domingo, 19 de abril de 2020

#39 Catedral de Reims

Fachada occidental
Por Michal Osmenda (2012)
[CC BY 2.0], vía Wikimedia Commons




                       
Ubicación: Reims (región de Gran Este, Francia)
Fecha: 1211 – 1275
Estilo: Arte gótico
Tipo de edificación: religioso




En Reims coronaban a los reyes de Francia, donde bautizaron a Clodoveo

Reims fue la Durocortorum de los romanos. Donde hubo unas termas se construyó después una iglesia. Aquí se supone que se bautizó a Clodoveo, rey de los francos, y se consagró el emperador carolingio Ludovico Pío. Así que no es de extrañar que cuando Enrique I buscaba darse lustre, siendo como era en la práctica rey de un territorio diminuto (se le llamaba «rey de París») decidió que lo coronasen como rex designatus en Reims. Era el 14 de mayo de 1027. Le cogió gusto y acabó casándose allí, en 1051, con Ana de Kiev.

Así se instituyó una tradición que duró hasta el 28 de mayo de 1825, cuando coronaron aquí al último rey borbón de Francia, Carlos X. Sería también la última coronación.

Obviamente, ni Clodoveo ni Enrique I se coronaron literalmente en esta catedral, sino en la catedral carolingia que resultó destruida por un incendio el día de San Juan ante la Puerta Latina del año 1210. Fue entonces cuando Aubry de Humbert, arzobispo de Reims, decidió levantar una catedral nueva siguiendo el modelo de Chartres, pero perfeccionándolo.

Por lo tanto, aunque no es la primera catedral gótica de estilo clásico, sí que es el más acabado ejemplo del estilo. Tardó relativamente poco en construirse, entre el siglo XIII y el XV, y esto ha servido para que el estilo sea bastante homogéneo, sin pegotes. Se sabe el nombre de los arquitectos que fueron sucediéndose en la construcción: Jean de Orbais, Jean-le-Loup, Gaucher de Reims y Bernard de Soissons

Es una iglesia con planta de cruz latina y tres naves. La central, más alta que las laterales. Es un edificio un poco más largo que el de Chartres (138 metros de largo, frente a los 130 m de Chartres); la altura de ambas catedrales es más o menos la misma (38 m Reims, 37 m Chartres).
 
Planta de la catedral
Se señala la ubicación del laberinto

Los muros están ocupados por muchos vanos con vidrieras. Como no pueden sostener el peso de las bóvedas, los arquitectos góticos recurrían a arbotantes que cargaban con él. Aquí no se oculta el arbotante, sino que queda al aire, como si fuera un adorno más. 

Vidrieras y arbotantes son, junto al arco ojival, los elementos más reconocibles de la arquitectura gótica clásica.


La fachada occidental

Destaco la fachada occidental porque se la considera la más perfecta dentro de este estilo. En conjunto, transmite esa tendencia hacia lo alto, que se suele asociar a la espiritualidad.

Parece una fachada idéntica a otras que hemos visto: tres cuerpos, tres calles, tres grandes portadas que se corresponden con cada una de las tres naves. En cada una de las tres entradas, hay un tímpano enmarcado por arquivoltas, jambas a los lados, y un parteluz. Lo visto, ¿no?

Sin embargo, si nos fijamos bien, hay cosas muy particulares en esta iglesia. En vez de esculpir figuras o escenas en cada tímpano, le plantan un rosetón. Y luego, encima, le ponen un gablete. En ese gablete central se ve una Coronación de la Virgen
Escena de «La coronación de la Virgen», en el gablete central
Por Tony Bowden (2011)
[CC BY-SA 2.0], vía Wikimedia Commons
Y es que la portada central está dedicada sobre todo a María, la madre de Jesús, como es propio de una catedral dedicada a Nuestra Señora (Notre-Dame). Por ejemplo, hay una escena de la Visitación de la que hablaré luego.
 
Rosetón de la fachada
Por Fab5669 (2013)
[BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons

Un rosetón domina el centro de la fachada. Por encima, se alinean una serie de figuras en hornacinas. Y, a ambos lados, se alzan dos macizas torres que, al parecer, nunca se finalizaron.

El rosetón se ha construido utilizando un sistema llamado tracería de barras, que en Reims se utilizó primero en la parte del claristorio o del coro (no sé cual de las dos, porque lo he visto referido a ambas). En este tipo de tracería, las piezas de piedra son más pequeñas y tienen por dentro varillas de metal que une unas a otras. De esta manera se consiguen figuras más delicadas.

Anteriormente, en el gótico, como se puede ver por ejemplo en Chartres, se usaba la tracería geométrica o de placa, que necesitaba piezas pétreas más gruesas que conectaban a la pared o estaban integradas en los muros circundantes.

Gracias al sistema de barras se crearon figuras más curvadas y elegantes, lo que daría lugar a los intrincados dibujos del gótico flamígero, en época posterior. Además, técnicamente, suponía una mejora en dos sentidos: se manejaba mejor y resultaba más económico.



Las esculturas de las portadas

En la catedral de Reims es más evidente que nunca ese rasgo de la escultura medieval de estar al servicio de la arquitectura, especialmente en las grandes portadas. Proliferan las esculturas por todas partes, hasta el punto de que, quien las ha contado, dice que es la catedral gótica que más tiene, después de Chartres.
 
Portal central de la fachada occidental
Poudou99 (2013)
[CC BY-SA 4.0], vía Wikimedia Commons

Las esculturas lo inundan todo: el parteluz entre las puertas, el dintel, las jambas, las arquivoltas, y los gabletes. Suele decirse que es en Reims donde la escultura gótica alcanza su plena madurez, de una calidad irrepetible.

Estas figuras, sobre todo las de las jambas, no son rígidas, sino que se mueven, se relacionan unas con otras, los paños presentan unas características ondas o arrugas. Parece que van a cobrar vida, se miran y se relacionan entre ellas y con los fieles que acuden a la catedral.

He visto fechas diferentes para estas esculturas del pórtico central: entre 1220 y 1240 o hasta 1260. También es verdad que no resulta tan homogénea como, por ejemplo, Amiens: se nota en Reims la mano de diferentes artistas y estilo escultórico

Algo maravilloso que se puede ver aquí es esa dualidad del arte europeo occidental entre lo realista y expresivo (característico del centro del continente) y lo idealizado y armonioso (el clasicismo mediterráneo). Y es que prácticamente toda obra de arte de Europa occidental puedes clasificarla dentro de una de esas dos tendencias: lo que podrías considerar un clasicismo de raigambre helenística y un expresionismo más norteño. Pues bien, esta combinación de tendencias se ve también en la escultura gótica, y Reims no es una excepción.

Detalle del Ángel de la Sonrisa
Por Vassil (2007)
[Dominio público]
Vía Wikimedia Commons

         Tomemos, por ejemplo, la más famosa de las esculturas: el Ángel de la Sonrisa, que se ha datado del período 1236-1245. 

En realidad, hay más ángeles sonrientes en las portadas de Reims, pero este en particular fue bautizado así en la Primera Guerra Mundial. 

Aquí se ve ese naturalismo, un aire algo soñador, con una expresividad muy centroeuropea que se desarrollará en la escultura gótica posterior. Un ejemplo de esta tendencia centroeuropea lo vimos ya en la famosa Uta de Naumburgo, una de mis esculturas favoritas ever y coetánea de estas (1243-1249).

Vámonos ahora a ver otro ángel sonriente que, dos esculturas más acá, tiene una Visitación de la Virgen.

Este otro fragmento de la portada se data de 1230-1260. 

A la izquierda se ven dos ángeles. El de la izquierda de todo, un ángel sonriente muy centroeuropeo. 

Las dos figuras de la derecha constituyen una Visitación. En ellas, sobre todo la segunda por la derecha, se nota un clasicismo casi griego, en la pose, la expresión hierática, la armonía de los paños.
La Visitación, por Szeder László (2007)
[CC BY-SA 4.0], vía Wikimedia Commons

Interior


Como curiosidad, os contaré que hubo en su interior un laberinto, cuyo trazado sirvió de inspiración al emblema de los monumentos históricos franceses: seguro que lo habréis visto más de una vez al turistear por tierras gabachas. Lo destruyeron en 1779, porque al parecer a los canónigos de la catedral les molestaba el ruido de la gente que lo recorría. Ahora, a veces, montan espectáculos proyectándolo sobre el suelo.
Logo de los monumentos históricos de Francia
Por Rollet de Garcin (2017)
Dominio público


No es algo inusual. En muchas iglesias cristianas hay trazados laberintos, como se puede leer en este interesante artículo de Labolab. El elemento pagano que recuerda la historia del Minotauro se transforma en un símbolo cristiano del tortuoso caminar humano por este valle de lágrimas; también se interpreta como una forma simbólica de peregrinación a Jerusalén, considerada el centro del mundo. Tuvo particular auge en la época gótica, y se puede ver en iglesias desde Rávena hasta Cornualles. Es muy famoso el de la catedral de Chartres.

Como ya he dicho antes, Reims es un ejemplo de la fase clásica del gótico francés. Si en el siglo XII predominó el cisterciense, el XIII es la época clásica.
 
Interior de la catedral hacia la cabecera
Por Michal Osmenda (2012)
La más antigua de las catedrales de esta época es Chartres, a la que las demás (Reims, Amiens, Le Mans y Bourges) tomaron como modelo. Presentan ciertas características comunes, algunas ya mencionadas, como la planta o las tres naves, siendo la central más alta que las laterales. Además de eso, el crucero queda casi en el centro, a la girola la rodean una serie de capillas, un par de sólidas torres normandas flanquean la fachada principal, donde destacan tres portadas ornamentadas con estupendas esculturas. La diferente altura de las naves remarca la sensación de elevarse al cielo, aprovechándose los muros para abrir ventanales con vidrieras maravillosas.

He preferido traer esta por varias razones: es el modelo perfeccionado de catedral gótica, tiene una historia estrecha con la monarquía francesa (algo que le encanta a una monárquica como yo) y además tiene esas maravillosas esculturas que ejemplifican las dos tendencias del arte occidental.

Por su historia, la catedral de Reims es todo un símbolo de Francia, y por ello los alemanes, a mala baba, la atacaron en la Primera Guerra Mundial. El obús que lanzaron contra ella el 19 de septiembre de 1915 incendió la catedral y abatió al Ángel de la Sonrisa, que quedó partido en trozos. Se recogieron, se guardaron y la escultura se restauró después de la guerra; la repusieron en su lugar el 13 de febrero de 1926.

Como se ve, la catedral ha sobrevivido a guerras e incendios. La «Catedral de Notre-Dame, antigua abadía de Saint-Remi y Palacio de Tau, Reims» forman un lugar Patrimonio de la Humanidad, en la lista de la unesco desde 1991, y en su página web dice por qué

La notable aplicación de las nuevas técnicas arquitectónicas del siglo XIII y la armonía entre las esculturas y los elementos arquitectónicos ha hecho de la catedral Notre-Dame de Reims una obra maestra del arte gótico. La antigua abadía donde yacen los despojos mortales de Saint-Remi (440-533), el arzobispo que instituyó la unción sagrada de los reyes de Francia, ha conservado una hermosa nave del siglo XI. El palacio Tau, residencia de los arzobispos de Reims y escenario importante de la ceremonia de la unción real, fue reconstruido casi por completo en el siglo XVII.

Para saber más de esta edificación, como siempre, tenemos la Wikipedia, con un artículo que es de los suficientemente extensos. La escultura del ángel de la sonrisa también tiene entrada propia.

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