Maria Pakhar y Sergey Polyakov, 7-6-2014 Gerarus, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons |
Il trovatore
Estreno: Roma, 19 de enero de 1853
Compositor: Giuseppe Verdi
Libretista: Salvatore Cammarano, Leone Emanuele Bordone, basado en el drama El trovador (1836) de Antonio García Gutiérrez.
Género: ópera
romántica
Tal
día como hoy, del año 1853, se estrenó en el Teatro Apollo de Roma, esta ópera romántica
basada en un drama español
Decía Toscanini que esta ópera precisa de los cuatro mejores cantantes del mundo para hacerle verdadera justicia: tenor para Manrico, barítono para el Conde de Luna, el papel de soprano va para Leonora y uno de los más destacados y complejos del repertorio para mezzosoprano, el de la gitana Azucena.
Se supone que esto se ambienta en Aragón, y que los personajes son españoles, por aquello de que la historia la contó un dramaturgo nuestro de bastante éxito, García Gutiérrez. Con todos los excesos propios del romanticismo.
«Una de las tramas más absurdas de toda la historia del género» dijo José-María Martín Triana en El libro de la ópera.
La historia es nocturna, macabra, con su exotismo, venganza, identidades ocultas, amores frustrados y muerte hasta del apuntador. La puedes ver en el teatro y es de esas historias excesivas que te tiene entretenidísima, dos horas y pico mirando y comiendo pipas a ver qué pasa luego.
Todo ello con unas músicas inolvidables. De vez en cuando hay piezas de esas que yo digo que suenan como de banda municipal. Algo digno, no digo que no, pero no es algo que te esperes en un gran drama. Es algo que me pasa mucho con Verdi, que pasa de lo sublime a lo facilón en muchas de sus óperas. De ahí que pueda resultar irregular.
Esta es de esas óperas que puedas ver en el teatro con la seguridad de que no te vas a aburrir, si suspendes bien la incredulidad. Y que, si te pones a escucharla en disco en casa, también disfrutas un montón. Creo que a pesar de lo disparatado que es todo, te entretiene con sus excesos y la música es maravillosa. Por eso no me extraña que fuese un éxito desde su estreno.
Forma parte de la que se considera trilogía popular de Verdi, junto con Rigoletto y La traviata, aunque está menos lograda que esas otras dos.
Tiene una versión en francés, Le trouvère (Bruselas, 1856). Para el estreno en París le añadieron música para ballet en el acto III. Ya se sabe que para estrenar en París le tenías que meter un ballet, viniera o no a cuento.
De todos esos momentos magníficos, destacaría las espléndidas intervenciones en solitario de cada protagonista: «Tacea la notte placida» (Leonora, Acto I, cuadro II), «Stride la vampa» (Azucena, contando una historia terrible, Acto II, cuadro I), «Il balen del suo sorriso» (el conde de Luna, Acto II, cuadro II), así como «Ah si, ben mio» y «Di quella pira» (Manrico, Acto III, cuadro II). Luego, ya en el acto IV, tenemos el aria angustiada de Leonora «D’amor sull ali rosee» y el trío «Ha quest’infame».
Como grabación recomendada de esta
ópera, escogería la que dirigió Zubin Mehta en 1969, con la orquesta New
Philharmonia y el coro Ambrosian Singers para la RCA. Son sus intérpretes
principales Plácido Domingo (Manrico),
Fiorenza Cossotto (Azucena), Leontyne
Price (Leonora) y Sherrill Milnes (Conte di Luna).
Si no la encontráis (yo, por ejemplo, no la he localizado en Spotify) otra buena opción es la de Karajan con la Callas y Giuseppe Di Stefano, Fedora Barbieri y Rolando Panerai. El coro y la orquesta son los de La Scala de Milan. EMI, 1957.
Para saber más, la Wikipedia. El libreto, en español e italiano, así como discografía de referencia, en Kareol.
En You Tube he encontrado esta representación
en el Teatro Regional del Maule, Talca (Chile, 2017), ¡gracias por compartir!
No hay comentarios:
Publicar un comentario