Scheherezade (Шехеразада),
op. 35
Retrato del compositor Nikolái
Rimski-Kórsakov (1898)
Por Valentín Aleksándrovich Serov
Galería Tretiakov
via Wikimedia Commons
|
Fecha de la composición: 1888
Un toque oriental en el corazón de la música rusa.
En esta
lista de cien mejores composiciones de música clásica sólo incluyo una de
Rimski-Kórsakov, esta suite orquestal
plena de fantasía y color, en la que el compositor recrea pasajes de Las mil y una noches. Posiblemente sea
su obra maestra sin paliativos.
Tampoco
es que pretenda ser una música programática.
Le puso títulos a cada uno de los cuatro movimientos, luego los quitó, pero al final todo el mundo los
utiliza: "El mar y el barco de Simbad" es el primero.
Es una
de esas composiciones fácilmente reconocibles, que te deja volar la
imaginación, te arrebata con su entusiasmo.
Rimski-Kórsakov
fue un compositor prácticamente autodidacta. Su familia le mandó a una academia
naval siendo casi un niño, porque quería que fuese oficial de la marina
imperial rusa. Como esto de la música le apasionaba, estudió por su cuenta y
hasta llegó a ser director del conservatorio de San Petersburgo sin tener
ningún título. Ya les vale, ¡un cargo por sus propios méritos! ¿Dónde se vio?
Bueno, pues a veces pasa.
Quizá
esa ausencia de formación académica le ayudó a no cerrar la mente a las músicas
más ligeras, como el folclore del país, y esto ayuda a que introduzca en sus
composiciones clásicas melodías más populares, más alegres, pegadizas, en suma.
Como no
incluyo más obras de este autor entre las "Cien de música clásica", se le puede seguir escuchando con otras dos obras
orquestales: Capricho español (1887,
también nosotros éramos exóticos para ellos) y la Obertura de la gran Pascua rusa (1887-88).
Para
saber más, la wikipedia. Si ponéis en You Tube “Scheherezade Rimski-Korsakov” aparecen unas cuantas interpretaciones. Por poner una, aquí está el enlace a una interpretación del festival de Salzburgo 2005, con la Filarmónica
de Viena dirigida por Valeri Guérguiev, ese director tan bueno que siempre
parece que necesita un afeitado.
A la hora de elegir una
grabación para nuestra discoteca, creo que no hay duda de que la dirigida por sir Thomas
Beecham con la Real Orquesta Filarmónica para la EMI es una de las mejores. Le
ponen un rosetón en la guía Penguin de música clásica. Además, viene acompañada
por las Danzas polovtsianas de
Borodín.
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