sábado, 21 de septiembre de 2019

#31 Maceta de narcisos ru







Objeto: maceta 
Material: cerámica
Fecha: 960-1127
Lugar actual: Museo Nacional del Palacio, Taipéi, Taiwán
Época: dinastía Song

«Tan raro como las estrellas del alba…»


El 3 de octubre de 2017, una cerámica china subastada por Sotheby’s en Hong Kong alcanzó una cifra récord de casi los 28 millones de dólares.

Se trataba de un plato o cuenco para lavar pinceles, de cerámica ru, y posiblemente no tenga nada que ver con la imagen estereotipada que tenemos en Occidente de la cerámica y porcelana china, que se basa más bien en lo que se elaboró en la Edad Moderna, con vistas a la exportación, ya en la época de decadencia bajo la dinastía Ts’ing (Qing o Ch’ing, 1644-1912).

A mí no me cabe duda de que, aunque la cerámica se realizó en diversos lugares y tiempos, las más destacadas cerámicas de la Historia del Arte hemos de atribuírselas a China. Pero no pensaría en esas elaboraciones modernas, sino en la época medieval.

La cerámica era más simple, refinada y elegante, con unos tonos preciosos verdosos y azulados. Bajo las dinastías Han y Tang empezaron a aparecer los primeros celadones (verdecladones) en lo que a veces se llama protoporcelana. La mayor evolución del vidriado se produjo con los Tang (618-907), que es cuando empezó la expansión de la cerámica china.

Pero la pieza que he escogido es posterior, ya de la dinastía Song (o Sung, según el libro que leas) que reinó entre el año 960 y 1279. En esta época hubo un arte «clásico» de formas sobrias y decoración sencilla, tanto en la pintura como en la cerámica.

Se apreció tanto en siglos posteriores se escribió sobre Los cinco grandes (o famosos) hornos. Cada uno de estos centros cerámicos se especializó en un tipo de pieza; parece que dos de ellos, Ru y Guan, recibieron encargos directos de la corte imperial.

El primero y «rey» de estos hornos fue el de Ru. La cerámica ru se produjo durante un breve período de tiempo, entre 1086 y 1106 según un catálogo de Sotheby’s del año 2012. Otras fuentes dan otras fechas, pero más o menos es esa época, fines del siglo XI, principios del XII. Acabó cuando los invasores del norte ocuparon ese territorio y la dinastía Song abandonó Kaifeng después de las guerras Jin- Song de la década de los años 1120. Atrás quedaron los hornos Ru, en territorio enemigo. Hubo luego en el sur cierto intento de imitación, con cerámica guan más verde que azul, pero ya no fue lo mismo. 

La escasa cerámica ru se convirtió en objeto de deseo de los coleccionistas de siglos posteriores. Puede citarse entre sus aficionados al emperador Qianlong, que reinó entre 1736 y 1795, que fue propietario de la mayoría de las piezas de cerámica ru que hoy se conservan. Su entusiasmo le llevó a escribir un poema en el que describe este tipo de cerámica como algo «tan raro como las estrellas del alba». Una de las piezas favoritas de este emperador fue, precisamente, la maceta para narcisos con la que ilustro esta entrada y que, con las colecciones imperiales, acabaron en la isla de Taiwán.

Con escasa o ninguna decoración, son piezas monocolores. ¿Y qué color es ese? Pues algo muy peculiar, un azul muy claro, aunque en una primera etapa sí que hubo piezas de verde celadón. Se le llama «huevo de pato» y en algún sitio he leído que puede deberse al contenido de óxido fosfórico. Los autores chinos clasifican los colores de la cerámica ru en tres tipos de qing, palabra que lo mismo significa azul que verde: azul celeste, pálido y huevo.

Según se ha podido saber después de excavar el yacimiento de los hornos, el cuerpo es arcilla cocida de color gris claro. Para los occidentales, es más gres que porcelana, pero esa no es terminología que se use en China.

La veladura se aplicaba en varias capas. Luego colocaban la pieza en el horno sobre tres o cinco pinchos, de manera que quedaban, en la parte inferior, pequeños óvalos sin esmaltar a los que llamaban «semillas de sésamo». Se cocían a una temperatura relativamente baja. El esmalte, a veces, presenta un fino craquelado, pero no parece que fuera un efecto buscado de propósito.

Se conservan menos de cien ejemplares de cerámica ru. Suelen ser de pequeño tamaño y adoptan formas diferentes. Lo que más abunda son los cuencos para lavar pinceles; hay platos, botellas o jarros, incensarios y se han contabilizado hasta 6 cuencos para narcisos, como la pieza con la que ilustro esta entrada. La mayor colección de cerámica ru se encuentra en el Museo Nacional del Palacio, en Taipéi. En Europa, se puedes ver cerámica ru en el Museo Británico.

Durante mucho tiempo se buscó dónde estaban exactamente los hornos Ruyao. Al final, el principal horno de esta «cerámica oficial» se encontró en el año 2000, en el pueblo de Qingliangsi, distrito de Baofeng, región de Ruzhou, provincia de Henan. En el yacimiento encontraron 15 hornos, materiales y herramientas, así como fragmentos de porcelana.

Por si alguien tiene curiosidad, menciono los nombres de los otros cuatro grandes hornos cerámicos de la dinastía Song: Jun (o Chün), Guan (o Kuan), Ding (o Ting) y Ge. Cada uno de ellos produjo una cerámica característica. Y os pongo un ejemplo de cada:

 
Cerámica ding, 1115-1234 (M.º Real de Ontario)
 
Bol de cerámica jun, 1127-1234 (M.º de Arte de Los Ángeles)


Cerámica guan, siglos XII-XIII (Galería de Arte Freer, Washington D. C.)
Jarro de cerámica ge, 1279-1368 (M.º Británico, col. Percival David)

Acabo con una reflexión de la página web del Museo Nacional del Palacio de Taipéi: 

La cerámica es un signo de civilización. Desde el procesamiento de la arcilla, el moldeado de las formas, aplicar las veladuras y cocer los productos en hornos, los materiales crudos pasan por muchos cambios conforme la blanda arcilla se convierte en cerámica duradera. Las formas, los barnices y las pautas decorativas sobre la cerámica son diversos y variados debido a que se crean bajo diferentes condiciones culturales y sociales.

Como siempre, salvo otra indicación, las imágenes proceden de Wikimedia Commons.

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