domingo, 19 de junio de 2016

#59 Taxi Driver






Taxi Driver



Año: 1976

País: Estados Unidos

Director: Martin Scorsese

Música: Bernard Herrmann



Un tío chinado con escena famosa, You talkin’ to me? Y eso. Hay que verla, pero tampoco es una película que te vaya a cambiar la vida.





Por si alguien no la ha visto, resumo. Robert De Niro hace de un exsoldado de Vietnam llamado Travis Bickle que tiene problemas de insomnio y por eso trabaja de taxista nocturno. Hace viajes en barrios que otros evitan.



Conoce a una chica que trabaja para un senador candidato a la nominación de su partido para la presidencia. Ella (Cybill Shepherd) sale con él, pero este tío inadaptado y asocial la lleva a ver una peli porno, como si eso fuera “normal”, así que horrorizada ella corta.



Luego se obsesiona con una prostituta adolescente (una Jodi Foster de 12 años). Cuando se china totalmente (para mí que por pura frustración sexual), además de hablar consigo mismo en el espejo (escena archiconocida de “¿me hablas a mí?”) se rapa el pelo a lo mohicano y la lía.



*A PARTIR DE AQUÍ, spoiler*. Quiere atentar contra el senador, pero el servicio secreto lo ahuyenta del lugar del mitin. Acaba yendo donde la prostituta adolescente. Empieza a pegar tiros y se carga… yo conté al menos a tres personas, pero puede que me haya despistado y sea alguna más.  Le pegan un tiro. Parece moribundo. Viene la policía y hace un gesto sonriente ese típico de poner los dedos en la sien como si fueran una pistola…



Punto en el cual, si fuera una peli europea, habría aparecido el “final”.



Pero no. A partir de aquí, la AMERICANADA. De verdad, no entiendo esa obsesión por el final feliz. Hay una especie de epílogo en la que Travis es considerado un héroe, se le ve que trabaja de nuevo de taxista, recoge a Cybill Shepherd, que parece que tontea con él, los padres de la niña prostituta la han recuperado y ha vuelto al instituto…



Es tan poco realista, tan incongruente con el resto de la película, que yo me dije “esto es que el tío está moribundo o en coma y se lo imagina, ¿no?”. Así que entré en Internet y me enteré de que no soy la única, de que es uno de los finales más controvertidos. Scorsese y Schroeder (el guionista) insisten en que no hay nada onírico, que es real, que quieren demostrar que sigue tan solo como al principio, que de hecho podría ser una escena del principio. Otros aficionados dicen que es una forma de denunciar la hipocresía social.



Lo siento, para mí no cuela. Es una pastelada. ¿Tres homicidios con arma de fuego, más la tentativa contra un senador? Ni siquiera en EE. UU., con fiscales que acusan o no según la opinión pública, haría algo tan descabellado como que un tipo que mata a tres se fuera de rositas, vamos, ardería el barrio. Si no, es una pura banalización de la violencia.



Ni me creo que la niña prosti vuelva con sus padres, ni que la chica que trabaja con el político le haga ojitos. Por favor, ¿a un tipo que la lleva al cine a ver una porno y se ha liado a tiros con media ciudad? Anda ya, si ya era raro que aceptara irse a tomar un café cuando sólo parecía un taxista plasta, encima después de haberla llevado a ver el porno… Es el personaje femenino menos coherente psicológicamente que he visto en años. Lo que no desentona en una película totalmente sexista en la que las mujeres son el adorno bonito, cachos de carne para que este hombre frustrado sexualmente se obsesione con ellas y como no puede tener un buen polvo, se lía a tiros. Por lo visto, el guionista pasaba por fase de divorcio y obsesión con la pornografía, y sabía mucho de chulos y putas, pero nada de gente normal. Me lo creo, totalmente.



Por lo demás, ¿qué decir? Es de esas clásicas que se deja ver, a pesar de esa estética feísta de los años setenta. De Niro, inmenso, eso sí. No quiero ni pensar lo que otros histéricos de su generación (y no hace falta que diga nombres) podrían haber hecho con un personaje así. Es muy grande De Niro. Que se dedique a hacer todas las mierdas de películas que quiera, ya demostró quién era hace años.



Ganó la Palma de oro de Cannes. En los Óscar creo que no se llevó nada; fue el año de Rocky.



Detalle: fue la última banda sonora de Bernard Herrmann, que ya digo que debe ser el tipo que más ha salido hasta la fecha en este apartado de “Cien películas”. Y eso que cuando se lo propusieron dijo algo así como que él “no hacía películas de taxistas” (la anécdota difiere según dónde la leas).



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