Antiguos molinos hidráulicos de Shushtar
Por Alireza Shakernia [CC BY-SA 3.0]
Via Wikimedia Commons
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Tipo de construcción: sistema
hidráulico
Época: siglo V a. C.
Lugar: provincia de Juzestán, Irán
Porque no sólo de tumbas
y palacios vive el hombre.
El agua es esencial, lo era hace miles de años y sigue
siéndolo en la actualidad, cuando consumimos más que nunca. Las civilizaciones
nacen y mueren en torno al agua, y no comprender la importancia de este elemento
geoestratégico sólo puede provocar que gobernantes corruptos acaben
privatizándolo en interés de las grandes compañías de alimentación.
Por eso, para el cierre de esta breve visita a Irán, me parece esencial
llamar la atención sobre cómo resolvían estas civilizaciones de la Antigüedad
la esencial necesidad de agua. Los egipcios tenían al Nilo, los mesopotámicos
(que significativamente es la “tierra entre dos ríos”) al Éufrates y al Tigris,
en la India estaba el Indo y otros grandes ríos que nacen en el Himalaya, y
cómo olvidarse de los grandes ríos de China, el Azul y el Amarillo. Pero, ¿y
las mesetas iraníes, sus montañas y sus desiertos? Allí no hay grandes ríos que
se puedan asemejar. ¿De dónde tomaban su agua los aqueménidas, los partos, los
sasánidas?
Aquí entra en funcionamiento el ingenio humano, la
ingeniería hidráulica como prodigio en el que la creatividad y la técnica se
ponen al servicio de la sociedad.
Primero, y a esto se refiere sobre todo el lugar que
visitamos hoy, aprovechaban al máximo las posibilidades de sus ríos, aunque no
fueran tan caudalosos como los grandes ríos de Asia. Segundo, ante la
insuficiencia de los ríos, desarrollaron en Persia, durante el I milenio a. C.,
unas construcciones esenciales en las zonas desérticas o semidesérticas llamadas
qanats, que captaban agua
subterránea y la sacaban al exterior.
El sistema hidráulico histórico de Shushtar (en persa, سازههای آبی شوشتر) es Patrimonio de la Humanidad, y
en su página web,
la Unesco lo describe así:
Puentes, presas, canales, construcciones y molinos de agua del pasado y el presente, inscrito como obra maestra del ingenio creativo, se remonta a los tiempos de Darío el Grande (siglo V a.C.) con la creación de dos canales principales de desviación de las aguas del río Kârun. Uno de ellos, el canal de Gargar, todavía abastece de agua a la ciudad de Shushtar, atravesando toda una red de túneles y haciendo funcionar un conjunto de molinos hidráulicos. Desde un farallón espectacular, el agua cae en cascada hacia un estanque situado en la parte baja, antes de entrar en la llanura situada al sur de la ciudad donde riega un terreno de 40.000 hectáreas de campos y huertos de árboles frutales conocido por el nombre de Mianâb (el Paraíso). El sitio comprende también un conjunto de construcciones notables como el castillo de Salâsel, centro de control de todo el sistema hidráulico, la torre de Kolâh-Farangi, que mide el nivel del agua, y toda una serie de presas, puentes estanques y molinos hidráulicos. Este sitio es un testimonio del saber teórico y práctico de los antiguos elamitas y los pueblos mesopotámicos, de los conocimientos técnicos de la civilización nabatea posterior y de la influencia de la ingeniería civil del Imperio Romano.
Como siempre, para saber más, podéis empezar por la wikipedia,
con el artículo dedicado a este lugar. En inglés, hay artículo sobre Shushtar en Destination Iran.
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