Portada del manuscrito de Ana Magdalena Bach Data de antes de 1750 [Dominio público] Vía Wikimedia Commons
Suiten für Violoncello solo (BWV 1007–1012)
Compositor: Johann Sebastian Bach
Estreno: ¿?,
h. 1720-21
Una de mis piezas
favoritas
Como suelo decir, podría hacer esta lista de cien obras de música clásica
con sólo música de Bach. Y esta sería una de las obras más destacadas, unas suites
para violonchelo solo que te mueven a la exaltación y a la tristeza, a la
reflexión y a la danza… realmente, todo lo que puedas sentir y creer y hacer,
en seis piezas únicas.
El nacionalismo luterano alemán ha creado esa imagen un tanto distorsionada de un Bach
serio y religioso, transito de fe, el “quinto evangelista” y tal.
Pero la realidad humana de J. S. Bach es más compleja. Fue simplemente un músico que se ganó las habichuelas como pudo. Procedía de una familia de músicos, profesión más bien
artesanal, y quedó huérfano muy pronto. Sí, tuvo una larga vida como compositor
religioso, pero eso fue porque tuvo una gran familia que mantener y en Leipzig
los ingresos en Santo Tomás eran más seguros que las veleidosas cortes de los
principados alemanes.
Si por él fuera, lo más probable es que hubiera preferido seguir en Cöthen, e incluso viajar al
extranjero y tener unos contactos que tuvo, por ejemplo, su coetáneo Händel. De
esa época tan feliz y creativa son composiciones como los magníficos Conciertos de Brandemburgo o las Partitas.
No se sabe cuándo ni para quién se compusieron estas piezas. Su coherencia interna hace pensar que fueron concebidas como un conjunto, y su probable
destinatario sería alguno de los violonchelistas de Cöthen. Tampoco se sabe si
el orden con el que las conocemos hoy es el previsto desde un principio.
Bach hizo algo innovador al crear estas composiciones en solitario para un
instrumento, el violonchelo, que hasta entonces era simplemente un
acompañamiento, o parte de un conjunto de cuerdas. La cuerda grave era más bien
cosa de la viola da gamba,
instrumento por cierto de una sonoridad preciosa y aterciopelada que después cayó
en desuso.
Cada una de las seis suites está dividida en siete movimientos, aunque el
quinto y el sexto suele ser un ritmo de danza doblado (minueto I y II, gavota I
y II, etc). El primero es un preludio, y el resto son danzas, la última, una giga.
La giga, por si alguien no lo sabe, es un baile en compás de seis por ocho, con
aire acelerado.
No existe partitura autógrafa de Bach, sino copias, por lo que no hay una versión
auténtica a partir de la cual hacer una edición crítica de estas seis suites.
Además, tampoco hay demasiadas indicaciones sobre cómo deben interpretarse.
Esto hace que los intérpretes tengan que decidir cuestiones hasta técnicas, y
hacer su propia interpretación de estas suites, auténtico tour de force para solistas de este instrumento.
Por eso pueden ser diferentes unas interpretaciones respecto a otras. Si
queréis saber más, el artículo en la Wikipedia es bastante completo. Menciona tres tipos de ejecuciones,
dependiendo de lo que se busque: expresividad, historicismo o perfección
técnica.
Me gusta recordar que, así como Velázquez es el pintor de los pintores,
Bach es el músico de los músicos. Te puede agradar más o menos, pero cuanto más
sabes de la técnica musical, más lo disfrutas. Y te puedes pasar toda una
vida escuchando sin entenderlo del todo.
Bach no fue muy conocido más allá del ámbito geográfico en el que vivió y,
muerto en 1750, ya para entonces sonaba viejuno. Y, sin embargo,… fue admirado por
músicos de todas las épocas, que usaron temas suyos, desde Mozart a Alban Berg,
pasando por Beethoven o Mendelsohn.
Para el gran público, sin embargo, no fue conocido hasta bien entrado el
siglo XIX. Esta obra en particular, debe su popularidad a la labor de Pau
Casals, que las descubrió a los 13 años. Solo cuando alcanzó los 48 años de
edad las interpretó en público. Fue quien primero las grabó Por ese motivo, la
suya es una interpretación de referencia, la grabación de excepcional calidad
que te convendría tener en tu discoteca ideal.
A partir de él, los grandes violonchelistas han querido hacer su
interpretación de la obra. Yo destacaría personalmente, por gusto personal, la
versión de Yo-Yo Ma (una personal estupenda que me cae particularmente bien) y la de Rostropovich.
Os dejo con este video oficial de Yo-Yo Ma interpretando el preludio de la
suite n.º 1 en sol mayor:
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