lunes, 23 de noviembre de 2020

#28 Piero della Francesca: La flagelación

 




 

La Flagellazione



 

Fecha: 1459-60

Estilo: Arte renacentista

Autor: Piero della Francesca

Técnica: temple sobre tabla

Ubicación: Galería de Las Marcas (Urbino, Las Marcas, Italia)

 

 Cuando las cosas se ignoran, campo libre a la elucubración

 

Ya he comentado que uso trucos para distinguir los pintores de la primera generación renacentista. Piero della Francesca sería el «pintor matemático», por su estudio científico de la perspectiva lineal.

Esta tabla, tan pulidita ella, se incluye entre las obras maestras de la Italia del siglo XV. Actualmente se conserva en la Galería Nacional de Las Marcas, en Urbino.

Es una pintura más bien pequeña, dentro de lo que es el arte renacentista, que tenía más a lo monumental: 67,5 × 91 cm

Como se ve, hay dos partes. A un lado, flagelan a un hombre atado a una columna, sobre la que hay una estatuilla dorada de estilo clásico. 

A la izquierda, sobre un trono está sentado alguien vestido con púrpura imperial y con un sombrero típico de los emperadores bizantinos de la época. Otra figura, con un turbante de inspiración oriental, da la espalda al espectador.

Esta escena se enmarca en una arquitectura clásica, con columnas y un suelo ajedrezado, con un obvio esfuerzo en representar con perspectiva lineal la escena. Esta parte del cuadro está iluminada desde arriba, a la derecha, como se ve en el torso del hombre azotado.

Al otro lado hay tres figuras en pie, en primer plano. Uno viste un sombrero oscuro, también de inspiración oriental. En medio, un joven rubio, coronado de laurel y descalzo, va de rojo. A la derecha, un hombre mayor, con una vestimenta bordada de oro sobre azul, con signos que asemeja la típica de un astrólogo.

Este trío tiene otra iluminación, contrapuesta a la de la escena de la flagelación, pues aquí la luz viene desde la izquierda, como se ve en el rostro del personaje de la izquierda.

Es un cuadro de colores claros, luminosos, no muy variados, rojos y blancos. Las arquitecturas se representan de una manera muy exacta, y demuestra el conocimiento que tenía Piero de la arquitectura clásica y renacentista de la época, pensemos en un León Battista Alberti.

En este cuadro, sobresale el estudio de la perspectiva. Además, adopta un punto de fuga original: normalmente se coloca en el sitio más importante. Si estamos ante una flagelación de Cristo, lo lógico es que se situara en la cabeza de este, como lugar más importante del cuadro.

Sin embargo, aquí lo traslada a la derecha de la figura azotada, más bien abajo del soldado que viste de verde. Este recurso le sirve para «acercar» la escena de flagelación al trío del primer plano.

A pesar de que se representa un hecho violento, una flagelación, el aspecto general es frío, tranquilo, con una cierta calma. Esto se logra por los colores que elige, así como por esa iluminación, refulgente pero gélida, casi como de fluorescente. También en las expresiones neutras de los personajes. El trío de la derecha está como aislado, apartado, indiferente a lo que ocurre a un lado. Tampoco están implicados el uno con el otro, no transmiten ninguna emoción.

¿Qué representa?

Como no se sabe exactamente qué representa, esto ha dado lugar a diversas interpretaciones. No voy a entrar en detalles, porque los podéis leer en el artículo de la Wikipedia

Os cuento la clásica: la flagelación de Cristo. Según esto, sería Poncio Pilatos el personaje sentado en el trono sobre el patio enlosado y Herodes Antipas quien está de espaldas. La escena se desarrollaría en el palacio de Pilato en Jerusalén.

En cuanto a quiénes son los personajes de la derecha, ni siquiera hay una sola interpretación tradicional. Una es que el personaje rubio sería Oddantonio II de Montefeltro, el duque de Urbino antecesor de Federico, asesinado en 1444, flanqueado o bien por sus asesores, a quienes se echaba la culpa del asesinato por su negligencia, o bien por sus asesinos, dos ciudadanos de Urbino. También se ha identificado la figura de la izquierda como Ottaviano Ubaldini, astrólogo de Luis III Gonzaga, marqués de Mantua (1412-78) que sería el personaje retratado a la derecha.

Pero también era clásico interpretar el trío como una representación alegórica de la iglesia latina (católica) y la griega (ortodoxa) separados por un ángel. Se trataría así de reflejar un tema por entonces de mucha actualidad, el cisma de Oriente, que se intentó superar a través del Concilio de Ferrara/Mantua/Florencia.

Y es que para estos cuadros antiguos, muchas veces hay que ver no sólo lo que hay en el cuadro, sino también los posibles significados ocultos. Es lo que dicen la iconografía, inagotable. Así, por ejemplo, se ven como símbolos de la gloria divina cosas como el laurel que rodea la cabeza del muchacho rubio, o la estatua dorada en lo alto de la columna.

Historia del cuadro

No se sabe cuándo se encargó, ni para quién. Posiblemente sea un encargo del duque Federico de Montefeltro. La mención más antigua y tradicional procede de un inventario de la catedral de Urbino, donde estaba en 1744; allí estaba, en la sacristía de la catedral, hasta que entró en la Galería en el año 1915.

Este cuadro, como por lo general los de Piero della Francesca, es difícil de datar. En cuanto a la datación, se han propuesto fechas que van desde 1444 hasta 1472. Por ejemplo, si cojo alguno de los libros de arte que tengo por casa, puedo leer como datación: ¿h. 1460?, h. 1447-1449, ¿h. 1455?, posterior a 1459, c. 1450-1460. Para que veáis el desconcierto. Yo he puesto arriba la que dan en la página web de la Galería de Las Marcas.

Sí que se asume con certeza la autoría, pues hay una inscripción con la firma del autor, a la izquierda bajo el trono: Opus Petri de Burgo S[an]c[t]i Sepulcri. Es decir, obra de Pedro de Burgo S[an] Sepulcro.

El autor: Piero della Francesca

Piero della Francesca nació como Piero di Benedetto en Sansepolcro, cerca de Arezzo, hacia el año 1416. Terminó su formación en Florencia, donde fue discípulo de Fra Angélico, aunque era bastante distinto de su maestro, y allí empezó su carrera artística. Pero luego volvió a su región de procedencia, trabajando en lugares como Arezzo, Rímini o Sansepolcro. Es uno de los cuatrocentistas que más se movió. Entró a trabajar para Federico de Montefeltro, duque de Urbino. Murió en 1492.

Representa el momento cumbre de una línea de investigación que siguieron algunos pintores del siglo XV: el estudio de la perspectiva de una manera científica, partiendo del estudio de la matemática y la geometría. Otros pintores que se interesaron por estos temas fueron Paolo Uccello y Andrea del Castagno.

Se le considera como uno de los maestros del primer renacimiento italiano. Podría decirse que Piero es el ejemplo perfecto del triunfo de la perspectiva lineal en el siglo XV, fusionando conocimientos de matemáticas con los pictóricos.

Su estudio de la técnica es muy preciso, intelectual. Se le llega a considerar, por eso, no solo como artista, sino también como matemático. Llegó a escribir un tratado sobre perspectiva: De prospectiva pingendi, cuyo texto entregó a Federico de Montefeltro en el año 1474.

Otras obras

Creo que La flagelación de Cristo puede considerarse como la obra más conocida de Piero della Francesca, aunque hay otros cuadros suyos que suelen aparecer en los libros de Historia del Arte. Voy a usar los datos que aparecen en la Wikipedia en español, con todas las dudas que se plantea en cuanto a su datación.

Ante todo, su obra maestra: los frescos que ejecutó en Arezzo, con la historia de la Santa Cruz. Son composiciones claras, matemáticas, con un uso expresivo de la luz y del color. Destaca una imagen que se considera de los primeros cuadro nocturnos de Occidente, en los que se ve la maestría del autor en el uso de la luz, para sobrado, él:


«El sueño de Constantino», detalle del ciclo de frescos de la Leyenda de la santa Cruz en el coro de la basílica de San Francisco de Arezzo (1452-1466). 329 × 190 cm, una de las primeras escenas nocturnas del arte occidental.

 


«Batalla de Cosroes », detalle del ciclo de frescos de la Leyenda de la santa Cruz (1452-59). 390 × 747 cm. Basílica de San Francisco, Arezzo.



«Santa Elena halla la Vera Cruz», detalle del ciclo de frescos de la Leyenda de la santa Cruz (1452-66). 356 × 747 cm. Capilla Bacci en la Basílica de San Francisco, Arezzo.

 

Pongo a continuación otras obras conocidas de Piero.


El bautismo de Cristo (h. 1450). Temple sobre tabla, 167 × 116 cm. National Gallery (Londres, Reino Unido).

 


La resurrección de Cristo (1463-65). Fresco y témpera, 225 × 200 cm. Museo Cívico de Sansepolcro (Sansepolcro, Italia)

 


Virgen de Senigallia (1470-85). Óleo sobre papel llevado a tabla, 61 × 53,5 cm. Galería Nacional de las Marcas (Urbino, Italia)

 


Retrato de los duques de Urbino Federico de Montefeltro y Battista Sforza (1472). Temple sobre tabla, 47 × 33 cm. Galería de los Uffizi (Florencia, Italia). Este desde luego es uno de los cuadros más célebres, el de su mecenas y señora. Están representados de perfil a modo de las medallas antiguas.

 


Virgen con el Niño y Santos, con Federico de Montefeltro (1472-74). Temple sobre tabla, 251 × 173 cm. Pinacoteca de Brera (Milán, Italia).

Uno de esos pintores destacados del renacimiento italiano, en su primera fase, de esos que bien merece la pena que visites en un viajecito a Italia, la zona de Las Marcas. Hay que tener cierta esperanza y vamos a pensar en posibles viajes a Urbino y sus alrededores. Tiene playa y montaña, así que para mí, estupendo. Algún día...

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