domingo, 10 de julio de 2016

#19 M, el vampiro de Düsseldorf





M

Año: 1931
País: Alemania
Director: Fritz Lang
Música: Edvard Grieg

Inquietante historia con asesino de niños incluido. Peter Lorre nunca estuvo mejor. Si quieres ver una peli del expresionismo alemán, esta es la que puedes disfrutar más.


Ver películas de los años veinte o treinta normalmente no es fácil. Pero en este caso no es así. Es una peli de suspense que se sigue muy bien, incluso en alemán y sin dominar el idioma.

En Düsseldorf se han producido varios asesinatos de niñas. La paranoia se generaliza. El mundo del hampa siente incómodamente a la policía respirándoles en el cuello, lo cual es muy contraproducente para sus bisnis. Esto da pie a una competición por ver quién caza antes al delincuente.

Esa es la trama, el argumento, pero la forma, ¡ah, la forma! Creo haber dicho aquí que lo importante en el arte es, más que el tema, la forma. Y aquí es puro expresionismo poético. Imágenes inolvidables. Fritz Lang ha sido uno de los grandes, es uno de los imprescindibles para quien quiera conocer la historia del cine. No se enseña la violencia, se la insinúa de forma insoportable con un globo que se escapa al cielo, con una madre que plancha preocupada, con la obsesiva musiquilla del rey de la montaña...

Fue la primera película hablada del director. Tuvo como guionista a la que entonces era su esposa, la escritora Thea von Harbou, que quedó en la Alemania nazi mientras él se iba al exilio. Prodigiosa interpretación de Peter Lorre como el criminal, a quien sería fácil retratar como un monstruo, pero no, es algo más inquietante, una persona como cualquier otra puede cometer esos actos monstruosos.

Se la considera precedente del cine negro, pero en la evolución posterior del género (al menos en USA) se perdió gran parte de la complejidad psicológica del villano, el tratamiento irónico del mundo del hampa, que pretenden ser caballeros cuando no son más que unos matones o del análisis de los efectos del crimen en una sociedad en su conjunto.

Peter Lorre y Fritz Lang tuvieron que exiliarse al poco tiempo, por temor a la persecución nazi. Fueron acogidos en Estados Unidos, con lo que probablemente ambos salvaron la vida. Qué queréis que os diga. Cuando alguien es perseguido y está en juego su propia existencia, es de básica humanidad acogerlo. Pero parece que eso, que tan elemental es desde al menos los tiempos de Fridtjof Nansen, ahora que somos infinitamente más ricos, resulta que es hasta revolucionario.

Por supuesto, el régimen nazi prohibió esta película. Sólo por eso, es nuestro deber verla, para que el tiempo no haga vencer al totalitarismo.

Como curiosidad la “M” del título se refiere a la palabra alemana “Mörder”, que significa asesino.


En Empire On Line la comentan diciendo que es la mejor película sobre la persecución de un asesino en serie de la historia, combinando el inquietante retrato del asesino en serie con el de la comunidad dominada por el miedo.


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