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Le
salaire de la peur
Año: 1953
País: Francia
Dirección: Henri-Georges Clouzot
Música: Georges Auric
¡Es domingo, toca ir al cine! ¿Qué os traigo hoy? Pues de nuevo un clásico del cine francés, suspense angustioso bastante
nihilista
Este clásico del cine francés es anterior a la nouvelle vogue, así que cuando salió, ni los antiguos ni los modernos lo acogieron como una obra de las suyas. El tiempo, que pone todo en su sitio, ha revalorizado esta historia, y actualmente podría considerarse película de esas que llaman «de culto».
Se la recuerda sobre todo por la parte de suspense, cómo consigue tenerte en vilo durante toda la segunda mitad de la película. Llega a ser casi insoportable esa tensión constante. Hay más suspense en el mundo cinematográfico que el del Hitchcock.
Es una de esas
películas angustiosas, en las que sabes que va a pasar algo malo y estás todo
el rato esperando que pase. Si fuera una americana te puede quedar la esperanza
de un final feliz, pero es francesa, así que muchas cosas pueden ir mal. De hecho, todo puede ir mal. De ahí el punto cínico y nihilista de la historia. Hasta absurdo en su desgracia, sin sentido, sin más lógica que la vida es así.
Os cuento de qué va. En un país ficticio de
Hispanoamérica hay una localidad, Las Piedras, bastante miserable. Allí han ido
a parar, arrastrados por la resaca de la guerra, toda una serie de expatriados
europeos, italianos, franceses, etc. Gente que malvive, a salto de mata.
Durante casi una hora, te describen cómo es aquella existencia entre los foráneos y los locales. La única fuente de riqueza que
es el petróleo que explota una compañía estadounidense. Esta
parte se te puede hacer un poco larga, lo reconozco.
Además, es una de las pocas veces en las que el
doblaje mejora la película. Hay distintos idiomas, francés, italiano, inglés,
según qué personaje habla. Pero lo insufrible es el supuesto español de los
personajes que se supone que son nativos. De verdad.
Véra Clouzot, que interpreta al único personaje femenino
de cierta relevancia, es una actriz brasileña guapísima y sexi (es memorable su
primera escena, con una camiseta a rayas sin sujetador debajo), pero más mala
que la quina. No me extraña que solo trabajara con su marido. Cuando habla en español te rechina todo. Ello no quita que su personaje resulte bastante tremendo, porque la chulean y maltratan cosa mala, a la pobre.
Pero no es solo ella, también los secundarios parecen muchas veces actores aficionados, casi todo suena falso.
Una vez que superas esa primera hora, más o menos, llegas
al meollo de la película. Y ahí se vuelve inmensa. Resulta que cuatro de esos desesperados aceptan
transportar nitroglicerina, a cambio de un buen dinero. Claro, porque es
peligrosísimo: lo más probable es que estalle por el camino, y al final ninguno llegue.
Toda esta parte es lo mejor de la película, memorable. Esos
cuatro actores magníficos que se suben a dos camiones y emprenden una carretera
al infierno. Les pasará de todo. Especialmente destaca la pareja interpretada
por Yves Montand y Charles Vanel. El primero, un tipo bueno para nada, se
crece, y saca lo peor y lo mejor de sí en el camino. El otro, que parecía un matón, un tipo
duro, se va descomponiendo conforme el miedo hace presa de él.
La forma, por supuesto, es magnífica. La
fotografía en blanco y negro, los encuadres, la composición de cada escena, las
luces y las sombras… Casi en cada momento hay una fotografía que podrías tener
en tu casa, un embellecimiento de la miseria que recuerda a las imágenes de Sebastião
Salgado.
Las imágenes de Montand y Vanel con los rostros sucios, en el camión, casi al final, son simplemente increíbles. Se te quedan grabadas.
Si te gusta el cine, me parece una película
imprescindible. Si te van simplemente las pelis, la primera parte te resultará
muy lenta; ahora, la segunda es totalmente aventurera y te tendrá con el
corazón en un puño.
En el festival de Cannes de 1953, tuvo el Gran Premio y Charles Vanel obtuvo una mención especial al mejor actor. La película tuvo también el Oso de Oro en
el Festival de Berlín y fue elegida mejor película en los Premios BAFTA de
1954.
Como curiosidad diré que en España se estrenó cortada, por lo que algunas escenas simplemente aquí no se vieron. Por tema sexual, sobre todo. Lo llamativo es que en EE. UU. también se cortaron otras cosas, más por el talante político.
Podéis leer más en la Wikipedia, Film Affinity,
o la Internet Movie Data Base.
Si la veis, luego podéis atender al coloquio que hicieron en «¡Qué grande es el cine!» en el año 2003, creo. Son varios cortes, pero va enlazando You Tube una parte con otra, sin problema.
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