Fachada occidental (izda.) y meridional (drcha.) Por LBM1948 (2010) [[CC BY], vía Wikimedia Commons |
Ubicación:
León (Castilla y León, España)
Fecha:
1205 – 1301
Estilo: Arte gótico
Tipo de edificación: religioso
Mi
catedral gótica favorita
España es un país lleno
de edificios históricos y artísticamente alucinantes. ¿Cuán de ellos fue el
primero en ser declarado oficialmente «monumento»? Pues esta catedral, por Real
Orden de 28 de agosto de 1844.
Claro que entonces la
edificación estaba un poquito tocada. Había que restaurarla, y
se lo encargaron a un arquitecto primero y luego a otro que, pobrecicos, aparte
de desmontar partes, no parece que supieran después como reconstruir.
Hasta que, en 1868, se lo
encargaron al arquitecto Juan de Madrazo (1829-1880), amigo de Viollet-le-Duc.
Conocía el gótico francés, y cómo se construía. Así que se dedicó a poner
cimbras y reconstruir arcos y bóvedas en lo que fue la culminación del «neogótico».
Seguía las tendencias racionalistas del arquitecto francés, frente a lo que era
un historicismo más bien romántico. A pesar de su buen hacer, acabaron cesándolo, por aquello de que era al parecer ateo y el ambiente político y social había cambiado.
A esta catedral la llama Pulchra leonina, es decir, la «bella
leonesa», nombre que ya te pone de manifiesto que si entras en este templo
encontrarán ante todo, armonía, belleza.
Hará un par de años que
la visité por última vez. Era invierno, diciembre, y hacía el típico tiempo
leonés, ni frío ni calor: 0 º a las doce del mediodía. Envuelta en nieblas y
frío resplandecía con esa belleza diamantina, en una experiencia que fue
inolvidable.
Esta catedral la empezó
en 1205 Alfonso IX de León, pero la obra sufrió un parón y fue reanudada por su
nieto, Alfonso X el Sabio.
El origen de la ciudad de
León es romano, como asentamiento de la legión VII Gémina Pía Félix. La propia
catedral se asienta sobre lo que en aquella época eran unas termas. León es en
cierto modo un cruce de caminos, porque aparte de ser un hito en Camino de
Santiago, esa gran ruta que he mencionado aquí unas cuantas veces, a ella
llegaba, desde el sur, la vía de la Plata.
Pertenece al estilo
gótico y, dentro de él, a la fase clásica, como otras catedrales que ya he
mencionado aquí, la francesa de Reims o la española de Burgos.
Planta de la catedral El claustro es posterior Por Gerardo Rosa Grosasm (2008) [Dominio público] Vía Wikimedia Comons |
Para lo que era una
construcción en aquella época, se terminó –en lo esencial– pronto. Esto permitió
que hubiese una gran coherencia en el estilo, siendo la más armoniosa de las
catedrales españolas. Yo creo que es eso por lo que me gusta, porque se adapta
a mi gusto un poco cuadriculado de que todo tiene que seguir las pautas
marcadas en la ficha: un edificio gótico es así; y me perturban los añadidos y
pegotes posteriores.
Incluso las obras
posteriores respetaron el plan precedente. El claustro y la torre norte se
terminaron en el siglo XIV, la sur en el XV. También es verdad que la restauración
del siglo XIX cambió algunas cosas, como por ejemplo, montó un hastial
neogótico en lo alto de la fachada occidental, que sustituyó el remate
plateresco del siglo XVI.
Se construyó en el mismo
siglo que las grandes catedrales de la Isla de Francia (Chartres, Reims,
Amiens). Por ello no es de extrañar que siga con tanta fidelidad ese modelo,
particularmente el de Reims. Es, sin embargo, más corta, ya que la catedral de
León mide 90 metros de largo cuando la de Reims, si os acordáis, alcanza los 138
m. Por lo que se refiere a la altura, también es un poco más baja: 30 m,
mientras que Reims se alza hasta los 38 m.
Se le ha llegado a llamar
«la más francesa de las catedrales españolas».
En la propia planta ya se
ve esta influencia francesa. Es una iglesia con planta de cruz latina, de tres
naves, y con anchura en el crucero y el presbiterio. La girola es
bastante amplia, lo que resulta propio de los edificios del Camino de Santiago, para
permitir la circulación de peregrinos. A su alrededor hay hasta nueve capillas
de forma hexagonal.
Fachada occidental Por Luis-Miguel Bugallo Sánchez [CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons |
La fachada también te
muestra ese modelo francés, con tres portadas y rosetón central, como la de
Reims. Eso sí, aquí no se pudieron rosetones en el tímpano, sino que continuó
dedicándose ese espacio a la escultura. En el centro de la fachada occidental,
sigue tratándose el tema clásico del Juicio Final. Sobre el parteluz, una
imagen de la Virgen Blanca, lógico en un templo dedicado a Santa María. La que
se ve ahora en el exterior es una reproducción: la original se encuentra en la
Capilla de la Virgen Blanca, marcada con el n.º 19 en el plano superior.
Se considera que el
arquitecto que trazó las líneas de esta catedral fue francés, conocido por
varios nombres como maestro Enríque, Enríquez
o Enrique Francés, quien trabajó
también en la de Burgos.
Si por algo destaca esta
catedral entre todas las españolas de la época es por sus maravillosas
vidrieras. En época gótica, las imágenes se encuentran en cuatro soportes:
muros, tabla, miniaturas en libros y vidrieras. Pues bien, en España esta
última forma está poco representada, siendo la notable excepción esta catedral
de León.
En esto supera al
modelo de Reims y se acerca más a los logros de una Santa Capilla de París o a
la catedral de Chartres. Se conservan la mayor parte de las vidrieras
originales y es realmente uno de los edificios con más vidrieras por metro
cuadrado que puedas encontrarte.
La vidriera era más
frecuente en lugares sombríos como el norte de Francia o Inglaterra. Allí era
preciso aprovechar la posibilidad técnica de vaciar el muro para que entrara
más luz en el templo. Aquí no hace tanta falta, por eso en España e Italia el
gótico es tan peculiar: no se necesita tanta altura ni diafanidad.
Es habitual en las
vidrieras que haya rojos y azules. Este último color es el que predomina en
León. Pero también introducen el cromatismo mediterráneo, recurriendo a una
gama de otros tonos más claros, como el verde o el amarillo.
Y, ¿qué se puede ver
representado en estas vidrieras?
Pues la cosa es que está
bien meditado el asunto. Aquí no es que cada artista vaya componiendo las escenas que le
den la gana, no: había una creencia propia de la época sobre cómo se dividía el
mundo y así había que representarlo.
En la parte inferior encontramos lo más elemental: el mundo vegetal y el trabajo de los hombres
comunes y corrientes.
Las vidrieras del triforio central están dedicadas al
hombre noble. Hallamos ahí escudos heráldicos y figuras profanas.
La parte superior, el claristorio, se dedica a lo más
elevado, la divinidad, la historia sagrada. Pero también aquí hay un orden: en
el frío lado septentrional están representadas escenas del Antiguo Testamento y
en el opuesto, el cálido meridión, del Nuevo. Daos cuenta que esto alude sutilmente al hecho de que así representaban el hecho de que los personajes veterotestamentarios no habían recibido aún la luz de Cristo porque en este hemisferio, al norte se recibe menos luz.
Para saber más de esta
edificación, como siempre, tenemos la Wikipedia, con un artículo bastante detallado. El Auriga del Arte le dedicó dos vídeos; os dejo enlace al vídeo de unos nueve minutos sobre el maravilloso interior.
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