Tapisserie
de Bayeux
Objeto:
bordado
Material:
lana, lino
Fecha:
h. 1077
Lugar
actual: Centro Guillermo el Conquistador, Bayeux (Francia)
Época:
Arte del bordado anglosajón (Arte románico)
La propaganda no es un invento
del siglo XX
De verdad que aún no sé el porqué, pero la gente tiende a
creer a pies juntillas las cosas que se escribieron hace años, o siglos, solo
por su antigüedad, aunque no haya otras pruebas que lo corroboren, mientras que
ponen en duda lo que aparece hoy en día y que está corroborado por mil
evidencias.
Pues no, la propaganda existe, ha existido siempre, y reinterpreta
las cosas o se inventa directamente hechos, hoy lo mismo que en la dictadura
comunista, la Alemania nazi o tantos cuentos que los frustrados príncipes
alemanes inventaron contra los Habsburgo españoles y su imperio, o las Vidas de los Césares,… vamos, que desde
que Ramsés II vendió como un gran triunfo lo que no pasó de ser un empate, en
la batalla de Qadesh, conviene tomarse con un poco de escepticismo los mensajes
procedentes del poder.
Así, no conviene creerse mucho aquello de que el conde
Haroldo jurase lealtad a Guillermo de Normandía, aunque te lo borden en este
trapo; entre otras cosas, porque parece que no lo corrobora ninguna otra fuente coetánea. Parece más
bien un casus belli inventado a posteriori para justificar la invasión
del sur de la isla de Gran Bretaña por los normandos en el año 1066. Ya se sabe cómo acabó aquello, con la derrota y muerte de Haroldo, conde de Wessex, proclamado rey de Inglaterra. De hecho, la imagen superior es precisamente la muerte de Haroldo con una flecha en el ojo (posiblemente otro detalle malévolo de la propaganda).
En defensa de Guillermo, parece ser que su medio hermano, el obispo Odón, encargó la elaboración de este bordado. Se cree que se expuso por vez primera en la catedral de Bayeux el 14 de julio
del año 1077; así lo dicen Rose-Marie & Rainer Hagen en el libro Los secretos de las obras de arte
(Taschen). Sin embargo, puedes encontrar según qué libro de arte, fechas
diferentes, como h. 1070, o 1073-1083 o 1082-1096.
Es dificilísimo que lleguen a nuestros días piezas textiles de tanta antigüedad.
Y, ciertamente, no hay nada parecido de semejantes dimensiones tan bien conservado en el resto del arte occidental del siglo XI.
Posiblemente hubo unos bocetos previos, cuya autoría se desconoce.
Los bordados en sí parece que fueron realizados en Inglaterra, no en Francia,
por hábiles costureras anglosajonas, quizá monjas.
Está formado por diversas piezas de lino de 50 cm de alto
que, cosidas unas a otras, alcanzan más allá de los 70 metros de largo. Faltaría
la parte final. El bordado se realizó con hilo de lana con cuatro colores
básicos: rojo, amarillo, verde y azul. Las tonalidades se obtuvieron de tintes
vegetales como la gualda o el índigo.
No es un tapiz, porque las imágenes no se tejen con
entrelazamiento de hilos, sino que se bordan con lana sobre el lienzo de lino.
Se suele decir que es como un cómic, porque va relatando
los hechos cronológicamente, a través de escenas distintas. Alguna frase en
latín aclara el sentido de lo que se representa. Arriba y abajo hay una cenefa
que enmarca estos episodios, donde aparecen animales y, en algún caso, los
cadáveres de los muertos en batalla.
Esta es la escena clave, y respecto a cuya verdad histórica
los expertos son, por decirlo tibiamente, muy escépticos: cuando Haroldo, con
las manos sobre reliquias, jura fidelidad a Guillermo.
Al parecer, en el concilio de Arras (1025) se decidió
adornar las iglesias con paños que representasen acontecimientos históricos. Lo
mismo que las esculturas escenificaban episodios bíblicos, así se pretendía que
aprendiera el pueblo analfabeto, que aprendiera historia o, al menos, su
versión de los hechos, además de servir como propaganda sobre la legitimidad de
la causa de Guillermo.
Esta obra es fuente de datos sobre la vida cotidiana en el siglo XI: qué armas portaban
(aún eran infantería y caballería ligeras), los barriles y odres, la vestimenta,
los edificios y los animales… incluso se dice que hay una representación del
cometa Halley. Porque sí, este se apareció en el año 1066, que ya tocaba, y no
van a desperdiciar la oportunidad de meterlo en el tapiz como signo de favor
divino.
Aquí, una de las representaciones más antiguas del cometa Halley. Se supone que apareció nada más ser coronado Haroldo, cosa que dio muy mal rollo.
Napoleón, siempre dado a estas cosas simbólicas, hizo
llevar el tapiz a París en 1803, cuando tenía la idea de invadir Inglaterra,
por aquello de animar al pueblo en la empresa. Propaganda reutilizada. La historia tiene estas cosas.
Esta importante labor textil se enmarca dentro de las artes aplicadas de la época románica. De entonces se conservan joyas, esmaltes (como las placas esmaltadas de un frontal que se guarda en la catedral de Orense), metalistería como rejas o talla en madera.
Esta importante labor textil se enmarca dentro de las artes aplicadas de la época románica. De entonces se conservan joyas, esmaltes (como las placas esmaltadas de un frontal que se guarda en la catedral de Orense), metalistería como rejas o talla en madera.
Como
siempre, salvo otra indicación, las imágenes proceden de Wikimedia Commons.
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