sábado, 16 de julio de 2016

#1 Robinson Crusoe


1719, primera edición (via wikimedia commons)

Robinson Crusoe

Autor: Daniel Defoe
Año: 1719
Género: Novela
Edad: juvenil




Robinson Crusoe podría haberla incluido, con igual derecho, entre las cien mejores novelas y entre las cien obras maestras de la literatura universal. Pero prefiero empezar con ella esta lista de clásicos de la literatura infantil y juvenil, en la que seguiré el sencillo orden cronológico de publicación.

            Durante siglos la alta mortalidad infantil hizo que realmente no se prestara demasiada atención a los niños, a sus intereses, su educación, sus juegos o cosas más elementales como una vestimenta y una alimentación específicas.

Sólo a partir del siglo XIX se empezó a considerar que podrían merecer obras particularmente escritas para ellos. Ya se sabe, el siglo XIX, el del descubrimiento de la mujer, el obrero y los niños como lectores. Lo cual relaciono yo con esa obsesión por distinguir entre la alta y la baja cultura, algo que hasta entonces no tenía particular importancia. Ya se sabe que cuando las minorías logran un derecho, el valor o imagen de ese derecho se debilita y enseguida los poderosos se buscan otra cosa que los distinga para seguir considerándose élite.

Pero bueno, eso es otra cosa.

A lo que voy.

La falta de obras específicas para niños, hizo que se rebuscaran los antecedentes literarios a la caza de historias que se consideraran adecuadas para este nuevo público. Y entre ellas, está la de Robinson Crusoe, bien en su forma original o en resúmenes o cómics.

Esta novela de aventuras es considerada, a veces, como la primera novela en lengua inglesa. Se trata de una autobiografía ficticia de Robinson, un náufrago que se pasa 28 años en una isla remota, donde todo tipo de peripecias y encuentros hasta que lo rescatan.

Como se puede ver en el artículo que le dedican en la wikipedia, es novela objeto de diversas interpretaciones: hay quienes ven en ella un ejemplo del colonialismo británico, otros una novela de superación personal, o un símbolo del puritanismo. Es lo bueno de la Literatura, que da lugar a distintas lecturas según el contexto personal e histórico; por eso los clásicos son clásicos: porque las nuevas generaciones siguen encontrando que estas historias "les dicen" algo.

A día de hoy, tengo la impresión que puede no atraer demasiado al lector infanto-juvenil actual, por su escritura demasiado densa, la apretada narración en primera persona, sin diálogos que agilicen el relato,... Pero puede ser una opción para los más avanzados en sus lecturas que quieran pasar de lo específico para ellos a la Literatura adulta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario