Lotte Lehmann en la portada
de la
revista Time 18 de febrero de 1935
Via Wikimedia Commons |
Estreno: Dresde, 26 de enero de 1911
Compositor: Richard Strauss
Libreto en alemán: H. von Hofmannstahl
Tal
día como hoy se estrenó, en el Hofoper de Dresde, esta comedia un poco
decadente.
De las óperas de Richard
Strauss, compositor de la primera mitad del siglo XX, posiblemente esta sea la
más asequible. Intenta recuperar un poco el ambiente de un Mozart aunque
obviamente la música no es dieciochesca.
La protagonista, inmenso
personaje femenino, es la Mariscala, la cual tiene un amante más joven que
ella, Octavio (él 17 y ella 32). Él le profesa su amor, pero ella sabe mejor
que nadie la fugacidad de la vida y se teme que Octavio acabe encontrando a una
chica de su edad con la que casarse. Que es justo lo que pasa cuando se enamora
de Sofía, algo que la Mariscala sabe aceptar con naturalidad, habida cuenta de
que su matrimonio concertado con alguien mucho mayor no fue nada feliz. Pero a
Sofía la pretende el barón Ochs, candidato aprobado por sus padres. Así que
hará falta algo de ingenio para que los dos jóvenes enamorados puedan acabar
juntos.
La música es un continuo
de la voz con la orquesta, de manera que no es fácil encontrar números cerrados
a la manera de la ópera anterior: esta aria o aquel dúo. Todo, la voz y la orquesta,
se van enlazando, con melodías encantadoras. Tiene sus momentos de humor, y da
mucho juego el personaje del joven enamorado, Octavio, que suele interpretar
una señora, y que es un “papel con pantalones” de lo más ambiguo, porque hay
varios momentos de la trama en los que se hace pasar por doncella, o sea, una
cantante interpretando un papel masculino que se hace pasar por chica en
algunos momentos, llamando con eso la atención del libidinoso barón Ochs que es
a su vez el pretendiente de la muchacha enamorada de Octavio. Un lío.
Luego hay otros momentos
de melancolía sobre el paso del tiempo, a cargo principalmente de la Mariscala.
Con un refinamiento tal que hay muchos que la consideran la obra maestra del
compositor, al menos en el género operístico. Las otras, como Salomé o Elektra, de las que espero hablar aquí algún día son más droga
dura, más intensas.
Una ópera preciosa, la
verdad, que quizá sus tres horas y algo se pueden hacer algo largas si no la
interpretan con chispa o si no puedes seguir bien los matices de la historia y
lo que canturrean los personajes.
¿Qué momentos destacan de
la ópera? Del acto I, la irónica aria “italiana” Di rigori armato il seno. Del acto II, el dúo entre Octavio y Sofía
Mir ist die Ehre widerfahren “En mi vida
he recibido el honor”. Y, por último, el final del acto III, con su trío Hab’ mir’s gelobt “Me prometo”, cuando los
jóvenes enamorados tienen su final feliz y la Mariscala comprende que todo ha
acabado.
En You Tube hay una
representación de esta ópera en el Covent Garden, del director John
Schlesinger, que celebraba el 25.º aniversario del espectacular debut de Sir
Georg Solti en el Covent Garden, con la encantadora Kiri Te Kanawa
representando por primera vez a la Mariscala en Londres.
La grabación
recomendada de esta ópera es la dirigida por Karajan en 1956, con la orquesta y
coro Philharmonia y los siguientes (y excepcionales) solistas: Elisabeth
Schwarzkopf, Otto Edelmann, Christa Ludwig, Teresa Stich-Randall, Eberhard
Wächter y Nicolai Gedda. Me parece difícil conseguir mejor elenco, la verdad.
Para saber más,
la wikipedia. En Kareol
tenemos como de costumbre sinopsis, lista de grabaciones escogidas y el libreto
en alemán y español.
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