Portada de la primera edición
de la
Partitura para piano de la
ópera
Autor: Adolfo Hohenstein (1899)
[Dominio público], via
Wikimedia Commons
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Tosca
Tal
día como hoy se estrenó, en el Teatro Costanzi de Roma, la que yo llamo “ópera
de suspense”: hay pasión, crimen, misterio, tortura, y nunca se sabe qué es lo
que va a ir mal en la representación.
Suele decirse que una
historia de suspense es tan buena como lo sea el villano de la historia. Si
esto es así (y yo estoy convencida de que sí) esta ópera es una de las mejores
intrigas que puedes ver en el escenario, porque Scarpia es fuerte, enorme,
voluptuoso, cruel, retorcido, uno delante del cual "tiembla toda Roma", todo lo que piensas que debe ser un malo y más.
Más una voz de barítono
de esas que abrigan más que una manta zamorana, quiero decir.
O sea, con el repulsivo atractivo de la serpiente.
Si no eres aficionado a la ópera y alguna vez quieres probar, esta es una excelente opción. Es entretenida, excesiva,
apasionada, y si no sabes el argumento, hasta la puedes ver como una peli de
suspense, sorprendiéndote con los giros de la historia.
La protagonista es Tosca, una actriz
de teatro. No es muy virtuosa, pero siempre reza a la Virgen cuando hay que
hacerlo, y ama celosamente a su amante Mario. Scarpia, el jefe de
policía, la desea intensamente, tanto que hasta reniega de Dios por ello. Detiene
a Mario, lo tortura, y acabará extorsionando a Tosca: tendrá que acostarse con
él para salvar la vida de Mario. Por si alguien no conoce la historia, no les
cuento como sigue.
Y todo ello, en el marco
de las guerras napoleónicas. Aquí se ve lo que tantas veces falta en las
novelas románticas, escritas desde el punto de vista de los intereses de Inglaterra.
Napoleón, para muchos lugares del resto de Europa, fue más bien un liberador.
Para los republicanos romanos, oprimidos por el papado y también para el resto
de Italia, dominada por austríacos o borbones, Napoleón, en 1800, representaba un
soplo de libertad. Eso se refleja en esta ópera.
Son dos horas que se ven
en un suspiro. Con un montonazo de momentos absolutamente gloriosos. De ellos
voy a destacar, lógico, uno por cada uno de los personajes.
Del malo malote, Tre sbirri, una carrozza,…, que canta al
final del acto I, cuando se regodea, sueña con Tosca, mientras las campanas le
engañan con una supuesta victoria frente a Napoleón. Su mundo está en peligro
pero él sólo tiene ojos para esa mujer a la que desea más que nada.
De nuestra heroína, Visi d’arte, en el acto II, que expresa
toda su tortura mental porque tiene que elegir: a su novio lo torturan, el malo
le exige sexo, y ella sólo piensa “pero ¿qué he hecho yo para merecer esto?”.
Pues nada, rica, ser mujer en una sociedad patriarcal, objeto de los juegos de
los hombres, y rara vez sujeto de tu propio destino.
Y finalmente, cómo no, el
adiós a la vida de Mario (E lucevan le
stelle), un aria intensa, desesperada, en plan “no me quiero morir, la vida
es bella, y nunca la había amado más”.
Son arias muy facilitas
de encontrar si las pones en internet.
En You Tube podemos ver
una joya auténtica, el acto II, con Scarpia de Tito Gobbi y Maria Callas de
Tosca. Es el Covent Garden, 1964, puesta en escena de Franco Zefirelli. Uno de
esos momentos históricos de la ópera en las que habría adorado estar.
Irrepetible. Y al que no se le pongan los vellos de punta, es que no tiene sangre en las venas.
Así que como
podéis sospechar, para mí no hay otra Tosca que Maria Callas. Cómo explicarlo.
A ver. No tenía la voz más bonita del mundo, aunque su técnica era estupenda.
Pero esto no es cosa de técnica o timbre, no, esto va de que era una actriz
fantástica, que transmitía todas las emociones de los personajes de una manera
gloriosa. Actriz a la manera operística, claro, para que te vean desde la última fila. Eso se ve en la película que hizo con Pasolini, una Medea en la que no
cantaba, “sólo” era actriz, pero, ¡guau! O sea. Llegabas a entender los motivos de un mito tan odioso. Im-pre-sio-nan-te.
Así que no puedo recomendar otra grabación que la dirigida por De Sabata en 1953, con Callas de Tosca,
Giuseppe Di Stefano como Mario Cavaradossi y Tito Gobbi (inmenso) como Scarpia,
la orquesta y el coro son de La Scala de Milán. Para la EMI.
Para saber más,
la wikipedia. En Kareol tenemos como de costumbre sinopsis, lista de grabaciones escogidas
y el libreto en italiano y español.
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