martes, 24 de octubre de 2017

#9 La Ilíada


 
Escena de la Ilíada en un jarrón de
figuras negras s. VI a. C.




Ἰλιάς, Iliás / Ιλιάδα, Iliáda
Autor: Homero
Año: siglo VIII a. C.
Género: poesía épica









Un comienzo deslumbrante


A mí me gusta decir que Homero es el comienzo de la literatura europea. Seré breve a pesar de mi entusiasmo por la obra, porque es una historia a la que tienes que encontrarle el gusto por ti mismo. Reconozco que a mi me puede mi debilidad por lo grecolatino.

La mítica guerra de Troya duró diez años, pero el poema se centra sólo en un episodio concreto, llamado «La cólera de Aquiles». Agamenón se apodera de Briseida, una esclava de Aquiles, este se cabrea tanto que decide no seguir peleando. Con ello los aqueos sufren derrota tras derrota y parece que los poderosos troyanos, dirigidos por el formidable Héctor, van a lograr arrastrarlos hasta la orilla y echarlos de allí. Patroclo, el amigo de Aquiles, acude a la pelea disfrazado con su armadura, y acaban matándolo. Entonces, abrasado de dolor, Aquiles reacciona, vuelve a la lucha y derrota a Héctor. Arrastra su cadáver por la tierra hasta que Príamo, el rey de Troya, sale humillándose a pedir que le entreguen el cuerpo del hijo. Aquiles se lo entrega, y se cierra la obra con los juegos funerarios en honor de Patroclo.

Así que no encontrarás aquí el relato del rapto de Helena, ni tampoco el caballo de Troya, engañifa gracias a la cual los aqueos consiguen tomar la ciudad.

Cuando oigo sus primeras palabras, algo se estremece en mi interior.

Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquileo;
cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y
precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes,
a quienes hizo presa de perros y pasto de aves

(Trad. Luis Segalá y Estalella, col. Austral, 337, Espasa)

Siento que hombres que vivieron en el Mediterráneo hace unos pocos miles de años me siguen hablando a mí, personalmente, contándome una historia terrible de bravura y muerte, de guerra, valentía, espadas que cortan la carne humana, amor de todo tipo, terribles sacrificios humanos... que tuvieron lugar aquí, tan cerca geográficamente y tan lejos en el tiempo.

Lo que más recuerdo de sus páginas son algunos instantes de auténtico sentimiento humano, como la despedida de Andrómaca a su marido Héctor, o darte cuenta de que, hasta el guerrero más valiente, teme la muerte cuando la ve llegar.

Recomiendo leer esta historia en alto, o recitar esas palabras, ya que no es una novela, sino poesía. Por eso tienes que sentir las palabras en tu boca, darles tiempo para que te llenen con toda su riqueza. No importa que no leas griego, Homero suena maravilloso en español, y si tienes una buena traducción en inglés, francés o alemán, creo que sonará igual de bien.

Ha sido un clásico que han escuchado o leído generación tras generación de europeos. Sobrevivió a la Edad Media a través de manuscritos. El más antiguo que nos ha llegado es uno llamado Venetus A, una copia del siglo X, catalogado en la Biblioteca Marciana de Venecia como Codex Marcianus Graecus 454, hoy 822. Se supone que procede de la Grecia bizantina, y que llegó a Italia en algún momento que se desconoce.

La primera edición impresa de la Ilíada fue editada por Demetrio Calcocondilas, publicada en Florencia en 1488/89.

Ha seguido encontrando lectores en las nuevas generaciones, en el Renacimiento, en el Barroco, durante la Era de la Ilustración, en el siglo XIX, el XX y también ahora, en el XXI. Sus preciosos versos siguen haciéndonos cosquillas en las neuronas, así que sirvan estas pobres letras mías como homenaje a uno de los primeros humanos que creó belleza con palabras aunque narrara una historia tan sangrienta.


 
La despedida de Héctor y Andrómaca
por Tischbein, siglo XVIII

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