Fecha: aprox. 20 000 – 22 000 a. C. (en
la página web del Museo la datan 29 500 a. C., pero bueno "en tratándose" de arte
prehistórico qué son unos miles de años arriba o abajo)
Estilo: Arte prehistórico
Un
homenaje a nuestra infinita capacidad de supervivencia como especie.
Empiezo
esta lista con una de las "piezas artísticas" más antiguas, la llamada Venus de Willendorf. El que reciba ese nombre no significa
que sea una diosa, ni un ideal de belleza prehistórico. Hay bastantes figuritas
de este tipo que se encuentran por casi toda Europa (de Francia a Siberia),
pero nadie sabe seguro lo que es: puede representar una diosa (la Diosa madre primigenia),
sí, pero también ser un amuleto, un objeto votivo,…
Lo
que queda claro es que era un objeto que llevaban consigo los hombres
primitivos, nómadas, y que se relaciona con la fertilidad, bien de la tierra bien de la humanidad.
En
la cabeza parece llevar un gorro, o un peinado de trenzas, o quizá sean rizos.
Tiene exagerado el tamaño de los pechos, el vientre, el trasero, los muslos. En
cambio, los bracicos son pequeños y se doblan por encima de los pechos, y las
piernas, de rodilla para abajo, también son poca cosa.
Se
le llama esteatopigia, por aquello
de la grasa acumulada en las nalgas. Siempre que veo este tipo de imagen, pienso
en que somos mutantes supervivientes. La Humanidad ha pasado hambre la mayor
parte de nuestra historia. Se comía poco, lo que se recolectaba o piezas
pequeñitas de caza o pesca. Sólo cuando se abatía o se encontraba una pieza grande,
se daban el atracón, por eso lo importante era que se conservaran bien los
nutrientes en nuestro cuerpo, para ir tirando poco a poco de reservas.
Los
genes que pasaron a la siguiente generación fueron aquellos que consiguieron
almacenar con mayor eficacia el alimento, en forma de grasa. Esta capacidad de
acumular el exceso en forma de grasa es lo que nos salvó de la extinción en
época de hambrunas. Por eso se puede hacer huelga de hambre durante semanas o
meses sin irreparables daños corporales.
Sólo
en el último medio siglo, y únicamente en parte de Occidente (recordemos, en
España, en la posguerra, se pasó hambre, mucha, ¡qué olvidadizos somos!), se
empezó a tener más comida que hambre. Lo que nos permitió sobrevivir como
especie ahora contribuye a problemas cardiovasculares. Pero no le echemos la
culpa a esta prodigiosa habilidad de nuestro cuerpo, sino más bien a nuestro
sedentarismo.
Para
saber un poco más de esta pieza, como siempre, tenemos la wikipedia
y en la página ArteHistoria hay un artículo sobre las venus prehistóricas. Dejo
también enlace al Museo de Historia Natural de Viena,
en inglés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario