Duelo de Eugenio Oneguin y
Vladímir Lenski, por Iliá
Repin
(acuarela,
1899, Museo Pushkin)
[Dominio
público], vía Wikimedia Commons
|
Евгений Онегин,
Yevgueni Oneguin
Estreno:
Moscú, 29 de marzo de 1879
Compositor:
P. I. Chaikovski
Libreto
en ruso: Konstantín Shilovski y Modest Chaikovski
Tal día como hoy se estrenó, en el
Teatro Maliy, y con estudiantes del Conservatorio, ésta que es la ópera rusa más
popular.
Aunque
sabía que Chaikovski había compuesto óperas, no descubrí esta hasta que oí una
grabación del aria de Lenski (Kuda, kuda…)
por el tenor sueco Nicolai Gedda.
Terriblemente
melancólica y romántica, el tenor la canta justo antes de batirse en duelo con
su mejor amigo. Empieza con el clásico tema del Ubi sunt?, “¿dónde quedaron los dorados días de mi juventud?” Y luego
se pregunta quién lo recordará cuando se muera.
Acto
I: Lenski llega a casa de su novia, en el campo, acompañado por su amigo
Oneguin. A éste no le llama la atención Olga, sino su hermana Tatiana, joven y romántica,
que sueña con amores como los de los libros. Tatiana reconoce al instante en
Oneguin el hombre soñado. En una noche febril, le escribe una carta apasionada a
la que él responderá, al día siguiente, sobradete: sí, muy bien, si yo fuera de
los que se casan, tú serías mi elección, pero yo soy un héroe romántico que
busca la vida, la libertad, la aventura,… otra cosa. Y además, en cualquier
caso, me olvidarás.
Tatiana
queda avergonzada y chasqueada.
Acto
II: Un baile en el curso del cual Oneguin tontea con Olga, la novia de su
amigo, hasta llegar al punto de que este, celoso, lo desafía en duelo. Dado que
la ópera se titula Eugenio Oneguin y
no Lenski, comprenderéis quién muere
y quién sobrevive.
Acto
III: Fast foward varios años. Tatiana
se ha casado con un príncipe ya madurito. Es una mujer espléndida que se mueve
majestuosamente por los salones de la nobleza. Oneguin, que ha viajado por el
mundo, no es más feliz ahora que cuando se fue. Al ver la impresionante dama en
la que se ha convertido aquella muchachita del campo, decide que está enamorado
de ella.
Tatiana,
muy madura y digna, reconoce que le sigue amando, pero que cumplirá los votos
que hizo al casarse.
Oneguin
queda solo, dándose cuenta de que tuvo la felicidad en la mano y lo echó a
perder.
Es
una ópera de estilo totalmente occidental, relativamente breve (unas dos horas
y media). De los diversos momentos, me quedo con la Kuda, kuda vi udalilis de
Lenski, pero también con la escena de la carta de Tatiana en el primer acto: Puskai pogibnu ya, no pryezhde.
Para
saber más: consúltese la Wikipedia, el libreto en
ruso-español en Kareol
y un ejemplo, Kuda Kuda cantado por
Gedda que encontré por You Tube.
En Kareol tenéis también tres grabaciones de referencia. Por destacar
una, recomendaría la de Jaikin para Legato / Melodiya (1956), con Galina Vishenevskaia,
Larisa Avdeieva, Evgeni Belov, Sergei Lemeshev, Ivan Petrov, así como el coro y
orquesta del Teatro Bolshói. Pero ya sabemos que esto depende mucho del gusto de
cada uno.
P. D. La historia de Eugenio Oneguin la podéis leer en el poema original de
Pushkin (Cátedra tiene edición bilingüe asequible), en esta ópera, o la película que hizo en 1998 Martha Fiennes. Para mi, Oneguin y Tatiana tendrán por siempre los rostros de Ralph Fiennes y Liv Tyler.
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