martes, 21 de abril de 2020

#37 Tablas Alfonsíes





Objeto: relicario
Material: madera, plata, gemas
Fecha: h. 1272
Lugar actual: Tesoro de la catedral, Sevilla (Andalucía)
Época: Edad Media


Una joya de la orfebrería del siglo XIII


No sé cuántos reyes o emperadores de la historia universal habrán llevado el apelativo de «Sabio», pero no me cabe mucha duda que, de todos ellos, ninguno tuvo un papel tan destacado como Alfonso X de Castilla en la literatura de su país.

No solo compuso poesía en galaico-portugués, sino que también se debe a él una ingente producción en castellana en prosa. Cuando se habla de Tablas alfonsíes, se suele pensar en un libro de astronomía que promovió. Pero dentro de las artes aplicadas encontramos otras Tablas alfonsíes o alfonsinas, una obra de orfebrería custodiada en la catedral de Sevilla.

El 10 de enero de 1284, Alfonso X dictó su última voluntad, que la mencioné al hablar de la Biblia moralizada de San Luis. Aparte de decir lo que había que hacer con su cuerpo, legaba objetos concretos. Y, en particular, este relicario lo dejó a la catedral de Sevilla con la condición de que su cuerpo quedara allí.

Al parecer consta documentalmente que a partir de ese año se colocó en el altar mayor de lo que para entonces era una iglesia cristiana y que, obviamente, había sido antes una mezquita almohade. Después se construyó la actual catedral de Sevilla y en cualquier caso ahí ha estado desde el siglo XIII hasta la actualidad.

Sobre la fecha de realización, he visto como probable el período 1252-1284, y en un caso dicen que hacia 1272 en concreto. La autoría no queda clara. Tradicionalmente se dice que fue de un tal maese Jorge, que vivía en Toledo en el año 1279 y al que se menciona en las Cantigas; otros hablan del «platero Juan de Toledo».

Parece, sin embargo, que fue más bien obra de los famosos orfebres que por entonces había en Sevilla. Hasta se han dado dos nombres: Lorenzo y Nicolás.

Es verdad que algunos elementos han tenido que traerse del exterior, en particular los camafeos, porque no se conocen talleres de piedra dura en la península Ibérica del siglo XIII.

Se ve que está formado por tres hojas. Abiertas, se pueden sobreponer a la mesa de altar. Cuando cierras las puertas laterales, el relicario queda cerrado.

El cuerpo está formado por madera de alerce. Lo recubren chapas de plata sobredorada y repujada. Si se ve el diseño general, salta a la vista que está hecho en cuadrículas, en casetones.

Incrustadas tiene gemas (amatistas, esmeraldas) así como piedras duras (camafeos en ágata), perlas y esmaltes con motivos heráldicos. Los historiadores del arte se han centrado en el análisis de los camafeos del anverso.

El de ágata que se contiene en el casetón central representa a la Theotokos: una representación de la Virgen con el Niño. A un lado, está San Gregorio Nacianceno y al otro, San Juan Crisóstomo.

En otro hay una representación de un unicornio, animal cristológico que no se representaba en el siglo XIII tanto como en los dos siglos siguientes. Se encuentra este camafeo en la hoja lateral izquierda, abajo, al centro. Hay un árbol con un hombre y una mujer tocando música: él una flauta y ella un tímpano o pandero. En lo alto del árbol otro personaje alza la mano sosteniendo un objeto circular que no se sabe bien lo que es. Y por debajo, el unicornio y un dragón. Se cree que es una versión de la leyenda de Barlaam y Josafat no claramente identificada, pero posiblemente de origen griego. En uno de los cuentos asociados a Barlaam se dice que habla de un hombre que ve venir un unicornio y se sube a un árbol, pero a saber, estas cosas de la iconografía son tan complejas que hay que ser un auténtico experto y a mí realmente me sobrepasa.

En los camafeos de la parte exterior se distinguen motivos alegóricos relacionados con la historia de la Redención.

En el reverso de las Tablas se pueden ver medallones con escudos de Castilla y León, así como representaciones de la Anunciación y la Adoración de los Reyes Magos.

La función de este objeto es servir de relicario: en los casetones se guardan –he leído por ahí– más de trescientas reliquias de santos, algunas cubiertas por cristales de roca.

En la época gótica, la orfebrería tuvo un enorme desarrollo, y este es un fantástico ejemplo. A lo largo de toda la Edad Media, eran habituales estos relicarios con forma de escultura, incluyendo muchas veces ejemplos de otras técnicas propias de las artes menores, como las labores de esmalte o las tallas de camafeos.

Muestra influencia mudéjar, como es propio de un objeto elaborado en aquella sociedad compleja, donde vivían diversas culturas. Alfonso X lo encargó como forma de alabanza a la Virgen María, en una época en que la religión lo permeaba todo. Había una particular devoción mariana, y el rey lo demostró con sus Cantigas a Santa María.

Imagen de las Tablas alfonsíes junto a la Virgen de las Batallas y las llaves de Sevilla, en una vitrina del tesoro de la catedral de Sevilla.
Enrique López-Tamayo Biosca (2013)
[CC BY 2.0], vía Wikimedia Commons

Se expone en la Sacristía mayor de la catedral de Sevilla (España), siendo la pieza de plata más antigua que atesora ese templo. Como se ve en la ilustración superior, están acompañadas por la Virgen de las Batallas y las llaves de la ciudad de Sevilla.

Me voy a centrar un poquito en las llaves de las que hablan en extenso aquí

Al parecer, cuando el rey castellano Fernando III conquistó la ciudad, le dieron dos llaves: una el musulmán Axataf y otra la entregó la comunidad hebrea. La primera sería la pequeña, de hierro forjado, y con inscripciones en caracteres cúficos que dicen «Concédenos, Alá, el beneficio de la conservación de la ciudad» y «De Alá es todo el imperio y poderío». La segunda, la de los judíos sevillanos, sería la mayor, de plata sobredorada, y en ella se lee «Rey de Reyes abrirá: rey de toda la tierra abrirá» en hebreo y «Dios abrirá: Rey entrará» en castellano.

Un par de blogueros se quejan de que esta vitrina está un poco demasiado baja. No sé, porque aunque he visitado Sevilla, no he entrado en la catedral. Ahora que lo pienso, es un bonito viaje que puedo hacer cuando pueda otra vez hacer turismo. A los sevillanos les gusta decir que Sevilla es la ciudad más bonita del mundo. Desde luego, tiene arte, historia, gentes bien majas pero con su retranca... Sí, tal vez debería pensar en un viaje así.

Si queréis saber más sobre esta obra, u otras del tesoro hispalense, podéis visitar la página web de la archidiócesis de Sevilla.

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No me resisto a mencionar un poquito más de las Tablas alfonsíes, el libro.

El rey Alfonso X promovió que se confeccionara, corrigiendo y actualizando las Tablas toledanas del siglo XI.

Recoge las observaciones de los cuerpos celestes entre 1263 y 1272, conforme el meridiano de Toledo, que hicieron los astrónomos reales Isaac ben Sid y Judah ben Moses.

Muchas cosas destacan de este libro. Por ejemplo, era la primera vez que un rey cristiano occidental imitaba a los monarcas orientales patrocinando este tipo de investigación, más habitual en el Oriente islámico.

También llama la atención que los astrónomos fueran judíos, y no musulmanes, como era habitual.

Tiene la curiosidad de que se puede usar tanto con el calendario solar cristiano como el lunar islámico, pues incluye fórmulas de conversión.

Es una obra con una enorme difusión, porque había una seudociencia, la astrología, que montaba historias imaginarias aplicables a todo (desde la salud a los matrimonios) sobre datos objetivos como eran las observaciones reales del cielo. Se conocieron y reprodujeron en los siglos siguientes por toda Europa, destacando la copia parisina.

Gracias a estas tablas, Alfonso X fue conocido en Europa, durante siglos, sobre todo como científico.

Fue el único libro astronómico alfonsí que llegó a imprimirse, en Venecia, en el año 1483. No se conserva el manuscrito original, pero sí unos cuantos ejemplares de esta editio princeps, en varias bibliotecas. Curiosamente, también en la Biblioteca de la Catedral de Sevilla, que guarda un ejemplar donado por Fernando Colón.

Como siempre, salvo otra indicación, las imágenes proceden de Wikimedia Commons.

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