Minarete de la mezquita Fotografiado por Baca12 [CC BY-SA 4.0], vía Wikimedia Commons |
Tipo de construcción: mezquita
Época: 1120-1196
Lugar: Marrakech (Marruecos)
El Ramadán es
duro, de verdad.
De aquí a una semana (el domingo, 5 de
mayo) empieza el Ramadán. Ya sabéis
que los musulmanes tienen prohibido comer y beber durante las horas diurnas. Y
eso no es fácil de sobrellevar. Sobre todo en tierras cálidas como el sur de
España y norte de África.
Cuenta la leyenda que en cierta ocasión
hubo una reina mora que no pudo más y rompió el Ramadán. Como penitencia,
fundió sus joyas para crear una perfecta bola dorada, que unió a otras tres que
ya estaban en lo alto del minarete
de la mezquita. Esta de la Kutubía, precisamente.
Es una leyenda, claro, porque esas bolas
no son realmente de oro, sino, al parecer, de cobre. Y hay otras historias en
torno a esas extrañas bolas que rematan la aguja que hay en lo alto del minarete.
La última vez que vimos por aquí arte
islámico, estábamos por el centro de Asia. Luego he comentado bastante románico,
con alguna visita como la reciente a Angkor Wat; ahora, regresamos, al Magreb.
En esa zona se sucedieron en el tiempo dos imperios de origen bereber: primero
los almorávides (1040-1147) y luego los almohades (1121-1269). Se extendieron
por el Magreb y Al-Ándalus. Ya se sabe cómo funciona esto, al menos en lo que a
España se refiere: primero el califato se disgrega en reinos de taifas, muy
ricos culturalmente, pero poco dados a guerrear, molicie y living la vida loca.
Vienen entonces unos primeros
integristas del norte de África para unificarlos y revitalizar la fe, la pureza
del Islam y todo eso: los almorávides.
Claro que ellos también se dieron con el
tiempo a eso de disfrutar la vida, se dividieron en taifas otra vez,… por lo
que llegó un segundo pueblo bereber para ponerlos firmes: los almohades. Ya los mencioné, de pasada,
al hablar de la ciudad Al-Qal’a de Beni Hammad (Argelia) .
(A su vez los almohades acabarían
derrotados en las Navas de Tolosa, la fecha más fácil de recordar en la
historia de España: 1212, y se disgregaron en nuevas taifas… Pero eso será una
generación más allá del momento en que se alzó esta mezquita).
Ya los almorávides habían dado un nuevo impulso al arte en el
Mediterraneo occidental, fundiendo elementos taifales con otros procedentes de
Oriente. En ese mismo estilo continuaron los almohades.
El nombre de esta mezquita es Kutubía o
Kutubiyya, de las dos formas lo he visto escrito en los libros de historia o
del arte. El nombre en sí viene de los libreros que ocupaban el zoco cercano.
Así que su nombre significaría «mezquita de los libreros», lo que me suena precioso.
El elemento más llamativo de esta
mezquita es el alminar o minarete, donde podemos ver rasgos
típicos de este tipo de arte almorávide-almohade. Ante todo, la construcción cuadrangular
ejecutada en mampostería con piedra arenisca y ladrillo. En el interior se pasa
de una planta a otra por medio de rampas.
Pero, sobre todo, el uso de los
elementos ornamentales. Frente a la relativa pobreza de los materiales, la
riqueza viene expresada a través de los adornos que embellecían los simples
edificios.
Aquí tenemos varios ejemplos de formas
de adornar lo que no deja de ser un sencillo prisma. Si nos fijamos, hay arcos
enmarcados en cuadros o alfiz.
También, arcos polilobulados. Más
arriba, arcos entrecruzados. Se ve
en lo alto una franja de azulejos
cerámicos de color verde, el color del Islam. El cuerpo principal está
rematado por merlones o almenas. Por
encima tiene otro cuerpo menor, con el hasta de una bandera y una aguja en la
que hay cuatro bolas doradas, de cobre, de tamaño decreciente. Sobre estas
bolas que rematan el minarete hay diversas leyendas, una de las cuales ya os la he contado.
Aquí se puede ver un elemento muy típico
que es la decoración de sebka, que
es una especie de tejido formado mediante una doble red de rombos. Se le suele
añadir cerámica de colores. Más tarde veremos esto de la sebka en la Giralda de Sevilla.
La «Mezquita Kutubía» está incluido en
la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1985, y en su página web lo describe de la siguiente manera:
Fundada en 1070-1072 por los almorávides (1056-1147), Marrakech fue durante mucho tiempo un importante centro político, económico y cultural del Occidente musulmán, con una gran influencia en todo el norte de África y Andalucía. De ese periodo datan varias edificaciones impresionantes como la mezquita de Kutubiya, la casba, las murallas almenadas y las puertas monumentales, así como los jardines. Posteriormente, la ciudad se engalanaría con otras joyas arquitectónicas como el palacio Bandia, la madraza de Ben Yussef, las tumbas saadianas, numerosas mansiones señoriales y la plaza de Jamaa El Fna, verdadero teatro al aire libre.
Como siempre, para saber más, podéis
empezar por el artículo en la Wikipedia.
Hay varios viajeros que te hablan de
esta mezquita en Internet. Aquí os dejo a uno cualquiera, llamado David:
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