Battaglia di San Romano
Fecha: h. 1435-1440
Estilo: Arte renacentista
Autor: Paolo Uccello
Técnica: temple al huevo con aceite de
nuez y de linaza sobre madera de álamo
Niccolò Mauruzi da Tolentino en la batalla de San Romano, 182 × 320 cm. National Gallery (Londres, Reino Unido)
Niccolò Mauruzi da Tolentino desmonta a Bernardino della Carda en la batalla de San Romano, 182 × 320 cm. Galería Uffizi (Florencia, Italia)
Cuando se habla de la primera generación renacentista, es difícil a veces recordar quién es quién. Para mí, Uccello es el «pintor de caballos y sombreros».
Su
obra más conocida son estas tres tablas que se refieren a tres momentos de una
batalla olvidada entre los sieneses y los pisanos. Los florentinos derrotaron a
los sieneses el 1.º de junio de 1432 en San Romano en las cercanías de Lucca. Actualmente
están divididas entre tres museos.
Son
una forma de pintar que recuerda un poco al gótico internacional, por lo
minucioso y el amontonamiento de detalles. Pero usa recursos que consideramos
ya renacentistas, como el estudio de las anatomías, especialmente de los
caballos. Se ve que la gozaba, el señor, presentando a estos animales desde
distintas perspectivas. Eso no significa que no representara también con
cuidado a los humanos, siendo famoso un escorzo de un caballero muerto.
A la izquierda, vemos al famoso caballero caído, que se puede ver de la tabla que está en Londres.
Posiblemente este caballero muerto fuese la primera figura humana en escorzo. Un decúbito prono que debió llamar mucho la atención.
Escorzar es, según el DRAE, «representar,
acortándolas según las normas de la perspectiva, las imágenes que se extienden
en sentido perpendicular u oblicuo al plano del papel o lienzo sobre el que se
pinta».
Este
tipo de representación deformada de la figura humana lograba intensificar el
dramatismo de la escena. Que el escorzo incrementaba el dramatismo es una de
las lecciones bien aprendidas de Uccello, lo mismo que Mantegna con su famoso Cristo muerto, en decúbito supino.
También reflejaba con minuciosidad la moda masculina de la época. Lo que más llamativo nos resulta son esos tocados que parecen turbantes con esteroides. Se les llamaba mazzochi.
Uccello
representaba a caballeros medievales, con vestiduras de colores y largas
lanzas. Llenaba la imagen de colorido y movimiento.
Digo
que era el pintor de los caballos por ese empeño de representarlos de cuerpo
entero, y también en diversas posturas. Pero al mismo tiempo, hay cierto aire
artificioso, como si fueran caballitos de tiovivo.
A la derecha, uno de los caballos, en este caso está a la derecha de la tabla conservada en Londres.
Esta obra nos recuerda cómo eran las batallas en aquel final de la Edad Media.
Aún dominaba
la caballería pesada, con sus armaduras de suaves líneas curvadas que se
ajustaban al cuerpo. Todavía eran enfrentamientos con arma blanca, picas o
lanzas, se usa la ballesta o la maza para derribar al contrario. Un caballero
en el suelo, con todo el peso de la armadura, podía darse por perdido.
En
el siglo siguiente, aunque ya se introdujo la artillería, y la fuerza militar imbatible
era la infantería, en concreto los tercios españoles, se siguieron confeccionando
armaduras, si bien eran más ceremoniales o para torneos y justas, no tanto para
la guerra de verdad.
Historia del cuadro
Este
tríptico aparecía en un inventario a la muerte de Lorenzo de Médicis, llamado
el Magnífico (1492). Por eso se creyó tradicionalmente que eran cuadros
heredados de Cosme de Médicis, el Viejo, quien se los habría encargado a
Uccello.
La
datación de la obra no es segura. Su estilo es cercano al Monumento a John Hawkwood (1436), por lo que se cree que se realizó
poco después de la batalla. Actualmente, gracias a determinadas evidencias
documentales, se considera que son un encargo, pagado en 1438 por el rico
Lionardo Bartolini Salimbeni.
El
Louvre data su tabla así: h. 1435 - 1440?
La
National Gallery dice que probablemente
alrededor de 1438-40.
Y
los Uffizi publican: 1435-1440 ca.
Los
hijos de Salimbeni, Damiano y Andrea, habrían llevado los cuadros a Santa Maria
a Quinto, en las colinas al noroeste de la ciudad, donde Lorenzo el Magnifico
los descubrió y se los compró en 1484.
Estaría
en el palacio Médici-Riccardi hasta 1659, donde pasó a la Guardaroba medicea.
El tríptico pasó a los Uffizi en 1784, que se quedó con la que consideraban mejor
conservada y vendió las otras dos. La National Gallery adquirió una en 1857
y la del Louvre la otra en 1863, con la colección Campana.
Uccello se enmarca en el «Quattrocento» florentino. Se llamaba Paolo di Dono, pero le conocemos como Paolo Uccello. No se sabe si nación en Pratovecchio o en Florencia, pero sí la fecha: 1397.
Se formó en el taller de Ghiberti y trabajó principalmente en Florencia, aunque pasó años en otros lugares, como Venecia (1425-1430), Padua y Urbino. No se sabe si llegó a ir a Roma, pero sí que volvió a Florencia, donde murió en 1475.
Su principal punto de interés fue lograr la perspectiva visual. Es uno de esos pintores que siguió la línea de investigación racional sobre la forma matemática, geométrica, de reflejar la perspectiva. Se trata, en definitiva, de incluir las tres dimensiones en una superficie bidemensional como es la de una tabla. Uccello estaba obsesionado por representar correctamente el espacio, con paisajes profundos, y las figuras en escorzo.
Pero
si te fijas el aire general de sus obras sigue teniendo cierto estilo gótico,
minucioso y colorido. Por eso hay quien considera que está un poco a caballo
entre dos mundos. O justo en el que le tocaba: la Florencia del siglo XV,
medieval y renacentista a un tiempo.
Aunque
este tríptico de la Batalla de San Romano
es su obra más conocida, hay otras obras de Paolo Uccello que suelen
aparecer en los libros de Historia del Arte. A continuación, os pongo un par de
ellas.
Monumento funeraro a sir John Hawkwood (1436). Fresco, 732 × 404 cm; con marco de trampantojo añadido en 1524 (820 × 515 cm). Catedral de Florencia (Italia)
San Jorge y el dragón (1458-1460). Temple sobre madera, 52 × 90 cm. Museo Jacquemart-André (París, Italia). Hay otro cuadro con este mismo tema, muy parecido, en la National Gallery de Londres.
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