumo humano. Si los bravos helenos de la Antigüedad no
podían beber el vino puro, ya me imagino que sería un poco basto.
Y lo de las volutas es por esas asas que sobresalen de la boca del jarro y
tienen forma de espiral.
Sirvió de urna funeraria, porque en su interior se encontraron los restos
calcinados de huesos.
La maravilla es que, realizada con una aleación de bronce, y un 15 % de
estaño, bien labrado y pulido, logra brillar como si fuera de oro. Algunos
detalles decorativos se realizaron con metales preciosos como la plata.
Es una pieza que pesa los 40 kilos y
resulta realmente excepcional que se
conserven piezas tan grandes de la metalurgia clásica. Las hojas de metal se
martillearon y unieron, mientras que las asas y las volutas se fundieron aparte
y luego se unieron a la cratera.
¿Qué se puede ver, si nos fijamos en las
figuras y elementos que hay representados? Pues bien, en la parte de arriba tenemos
elementos decorativos como guirnaldas u hojas de acanto. También hay un friso
de animales y cuatro figuras que se corresponden con el dios Dionisos, dos
ménades y un sátiro durmiendo. En lo que sería la panza del vaso hay otro friso
dedicado a Ariadna y Dionisos y lo que se denomina tíaso (θίασος) o sea, la comitiva extática de Dioniso: básicamente,
un grupo de juerguistas borrachos.
Se conoce el nombre del aristócrata al
que pertenecieron las cenizas de su interior, porque su nombre está en una
inscripción: Astiouneios, hijo de
Anaxágoras, de Larisa.
Cuando pienso en el hombre y la mujer
allí contenidos, en un vaso que exaltaba
la vida, la sensualidad, el placer de la ebriedad, la danza,… pienso que
debieron gozar de su paso por la tierra. Y que la mejor manera de honrarlos fue
enterrándolos en una cratera en la que debieron mezclar muchos y ricos vinos a
lo largo de los años.
La verdad es que no se sabe ni la fecha ni el lugar donde este vaso se elaboró. En
la Wikipedia (que sigo en lo esencial para este artículo) te dan diferentes hipótesis: según la más antigua, se habría hecho
en Atenas alrededor del año 370 a. C.; otros dicen que es de Tesalia, un poco
más tarde (hacia el 350 a. C.); y, finalmente, no falta quien lo relaciona con
la corte de Alejandro Magno, con lo que la datación se adelanta hasta el
período 330 y 320 a. C.
Como
siempre, salvo otra indicación, las imágenes proceden de Wikimedia Commons.
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