Tímpano de la portada central Por Pedronchi (2005) [CC BY 2.0], vía Wikimedia Commons |
Ubicación:
catedral de Santiago de Compostela (Galicia, España)
Fecha:
1168-1188
Época: Arte románico / arte gótico
Autor: Maestro Mateo
«Pocas
obras en el mundo resultan tan hermosas y tan conmovedoras» Eslava Galán
De
la catedral de Santiago, Patrimonio de la Humanidad, ya
hablé aquí. Un lugar tan importante tiene construcciones de épocas diversas. Es
lo que tiene recibir a lo largo de los siglos (y sigue y sigue…) importantes donaciones
de los peregrinos, que siempre andas ideando formas en qué gastarlo.
Se le
llama Pórtico de la Gloria porque se supone que representa a la Jerusalén
celeste.
Es
la puerta de entrada a la catedral de Santiago por el Oeste. Durante la Edad
Media estaba abierta a la calle, lo que pasa es que luego, en la época barroca,
le pusieron ese maravilloso pegote que es la fachada del Obradoiro y, aparte de
quitar algunas de las figuras, tapó este pórtico.
Su
autor es uno de los pocos que se conocen con su nombre en la época medieval: el
maestro Mateo. No es que él lo hiciera todo con sus propias manos, sino que se
entiende que era él con su taller.
También
se conoce la fecha en que se fue tallando: entre los años 1168 y el 1 de abril
de 1188. Luego siguieron haciéndose añadidos hasta 1211, ya en tiempos del rey
Alfonso IX, que es cuando se consagró el templo.
Está
realizada en granito, con algo de mármol. Y aunque ahora lo veamos en ese color
blancuzco o grisáceo, en la Edad Media recordad que estaba pintado. Aún
quedan algunos restos de pintura.
El
Pórtico está formado por tres arcos de medio punto, que se corresponde cada uno
de ellos a la entrada a cada una de las naves de la catedral. Solo el arco
central tiene tímpano, y su anchura es el doble que los laterales.
Las
esculturas se tallan por todos los lados: el tímpano, las arquivoltas, las
jambas, el parteluz… En total hay más de doscientas figuras, que no puedo
detallar aquí. Ya sabéis que el horror
vacui medieval, propio tanto de moros como cristianos, les hacía llenar
todo el espacio posible con imágenes. Lo mejor es pasarse por allí y que alguien te
lo vaya contando detalladamente.
En
líneas generales, sí que puedo comentar que en el parteluz está la figura del
santo, Santiago, que de tanto roce de peregrinos está desgastado.
En
el tímpano vemos a Jesucristo en majestad, con el Tetramorfos, o sea, los
evangelistas, a su alrededor. En las arquivoltas se representa a los veinticuatro ancianos del Apocalipsis;
tañen instrumentos musicales, lo que es muy útil para aquellos que se dedican a
la reconstrucción actual de instrumentos antiguos. También se ve a ángeles
portando los instrumentos de la Pasión.
En
las jambas de ambos lados, encontramos figuras de profetas y apóstoles.
Como
siempre, resultan interesantísimas las representaciones del infierno, en
donde a cada pecador le hacen sufrir por algo en relación con aquello con lo
que pecaron, como por ejemplo, la mano a los ladrones.
En
la basa de la columna está Jessé dormido. De su vientre sale un árbol (el llamado «Árbol de Jessé», fíjate tú), en cuya
cumbre está la Virgen. Se trata de una alegoría de la genealogía humana de
Cristo.
En cuanto al estilo, según
el libro que leas te lo ponen como románico de transición al gótico o como fase
inicial del gótico o protogótico. Al parecer, la cuestión depende del país del
que sea el historiador. Los franceses enmarcan al maestro Mateo en el Gótico
inicial mientras que los españoles lo relacionan más con el final del Románico.
Por poner solo un ejemplo: en el libro 1000
sitios que ver en España de Eslava Galán dice que «constituye, junto con la
portada de la catedral de Chartres, la obra cumbre del románico europeo»,
aunque luego comenta que representa la transición del románico al gótico.
Esto
significa que tiene rasgos de lo uno y del otro. El arco de medio punto, la
densidad de figuras, la finalidad didáctica de la obra, todo esto es románico, todo lo que es planteamiento de la obra...
Los rasgos «góticos» sería el individualismo de las figuras, las expresiones variadas, la fluidez en los pliegues de las ropas, variedad en el
tratamiento de los cabellos,... Incluso hay algo muy característico que ya indica un cambio: la escultura se va liberando del marco arquitectónico, cobra individualidad propia, ya casi un
bulto redondo.
De izquierda a derecha: Jeremías, Daniel, Isaías y Moisés Por Luis Miguel Bugallo Sánchez [CC BY-SA 3.0] vía Wikimedia Commons |
Eso de la expresividad de las figuras se ve por ejemplo en la idealización de Moisés, como del Santiago del parteluz, majestuosas, alejadas de los mazacotes románicos. O en los sentimientos
que expresan la sonrisa de Daniel o el rictus triste de Isaías.
Ha
ejercido una gran influencia que se ve, por ejemplo, en el llamado Pórtico del Paraíso
de la catedral de Orense, que se labró en 1218-1244.
Para
saber más, aquí está el enlace a la página del Pórtico de la Gloria en la Wikipedia.
En
You Tube hay un clip muy didáctico cuyo título lo dice todo: «Historia del Arte
- Bachillerato - Pórtico de la gloria. Comentario de arte para selectividad».
Se ve que es una de esas obras imprescindibles que te pueden caer en el examen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario