domingo, 26 de enero de 2020

#23 Así hacen todas (Così fan tutte)

Unos modernos Ferrando y Guglielmo
(c) Lorne Grandison, Florida Grand Opera (2014)
[CC BY-SA 2.0], vía Wikimedia Commons




Così fan tutte, ossia La scuola degli amanti


Estreno: Viena, 26 de enero de 1790

Compositor: Wolfgang Amadeus Mozart

Libreto en italiano: L. da Ponte

Género: dramma giocoso


Tal día como hoy se estrenó, en el Burgtheater de Viena, esta encantadora ópera rococó


Según leo en mi libro de Poggi y Vallora (Mozart. Repertorio completo), a Beethoven le horrorizó la frivolidad del libreto, y toda la crítica decimonónica despreció esta obra. Ya al poco de estrenarse, se dijo en la revista Journal des Luxus und der Moden (1792):

La presente ópera es la cosa más banal de la tierra, y a las representaciones acude la gente solamente por la excelencia de la música.

Así consideraban en el remilgado siglo XIX a esta obra que contiene la música más hermosa y conmovedora de las últimas óperas de Mozart.

Fue un encargo del emperador José II para su «Teatro Nacional Alemán» (Teutschen Nationaltheater). En él solo quería obras con final feliz, para alegrar a la gente. No es coña, que hasta Hamlet o Romeo y Julieta se representaban con su «final de Viena».

Esta vez, Da Ponte no contaba con antecedentes literarios sólidos, como sí le ocurrió con Las bodas de Fígaro o Don Giovanni, así que montó una trama  a partir de recursos de la comedia del arte: ligera, con equívocos, y sin historias secundarias que distrajeran del vodevil.

¿Qué cuenta? Algo totalmente alejado de la sensibilidad romántica, no es de extrañar que en el XIX les pareciera atrevida.

Ferrando y Guglielmo, dos oficiales, alardean en un café de Nápoles de lo maravillosas que son sus novias. Cuando Don Alfonso, un anciano filósofo duda de la fidelidad femenina, ellos protestan. Se hace una apuesta. Se largan, aparentemente a la guerra, y quienes llegan son unos albaneses atractivos y ricos, que empiezan a cortejar a las jóvenes. No son otros que Guglielmo y Ferrando, que disfrazados intentan seducir cada uno a la novia del otro. Dorabella, más ligera, fácilmente cae; Fiordiligi, que se pone más en plan heroico, también acaba cediendo. Cuando se firma el contrato de matrimonio «regresan» los soldados. Todo ha sido falso, hasta el notario, y las parejas originales acaban formándose de nuevo, un poco menos ingenuos pero igual de enamorados.

Todos cantan juntos Fortunato l'uom che prende: 

Afortunado el hombre que toma las cosas por su lado bueno, y en todos los casos y sucesos se deja guiar por la razón. Aquéllo que hace llorar y en medio de los torbellinos a los demás, para él será causa de risa, del mundo encontrará una calma agradable.


Porque la vida es demasiado corta para tomarse a uno mismo tan en serio.


De esta ópera suele decirse que es modelo de equilibrio y simetría.

Demuestra, una vez más, que el arte no es solo contar una cosa, sino principalmente, cómo se cuenta. Da Ponte sabe producir una construcción teatral muy medida, de una claridad diría arquitectónica, y con el encanto de una pompa de jabón. No sobra una sola escena, y te lleva con una sonrisa hasta el final. 

Con su cinismo, te pone de bien humor. Aquí no hay malos que castigar ni virtud que recompensar: los seres humanos tenemos nuestras flaquezas pero, pelillos a la mar, a vivir, que son dos días.

Yo creo que eso es lo que no tragaban en la hipócrita sociedad victoriana: los donjuanes eran aceptables, pero ¿una mujer seducida a la que no castigan sino que logra un final feliz? ¡Inadmisible! Por eso hubo que esperar al siglo XX para que se recuperara esta decadente joya rococó.

José María Martín Triana (El libro de la ópera) no se corta:

Così fan tutte no es sólo la comedia más perfecta de Mozart, sino también el mejor libreto de da Ponte.

La música de Mozart crea la más sublime y elegante comedia del género. Predominan los momentos graciosos, pero no falta algún toque de melancolía e incluso de heroísmo… Sin embargo, nunca la emoción acaba apagando el sentimiento tranquilo, de armonía, que subyace en toda la producción clásica. De hecho, hay veces que ni siquiera sabes si esto va en serio o los propios personajes se parodian a sí mismo. Cuando Fiordiligi entona su épica aria «Come scoglio» en que canta a su amor como si fuera una firme roca contra la que las olas del mar furioso se baten en vano,... ¿es real, o mera parodia de este tipo de arias heroicas propias de la ópera seria?

(Yo me imagino a Mozart descojonándose mientras la escribía).

Es una de esas óperas que se ven muy agradablemente en el teatro, siempre que las representaciones sepan conservar la ligereza, la gracia, de la partitura. Es difícil dar con voces tan excelsas como se exige, que tengan además encanto y donaire, y con puestas en escena que sepan sacarle punta a este afable juego de engaños.

Una ópera así tiene tantos momentos destacados, las arias de cada personaje, los dúos de cada pareja, los tríos… ¡Que es difícil quedarse con uno solo! Pero yo lo voy a hacer porque es una de mis piezas favoritas de toda la historia de la ópera: Soave sia il vento.

Un trío de despedida con dos voces femeninas (Fiordiligi y Dorabella) empastándose con la grave de don Alfonso (bajo). Hay tanta melancolía, y serenidad… es la perfecta canción de adiós, de esas que querrías que cantaran al final de cada separación, incluso en tu funeral por junto a la tristeza está la esperanza.

Aquí os dejo el extracto, de una representación de Glyndebourne del año 2006, con Nicolas Rivenq (Don Alfonso), Miah Persson (Fiordiligi) y Anke Vondung (Dorabella).



Como grabación recomendada de esta ópera propongo la dirigida por Karl Böhm a principios de los sesenta para la EMI, con el coro y la orquesta Philharmonia. Los cantantes fueron: Elisabeth Schwarzkopf (Fiordiligi), Christa Ludwig (Dorabella), Hanny Steffek (Despina), Alfredo-siempre-en-nuestro-corazón-Kraus (Ferrando), Giuseppe Taddei (Guglielmo) y Walter Berry (Alfonso).

Para saber más, la wikipedia. El libreto, en español e italiano, así como discografía de referencia, en Kareol

En You Tube he encontrado esta grabación con la Janowitz, Ludwig, Alva y Prey, dirigidos por Böhm.

 

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