martes, 16 de octubre de 2018

#40 L’Anse aux Meadows

Recreación moderna del asentamiento
Por Dylan Kereluk (2003)
[CC BY-SA 2.0], vía Wikimedia Commons




Tipo de construcción: yacimiento arqueológico
Época: siglo XI
Lugar: Terranova, Canadá

Restos de un asentamiento vikingo en América del Norte

En el año 800, a Carlomagno lo coronaron emperador en Roma. Parecía que su intento de unificar Occidente, reviviendo las glorias del imperio romano, podría ser duradero, pero el imperio carolingio pronto perdió fuelle, amenazado por todos los lados.

Desde mediados del siglo IX y durante todo el siglo X, varios fueron los pueblos que amenazaron la Europa Occidental cristiana: húngaros por el este, sarracenos por el Mediterráneo y, en las costas atlánticas, los hombres del norte.

Daneses y noruegos asaltaban las rutas comerciales, aparecían de repente en monasterios, pueblos y ciudades,... asaltaban, robaban, se llevaban esclavos y botín, y desaparecían después de causar estragos. Una primera fase era más de razias y asaltos, posteriormente empezaron los asentamientos como en las islas Británicas o en lo que hoy es Normandía. En el sur, un lugar donde había entidades políticas más fuertes y sólidas, no pasaron realmente a esa fase de conquista o instauración de nuevos estados o señoríos. (La invasión normanda de Sicilia es algo un poco más tardío, y ya eran vikingos cristianizados).

Lo que sí hicieron, en toda esa parte norte de Europa, fue revitalizar el comercio: los varegos por lo que hoy es Rusia, por ejemplo.

Se han dado diversas explicaciones a este surgir repentino de los hombres del Norte por las costas europeas, que si cambios climáticos, o exceso de población, o llámalo X. Muy atractiva es la hipótesis del historiador francés Lucien Musset, quien considera que «el deseo de ascenso social y la búsqueda de hazañas guerreras y patrimonios familiares, fueron los estímulos más poderosos» (Heers (1984): Historia de la Edad Media, pág. 61).

Cuento todo esto para entender un poco mejor quiénes eran esos pueblos aventureros, saqueadores y bastante primitivos, que con sus rápidos barcos consiguieron expandirse por otros lados y que consiguieron atravesar el Atlántico hasta llegar a Terranova.

Este asentamiento canadiense de L’Anse aux Meadows data de finales de esta época de expansión vikinga. No llegaron directamente de Escandinavia, sino que son gentes que llegaron a Islandia, de ahí a Groenlandia y después a Terranova en torno al año 1000. Estuvieron unos pocos años, no más de tres o cuatro y después, no se sabe si por la hostilidad de los indígenas americanos, o porque no se acababan de acomodar, se volvieron por donde vinieron.

Esta brevísima ocupación explica que el yacimiento arqueológico, en sí, no tenga gran cosa: restos de unos ocho edificios, que se dedicaron a viviendas y almacenes, además de una forja y un aserradero.

Para que los visitantes se hagan a la idea de cómo era aquello, han realizado una reconstrucción de cómo era un poblado nórdico.

El «Sitio histórico nacional de L’Anse aux Meadows» está incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1978, siendo uno de los primeros en inscribirse (n.º 4), y en su página web lo describe de la siguiente manera:

Situado en el extremo de la Gran Península del Norte de la isla de Terranova, este parque alberga los vestigios de un asentamiento vikingo del siglo XI, que prueban una primera presencia de los europeos en el continente americano desde esa época. Las excavaciones han puesto al descubierto vestigios de edificios construidos con terrones de turba y armazones de madera, análogos a los encontrados en Groenlandia e Islandia.

Como siempre, para saber más, podéis empezar por la Wikipedia.

Puedes leer más en la página web Turismo y Viajes.

Aquí, un vídeo de casi diez minutos de un par de turistas (está en inglés) en este sitio, donde se ve lo desolado del paraje y el frío, la lluvia, en fin… Te haces una idea muy buena y sin moverte de tu calentita casa.



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